Fin del estado de alarma: tres medidas ¨²tiles pero insuficientes para sacar a Espa?a del riesgo alto

En oto?o de 2020, las comunidades aut¨®nomas se quedaron sin herramientas legales para frenar una segunda ola epid¨¦mica que amenazaba con repetir los estragos de la primera. La respuesta del Gobierno, el 25 de octubre, fue un estado de alarma que dio amparo jur¨ªdico fundamentalmente a tres medidas que, si se quieren mantener a partir del domingo, requerir¨¢n autorizaci¨®n judicial: los toques de queda nocturnos, los cierres perimetrales de territorios y el l¨ªmite en el n¨²mero de personas que pueden reunirse tanto en espacios p¨²blicos como privados. El 9 de noviembre la situaci¨®n excepcional se prorrog¨® seis meses, que se cumplen el 9 de mayo, lejos del objetivo que marc¨® el presidente del Gobierno: reducir por debajo de 25 casos por 100.000 habitantes en 14 d¨ªas la incidencia del virus. Este jueves estaba en 202, ¡°riesgo alto¡±, m¨¢s cerca de los 362 que hab¨ªa cuando se aprob¨® que de la meta fijada por Pedro S¨¢nchez.

?C¨®mo de ¨²til ha sido cada medida? ?Qu¨¦ habr¨ªa pasado sin ellas? Es dif¨ªcil responder, ya que no vinieron solas, sino acompa?adas de paquetes de limitaciones que las comunidades han ido modulando en funci¨®n de la incidencia del virus en sus territorios. Y de algo todav¨ªa m¨¢s complicado de medir: el comportamiento ciudadano y su seguimiento de las normas. Cuatro expertos en salud p¨²blica consultados por EL PA?S coinciden en que sin ellas la situaci¨®n habr¨ªa sido peor, pero tambi¨¦n se?alan que resulta tarea casi imposible calcular la efectividad de cada una. Tienden a dar m¨¢s importancia al toque de queda y menos al cierre perimetral, aunque hay matices entre ellos.

Toque de queda

La restricci¨®n nocturna de la movilidad era la medida estrella del estado de alarma que, en buena medida, naci¨® para poder ponerla en marcha. Una reclamaci¨®n de algunas comunidades aut¨®nomas que necesitaban esta herramienta legal extraordinaria para limitar una libertad fundamental como es salir a la calle cuando a uno le plazca.

Para Ignacio Rosell, secretario del comit¨¦ de expertos de Castilla y Le¨®n para hacer frente a la covid, ¡°est¨¢ claro que ha sido ¨²til¡±. ¡°Sabemos que el virus se transmite igual a las dos de la tarde que de la madrugada. Pero los seres humanos tienen un comportamiento muy diferente a las dos de la tarde que de madrugada¡±, sentencia. Coincide con ¨¦l Jos¨¦ Mart¨ªnez Olmos, que fue secretario general de Sanidad con los gobiernos de Zapatero: ¡°Ha contribuido a que la incidencia no suba, ha evitado interacciones sociales y es una medida m¨¢s f¨¢cil de controlar que las otras: en general la gente no estaba en la calle m¨¢s tarde de esa hora¡±.

Puede que sea la medida m¨¢s valiosa, pero tambi¨¦n la que restringe m¨¢s claramente derechos fundamentales. Precisamente Castilla y Le¨®n aprob¨® adelantar la restricci¨®n de movilidad a las 20.00, algo fuera del amparo del estado de alarma, que solo la recog¨ªa desde las 22.00, y su iniciativa fue tumbada por la justicia. Algunas comunidades, como Galicia y Catalu?a, ya han renunciado a ella, pero otras siguen planeando mantenerla. Los jueces ya se lo han permitido a Baleares, y las dem¨¢s que pretendan seguir con toque de queda tendr¨¢n que ponerlo en manos de sus tribunales superiores de justicia.

Lo que s¨ª depende de los Gobiernos auton¨®micos es mantener horarios de cierres para la actividad econ¨®mica, lo que de facto deja a los ciudadanos con poco que hacer por las calles cuando los establecimientos cierran. Pero abre la puerta, por ejemplo, a celebraciones en viviendas. ¡°En realidad el toque de queda era una medida disuasoria para evitar riesgos¡±, se?ala Rafael M. Ort¨ª Lucas, presidente de la Sociedad Espa?ola de Medicina Preventiva, Salud P¨²blica e Higiene.

