Marruecos pugna contra la ley del silencio impuesta a diario sobre centenares de abortos clandestinos
La interrupci¨®n voluntaria del embarazo sigue estando penalizada en el pa¨ªs magreb¨ª con hasta dos a?os de c¨¢rcel para la mujer. Amnist¨ªa Internacional documenta los efectos devastadores de las pr¨¢cticas abortivas de riesgo
Marruecos se dispone a reformar la Mudawana o C¨®digo de Familia de 2004, en un lento proceso de reconocimiento de derechos de las mujeres, mientras el C¨®digo Penal de 1962, que tipifica como delito de interrupci¨®n voluntaria del embarazo tras una violaci¨®n con hasta dos a?os de c¨¢rcel, sigue vigente. A pesar de la aparente ley del silencio impuesta sobre el aborto ¨Dsolo autorizado ahora si existe peligro para la vida de la madre¨D, el debate sobre su despenalizaci¨®n agita la sociedad del pa¨ªs magreb¨ª. En un informe que acaba de presentarse en Rabat, Amnist¨ªa Internacional alerta de los devastadores efectos que su criminalizaci¨®n produce sobre las marroqu¨ªes que se someten a pr¨¢cticas abortivas de riesgo sin supervisi¨®n m¨¦dica.
¡°El aborto clandestino es un asunto muy sensible¡±, reconoc¨ªa el pasado enero ante el Parlamento el ministro de Sanidad, Jalid Ait Taleb, quien asegur¨® que una mayor¨ªa social se inclina por ¡°exonerar de responsabilidad penal los casos de fuerza mayor, como los embarazos de alto riesgo, los derivados de violaci¨®n o incesto y los que impliquen malformaciones cong¨¦nitas del feto¡±. El propio rey Mohamed VI abri¨® en 2015 el debate para su despenalizaci¨®n y el Gobierno lleg¨® a presentar un proyecto de ley sobre la materia, pero desde 2016 el proceso legislativo sigue paralizado, a la espera de una amplia reforma del C¨®digo Penal que no acaba de plasmarse en un texto.
Las asociaciones marroqu¨ªes de defensa de los derechos humanos estiman que cada d¨ªa se practican hasta 800 abortos clandestinos frente a los 200 autorizados en centros m¨¦dicos. Con la legislaci¨®n penal vigente, las mujeres que aborten voluntariamente pueden ser condenadas a una pena de entre seis meses y dos a?os de c¨¢rcel, y las personas que practiquen las intervenciones, a entre uno y dos a?os de c¨¢rcel.
¡°En 2015 presentamos un memorando para reformar el C¨®digo Penal sobre la penalizaci¨®n del aborto, pero desafortunadamente nuestras alegaciones no fueron escuchadas¡±, recuerda Jadiya Ryadi, expresidenta de la Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Derechos Humanos (AMDH). ¡°Rechazamos que las mujeres sigan siendo detenidas y juzgadas por haber decidido no tener un hijo, ya que son su salud f¨ªsica y ps¨ªquica las que est¨¢n en juego¡±, sostiene la veterana militante de izquierda, quien considera que la revisi¨®n del C¨®digo Penal deber¨ªa haberse producido antes que la de la del C¨®digo de Familia.
¡°Mientras las reivindicaciones de lucha contra la corrupci¨®n y de mayor transparencia y libertades pol¨ªticas unen a la mayor¨ªa de la sociedad civil, la cuesti¨®n del aborto o de las relaciones sexuales consentidas entre adultos la dividen [entre religiosos y laicos]¡±, advierte Ryadi. El mismo C¨®digo Penal de 1962 castiga en su art¨ªculo 490 con hasta un a?o de c¨¢rcel las relaciones extramatrimoniales, y hasta con dos a?os si son ad¨²lteras. Estas condenas se suman en muchos casos a las impuestas por interrupci¨®n voluntaria del embarazo y quedan tambi¨¦n reflejadas en sus antecedentes penales.
