El Supremo de Estados Unidos mantiene el acceso a la p¨ªldora abortiva en un fallo un¨¢nime
El alto tribunal tumba la decisi¨®n de una instancia inferior que restring¨ªa el acceso en todo el pa¨ªs a la mifepristona, que concursa en el 63% de las interrupciones de embarazo
El Tribunal Supremo de Estados Unidos dio este jueves un ansiado respiro al movimiento en favor del derecho al aborto con una sentencia que mantiene de momento el acceso sin restricciones a la mifepristona, popular medicamento que concursa, junto a otro llamado misoprostol, en un 63% de las interrupciones del embarazo que se practican en el pa¨ªs, seg¨²n datos del Instituto Guttmacher.
El fallo un¨¢nime no fue una sorpresa para quienes siguieron las argumentaciones de la vista oral ¨Den ella, los magistrados dieron a entender que se inclinaban hacia esta decisi¨®n¨D, y llega casi dos a?os despu¨¦s de la sentencia que derog¨® el precedente de medio siglo sentado por Roe contra Wade (1973), que acab¨® con la protecci¨®n federal del aborto. Aquel fallo abri¨® una nueva era en la libertad y la salud reproductivas de las mujeres estadounidenses al dar a los Estados la potestad de legislar sobre el tema: hasta ahora, al menos 21 lo han prohibido o restringido severamente en sus territorios.
Los nueve magistrados (tres liberales y seis conservadores, tres de los cuales nombr¨® Donald Trump durante su ¨²nico mandato) tumbaron con la decisi¨®n de este jueves una sentencia de un tribunal de apelaciones de Nueva Orleans que prohib¨ªa la distribuci¨®n por correo de la mifepristona. De haber decidido lo contrario, habr¨ªa supuesto su veto a nivel federal, tambi¨¦n en aquellos lugares en los que el derecho al aborto est¨¢ protegido expresamente. El fallo, con todo, no implica que esos medicamentos puedan usarse en los 14 Estados con las legislaciones m¨¢s severas del pa¨ªs, que los prohiben sin excepci¨®n.
La decisi¨®n de 34 p¨¢ginas, redactada por uno de los jueces de Trump, Brett Kavanaugh, la tomaron los magistrados al entender que la asociaci¨®n de m¨¦dicos cristianos antiabortistas tras el caso, creada ex profeso para lanzar la cruzada judicial contra la agencia del medicamento (FDA), no cumpl¨ªa el requerimiento legal de haber sufrido un perjuicio suficiente para estar autorizada a demandar. ¡°Para eso¡±, se puede leer en la sentencia de este jueves, ¡°[la asociaci¨®n deber¨ªa haber sido capaz de] demostrar que sufri¨® o probablemente sufrir¨¢ un da?o, que el da?o probablemente fue causado o ser¨¢ causado por el demandado, y que el da?o posiblemente ser¨ªa reparado mediante la acci¨®n judicial solicitada¡±. El alto tribunal considera que los querellantes no entran en ninguna de esas categor¨ªas, aunque entiende ¡°que a muchos ciudadanos les preocupen la mifepristona y el aborto¡±.
El fallo, que incorpora una opini¨®n concurrente de Clarence Thomas, tal vez el juez m¨¢s a la derecha del grupo, no entra en si es peligroso o no tomar esas p¨ªldoras; tampoco en si es ¨¦tico hacerlo. La decisi¨®n puede interpretarse tambi¨¦n como una victoria de la FDA en su autonom¨ªa para decidir sobre su papel de ¨¢rbitro en la aprobaci¨®n de los medicamentos para su uso general. Tambi¨¦n, como un frenazo a la tendencia de este Supremo, cuya supermayor¨ªa conservadora carece de precedentes desde los a?os treinta, de minar el poder de las agencias federales. As¨ª lo demostraron el a?o pasado con un fallo desfavorable a la EPA, que se encarga de velar por el medioambiente.
FDA Vs Alliance for Hipocratic Medicine (AHM) tiene su origen en una demanda interpuesta en noviembre de 2022 contra la FDA. La AHM eligi¨® lanzar su guerra judicial en Amarillo (Texas), confiada en que all¨ª se encargar¨ªa del caso Matthew Kacsmaryk, un juez cristiano ultraconservador, y que su decisi¨®n la revisar¨ªa despu¨¦s un tribunal de apelaciones, el del Quinto Circuito, tambi¨¦n con un historial proclive a los intereses de los demandantes.