Cierres perimetrales

Todas las medidas para frenar el virus tratan de limitar la interacci¨®n social. Los cierres perimetrales ¡°han contribuido a que haya menos contactos entre personas¡±, seg¨²n Rosell, a quien no le parece una medida tan relevante como las otras dos. ¡°Es m¨¢s importante qu¨¦ hace luego la persona all¨ª donde est¨¦. Adem¨¢s, es algo que no ha podido ser tan bien vigilado como otras medidas porque los controles han sido muy limitados¡±. En eso mismo incide Mart¨ªnez Olmos: ¡°Es muy dif¨ªcil medir su impacto, porque ha tenido tantas excepciones que la eficacia que le podemos achacar a los confinamientos ha sido el autocontrol de la gente¡±.

Tambi¨¦n Alberto Infante, profesor de la Escuela Nacional de Sanidad, cree que la dificultad para sancionar a los incumplidores ha hecho que sea una limitaci¨®n que dependa m¨¢s de la disciplina personal. Especialmente ¡°in¨²til¡± le parecen los confinamientos de los distritos sanitarios en Madrid, donde los ciudadanos ni siquiera ten¨ªan muy claros los l¨ªmites de estas restricciones. ¡°En municipios cerrados perimetralmente s¨ª ha podido tener m¨¢s sentido, porque la gente es m¨¢s consciente y se vigila mejor¡±, zanja.

Ort¨ª Lucas concede a los cierres perimetrales m¨¢s importancia. Pone como ejemplo la subida de la incidencia el verano pasado en las zonas costeras de la Comunidad Valenciana, que volvi¨® a bajar a partir de septiembre. ¡°Sabemos que la reducci¨®n de la movilidad interna es uno de los factores clave. Normalmente cuando la gente se desplaza por motivos no laborales es para hacer cosas que no hace en su vida diaria, lo que suele implicar m¨¢s contactos y situaciones de m¨¢s riesgo¡±, asegura.

Hay comunidades como el Pa¨ªs Vasco y Castilla-La Mancha que han manifestado su inclinaci¨®n a mantener sus fronteras cerradas cuando termine el estado de alarma, algo que tendr¨¢n tambi¨¦n que avalar los jueces.

Limitaci¨®n de reuniones sociales

Esta medida, en palabras de Ort¨ª Lucas, trata de ¡°poner barreras a que una persona contagiada tenga contacto con una no contagiada¡±. ¡°En una reuni¨®n de 10 hay m¨¢s riesgo de contagio que en una de cuatro¡±, asegura. A Rosell, m¨¢s que el n¨²mero de personas que se re¨²nan, lo que le preocupa es d¨®nde: ¡°Creo es muy importante aprovechar el buen tiempo y fomentar todas las actividades al aire libre. Es mucho m¨¢s peligrosa una reuni¨®n de pocas personas en un espacio cerrado que otra con m¨¢s en un parque¡±.

El m¨¢ximo de seis personas en reuniones sociales es una medida que se puede mantener f¨¢cilmente en establecimientos como restaurantes, limitando el m¨¢ximo de personas por mesa. Presenta, sin embargo, m¨¢s complicaciones legales para trasladarla a las viviendas particulares sin el estado de alarma. La capacidad de controlar aforos en viviendas por parte de las autoridades es, en cualquier caso, muy limitada.

M¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites, lo que va a ser crucial es lo que la gente interprete que sucede cuando termine el estado de alarma, seg¨²n Alberto Infante, que fue director de la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud entre 2004 y 2010. ¡°Si se comienza a vivir con normalidad desde el d¨ªa 9, las incidencias probablemente van a subir, y hay algunas comunidades en las que ya est¨¢ muy alta. Pero no sabemos c¨®mo se va a comportar la poblaci¨®n¡±, asegura. Los expertos coinciden en que las normas claras y simples son m¨¢s f¨¢ciles de seguir. Pero por delante hay una cascada de autorizaciones judiciales por autonom¨ªas que impiden saber a los espa?oles qu¨¦ podr¨¢n hacer a partir del domingo.