Farah (nombre ficticio para preservar su identidad) declar¨® a los investigadores de campo de Amnist¨ªa Internacional que hab¨ªa sido violada por un colega de trabajado cuando se encontraba inconsciente a causa de un choque insul¨ªnico. Cuando comprob¨® que estaba embarazada intent¨® abortar en el sistema sanitario, pero los ginec¨®logos rechazaron su petici¨®n. Fue despedida para que su situaci¨®n no afectara a la ¡°reputaci¨®n de su empresa¡±. ¡°Prob¨¦ con toda clase de plantas de un herborista y beb¨ª todo tipo de preparados, que me causaron dolores insoportables. Me introduje un palo por la vagina, lo que me produjo una infecci¨®n. Lo intent¨¦ todo, pero el embarazo continu¨® hasta el final. Llegu¨¦ a pensar en el suicidio¡±, detalla Farah en el informe Mi vida est¨¢ rota, presentado la semana pasada en la capital marroqu¨ª, sobre la urgencia de despenalizar el aborto.
Delitos sexuales
La feminista Jadiya Ryadi destaca que tras el bloqueo a la reforma del C¨®digo Penal se ocultan t¨¢cticas, como las denunciadas por la ONG Human Rights Watch en un informe, de las autoridades marroqu¨ªes para acallar a los disidentes pol¨ªticos con condenas de c¨¢rcel por supuestos delitos sexuales. La periodista Hajar Raissuni fue detenida en 2019 tras ser acusada de someterse a un aborto ilegal, y de los cargos de mantener relaciones sexuales sin estar casada. Trabajaba para Ajbar al Yaum, cuyo director, Taufic Buachr¨ªn, hab¨ªa sido condenado el a?o anterior a 12 a?os de c¨¢rcel por varios delitos de ¨ªndole sexual. La l¨ªnea editorial de este diario proislamista, que dej¨® de publicarse en 2021, era cr¨ªtica con la pol¨ªtica estatal. Raissuni fue sentenciada a un a?o de c¨¢rcel antes de ser indultada por el rey Mohamed VI.
Amnist¨ªa Internacional considera que la falta de medidas para garantizar el acceso a servicios de interrupci¨®n voluntaria del embarazo y cuidados posteriores tras una intervenci¨®n ¡°sin riesgos y de calidad¡± da lugar a violaciones del derecho a la vida, la salud, la dignidad, la autonom¨ªa corporal, la igualdad y la no discriminaci¨®n de mujeres y ni?as, y de su derecho a no sufrir malos tratos. ¡°La legislaci¨®n y las pr¨¢cticas discriminatorias marroqu¨ªes privan a las mujeres del derecho a decidir de forma aut¨®noma y las fuerzan a llevar a t¨¦rmino sus embarazos, independientemente de sus consecuencias, lo que favorece la violencia, la discriminaci¨®n y la pobreza vinculadas al g¨¦nero¡±, advierte Amjad Yamin, director regional adjunto para el Norte de ?frica de la organizaci¨®n.
Los hijos no reconocidos de madres solteras forzadas a llevar su embarazo hasta el final carecen de filiaci¨®n paternal, derecho de alimentos y derechos sucesorios, aunque existan pruebas biol¨®gicas de ADN que confirmen la paternidad. Las madres no casadas tampoco tienen garantizado el derecho a recibir el libro de familia, indispensable para obtener documentos oficiales que dan acceso a los servicios sociales, sanitarios o educativos.
Adem¨¢s de los debates p¨²blicos, la ley del silencio sobre el aborto se rompe en Marruecos con obras como la novela gr¨¢fica Des femmes guettant l¡¯annonce (Mujeres esperando el anuncio), con guion de la marroqu¨ª Fedwa Misk e ilustraciones de la francesa Aude Massot. El libro narra la historia de varias mujeres que viajan desde Casablanca a Agadir (en el sur de Marruecos) para intentar abortar. ¡°Es un viaje burlesco, pero tambi¨¦n grave, en el que ellas pasan por consultas m¨¦dicas, curanderas y herboristas, con muchos encuentros que les llevan a situaciones tragic¨®micas¡±, resume Misk en declaraciones recogidas por la agencia Efe en el Sal¨®n Internacional del Libro y la Edici¨®n celebrado la semana pasada en Rabat, donde se present¨® su obra en formato c¨®mic.
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