Su objetivo era prohibir el acceso total a la p¨ªldora abortiva, que se usa junto al misoprostol en un porcentaje de interrupciones de embarazo que no ha dejado de aumentar tras la derogaci¨®n de la sentencia que tumb¨® Roe. El primer f¨¢rmaco detiene la producci¨®n de progesterona e interrumpe la gestaci¨®n; el segundo provoca contracciones en la paciente y provoca la expulsi¨®n del feto.
Cinco millones de mujeres
La FDA, que aprob¨® el uso de la mifepristona hace m¨¢s de 20 a?os (siguiendo el ejemplo pionero de Francia), calcula que la han empleado m¨¢s de cinco millones de mujeres desde entonces y que no se han registrado m¨¢s contraindicaciones para la salud que las de otros populares f¨¢rmacos, como el ibuprofeno.
Kacsmaryk les dio la raz¨®n en todo en Amarillo, pero el tribunal de apelaciones del Quinto Circuito, que tiene jurisdicci¨®n sobre Texas, Luisiana y Misisip¨ª, solo les compr¨® una parte del argumento: la que culpa a sendas decisiones de la FDA de 2016 y 2021, que ampliaron el acceso a la p¨ªldora abortiva al permitir su receta por telemedicina y la compra por correo, de un supuesto aumento de los problemas derivados de ese uso m¨¢s extendido.
Desde el final de Roe contra Wade, al menos 21 Estados han prohibido o restringido severamente el derecho al aborto en mitad de un ca¨®tico mapa de legislaciones cruzadas, consultas populares y batallas en los tribunales. En esos territorios, que cubren m¨¢s o menos la mitad del pa¨ªs y abarcan ya todo el Sur de Estados Unidos, las mujeres han recurrido m¨¢s que antes de la sentencia a la mifepristona, para ahorrarse los largos y costosos desplazamientos a otros Estados necesarios para poder acceder a un aborto quir¨²rgico en cl¨ªnicas que a menudo se encuentran colapsadas por la creciente demanda de los ¨²ltimos dos a?os.
El movimiento antiabortista no ha dado se?ales de que vaya a dejar de intentar prohibir la mifepristona y el misoprostol. La ¨²ltima estrategia para lograrlo lleg¨® de Luisiana, Estado que ha iniciado el camino legislativo para designarlas como sustancias controladas y peligrosas. La idea es que acaben en la misma lista que el fentanilo o la coca¨ªna. Ya era ilegal usarlas para abortar en Luisiana; si la norma prospera, lo ser¨¢ tambi¨¦n su posesi¨®n, que podr¨ªa acarrear multas o penas de c¨¢rcel de hasta cinco a?os.
Entre las decisiones del Supremo que quedan por conocer antes de finales de este mes hay otra que afecta al derecho al aborto, uno de los asuntos que m¨¢s ha hecho por deteriorar la imagen del alto tribunal, m¨¢s perjudicada que nunca, ante la opini¨®n p¨²blica estadounidense.
Se trata del caso Idaho contra Estados Unidos, en el que los magistrados deben decidir sobre si una ley federal (EMTALA son sus siglas en ingl¨¦s), que establece las obligaciones y las facultades de los m¨¦dicos de urgencias, prevalece sobre la norma antiaborto del Estado del Medio Oeste, que tiene una de las legislaciones m¨¢s severas del pa¨ªs. Seg¨²n sus detractores, la ¡°intransigencia¡± de Idaho enfrenta a m¨¦dicos y enfermeras a un dilema de dif¨ªcil soluci¨®n en los casos en los que est¨¦ en riesgo la salud de la paciente embarazada que llegue a la sala de emergencias. Si practican una interrupci¨®n del embarazo, se exponen a perder su licencia o incluso a acabar en la c¨¢rcel. Si no, contravendr¨ªan EMTALA, que obliga a los hospitales que ofrezcan servicios de urgencias a intervenir si la salud de la mujer est¨¢ en juego.
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