Kiku Adatto y Michael J. Sandel: ¡°Dentro de cada ni?o hay un peque?o fil¨®sofo¡±
Los renombrados profesores de Harvard traen a Espa?a una iniciativa para involucrar a los menores en el debate c¨ªvico mediante un cuento
Babay¨¢n no tiene amigos porque su rugido espanta a todo el mundo. El monstruo, mitad oso mitad le¨®n, vive en un universo fant¨¢stico de islas ex¨®ticas y solo sale de su cueva cuando tiene hambre. Eso s¨ª, tiene tanta tantas veces que come todo lo que quiere: unos d¨ªas cabra, otros d¨ªas el tejado de una casa. A su paso tiembla la tierra y los animales corren a esconderse. Hasta que, de repente, un d¨ªa cualquiera, alguien le da una segunda oportunidad. Babay¨¢n pasa entonces de ser bestia a ser colega, hijo, padre y hermano. Tambi¨¦n se convierte en migrante, bully reformado y aventurero osado. Cualquier ni?o ¡ªo adulto¡ª lector puede reconocerse en el protagonista grandull¨®n de Babay¨¢n y la estrella m¨¢gica, el nuevo libro infantil que presentan en Espa?a, publicado por Nagrela Editores, los acad¨¦micos Kiku Adatto y Michael J. Sandel.
Adatto y Sandel son una pareja de ¨¦xito. Ambos estadounidenses y profesores de la Universidad de Harvard. Adatto es una reconocida autora, cr¨ªtica de arte y analista de la sociedad y la cultura estadounidense; ¨¦l, c¨¦lebre por sus libros sobre la justicia y la meritocracia, revienta auditorios cuando da una charla. Lo m¨¢s parecido a una estrella del rock de la filosof¨ªa pol¨ªtica actual. Y los dos, juntos tambi¨¦n, est¨¢n empe?ados en que la sociedad recupere el cari?o por narrar cuentos a los m¨¢s peque?os antes de dormir. En que es posible hacer filosof¨ªa desde la intimidad y desde las historias contadas en voz alta.
Los autores entremezclan con la historia de Babay¨¢n, escrita por ella, reflexiones sobre ¨¦tica, sociolog¨ªa y pol¨ªtica actual arraigadas en los conceptos filos¨®ficos de ¨¦l. En un universo de estrellas, panteras azules y palmeras que hablan, en el que el ser humano nunca ha puesto el pie, el peque?o lector encuentra paralelismos con problemas del mundo real como la migraci¨®n, los cuidados o el acoso escolar. ¡°Es un relato sobre segundas oportunidades y el poder de la comunidad. Si alguien es capaz de ver la chispa de bondad que hay en alguien violento, solitario o enfadado, esa persona se puede transformar¡±, explica Adatto.
¡°Babay¨¢n viene de las historias que les contaba a mis dos hijos cuando eran peque?os. Me las iba inventando sobre la marcha, y lo hice durante as¨ª durante cuatro a?os. Casi que se convirti¨® en una saga, con much¨ªsimos personajes¡±, recuerda la profesora de Harvard en la terraza de un restaurante del centro de Madrid. ¡°Cuando mi mujer les narraba el cuento en la cama antes de dormir, yo me quedaba sentado justo fuera de la habitaci¨®n. Y me di cuenta de que mis hijos respond¨ªan y participaban activamente en la historia, con sus opiniones propias¡±, contin¨²a Sandel. Desde la idea de proteger esos momentos, casi sagrados, y de la necesidad de sacar tiempo ¡ªde donde sea¡ª para hablar en familia, naci¨® la iniciativa. A?os despu¨¦s, cuando sus hijos ya eran mayores, Adatto se sent¨® a escribirla con la esperanza de ayudar a mejorar la comunicaci¨®n y el discurso c¨ªvico de los ni?os mediante los cuentos.
Uno de los objetivos del proyecto ¡ªque se ha implementado ya en numerosas escuelas en pa¨ªses como Estados Unidos, China, Irlanda, Korea o Argentina¡ª es fortalecer los lazos educativos entre el hogar y la escuela. La historia va acompa?ada de una gu¨ªa para padres y profesores, repleta de posibles preguntas que pueden estimular la reflexi¨®n moral y ¨¦tica de los peque?os. ¡°Algunos profesores nos han dicho que las preguntas que proponemos en el manual son tan profundas que los alumnos responden cosas que jam¨¢s les hab¨ªan escuchado decir antes¡±, cuenta Adatto.
Es, aun as¨ª, un momento delicado para la relaci¨®n entre colegios y familias, ante el debate imperante de si la educaci¨®n pertenece al maestro o al padre. A casa o a la escuela. Las bibliotecas del Estado de Florida registraron innumerables peticiones para retirar 2.571 libros de los colegios en 2022, tras una ola de movimiento conservador. En Espa?a, la educaci¨®n sexual desat¨® ya en 2020 las peticiones por parte de la ultraderecha para implantar el veto parental.
