Las v¨ªctimas de abusos en la Iglesia miran con esperanza al Congreso: ¡°Es hora de levantar las alfombras¡±
La propuesta de una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre la pederastia en el clero ilusiona a los afectados tras d¨¦cadas de silencio. Piden un consenso un¨¢nime y que no se malogre en peleas entre partidos: ¡°Que esto no se politice, por favor¡±
Tres hombres y una mujer que denuncian abusos en su ni?ez en la Iglesia se conoc¨ªan ayer s¨¢bado frente al Congreso para hacerse una foto juntos. Salen a la luz como desde un t¨²nel, de un silencio de d¨¦cadas, 40, 50, hasta 70 a?os, que han padecido solos. Pero las v¨ªctimas est¨¢n emergiendo, son ya al menos 1.246, seg¨²n la contabilidad de EL PA?S, la ¨²nica existente ante la ausencia de datos oficiales o de la Iglesia. Por primera vez, una instituci¨®n nacional, el Congreso, se ha interesado por su suerte, y est¨¢n esperanzados, pero tambi¨¦n preocupados. Esta semana Unidas Podemos, ERC y EH Bildu han pedido crear una comisi¨®n de investigaci¨®n de la pederastia en la Iglesia. El martes se sabr¨¢ si hay m¨¢s partidos que lo apoyan, una mayor¨ªa suficiente, y las miradas se dirigen al PSOE, que ha declarado que est¨¢ ¡°del lado de las v¨ªctimas¡±, pero a¨²n debe concretar su postura. Ciudadanos est¨¢ abierto a respaldar la iniciativa. PP y Vox se han opuesto. Para las v¨ªctimas de abusos, puede ser el inicio de un cambio hist¨®rico, a¨²n lleno de incertidumbres. El PNV ha propuesto que el Gobierno forme una comisi¨®n nacional independiente, con un grupo de expertos que investigue el esc¨¢ndalo y luego presente sus conclusiones al Congreso. Una f¨®rmula similar a la que se adopt¨® en Pa¨ªses Bajos o Australia, un trabajo de a?os, m¨¢s cient¨ªfico y en profundidad. Aunque en B¨¦lgica una comisi¨®n as¨ª la cre¨® el Parlamento.
¡°Nunca cre¨ªmos que fu¨¦ramos a ver esto¡±, murmura Leonor Garc¨ªa, 58 a?os, periodista, que sufri¨® abusos de un cura en Bilbao en los setenta. Mira la fachada del Congreso: ¡°A los de ah¨ª les digo: ¡®?Os importamos? ?No vais a hacer nada?¡¯. Si los pol¨ªticos no hacen nada, ser¨¢n c¨®mplices. Si se esconden, ser¨¢n como los encubridores. ?Qui¨¦n tiene poder entonces para que la Iglesia investigue? ?Tienen ellos ese poder o no?¡±. Antonio Carpallo, 81 a?os, v¨ªctima en un internado de los salesianos en Sevilla en los a?os cincuenta, est¨¢ muy contento: ¡°Me siento totalmente liberado por el fin del silencio, de sacarme esta espina de ah¨ª dentro, tantos a?os callado... Porque a qui¨¦n se lo iba a contar, si era hu¨¦rfano de padre y madre¡±.
Les escuchan Fernando Garc¨ªa Salmones, 61 a?os, agredido por un religioso en los claretianos de Madrid en los setenta, y Ernesto P¨¦rez Z¨²?iga, 50 a?os, escritor, que denunci¨® este verano los ataques de un profesor seglar de los maristas de Granada en los ochenta. Lo que tienen en com¨²n estas cuatro personas, de edades y ciudades muy distintas, es la misma desgracia. Sus historias recorren las ¨²ltimas d¨¦cadas. ¡°Aqu¨ª estamos cuatro, pero somos miles. Y lo son nuestros padres el d¨ªa que se lo cuentas. Y nuestros hijos cuando lo saben¡±, dice Leonor.
