El juicio a Dani Alves: ocho cuestiones que cambian con la ley del ¡®solo s¨ª es s¨ª¡¯
La norma sobre garant¨ªa integral de la libertad sexual recogi¨® avances sociales e introdujo una serie de medidas y modificaciones legislativas que ya se han visto reflejadas en el proceso contra el futbolista
Hay procesos que son simb¨®licos por lo que condensan: porque producen cambios, porque son fruto de ellos o porque los reflejan. El caso contra Dani Alves por agresi¨®n sexual es ya, sin haber comenzado el juicio (si no hay acuerdo, lo har¨¢ este lunes), uno de esos procesos. Y es tambi¨¦n el primero, medi¨¢tico, con la ley del solo s¨ª es s¨ª, una norma que naci¨® precisamente de un cambio social ¡ªrespecto a la percepci¨®n de la violencia sexual¡ª, y a su vez impuls¨® otros. Y van m¨¢s all¨¢ de lo penal. ¡°Porque de la norma, hasta ahora, solo hemos visto los aspectos negativos¡±, dice la jurista Altamira Gonzalo, que se refiere ¡°a las excarcelaciones y reducciones de pena que han eclipsado todo el contenido de la ley, es decir, el tratamiento integral que se da a las mujeres v¨ªctimas de violencia sexual y que es lo que diferencia el contexto y las consecuencias que tiene una denuncia tras su entrada en vigor a las que se hicieron anteriormente¡±.
?Cu¨¢les son esas diferencias? ?Qu¨¦ pueden suponer para la v¨ªctima de Alves? ?Y en el proceso? Aqu¨ª, la fiscal de Sala de Violencia sobre la Mujer Teresa Peramato, la exdelegada del Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero Victoria Rosell, el tambi¨¦n exdelegado Miguel Lorente y la jurista Altamira Gonzalo analizan a ra¨ªz de este caso c¨®mo puede cambiar un juicio tras la entrada en vigor de esa norma.
La denuncia
Victoria Rosell recuerda que en ¡°estos primeros casos que se conocen, algo esencial es la propia denuncia¡±, porque son ¡°esos de los cuales en general no hab¨ªa, cuando has entrado voluntariamente a un ba?o o iniciado tocamientos consentidos que pasan a no consentidos¡ Ah¨ª es donde m¨¢s prejuicios hab¨ªa, y m¨¢s impunidad¡±. M¨¢s a¨²n cuando, como en este caso, el presunto agresor es conocido, influyente y con una enorme capacidad econ¨®mica. La percepci¨®n de la exdelegada, y la del resto de expertas, como Altamira Gonzalo, es que ¡°la sensibilizaci¨®n de los ¨²ltimos a?os respecto a la violencia sexual tiene que ver en que eso est¨¦ cambiando¡±.
Es la jurista quien repasa datos: ¡°En 2022 solo hubo 17.000 denuncias, poqu¨ªsimo, para que tengamos una referencia, denuncias por violencia machista hay una media cada a?o de 165.000. De las 17.000 se dictaron 3.148 sentencias condenatorias, el 66% (2.074) es de 0 a 2 a?os, es decir que no entran a cumplir c¨¢rcel si no hay antecedentes. Podemos decir que la violencia sexual es un delito que goza de relativa impunidad, no solo en Espa?a, sino en todo el mundo¡±.
Protocolos que lo pueden cambiar todo
Dice tambi¨¦n Gonzalo que esa sensibilizaci¨®n est¨¢ relacionada con el contexto en el que se produjo la denuncia: ¡°Que la sala de fiestas donde ocurrieron los hechos tuviese un protocolo y adem¨¢s funcionase signific¨® que a la v¨ªctima se le facilit¨® la posibilidad de pedir ayuda, de denunciar, y la detenci¨®n del supuesto agresor¡±. Ese protocolo de la discoteca Sutton, No callamos, se aplic¨®, seg¨²n las diversas fuentes consultadas en aquel momento por este diario, sin fisuras; desde el primer filtro, el portero que se dio cuenta de que algo hab¨ªa sucedido, hasta la llegada de los Mossos d¡¯Esquadra.
El cuestionamiento de las mujeres
Otro elemento interesante e importante para Lorente es el cuestionamiento de la v¨ªctima, ¡°uno de los grandes argumentos que han tenido las defensas en los casos de violencia sexual¡±, argumentar sobre la responsabilidad de las propias v¨ªctimas: si hab¨ªa bebido, si hab¨ªa flirteado previamente, si hab¨ªa consentido al inicio de la relaci¨®n. Elementos que forman parte de la cultura de la violaci¨®n y que cada vez est¨¢n menos arraigados y son ¡°m¨¢s f¨¢ciles de identificar¡± por la poblaci¨®n, por las instituciones y tambi¨¦n para las propias v¨ªctimas.
