Madres arrepentidas: ¡°Si pudiese volver atr¨¢s, no me quedar¨ªa embarazada¡±
Odian la maternidad, pero aman a sus hijos. El estigma pesa sobre las mujeres que se sienten as¨ª, en un momento en el que se mantiene la idealizaci¨®n y la presi¨®n social sobre las progenitoras
La brasile?a Karla Ten¨®rio, de 40 a?os, ya se arrepinti¨® de ser madre en el parto: ¡°Cuando la cabeza de mi hija sali¨® de m¨ª¡±. Define este momento, en el que hubo complicaciones, como ¡°un shock¡± y asegura que ¡°es compatible querer a tu ni?a y lamentar ser mam¨¢¡± porque, explica, su conflicto es con las cargas que acarrea la maternidad y no con su hija, de 13 a?os. Al principio, se sent¨ªa ¡°un monstruo¡±. Despu¨¦s, se percat¨® de que lo que ella viv¨ªa era compartido por m¨¢s personas. El 12% de las madres cuestiona la elecci¨®n de haberlo sido, seg¨²n el informe Las Invisibles, elaborado por la Asociaci¨®n Yo No Renuncio y el Club de Malasmadres, tras encuestar a 94.000 mujeres. La idealizaci¨®n de la maternidad y la presi¨®n social influyen en la toma de esta decisi¨®n, que no siempre concilia con la vida laboral y social. Aunque ahora su hija es la persona m¨¢s importante de su vida, Ten¨®rio lo tiene claro: ¡°Si pudiese volver atr¨¢s, no me quedar¨ªa embarazada¡±.
Sus palabras son repetidas por las barcelonesas Laura Cava, de 36 a?os, y Ana, que prefiere no facilitar su apellido, de 38. Esta ¨²ltima se sorprendi¨® cuando se enter¨® de su embarazo. ¡°Tuve un c¨¢ncer de mama y los m¨¦dicos me dijeron que era pr¨¢cticamente imposible lograr una gestaci¨®n por los tratamientos recibidos¡±, explica. Decidi¨® seguir adelante: ¡°?ramos los ¨²nicos que est¨¢bamos fuera del patr¨®n familiar¡±. Siempre escuch¨® que la maternidad era lo mejor que le pod¨ªa pasar en la vida, aunque ahora discrepa. Confiesa que quiere ¡°con locura¡± a su peque?o, de un a?o, pero lo que se siente por ¨¦l no justifica su nueva realidad con ¡°un estr¨¦s constante¡± que considera insano.
Ten¨®rio decidi¨® tener a su hija por ¡°la idea preconcebida de la maternidad idealizada¡±. Sufri¨® una depresi¨®n durante nueve a?os, desde el parto. ¡°Me obsesion¨¦ con la crianza perfecta, quer¨ªa hacerlo todo sin delegar, no descansaba nunca y empec¨¦ a perder la memoria y la noci¨®n del tiempo¡±, describe. Recuerda esos momentos con dureza: ¡°Parec¨ªa que la vida se acababa, como si naciera una madre y muriera una mujer¡±. Actualmente, se siente bien porque ha construido ¡°una bonita relaci¨®n¡± con su hija. Pero si pudiera retroceder en el tiempo, no elegir¨ªa el camino de la maternidad. Cree que su vida profesional y personal ser¨ªa mejor.
¡°Esta rutina de lavar biberones o ir a la guarder¨ªa no me gusta¡±, cuenta Ana. Aun as¨ª, lo hace siempre con la mejor actitud. Su autoexigencia le dificulta desconectar por un segundo de su hijo. ¡°Pierdes un poco tu identidad, la libertad no existe. Es pr¨¢cticamente imposible ir sola al ba?o¡±, ejemplifica. Laura Cava tambi¨¦n se arrepiente de ser madre, pero concede mucha importancia a la educaci¨®n de sus peque?os, de seis y ocho a?os. ¡°Tengo que equilibrar mi frustraci¨®n personal por tomar la decisi¨®n equivocada con la responsabilidad de querer hacerlo bien¡±, detalla.
La gerente de Psic¨®logos Madrid, Montserrat Cabello, revela que el arrepentimiento materno es una realidad que ha aflorado en consulta hace unos 10 a?os, pero la frecuencia de pacientes que acuden a la cl¨ªnica por este tema va en aumento. Cree que esta situaci¨®n siempre ha estado presente, aunque antes no se visibilizaba. La presi¨®n social para tener hijos sigue vigente, seg¨²n observa. Piensa tambi¨¦n que en el pasado la sociedad no exig¨ªa tanto a las madres. ¡°No solo tienen que criar, deben desarrollarse personal y laboralmente. Se han multiplicado las tareas¡±, matiza.
Cava ha tenido que aparcar sus aspiraciones profesionales y eso la entristece. La desigualdad salarial frente a su pareja la llev¨® a reducir su jornada laboral para atender a sus hijos. No percibi¨® en su juventud el deseo de ser madre, pero con una vida estable y la ilusi¨®n que ¨¦l ten¨ªa por ser padre tuvo dos hijos. Se percat¨® de que estaba arrepentida cuando los peque?os dejaron de ser beb¨¦s y empez¨® a querer retomar su vida anterior, sin ¨¦xito. Se frustra porque el sistema social no la acompa?a: ¡°T¨² peleas por volver a ser la de antes, pero te encuentras muchos muros, con la demanda en paralelo de dos ni?os que necesitan de ti¡±.
