Ter¨®podos en Texas, 113 millones de a?os despu¨¦s por culpa de la sequ¨ªa
Los bajos niveles de agua dejan al descubierto huellas de los dinosaurios carn¨ªvoros que dominaron en el periodo Jur¨¢sico
Hace algunos d¨ªas sucedi¨® en China. La bajada de los niveles del r¨ªo Yangts¨¦ dejaron al descubierto un templo budista con tres esculturas de m¨¢s de 600 a?os de antig¨¹edad en el municipio de Chongqing. Tambi¨¦n ha sucedido en Espa?a, donde los bajos niveles del Tajo revelaron un sitio arqueol¨®gico que data de entre el siglo V y III a.C. que hab¨ªa sido inundado en 1963 para la construcci¨®n de un pantano. Ahora toca el turno de Texas, donde la sequ¨ªa ha hecho visibles las huellas de dinosaurios de hace 113 millones de a?os en un parque nacional de la ciudad de Glen Rose. Las pisadas han sido halladas en el lecho del r¨ªo Paluxy, que ha pr¨¢cticamente desaparecido por las altas temperaturas de esta regi¨®n de Estados Unidos.
¡°Son marcas de muy buen tama?o, de un ter¨®podo. Estas est¨¢n normalmente bajo el agua¡±, indica Paul Bakes, un voluntario del parque nacional Valle del Dinosaurio en un video. ¡°Es agua superficial, pero generalmente est¨¢n debajo de tierra y sedimento... Son much¨ªsimas¡±, a?adi¨®. Las im¨¢genes fueron publicadas el 17 de agosto en un grupo de Facebook, convirti¨¦ndose en una sensaci¨®n. Los responsables de la operaci¨®n del parque ubicado en el condado de Somervelle (centro de Texas), han confirmado el hallazgo. Las im¨¢genes muestran con gran detalle las marcas de las garras de las huellas con forma de tridente, que correspond¨ªan a la familia de dinosaurios carn¨ªvoros, como los alosaurios, los tiranosaurios y los raptores, antepasados de las aves.
Hace cientos de millones de a?os, esta parte de Texas era el borde de un mar. El carbonato de calcio de las conchas de los crust¨¢ceos de la costa formaron un barro de textura viscosa que ha resultado extraordinario para conservar las pisadas de estos animales de varias toneladas. En el parque ya pod¨ªan apreciarse algunas huellas, especialmente de los acrontosaurios, una especie algo m¨¢s peque?a que un tiranosaurio, que pod¨ªa alcanzar los seis metros de altura y las cinco toneladas. Estas marcas son previas a las que han sido descubiertas ahora gracias a la peor sequ¨ªa en una d¨¦cada. Texas registr¨®, entre abril y julio, las temperaturas m¨¢s altas para la temporada de toda su historia.
Los primeros hallazgos en el lecho del Paluxy, un secundario del r¨ªo Brazos de Dios, que corre desde Nuevo de M¨¦xico hasta el Golfo, datan de principios del siglo XX. Entonces, un ni?o llamado George Adams fue de los primeros en darse cuenta de las pisadas de dinosaurios. Tambi¨¦n han sido encontradas en la zona marcas del paso de saur¨®podos, conocidos por sus largos cuellos (brotosaurios, braquiosaurios, diplodocus y titanosaurios). Huesos de un inmenso saur¨®podo descubiertos en 1996 llevaron al debate de si se hab¨ªan topado con un nuevo tipo de dinosaurio. Los cient¨ªficos concluyeron que, con mucha probabilidad, un enorme sauroposeid¨®n de unos 21 metros de altura hab¨ªa desfilado por la zona. Su paso, inmortalizado por un peso que superaba las 40 toneladas, dej¨® la impresi¨®n de una huella que med¨ªa casi un metro.
Este tipo de descubrimientos siempre han maravillado en Estados Unidos. El paleont¨®logo Steve Brusatte cuenta en su maravilloso Auge y ca¨ªda de los dinosaurios (Debate, 2019) la historia de Paul Olsen, un joven de Livingston, Nueva Jersey, quien en 1968 encontr¨® rastros de dinosaurios al norte de su pueblo en un terreno en el que se pretend¨ªa construir una mina. El joven se convirti¨® en un apasionado activista y mand¨® a Richard Nixon, quien reci¨¦n hab¨ªa llegado a la Casa Blanca, un molde de yeso con la huella de un ter¨®podo. La campa?a dio resultado. La compa?¨ªa minera don¨® el terreno al condado y el presidente orden¨® la creaci¨®n de Riker Hill, un sitio de f¨®siles. Olsen recibi¨® una medalla presidencial por su labor.
Algo de esa pasi¨®n por los dinosaurios queda a¨²n viva. Horas despu¨¦s del video viral, lluvias torrenciales inundaron partes de Texas, especialmente al este de Dallas. El lodo cubri¨® nuevamente, aunque de forma superficial, las huellas de dinosaurios que hab¨ªan sido avistadas en los ¨²ltimos d¨ªas. Un numeroso grupo de voluntarios se present¨® poco despu¨¦s en el lecho del r¨ªo para auxiliar con la limpieza de la zona y comenzar un proyecto que pretende hacer un mapa de las marcas y catalogar si estas corresponden a los ter¨®podos o saur¨®podos, especies que nos han maravillado desde hace cientos de a?os.
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