¡°No es una historia did¨¢ctica. No te dice c¨®mo pensar. No te habla de ninguna posici¨®n pol¨ªtica. Est¨¢ arraigada en valores¡±, afirma Adatto. ¡°Nuestro prop¨®sito es que sea el propio ni?o el que establece el v¨ªnculo entre la familia y la escuela. Si se implementa bien, el ni?o querr¨¢ seguir hablando de la historia con sus amigos en el recreo. Y luego, se llevar¨¢ la historia a casa y la contar¨¢ en voz alta durante la cena, est¨¦ quien est¨¦. Y creemos que eso invita a todos a mantener una conversaci¨®n sobre valores y moral¡±, comenta Sandel. El libro, pensado para contarse en voz alta, esquiva as¨ª las barreras del analfabetismo y el lenguaje, y tambi¨¦n las de la ideolog¨ªa.
¡°Civismo natural¡±
Uno no puede evitar, sin embargo, preguntarse si es posible ense?ar a los ni?os sobre debate c¨ªvico mientras el de sus referentes, el que ocurre en el universo adulto, est¨¢ viciado y es violento. Especialmente en todo lo que rodea a la pol¨ªtica. ¡°Realmente, la forma en que los ni?os llevan a Babay¨¢n y las preguntas con ellos, ya lleva impl¨ªcita una especie de civismo natural. Antes de que alguien les explique las normas de la sociedad, los ni?os pueden hacer un gran trabajo reflexionando sobre lo que ocurre en el cuento. Triunfa la curiosidad, y ese es el esp¨ªritu del civismo, porque implica un cuestionamiento de las cosas¡±, sostiene Sandel. ¡°No pretendemos que nuestro proyecto arregle este problema por s¨ª solo, pero s¨ª esperamos hacer una peque?a contribuci¨®n invitando a los ni?os a ser practicantes del civismo desde peque?os. Quiz¨¢ incluso embajadores del civismo ante sus familias¡±, apuntan al mismo tiempo.
El valor fundamental del cuento no reside ¨²nicamente en la historia de Babay¨¢n y las preguntas de la gu¨ªa. Tambi¨¦n en que promueve la narraci¨®n hablada, el regreso a las leyendas y a los cuentacuentos. La historia no es, pues, una herramienta dise?ada exclusivamente para los m¨¢s peque?os. Sirve igualmente para los mayores. ¡°Hemos perdido la capacidad de escuchar. No solo hemos dejado de prestar atenci¨®n a las palabras, sino tambi¨¦n a la actitud, las convicciones morales, las preocupaciones y esperanzas que se encuentran detr¨¢s de los discursos sobre pol¨ªtica. Y esa es una responsabilidad c¨ªvica importante, que podemos tratar de enmendar con esta herramienta, cultivando el arte de escuchar¡±, precisa el fil¨®sofo.
El dise?o del proyecto pretende enfrascar a padres, t¨ªos, abuelos o hermanos mayores en un di¨¢logo fantasioso con los ni?os, y que sus conclusiones puedan aplicarse en el mundo real. ¡°Esa es la parte m¨¢s dif¨ªcil. Porque cuanto m¨¢s nos aferramos a nuestras opiniones a medida que crecemos, menos curiosos nos volvemos y menos buenos para tener en cuenta otras opiniones¡±, admite Sandel. Adatto se muestra optimista: ¡°Conforme nos hacemos mayores, los adultos perdemos el contacto con nuestra imaginaci¨®n. Pero cuando estamos con ni?os peque?os, el mundo fant¨¢stico vuelve a nosotros. Cuando un adulto observa a un ni?o aprender a andar, hablar o comer, no hay tanto juicio ni correcci¨®n. Hay alegr¨ªa. Por eso funciona¡±.
La profesora de Harvard espera que el proyecto comience a aplicarse de manera efectiva en cuantas m¨¢s escuelas mejor: ¡°Todo nuestro esp¨ªritu es sin ¨¢nimo de lucro, y conseguir los recursos es muy f¨¢cil¡±. Basta con el libro y la gu¨ªa, que se encuentra de forma gratuita online. ¡°Esperamos que los colegios y las ONG lo adopten, y deseamos que en Espa?a sea pronto tambi¨¦n¡±, dice. ¡°Porque creemos que dentro de cada ni?o hay un peque?o fil¨®sofo. Hay que incluir a los ni?os en los debates con la misma dignidad y respeto con los que se incluye a un adulto. Dejemos que piensen en las preguntas m¨¢s profundas sobre la vida. Antes de que se les exprima, de que la gente deje de escuchar su voz para ponerles un mont¨®n de deberes. Hay mucha sabidur¨ªa ah¨ª guardada¡±.
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