Los cuatro afirman que ¡°las v¨ªctimas no son ni de derechas ni de izquierdas¡± y que ¡°tambi¨¦n entre los diputados y en todos los partidos puede haberlas¡±. ¡°Que esto no se politice, por favor¡±, pide P¨¦rez Z¨²?iga. Al contrario que otras v¨ªctimas, opina que la investigaci¨®n deber¨ªa abarcar ¡°todo el ¨¢mbito educativo¡±, no solo la Iglesia, y ¡°que no se interprete como un ataque a una confesi¨®n religiosa¡±. Es uno de los debates en este momento sobre el camino a seguir, aunque en la mayor¨ªa de los pa¨ªses, salvo casos como el de Australia, el trabajo se ha centrado en la Iglesia cat¨®lica para que no se convirtiera en una tarea inabarcable. En Australia, de 25 millones de habitantes, los trabajos duraron cinco a?os, de 2013 a 2017.
El escritor cree que ¡°no se trata solo de curar el pasado, sino de cuidar el presente, que no vuelva a ocurrir¡±. ¡°Esta es una cuesti¨®n colectiva, no individual. Que esta medida se active en el Congreso, asumida por todos los partidos, es una cuesti¨®n de madurez democr¨¢tica. Por eso, es imprescindible que esta medida no se politice, m¨¢s all¨¢ de los partidos que han tenido la iniciativa. Esta comisi¨®n, en el escandaloso silencio de nuestra historia, es un asunto de relevancia democr¨¢tica y ¨¦tica que debe superar la divisi¨®n interna del Congreso¡±, concluye.
Fernando Garc¨ªa Salmones, que es portavoz de Infancia Robada, tambi¨¦n est¨¢ ilusionado: ¡°Nos parece muy bien, la proposici¨®n est¨¢ bien redactada y sugiere una investigaci¨®n que hace tiempo tendr¨ªa que haberse realizado. La sociedad la pide. A ver d¨®nde est¨¢n todos los antiabortistas y abogados cristianos. ?Se van a negar a que se investiguen los abusos a menores por parte de la Iglesia?¡±.
La respuesta de estas y otras v¨ªctimas es un¨¢nime: valoran la posibilidad de que el Congreso investigue la pederastia en la Iglesia, pero piden contundencia, que sea eficaz y no una ocasi¨®n perdida. Para Jos¨¦ Luis P¨¦rez, v¨ªctima en los Reparadores de Puente la Reina, en Navarra, y miembro de la asociaci¨®n de v¨ªctimas de la comunidad foral, es un momento crucial: ¡°Todo lo que sea avanzar, estamos encantados, porque la Iglesia nos pone un muro de hormig¨®n fr¨ªo e imposible de saltar. Ya nos quedaban muy pocas puertas donde llamar y esto es un bal¨®n de ox¨ªgeno. Estamos esperanzados, ojal¨¢ haya consenso pol¨ªtico. Es la hora de levantar las alfombras y eso siempre es bueno. Es trist¨ªsimo que haya partidos que digan no a la comisi¨®n de investigaci¨®n. No lo comprendo¡±.
Javier, v¨ªctima en el seminario menor de La Ba?eza (Le¨®n) en los a?os ochenta, coincide: ¡°Espero que esa comisi¨®n salga adelante, sea real e independiente. Que se investiguen los cr¨ªmenes que durante d¨¦cadas se han cometido contra ni?os y toda la verdad vea la luz, atiendan a las v¨ªctimas y las indemnicen¡±. ?l fue uno de los primeros afectados en salir a denunciar en los medios el encubrimiento y el maltrato que hab¨ªa sufrido por parte de la di¨®cesis de Astorga.
La lista de 251 denuncias de abusos que EL PA?S ha entregado al Vaticano y la Iglesia espa?ola
La petici¨®n de una comisi¨®n surge a ra¨ªz del dosier con 251 casos in¨¦ditos de pederastia que EL PA?S entreg¨® en diciembre al Papa y al presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola, Juan Jos¨¦ Omella. Ha disparado de nuevo las estad¨ªsticas y ha obligado a abrir una investigaci¨®n sin precedentes. En octubre de 2018, este diario comenz¨® a investigar los abusos en la Iglesia cat¨®lica espa?ola y contabiliz¨® solo 34 casos conocidos. El resultado, tres a?os despu¨¦s, es que ese n¨²mero se ha multiplicado por 20. EL PA?S cre¨® en abril la primera base de datos sobre este esc¨¢ndalo y ya registra 611 casos (cada uno corresponde a un acusado) y 1.246 v¨ªctimas desde los a?os treinta.