Cabello tambi¨¦n observa en su consulta que las mujeres se sienten ahora m¨¢s solas en la crianza porque antes exist¨ªa un entorno social que apoyaba m¨¢s a las madres. ¡°Hab¨ªa una tribu, se criaba a los hijos entre todos¡±, cuenta. Adem¨¢s, aunque se asume que la pareja va a colaborar en los cuidados, dice que no siempre es as¨ª. ¡°Hay personas que tienen claro que no quieren tener hijos solas, pero despu¨¦s se encuentran con que lo que iba a ser un proyecto en com¨²n, no lo es porque se ha roto el contrato¡±, aclara. Para la psic¨®loga, la presi¨®n social, la idealizaci¨®n y la desigualdad influyen muchas veces en el posterior arrepentimiento: ¡°Ve a la puerta de un colegio y compara las madres y los padres que van a recoger a sus hijos¡±.
Cuando Ten¨®rio descubri¨® que hab¨ªa m¨¢s personas en su situaci¨®n, cre¨® en 2020 la cuenta de Instagram ¡°M?e Arrependida¡± (madre arrepentida, en portugu¨¦s), para promocionar su obra de teatro en la que aborda este asunto. Medio a?o despu¨¦s cont¨® en esta red social su opini¨®n sobre la maternidad: ¡°Fui apedreada hasta que muchos se dieron cuenta de que yo amaba a mi hija y se gener¨® un movimiento de empat¨ªa¡±, confiesa. Acumula en su perfil m¨¢s de medio mill¨®n de seguidoras, que comparten tambi¨¦n sus experiencias. ¡°Liberar a una madre arrepentida es liberar a una hija¡±, asegura. Pretende deconstruir el mito de la maternidad que, seg¨²n ella, fue impuesto. ¡°Coelho Neto, un poeta brasile?o, escribi¨® que ser madre era sufrir en el para¨ªso. ?Dir¨ªa lo mismo su mujer, con la que tuvo 14 hijos?¡±, reflexiona.
Cava confiesa que la maternidad no ha llegado para completar su vida, con la que se sent¨ªa satisfecha, sino para restarle independencia. ¡°Llega el viernes y, muchas veces, no tienes fuerza, antes de entrar a trabajar ya has trabajado y despu¨¦s tienes que seguir trabajando hasta que te acuestas¡±, cuenta. Aunque odia ir al parque, se niega a llenar de actividades extraescolares las tardes de sus hijos: ¡°Entonces, para qu¨¦ tenemos ni?os. No me gusta el trabajo de ser madre, pero voy a intentar que tengan una buena vida¡±.
La psic¨®loga explica que al principio se puede confundir una depresi¨®n posparto con un arrepentimiento porque la sintomatolog¨ªa es similar: depresi¨®n, ansiedad, cambios de humor, fatiga, desasosiego y aislamiento social. Pero ¡°la diferencia est¨¢ en una cuesti¨®n filos¨®fica, en el porqu¨¦: qui¨¦n soy yo y c¨®mo quiero posicionarme en el mundo¡±, matiza. En el primer caso, no hay un pesar por ser madre.
Mujeres incomprendidas
Estas mujeres se sienten incomprendidas y perseguidas por un tab¨². ¡°No me gustan los grupos de WhatsApp de padres del cole ni salir con mis amigas para hablar de ni?os. Cuando digo que ya tengo ganas de que se vayan de casa, la gente se r¨ªe y se lo toma a cachondeo, o no saben qu¨¦ contestar porque no se habla de esto con naturalidad¡±, cuenta Cava. Por otra parte, Ana agradece el apoyo incondicional de su pareja, pero a veces se ve inundada por la culpa porque considera que su hijo es muy bueno.
Cabello recalca la importancia de soltar este sentimiento porque estas mujeres ¡°no son ego¨ªstas¡±, ya que se preocupan por sus hijos y los quieren. Adem¨¢s, insiste en que el arrepentimiento no va a dominar sus vidas porque se aprende a gestionar, construyendo una maternidad a medida que no est¨¦ al servicio de las imposiciones sociales.
La parad¨®jica ambivalencia de odiar la maternidad y amar a un hijo es posible para estas mujeres. Son madres que afrontan ahora el presente con responsabilidad, pero si pudieran volver al pasado tomar¨ªan otra decisi¨®n que, desde su experiencia, consideran m¨¢s oportuna. Ten¨®rio ya ha abordado este tema con su hija adolescente: ¡°Le cont¨¦ que era un problema de su madre con la sociedad, no con ella¡±.
¡ª ?Qu¨¦ le respondi¨®?
¡ª Ser madre arrepentida es una realidad, pero t¨² me amas y me cuidas, entonces para m¨ª solo es una palabra.
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