?Qu¨¦ se le dice a alguien que lo ha perdido todo como en el incendio de Valencia? ¡°Nada, se puede hacer mucho sin hablar¡±
Los primeros momentos de estas tragedias pueden suscitar reacciones muy distintas en funci¨®n de la persona, pero muy pocas desarrollan traumas a medio y largo plazo
En una de las muchas im¨¢genes desgarradoras que ha dejado el incendio en Valencia, dos j¨®venes se abrazan delante del edificio en llamas. No parec¨ªan necesitar palabras, que no siempre ayudan en casos como este. ¡°Cuando estamos con alguien en una situaci¨®n terrible, es tan doloroso verlo, que la empat¨ªa genera ansiedad e intentamos tranquilizar al que tenemos delante. Y muchas veces es mejor no decir nada¡±, explica Jes¨²s Linares, director del m¨¢ster en Psicolog¨ªa de Emergencias de la Universidad Europea.
El impacto en estos primeros momentos puede desbordar la capacidad de muchos para gestionar las emociones. Y, en esa situaci¨®n, el trabajo de los especialistas no consiste necesariamente en hablar. ¡°No hay que decir nada. Se puede hacer mucho desde lo no verbal, con lo corporal, se puede transmitir mucho, intervenir mucho. No decir no significa no hacer; los silencios en nuestro trabajo son muy importantes, se trata de dejar hablar a la persona afectada para que pueda construir la propia narrativa de lo que ha ocurrido¡±, agrega Edurne Crespo, vocal de Sociedad Madrile?a de Psicolog¨ªa Cl¨ªnica y experta en emergencias.
En ese dejar hablar, muchas veces se van dilucidando las necesidades de las personas afectadas sin necesidad de inquirir directamente qu¨¦ les hace falta, algo que, en los primeros momentos, quiz¨¢s ni siquiera tienen muy claro. Por ejemplo, conversar sobre los ni?os y descubrir que quiz¨¢s no hab¨ªa nadie que los recogiera del colegio.
Nada de malo tiene la enorme ola de solidaridad que se desat¨® tras el incendio. Las donaciones resultaron ¨²tiles a algunos de quienes hab¨ªan salido pr¨¢cticamente con lo puesto, incluso a medio vestir o en pijama. Pero la tragedia gener¨® tal movimiento de empat¨ªa que lleg¨® a resultar excesiva: por ejemplo, la enorme cantidad de mantas donadas, teniendo en cuenta que los damnificados fueron alojados ya la primera noche en hoteles.
En cualquier caso, no hay recetas ¨²nicas, porque cada persona puede vivir una tragedia as¨ª de forma muy diferente y ninguna es buena ni mala. Los expertos est¨¢n acostumbrados a ver ansiedad, rabia, ira, negaci¨®n, incluso desorientaci¨®n: quienes al d¨ªa siguiente quieren volver a su casa como si no hubiera pasado nada, cosa que dentro del primer impacto, si no va a m¨¢s, no es ni raro ni preocupante.
¡°Incluso una misma persona puede reaccionar de manera distinta en funci¨®n del momento¡±, dice Mar¨ªa Abeng¨®zar, responsable de Equipos de Respuesta Inmediata en Emergencias de Atenci¨®n Psicosocial de Cruz Roja. ¡°As¨ª que la respuesta no depende tanto del tipo de suceso como de estas diferencias personales. La gran variedad de reacciones emocionales que pueden tener es tan amplia, que cualquier tipo de respuesta es natural en estos primeros momentos. La gente suele esperar que est¨¦n con mucha ansiedad, y a menudo es as¨ª, pero otras personas muestran una capacidad de tolerancia brutal, incluso tranquilidad y capacidad de pensar¡±, a?ade.
Con el edificio ardiendo, Marcos y su esposa decidieron irse al Corte Ingl¨¦s a comprar ropa. Vestido con uno de los trajes que adquiri¨®, al d¨ªa siguiente del siniestro, explicaba en el hall del Valencia Palace que tras hablar con su aseguradora conf¨ªa en que responder¨¢. ¡°Todo lo que se ha perdido es material¡±, racionaliza. Sabe que hay cosas que no van a recuperar, como una primera edici¨®n de Alicia en el pa¨ªs de las maravillas que le regal¨® a su esposa, que se llama Alicia. ¡°Si compr¨¢semos otro nos recordar¨ªa lo ocurrido¡±, contin¨²a.
Esta p¨¦rdida de lo material, sin embargo, puede ser muy dolorosa. Aunque la personal es l¨®gicamente la m¨¢s tr¨¢gica, Crespo recomienda no hacer comparaciones ni juzgar el dolor, sino legitimarlo, venga de donde venga: ¡°Va a depender mucho de la importancia que le demos a las cosas. Puede que un mueble sea herencia de tu abuela y para ti sea casi como perder de nuevo a tu abuela. Cada uno vive las p¨¦rdidas como puede en funci¨®n de su propia historia vital. Como tambi¨¦n puede ser muy doloroso y muy duro perder a una mascota porque el v¨ªnculo sentimental con ellas es muy fuerte¡±.