Miguel ?ngel Hurtado, que destap¨® los abusos en el monasterio de Montserrat (Barcelona), cree que la comisi¨®n es un paso en la buena direcci¨®n, pero tambi¨¦n advierte del riesgo de que acabe ¡°embarrada¡± y sea un arma pol¨ªtica m¨¢s: ¡°Corremos el riesgo de que la izquierda hable de la pederastia en la Iglesia y que la derecha contraataque mencionando los casos de abusos sexuales de menores tuteladas en Baleares. Para evitarlo, lo mejor ser¨ªa que el Congreso hiciese una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre abuso sexual en todas las instituciones¡±.
La percepci¨®n de un inter¨¦s real por los afectados, es una de las claves para la presidenta de la Sociedad Vasca de Victimolog¨ªa, Gemma Varona, una de las autoras del primer informe sobre las v¨ªctimas de pederastia en la Iglesia espa?ola. Cree que la comisi¨®n parlamentaria ser¨ªa muy importante para las v¨ªctimas porque ¡°visibiliza el problema¡±, especialmente por tener lugar en el Congreso. Por otro lado, teme que ¡°la mayor¨ªa de los pol¨ªticos no est¨¦n a la altura¡± de lo que merecen las v¨ªctimas: derecho a la verdad, a la investigaci¨®n, a la reparaci¨®n y a la prevenci¨®n. Tambi¨¦n duda de que la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica vea esta iniciativa con buenos ojos. ¡°No creo que la Iglesia colabore gustosamente si se presenta como una especie de ataque contra ella. Y sin la colaboraci¨®n de la Iglesia no se podr¨¢ hacer una buena investigaci¨®n. Adem¨¢s, una comisi¨®n de investigaci¨®n tiene que tener medios, no s¨¦ si este tipo de comisi¨®n en sede del Congreso los va a tener¡±, dice. Tambi¨¦n prefiere una comisi¨®n nacional independiente. En todo caso, que los partidos est¨¦n discutiendo la mejor modalidad de investigar el fen¨®meno ya es un avance impensable hace unos meses.
La Conferencia Episcopal Espa?ola, no obstante, contin¨²a sin dar muestras de imitar a la Iglesia francesa, alemana o portuguesa, que han creado comisiones independientes para investigar los abusos en su seno. Los obispos franceses divulgaron en octubre los resultados de su informe: 230.000 v¨ªctimas en los ¨²ltimos a?os. La semana pasada anunciaron una primera partida de 20 millones de euros para repararlas. Marcos Ley¨²n, presidente de la asociaci¨®n de v¨ªctimas de abusos en Navarra, cree que los prelados espa?oles se siguen limitando a confiar ¨²nicamente en las oficinas de atenci¨®n a v¨ªctimas que abrieron las di¨®cesis el a?o pasado, y que apenas reciben casos: ¡°No van a dar ning¨²n resultado. Utilizar¨¢n las poqu¨ªsimas denuncias que haya, porque l¨®gicamente un abusado por la Iglesia no va a ir a quien le ha generado ese problema, para decir que ha habido poqu¨ªsimos casos. Es muy importante que la comisi¨®n parlamentaria llegue hasta el final y siga presionando a la Iglesia a decir la verdad y a reconocer lo que se hizo con nosotros¡±.
Para los afectados, la intervenci¨®n de los poderes p¨²blicos es decisiva. ¡°Creo que ser¨ªa muy positivo para la sociedad mandar un mensaje potente a trav¨¦s de esta comisi¨®n y forzar a la Iglesia espa?ola a que haga exactamente lo mismo que la Iglesia francesa. Que den una respuesta a todas esas fechor¨ªas que han hecho durante tant¨ªsimos a?os¡±, opina Manuel Barbero, fundador de la asociaci¨®n Mans Petites y que destap¨® el esc¨¢ndalo de abusos de los maristas de Catalu?a, donde su hijo fue v¨ªctima. ¡°No es un tema de hace 40 o 50 a?os. Sigue ocurriendo a d¨ªa de hoy y no nos podemos permitir ni una v¨ªctima m¨¢s. Las v¨ªctimas son invisibles y tenemos que levantarnos y decir: ?basta ya!¡±. Barbero lamenta que los afectados sigan encontrando barreras para ser reconocidos como tales y resarcidos. ¡°No son escuchados por los tribunales ni por las Administraciones. Es como si no existiesen. Deseo que el PSOE, que siempre divaga mucho con esto, sea valiente, que tiren adelante con esto¡±, dice.
Si conoce alg¨²n caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escr¨ªbanos con su denuncia a abusos@elpais.es
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