Luisiana aprueba una ley para designar las p¨ªldoras abortivas como sustancias peligrosas
El Congreso del Estado sure?o vota para criminalizar la posesi¨®n de la mifepristona y el misoprostol, los dos f¨¢rmacos m¨¢s comunes para interrumpir el embarazo
Luisiana ya ten¨ªa una de las leyes m¨¢s restrictivas de Estados Unidos contra el aborto, prohibido por completo con muy contadas excepciones. La C¨¢mara Representantes y el Senado de ese Estado acaban de votar ahora por apretar un poco m¨¢s las tuercas a la libertad sexual y reproductiva de las mujeres con la aprobaci¨®n de una norma que reclasifica los dos medicamentos m¨¢s usados para interrumpir embarazos como sustancias controladas y peligrosas, y castiga su posesi¨®n sin receta con multas o penas de c¨¢rcel de hasta cinco a?os.
El proceso a¨²n debe pasar por la firma del gobernador, el republicano Jeff Landry. Al final de ese camino, la mifepristona y el misoprostol acabar¨ªan en la misma lista que el fentanilo o la coca¨ªna. Ya era ilegal usarlas para abortar; si la norma prospera, lo ser¨¢ tambi¨¦n poseerlas.
Ambos f¨¢rmacos son los m¨¢s usados en los abortos no quir¨²rgicos, y concursan en el 63% de las interrupciones del embarazo, seg¨²n lo datos m¨¢s recientes del Instituto Guttmacher. Su uso se ha extendido tras la sentencia del Tribunal Supremo de Washington que tumb¨® el precedente sentado por el fallo Roe contra Wade (1973), que durante casi medio siglo garantiz¨® la protecci¨®n federal del aborto. Esa decisi¨®n devolvi¨® a cada Estado la potestad para legislar sobre el tema. Al menos 21 lo han prohibido o restringido severamente desde entonces.
Los activistas contra el aborto colocaron en su punto de mira los f¨¢rmacos tras el triunfo en el Supremo, que tiene una supermayor¨ªa conservadora de seis jueces (la mitad de ellos nombrados durante la presidencia de Donald Trump) contra tres liberales. Uno de los casos sobre los que esos nueve magistrados dictar¨¢n sentencia al final del curso, en los ¨²ltimos d¨ªas de junio, afectar¨¢ precisamente al uso de la mifepristona, un f¨¢rmaco aprobado a principios de siglo para su uso por la agencia del medicamento (FDA), que calcula que desde entonces lo han empleado cinco millones de mujeres sin m¨¢s complicaciones que las causadas por otras sustancias, como el ibuprofeno.
El origen del caso est¨¢ en una querella interpuesta por una asociaci¨®n de m¨¦dicos cristianos antiabortistas creada ex profeso para lanzar esta cruzada judicial en un juzgado de Amarillo (Texas), cuyo titular, Matthew Kacsmaryk, es un conocido magistrado ultraconservador. Dio en primera instancia la raz¨®n a los demandantes, que buscaban la prohibici¨®n total de la p¨ªldora abortiva.
Venta por correo
El tribunal de apelaciones del Quinto Circuito, con sede en Nueva Orleans, en el Estado de, precisamente, Luisiana, solo compr¨® una parte de sus argumentos: la que culpa a sendas decisiones de 2016 y 2021, que ampliaron el acceso a la mifepristona al permitir su receta por telemedicina y la compra por correo, de un supuesto aumento de los problemas derivados de ese uso m¨¢s extendido. En la reciente vista oral del caso del Supremo, una mayor¨ªa de jueces se mostr¨® esc¨¦ptica acerca de las motivaciones de los demandantes.
La mifepristona detiene la producci¨®n de progesterona e interrumpe la gestaci¨®n; el misoprostol provoca contracciones en la paciente y provoca la expulsi¨®n del feto. La ley de Luisiana es la primera que trata de colocar esas dos pastillas en la categor¨ªa de las sustancias controladas, donde suelen acabar aquellas que producen adicci¨®n. Obviamente, no ser¨ªa el caso de ninguno de los f¨¢rmacos perseguidos por la nueva ley.
Los activistas en favor del aborto temen tambi¨¦n que el ejemplo cunda en otros Estados del Sur del pa¨ªs. Luisiana se encuentra en la parte m¨¢s baja de un gigantesco desierto para la libertad reproductiva de las mujeres. La vicepresidenta, Kamala Harris, que lleva la voz cantante en la Casa Blanca en la defensa del derecho a decidir de las mujeres defini¨® en su cuenta de X como ¡°absolutamente inconcebible¡± la ley reci¨¦n votada en Baton Rouge. ¡°Seamos claros: Donald Trump es el responsable¡±, a?adi¨®.
Absolutely unconscionable. The Louisiana House just passed a bill that would criminalize the possession of medication abortion, with penalties of up to several years of jail time.
— Kamala Harris (@KamalaHarris) May 21, 2024
Let¡¯s be clear: Donald Trump did this.
Ese desierto se agrand¨® a¨²n m¨¢s a principios de este mes, con la aprobaci¨®n en Florida de la Ley del Latido, que hizo ilegal la interrupci¨®n del embarazo a partir de la sexta semana. Las mujeres de ese Estado se suman as¨ª a las de Texas, Luisiana, Misisip¨ª, Oklahoma, Alabama, Arkansas, Tennessee, Kentucky, Misuri, Indiana y Virginia Occidental, donde el derecho est¨¢ completamente prohibido salvo en muy contados casos, as¨ª como a las de Georgia y Carolina del Sur, lugares en los que no est¨¢ permitido a partir de la sexta semana.
Las pacientes de esos Estados que deseen abortar tienen que viajar centenares o miles de kil¨®metros para llegar a una cl¨ªnica de Charlotte, en la frontera de Carolina del Sur con la del Norte, Estado en el que la interrupci¨®n del embarazo est¨¢ permitida hasta la decimosegunda semana, aunque con una gravosa condici¨®n: la ley obliga a las pacientes a que pasen 72 horas entre la primera y la segunda consultas. Para todas ellas, la opci¨®n de las p¨ªldoras abortivas era una alternativa que ahora est¨¢ a¨²n m¨¢s en peligro.
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