Renunciar a la indemnizaci¨®n. O no
Victoria Rosell recuerda el momento en el que ella renunci¨® a la acci¨®n civil, a la indemnizaci¨®n que le corresponde como derecho, y tambi¨¦n en el que cambi¨® de opini¨®n: ¡°Qu¨¦ carga, positiva, tiene esto de quitarte el prejuicio de la aprovechada de un hombre con dinero, el estereotipo de la buena v¨ªctima que ha provocado tanto dolor¡±. Para que la v¨ªctima de Alves pudiera hacer eso, hubo primero un cambio en la Ley de Enjuiciamiento Criminal que hizo la ley del solo s¨ª es s¨ª: ¡°Introdujimos un p¨¢rrafo [en el art¨ªculo 112] para poder revocar la decisi¨®n si despu¨¦s de haberla tomado te das cuenta de que los hechos son m¨¢s graves de lo que t¨² pensabas, o porque renunciaste por la relaci¨®n que ten¨ªas con el agresor, o por presiones, que es algo que sabemos que sucede¡±.
Esa indemnizaci¨®n forma parte de uno de los elementos clave de la ley de Libertad Sexual, la reparaci¨®n de las v¨ªctimas. ¡°Eso es fundamental porque implica m¨¢s que da?os y prejuicios, porque hablamos de reparaci¨®n tambi¨¦n social, simb¨®lica, indemnizaciones no solo por cuestiones f¨ªsicas o psicol¨®gicas sino tambi¨¦n por cuestiones morales, por lucro cesante, es decir, por todo aquello que las mujeres tienen que dejar de hacer tras sufrir una agresi¨®n por c¨®mo las afecta, como sus estudios, o el trabajo¡±, apunta Peramato.
Estereotipos sobre el agresor
Para Altamira Gonzalo es vital la conciencia de que ¡°sea quien sea el agresor, puede ser un agresor¡±. Es decir, que el poder, la fama o la influencia social no sea un elemento de minimizaci¨®n de la violencia. Dani Alves es exjugador del Barcelona, conocido mundialmente, acumula 36,6 millones de seguidores en Instagram, ha sido internacional con la selecci¨®n brasile?a desde 2006 y es el segundo jugador con m¨¢s t¨ªtulos (en equipo) en la historia del f¨²tbol. Por eso, incide Gonzalo, ¡°el mensaje de que todo el mundo es tratado igual en los juzgados es muy importante, porque legalmente tiene que ser as¨ª y porque hay que hacer llegar que no son impunes¡±.
Tambi¨¦n, dice Lorente, ¡°lo de Alves va a permitir entender y romper esa violencia estereotipada por la que se cree que determinados hombres no pueden ser agresores porque ¡®no les hace falta violar para tener sexo¡¯. Hay que recordar una y otra vez que la violaci¨®n no es sexo, sino poder¡±.
El ¡®solo s¨ª es s¨ª' o c¨®mo eso cambia las preguntas al acusado
El cambio de modelo hacia el solo s¨ª es s¨ª va a provocar tambi¨¦n ciertos cambios en las preguntas que en sala se hagan al acusado. Explica Teresa Peramato que ¡°con todos los derechos procesales del acusado garantizados¡± y, como siempre, estando la carga de la prueba en la acusaci¨®n, ¡°que va a tener que demostrar siempre que el acto sexual se llev¨® a cabo sin el consentimiento de la v¨ªctima, ahora ya es sin el consentimiento afirmativo¡±, por lo que lo que m¨¢s importante le parece ¡°es que el acusado ya no va a poder decir ¡®s¨ª, yo cre¨ª que¡¯, no es suficiente la creencia subjetiva, sino que se exige a cualquier persona demandante que si tiene dudas del no consentimiento explore cu¨¢l es la voluntad real de la otra persona y que adopte las medidas necesarias para tener el consentimiento con las circunstancias del contexto¡±.
Los l¨ªmites de los interrogatorios
Si no hay acuerdo y el juicio se produce, habr¨¢ algo que en la sala, en principio, ya no podr¨¢ ocurrir, porque recuerda Victoria Rosell que ¡°el presidente del tribunal va a limitar las preguntas que se puedan hacer sobre la vida anterior o ¨ªntima o posterior de la v¨ªctima. Lo que antes era la regla [preguntas sobre si tras la agresi¨®n hab¨ªa vuelto a su vida normal o si era alguien con muchas parejas sexuales, por ejemplo] ha cambiado por la excepci¨®n, y solo si son realmente imprescindibles para el caso, justificadamente, las admitir¨¢¡±. Esa limitaci¨®n es debida a la modificaci¨®n del art¨ªculo 709 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que hizo la ley de Libertad Sexual, y a?ade que si llegaran a formularse esas preguntas, ¡°el Presidente no permitir¨¢ que sean contestadas¡±.
La persecuci¨®n medi¨¢tica y social de las v¨ªctimas
A principios de a?o, la v¨ªctima de Alves denunci¨® la publicaci¨®n de sus datos personales en redes sociales, incluidos su nombre completo y su edad, por personas del entorno del exfutbolista, incluida su madre. Rosell recuerda que la ley de Libertad Sexual tambi¨¦n tuvo en cuenta esta cuesti¨®n e introdujo otro cambio en el art¨ªculo 681 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para que ¡°m¨¢s all¨¢ de demandas y denuncias en el propio proceso, que ya se hac¨ªan, sea el propio tribunal quien forme parte de esa limitaci¨®n¡±.
