Francia quiere incorporar al c¨®digo penal la definici¨®n de consentimiento sexual expl¨ªcito tras el caso Gis¨¨le Pelicot
Macron ya mostr¨® su inter¨¦s en cambiar la ley y el ministro de Justicia ha confirmado el inter¨¦s en modificarla tras las violaciones de Mazan
El juicio por las violaciones de Mazan empieza a tener ya un impacto en la sociedad francesa capaz de transformar algunos de sus fundamentos. Dominique Pelicot, un jubilado franc¨¦s que viv¨ªa en el sur de Francia, drog¨® durante una d¨¦cada a su esposa, Gis¨¨le, y la ofreci¨® a m¨¢s de 50 hombres que contactaba por Internet para que la violasen. El caso ha removido la conciencia social en Francia sobre las agresiones sexuales, pero la onda expansiva ha llegado a los despachos del ministerio de Justicia. El viernes, el nuevo titular, el exsocialista Didier Migaud, asegur¨® que est¨¢ a favor de modificar la definici¨®n de violaci¨®n en el derecho franc¨¦s, incorporando la noci¨®n de consentimiento expl¨ªcito.
Migaud, ante la pregunta de si ser¨ªa partidario de incluir dicho concepto en la norma, como el mismo presidente Emmanuel Macron asegur¨® estar dispuesto a promover, respondi¨® afirmativamente. Una iniciativa que relacion¨® de forma clara con las violaciones a Gis¨¨le Pelicot, de 71 a?os. Algunos de los 50 hombres que se sientan en el banquillo del tribunal de Avi?¨®n estos d¨ªas, en declaraciones sorprendentes, han expresado dudas sobre lo que significaba el consentimiento y sobre el hecho de que la v¨ªctima estuviese realmente sedada y no participando en un juego paraf¨ªlico. A ninguno de los acusados le pareci¨® necesario recibir alg¨²n tipo de aprobaci¨®n de la v¨ªctima antes de mantener relaciones sexuales con una persona incapaz de reaccionar. Tampoco el hecho de que esa falta de consentimiento pudiese implicar que aquello fuera una violaci¨®n y no un juego.
Francia ha avanzado muy lentamente en la lucha contra las agresiones sexuales en los ¨²ltimos a?os. En la actualidad, el art¨ªculo 222-23 del c¨®digo penal define la violaci¨®n como ¡°cualquier acto de penetraci¨®n sexual, sea cual sea su naturaleza, o cualquier acto buco-genital cometido sobre la persona de otro o sobre la persona del autor por violencia, coacci¨®n, amenaza o sorpresa¡±. La noci¨®n de consentimiento, que resurgi¨® en la d¨¦cada de 2010 con el impacto del movimiento #MeToo, no est¨¢ mencionada expl¨ªcitamente en el texto.
Mientras, varios pa¨ªses europeos han cambiado en los ¨²ltimos a?os su definici¨®n de violaci¨®n, consider¨¢ndola como un ataque sexual sin consentimiento expl¨ªcito. En Suecia, una ley sobre el consentimiento sexual, que considera violaci¨®n cualquier acto sexual sin acuerdo expl¨ªcito, incluso en ausencia de amenaza o violencia, est¨¢ en vigor desde 2018. Espa?a introdujo desde octubre de 2022 la obligaci¨®n de un consentimiento sexual expl¨ªcito. La misma evoluci¨®n se ha dado en Grecia y Dinamarca.
En Francia, fue el pasado marzo cuando el presidente franc¨¦s Emmanuel Macron se mostr¨® a favor de una modificaci¨®n en la definici¨®n de la violaci¨®n y expres¨® su deseo de que una propuesta de texto pudiera ver la luz ¡°para finales de a?o¡±, una perspectiva que qued¨® suspendida tras la disoluci¨®n de la Asamblea Nacional, a principios de junio, interrumpiendo los trabajos en curso sobre este tema.
Ha vuelto a retomarse ahora con el caso de las violaciones de Mazan, en las que Gis¨¨le Pelicot decidi¨® antes de comenzar el proceso que todas las vistas fueran p¨²blicas. Es decir, que la prensa pudiera tener acceso a las sesiones y estuviera autorizada a narrar diariamente lo que suced¨ªa. La decisi¨®n fue un hito en este tipo de procesos en Francia, que suelen hacerse a puerta cerrada por la verg¨¹enza que a menudo sufr¨ªan las v¨ªctimas. Su abogado, en un momento clave de esta historia, asegur¨® que Pelicot hab¨ªa decidido abrir el juicio al p¨²blico para que ¡°la verg¨¹enza cambiase de bando¡±. M¨¢s all¨¢ de esa idea, su decisi¨®n ha permitido tambi¨¦n que la toma de consciencia p¨²blica haya sido elevada y en un periodo de tiempo muy corto.
Y este caso, adem¨¢s, ha abierto el debate sobre muchas otras cuestiones que rodean este tipo de agresiones, como el asunto de la sumisi¨®n qu¨ªmica. Los peritajes del proceso ponen al descubierto la falta de recursos de la sanidad p¨²blica, especialmente de la atenci¨®n primaria, para detectar este tipo de agresiones con sedantes. En el caso de Gis¨¨le Pelicot, que sufri¨® p¨¦rdidas de memoria, alopecia y depresiones durante los a?os que fue drogada de forma inconsciente por su marido, ninguno de los m¨¦dicos que la visit¨® fue capaz de detectar lo que suced¨ªa.
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