China proh¨ªbe comerciar con animales salvajes por el coronavirus de Wuhan
Aunque el veto es solo temporal, el consumo de productos de animales salvajes ha generado fuertes cr¨ªticas desde el comienzo de la crisis
Bastaba con utilizar algunas palabras clave: ¡°caza¡±, ¡°sabor salvaje¡±, o ¡°totalmente natural¡±. En algunas plataformas de comercio electr¨®nico chino m¨¢s populares hasta ahora era posible encontrar, indagando un poco, las carnes m¨¢s ex¨®ticas. Como la civeta, el felino que sirvi¨® de transmisor a los seres humanos del virus causante del SARS en 2003, a 350 yuanes (46 euros) el kilo. O pavo real. O salamandras gigantes. Ya no es tan f¨¢cil, al menos por un tiempo. A consecuencia del nuevo coronavirus de Wuhan, transmitido a los seres humanos por un animal vendido en uno de los mercados de esa ciudad, el Gobierno chino acaba de prohibir ¡ªaunque de momento, solo provisionalmente¡ª el comercio y transporte de especies salvajes.
La orden conjunta emitida por tres entidades oficiales, entre ellas el Ministerio de Agricultura proh¨ªbe cualquier tipo de comercio con estos animales, vivos o muertos, en cualquier plataforma, aunque menciona espec¨ªficamente el comercio electr¨®nico, restaurantes, supermercados o mercados. Las autoridades locales aumentar¨¢n las inspecciones y los castigos a quienes violen la prohibici¨®n ser¨¢n ¡°severos¡±. Las granjas de crianza de estos animales quedar¨¢n en cuarentena.
¡°Los consumidores deben entender totalmente los riesgos para la salud de comer animales salvajes, han de permanecer alejados del sabor salvaje y comer sano¡±, precisa la norma.
El paso se ha dado despu¨¦s de que los cient¨ªficos trazaran el origen del nuevo coronavirus, que ha causado la muerte de al menos 56 personas e infectado a m¨¢s de 2.000 solo en China ¡ªy a m¨¢s de una treintena en el resto del mundo¡ª a un mercado en la ciudad de Wuhan, el epicentro de la infecci¨®n. Aunque te¨®ricamente el mercado Huanan ¡ªhoy cerrado a cal y canto¡ª se dedicaba a la venta de mariscos y pescados, en su interior tambi¨¦n se vend¨ªan todo tipo de animales enjaulados. Una lista de precios que ha circulado por redes sociales inclu¨ªa un centenar de especies, desde cachorros de lobo a erizos o carne de camello. Tambi¨¦n marmotas, zorros o monos. O serpientes, ratones, gatos y perros.
Los cient¨ªficos no han conseguido identificar con seguridad la especie, pero s¨ª han determinado que el coronavirus 2019-nCoV pas¨® a los humanos a trav¨¦s de un animal. Un grupo de cient¨ªficos chinos ha publicado que probablemente fuera una serpiente; otros consideran que pudo ser un murci¨¦lago.
Una situaci¨®n id¨¦ntica a la que desencaden¨® la epidemia de SARS en 2003: los cient¨ªficos determinaron que el transmisor de aquel coronavirus ¡ªemparentado con el de Wuhan¡ª hab¨ªa sido la carne de civeta vendida en un mercado de Cant¨®n. Aquel foco acab¨® infectando a 8.422 personas y causando la muerte a casi 800.
Entonces, como ahora, se prohibi¨® el comercio con animales salvajes. Pero, como ahora, de modo temporal. Tambi¨¦n disminuy¨® el inter¨¦s en el consumo de esas carnes. Pero de modo temporal.
China sigue siendo un voraz consumidor de productos de animales salvajes, hasta el punto de acrecentar el riesgo de extinci¨®n de algunas especies. La demanda, bien como alimento o bien para su uso en medicina tradicional, ha crecido en paralelo con la prosperidad del pa¨ªs. Entre ciertos sectores, comer carnes cuanto m¨¢s ex¨®ticas y dif¨ªciles de obtener sean es una manera de exhibir posici¨®n social. En otros casos, como el consumo de perro en el festival de Yulin, en el sur, comer esa carne es casi un acto de reivindicaci¨®n de supuestas ra¨ªces nacionales.
Mercados como el de Wuhan no son raros. Una investigaci¨®n que el peri¨®dico Beijing News publicaba la semana pasada encontraba que, un mes despu¨¦s de que se detectaran los primeros contagios en Wuhan, era posible a¨²n encontrar en distintas provincias mercados dispuestos a vender, restaurantes dispuestos a preparar y, en foros de Internet, consumidores dispuestos a pagar lo que hiciera falta por este tipo de alimentos.
El problema en esos mercados no son solo las condiciones de higiene en que se mantiene a los animales, a menudo deficientes. Tambi¨¦n la dificultad de establecer la procedencia de los ejemplares. Aunque hay granjas que se dedican a la cr¨ªa de estas especies con una licencia ¡ªse calcula que las de tigre acogen a unos 6.000 ejemplares¡ª, los activistas denuncian que no es infrecuente que animales salvajes capturados acaben en alguna de ellas; o que las licencias se hayan obtenido de manera ilegal.
Aunque la virulencia del brote de coronavirus de Wuhan ha hecho que las voces contra esas pr¨¢cticas se multipliquen. La semana pasada, 19 prominentes cient¨ªficos enviaban una carta abierta al Gobierno para pedir la limitaci¨®n de ese comercio. ¡°No es solo importante para la conservaci¨®n ecol¨®gica, sino por su gran importancia para controlar riesgos de salud p¨²blica¡±, alertaban. Los expertos piden tambi¨¦n que se resuelvan los ¡°vac¨ªos legales¡± en los permisos para la domesticaci¨®n y cr¨ªa de animales salvajes, que permiten a los traficantes cazar animales en libertad y venderlos en el mercado a trav¨¦s de las granjas.
¡°Los virus transmitidos por los animales son los pat¨®genos humanos que aparecen con m¨¢s frecuencia. Representan menos del 15% de todas las especies conocidas de pat¨®genos humanos, pero m¨¢s del 65% de pat¨®genos descubiertos desde 1980¡±, apunta en un comunicado Christian Walzer, el director ejecutivo de la ONG Wildlife Conservation Society (WCS), con sede en Nueva York.
El consumo de carne salvaje ha sido tambi¨¦n objeto de un encendido debate en las redes chinas. ¡°?Si los humanos no viven en armon¨ªa con la naturaleza, desde luego que la naturaleza nos va a devolver el golpe!¡±, comentaba un usuario de Weibo, el Twitter chino.
De momento, la prohibici¨®n que llega de Pek¨ªn es solo temporal. La orden emitida este domingo precisa que durar¨¢ solo ¡°hasta que desaparezca la situaci¨®n de epidemia en todo el pa¨ªs¡±.
Organizaciones como la WCS reclaman que se haga permanente. No solo en China, sino en todo el mundo. ¡°Si esos mercados contin¨²an, y el consumo humano de animales salvajes ilegal y sin reglar contin¨²a, el p¨²blico seguir¨¢ encarando mayores riesgos de nuevos virus, potencialmente m¨¢s letales y fuentes de futuras pandemias¡±, sostiene Walzer.
El mercado en el epicentro de la crisis
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