Ese art¨ªculo establece que ¡°queda prohibida, en todo caso, la divulgaci¨®n o publicaci¨®n de informaci¨®n relativa a la identidad de las v¨ªctimas [...] as¨ª como de datos que puedan facilitar su identificaci¨®n de forma directa o indirecta, o de aquellas circunstancias personales que hubieran sido valoradas para resolver sobre sus necesidades de protecci¨®n, as¨ª como la obtenci¨®n, divulgaci¨®n o publicaci¨®n de im¨¢genes suyas o de sus familiares¡±.
El efecto pedag¨®gico
Hay cuestiones a veces intangibles que son esenciales alrededor de una legislaci¨®n, porque son parte de los avances de una sociedad y tambi¨¦n porque conllevan cambios que s¨ª son tangibles. El efecto pedag¨®gico es una de esas cuestiones y dice Miguel Lorente que, a veces, puede ser ¡°casi lo m¨¢s importante¡±. Es ese aprendizaje que la sociedad hace a trav¨¦s de una norma sobre una cuesti¨®n en concreto. En este caso fue la propia sociedad, el movimiento feminista, el que impuls¨® la nueva legislaci¨®n y, a la vez, la ley ayuda a que se extienda y se consolide esa nueva comprensi¨®n de la violencia sexual: ¡°Te est¨¢ diciendo cosas que de otra manera no sabr¨ªas con tanta nitidez, sit¨²a el marco de referencia y de significado de una nueva realidad¡±.
Ocurri¨® tambi¨¦n en 2004: ¡°Hab¨ªa una normalizaci¨®n de la violencia machista en las casas, en las parejas, y la Ley contra la Violencia de G¨¦nero ayud¨® a entender y demostr¨® que no era normal. Ha habido hasta ahora una negaci¨®n de la existencia de violencia sexual como una cuesti¨®n estructural y extendida y la de Libertad Sexual ayuda a destaparla¡±. Y, como ha sucedido en otras ocasiones, ese efecto pedag¨®gico se intensifica con el ejemplo de un solo caso, como cree Lorente que ya ha sucedido con el de Alves.
Del consentimiento a la credibilidad
Otra de esas cuestiones intangibles es la percepci¨®n sobre la credibilidad. Espa?a ha dejado atr¨¢s el modelo del ¡°no es no¡±, que, explica Teresa Peramato, ¡°part¨ªa de que la violencia se entend¨ªa como violencia solo cuando se hac¨ªa en contra de la voluntad perceptible de la otra persona¡±. Con un ¡°no¡±, con resistencia, f¨ªsica o verbal. Pero ese modelo no se ajustaba a la realidad de una agresi¨®n, en la que muchas veces las v¨ªctimas no pueden reaccionar ¡ªla llamada inmovilidad t¨®nica¡ª, o prefieren no hacerlo por miedo a que la situaci¨®n se agrave. A¨²n as¨ª, y aunque lo que m¨¢s se manej¨® con la ley fue la idea del consentimiento, Lorente recuerda que ¡°el consentimiento no es algo nuevo, ya era la base: sin consentimiento era violencia¡±.
Una de las primeras cosas que la v¨ªctima de Alves dijo al responsable de la discoteca donde se produjo la agresi¨®n, y al empleado que la hab¨ªa visto llorar en el pasillo, fue: ¡°No voy a denunciar, porque¡ ?qui¨¦n me va a creer?¡±. Y es justo eso, la credibilidad, donde apunta Lorente que est¨¢ la diferencia: ¡°En la manera de plantear el consentimiento, que est¨¢ ahora sobre la credibilidad. La respuesta social feminista a La Manada fue el ¡®hermana, yo s¨ª te creo¡¯, no se hablaba del consentimiento, no se reivindicaba el consentimiento, sino la credibilidad. Dejando atr¨¢s todo ese imaginario en el que las mujeres dicen ¡®no¡¯ cuando quieren decir ¡®s¨ª¡¯, y estaba todo sometido de alguna forma a la decisi¨®n del hombre¡±.
El tel¨¦fono 016 atiende a las v¨ªctimas de cualquier violencia machista ¡ªde la psicol¨®gica a la f¨ªsica, la econ¨®mica o la sexual¡ª, a sus familias y a su entorno las 24 horas del d¨ªa, todos los d¨ªas del a?o, en 53 idiomas diferentes. El n¨²mero no queda registrado en la factura telef¨®nica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. Tambi¨¦n se puede contactar a trav¨¦s del correo electr¨®nico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el n¨²mero 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al tel¨¦fono de la Fundaci¨®n ANAR 900 20 20 10. Si es una situaci¨®n de emergencia, se puede llamar al 112 o a los tel¨¦fonos de la Polic¨ªa Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicaci¨®n ALERTCOPS, desde la que se env¨ªa una se?al de alerta a la Polic¨ªa con geolocalizaci¨®n.
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