Las amenazas a una adolescente que critic¨® el islam reabren el debate sobre el derecho a la blasfemia en Francia
Mila, de 16 a?os, ha tenido que dejar su escuela tras expresar en Instagram su rechazo a la religi¨®n
Un caso de ciberacoso contra una adolescente francesa que expres¨® su rechazo al islam ha derivado en una discusi¨®n sobre los l¨ªmites del derecho a la blasfemia. ¡°Odio la religi¨®n, el Cor¨¢n es una religi¨®n de odio, el islam es una mierda¡±, dijo Mila, de 16 a?os, en un v¨ªdeo en la red social Instagram. Una tormenta de amenazas se desat¨® sobre ella. Por motivos de seguridad ha dejado de ir a la escuela.
La ministra de Justicia, Nicole Belloubet, defendi¨® esta semana el derecho a criticar una confesi¨®n, pero ha advertido de que "las injurias por pertenecer a una religi¨®n" son una "infracci¨®n". Mila, cuyo apellido no se ha divulgado, era hasta hace unos d¨ªas una persona m¨¢s o menos an¨®nima del departamento de Is¨¨re, cerca de Lyon, en el oeste de Francia. Todo cambi¨® el 18 de enero durante la emisi¨®n en directo de un primer v¨ªdeo en su cuenta de Instagram en el que un hombre de la audiencia intervino en t¨¦rminos insultantes.
¡°Estaba hablando con una t¨ªa en mi live [v¨ªdeo en directo]. Ella me hablaba de su gusto por las chicas, encontraba que las ¨¢rabes no eran s¨²per guapas¡±, record¨® despu¨¦s en un segundo v¨ªdeo. ¡°Yo le dije que estaba de acuerdo, que las ¨¢rabes no eran mi estilo. Y un t¨ªo comenz¨® a excitarse, a tratarnos de lesbianas, de racistas. Despu¨¦s, el tema empez¨® a derrapar hacia la religi¨®n, as¨ª que yo dije lo que pensaba¡±.
Despu¨¦s Mila pas¨® a pronunciar las citadas palabras sobre el islam. Le lleg¨® un alud de mensajes insultantes y amenazantes: 200 por minuto, declar¨®. Se divulg¨® la direcci¨®n de su liceo. El Ministerio de la Educaci¨®n Nacional busca ahora un establecimiento donde pueda seguir con su escolaridad sin riesgo para su integridad.
Su abogado, Richard Malka, defendi¨® en la cadena LCI que Mila ¡°en ning¨²n momento [ha franqueado] el l¨ªmite de lo que es reprensible: critica una religi¨®n, el Cor¨¢n, pero no una comunidad por sus creencias, est¨¢ en el marco estricto de la ley¡±. Malka tambi¨¦n denunci¨® el silencio, o las medias tintas, de algunos pol¨ªticos y activistas, reacios a que la defensa de una v¨ªctima de la homofobia o el machismo pudiera interpretarse como una defensa de sus cr¨ªticas al islam.
El delegado general del Consejo franc¨¦s del culto musulm¨¢n (CFCM), Abdallah Zekri, proclam¨® que ¡°quien siembre vientos recoge tempestades¡±. La ultraderecha, con Marine Le Pen a la cabeza y medios afines, se erigi¨® en la primera defensora de Mila. La fiscal¨ªa de la ciudad de Vienne abri¨® un doble investigaci¨®n: por amenazas de muerte y por incitaci¨®n al odio racial. El jueves anunci¨® que hab¨ªa archivado la segunda y segu¨ªa buscando a los autores de las amenazas.
Unas declaraciones equ¨ªvocas de la ministra Belloubet, el mi¨¦rcoles, acabaron por complicar las cosas en un debate en el que todo se mezcla: el derecho a la blasfemia con la incitaci¨®n al odio racial, la libertad de expresi¨®n con la protecci¨®n de las minor¨ªas, y todo esto el contexto de virulencia ret¨®rica en las redes sociales que, cuando salta al mundo real, puede causar da?os graves.
¡°La amenaza de muerte es inaceptable¡±, dijo la ministra en la cadena Europe 1. Pero a?adi¨®: ¡°El insulto a la religi¨®n es un ataque a la libertad de conciencia es grave, pero tiene a ver con la amenaza¡±. Sus palabras se interpretaron como un cuestionamiento del derecho a la blasfemia, que permite criticar una religi¨®n y sus s¨ªmbolos pero no a sus adeptos.
Horas despu¨¦s, matiz¨®: ¡°No quise cuestionar el derecho de criticar la religi¨®n¡±, dijo. ¡°En nuestra democracia, las injurias o las discriminaciones por motivo de la pertenencia religiosa son una infracci¨®n. Y esta infracci¨®n podr¨ªa ser grave porque conducen al odio y al rechazo al otro. Y en nuestra democracia el odio y el rechazo al otro no son aceptables¡±.
Francia es el pa¨ªs del librepensamiento: de Voltaire, de la laicidad y de Charlie Hebdo, el semanario sat¨ªrico que en enero de 2015 pag¨® el peor precio por el uso de su derecho a ofender a las religiones: el asesinato de 11 de sus periodistas y dibujantes por unos terroristas islamistas. Pero tambi¨¦n es el pa¨ªs que intenta equilibrios entre estos derechos y la convivencia con un parte de su poblaci¨®n musulmana que ve islamofobia y discriminaci¨®n all¨ª donde otros ven una defensa de la laicidad o de la libertad de expresi¨®n.
Lo particular de este caso, respecto a otros anteriores, es la juventud de Mila, que carece de una agenda pol¨ªtica ni partidista. Ya no es un periodista o un intelectual o un pol¨ªtico quien se ve amenazado sino una menor. "Primero Mila fue insultada por los m¨¢s tontos", escribe Riss, actual director de Charlie Hebdo, que vive bajo protecci¨®n. "Despu¨¦s amenazada por los m¨¢s fan¨¢ticos. Y finalmente abandonada por los m¨¢s cobardes".
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