Jos¨¦ Luis Mas, m¨¦dico de urgencias jubilado, de 67 a?os, cuenta que cuando bajaba por las escaleras del inmueble, coincidi¨® con varias personas que tambi¨¦n lo hac¨ªan (y convenci¨® a algunos para que no usaran los ascensores, seis, que ten¨ªa el edificio, ante el riesgo de que se quedaran parados por las llamas). ¡°Pero hab¨ªa incluso una que sub¨ªa. Le dije: ¡®No subas, que hay mucho humo¡¯. Y me dijo: ¡®Las gatas, tengo que coger las gatas¡±.
Hace tres a?os que Mas compr¨® el piso, por 226.000 euros, con el dinero que obtuvo de lo que le correspondi¨® de la venta de la casa en la que hab¨ªa vivido con su anterior mujer y de una herencia que recibi¨® por el fallecimiento de su madre. ¡°Es mucho dinero, yo no tengo ahora dinero para comprarme otro piso ni mucho menos¡±, comenta. El piso que ahora ha perdido le gustaba, pero, por otra parte, siempre le hab¨ªa atra¨ªdo vivir en el campo. La inmobiliaria que le vendi¨® el piso lo sab¨ªa, y por eso hace justo dos meses recibi¨® una llamada de uno de sus empleados. ¡°Me dijo: ¡®Hay una persona de Madrid que les interesa comprarte el piso. Te ofrecen 300.000 euros en mano ya¡¯. Lo habl¨¦ con ?ngela, mi mujer, pero pensamos: a d¨®nde nos vamos a ir ahora, ya eres mayor para otra mudanza¡ Y mira: Ni 200.000 ni 300.000, cero¡±.
Estos pensamientos se encuadran en una reacci¨®n muy frecuente, que consiste de alguna forma en buscar la propia culpa. ¡°Tiene que ver con uno de los pilares en los que se sustenta nuestra psique y nos da estabilidad a nivel psicol¨®gico, que es el control. Creo que controlo m¨¢s de lo que controlo, que podr¨ªa haberlo evitado, si hubiera hecho esto o aquello¡±, asegura Crespo.
Se trata, tambi¨¦n, de buscar causas a lo ocurrido. ¡°El problema puede venir cuando una persona se queda muy anclada en eso despu¨¦s de un tiempo, porque quiz¨¢s no le permite conectar con el dolor y con la p¨¦rdida. Aunque al principio es muy normal, con el tiempo ser¨ªa importante trabajar en desculpabilizarse, conectar con el dolor y asumir que algo as¨ª no se habr¨ªa podido evitar¡±, contin¨²a esta psic¨®loga.
Pero normalmente no es necesaria una terapia a medio o largo plazo. Aunque los tres expertos consultados creen que es m¨¢s que aconsejable poner a disposici¨®n de los afectados ayuda psicol¨®gica en los primeros momentos para poder afrontar mejor un golpe que al principio cuesta incluso creer, la literatura cient¨ªfica muestra que la gran mayor¨ªa de las personas puede superar estos reveses sin desarrollar patolog¨ªas. El estr¨¦s postraum¨¢tico, la m¨¢s caracter¨ªstica, la sufren solo un peque?o porcentaje de personas. Estas s¨ª deben contar con recursos psicol¨®gicos para superarlo m¨¢s all¨¢ de los primeros momentos de la tragedia.
Qu¨¦ hacer con los ni?os
Si es complicado manejar una situaci¨®n as¨ª con un adulto, a las personas sin formaci¨®n les puede costar mucho m¨¢s hacerlo con ni?os que se vean envueltos en desgracias como la de Valencia. Con el objetivo de protegerles, hay quien tiende a tratar que se enteren de lo menos posible, lo cual es un error, en opini¨®n de Jes¨²s Linares.
¡°Igual que no hay que meterles en el meollo de la p¨¦rdida, tampoco hay que fingir que todo est¨¢ bien. Hay que naturalizar de alguna forma la situaci¨®n, mostrarles que no pasa nada por llorar, que puede ser normal tener pesadillas, preguntarles c¨®mo se sienten, quiz¨¢s empezando a decirles que nosotros estamos tristes¡±, contin¨²a.
Seg¨²n Linares, en la medida de lo posible, debe contarles lo sucedido alguna persona importante para el ni?o, no hay que forzar la vuelta a la rutina de los m¨¢s peque?os y es bueno procurar acompa?arlos en todo momento. Y, sobre todo, insiste, no mentirles. ¡°M¨¢s tarde o m¨¢s temprano se van a enterar de lo que ha pasado y es mejor que sea con naturalidad y de forma controlada, que luego no se sientan enga?ados¡±, concluye.
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