La posibilidad de un futuro

¡°Cada vez son m¨¢s las ni?as que se casan, que abandonan la escuela, que sufren violencia sexual, que se ven obligadas a tener un beb¨¦, y lo hacen para obtener protecci¨®n de su pareja¡±. Estas son las palabras de Ikome, una chica de 16 a?os de Camer¨²n, que describen la situaci¨®n de las ni?as en su pa¨ªs, sumido en una crisis prolongada desde hace d¨¦cadas. Pero podr¨ªan ser las de millones de ni?as, adolescentes y mujeres j¨®venes atrapadas en conflictos en todo el mundo.

En 2023, el mundo alcanz¨® el pico m¨¢s alto de conflictos activos desde la II Guerra Mundial: 56, y 92 pa¨ªses involucrados. A los prolongados y pr¨¢cticamente olvidados como Filipinas, Etiop¨ªa o Camer¨²n, se suman los que han estallado en los ¨²ltimos a?os en Ucrania, Sud¨¢n y hace tan solo un a?o en Gaza, extendi¨¦ndose ahora al L¨ªbano. Se estima que, a lo largo de 2024, 300 millones de personas necesiten ayuda humanitaria con estos enfrentamientos armados como una de las principales razones, su impacto es devastador en la poblaci¨®n civil y, especialmente, en la infancia, la adolescencia y la juventud; y niegan a toda una generaci¨®n una infancia normal, feliz y segura, y la posibilidad de un futuro.

Millones de ni?as y j¨®venes viven atravesadas por una violencia cotidiana: desde los disparos y las bombas a los secuestros y la violencia sexual, pero tambi¨¦n el hambre, la falta de refugio y agua potable, y la interrupci¨®n de su educaci¨®n. Por eso, este a?o en el D¨ªa Internacional de la Ni?a, desde Plan International ponemos el foco en qu¨¦ significa ser ni?a y mujer joven en mitad de conflictos armados.

Nuestro nuevo informe, Still we dream: ni?as y mujeres j¨®venes en situaciones de conflicto, elaborado a partir de casi 10.000 encuestas a ni?as, ni?os y j¨®venes en 10 pa¨ªses en esta situaci¨®n, examina las dimensiones de g¨¦nero de los combates: enfatizando en particular las necesidades y los derechos de las ni?as y las mujeres j¨®venes que, en tiempos de guerra, y en tiempos de paz y abundancia, a menudo se pasan por alto.

La violencia, la interrupci¨®n educativa y la p¨¦rdida de medios de subsistencia y angustia emocional que generan tienen impactos diferentes para las ni?as, los ni?os y los j¨®venes, y en c¨®mo esto afectar¨¢ a sus vidas en el futuro. Desde Gaza y el L¨ªbano a Sudan, de Filipinas a Colombia, muchas de las experiencias de la infancia que crece en mitad de conflictos son compartidas. Cuando estallan, la vida cotidiana ¡ªasistir a la escuela, acceder a alimentos y agua, crecer rodeado de familia y amigos¡ª cambia profundamente. A veces, de la noche a la ma?ana.

Sin embargo, hay diferencias significativas por g¨¦nero en el acceso a los recursos, la sensaci¨®n de inseguridad y el impacto psicosocial, que son mayores en las ni?as. M¨¢s de una de cada cuatro ni?as, un 27%, vive con miedo constante a la violencia sexual, un porcentaje significativamente mayor que en el caso de los ni?os, el 17%. Un 58% de las encuestadas viven con angustia y preocupaciones constantes, frente al 49% de los ni?os y hombres j¨®venes.

El 52% de los ni?os, ni?as y j¨®venes encuestados hab¨ªan dejado de estudiar y, de media, la p¨¦rdida de educaci¨®n es de uno a dos a?os. Las ni?as y las j¨®venes dejan de estudiar en mayor medida por el cierre o destrucci¨®n de las escuelas, la violencia y el matrimonio infantil, mientras que en el caso de los ni?os y los j¨®venes la b¨²squeda de empleo y la manutenci¨®n de la familia son los principales motivos.

La principal preocupaci¨®n para todos los ni?os, ni?as y j¨®venes es poner fin al conflicto y a la violencia. En muchos casos, pero no en todos, sus ambiciones siguen intactas, pero dependen del fin de los enfrentamientos armados y de una paz duradera. Un 65% aboga por los di¨¢logos de paz, con un 45% de las mujeres j¨®venes que apoya la participaci¨®n juvenil en los mismos, y un 39% que destaca la importancia de que ni?as y mujeres j¨®venes tengan un papel activo en estos procesos.

La guerra puede arruinar a toda una generaci¨®n, pero son la experiencia y la energ¨ªa de esa generaci¨®n, si reciben el apoyo adecuado, las que ayudar¨¢n a sus comunidades a sobrevivir y reconstruirse.

Por eso reclamamos la protecci¨®n de todos los ni?os, ni?as y j¨®venes en conflictos y el fin de todas las graves violaciones contra la infancia y la adolescencia. Hacemos un llamamiento para el respeto del derecho internacional humanitario, y pedimos el alto el fuego en todos los conflictos armados y la paz duradera.

La comunidad internacional, los gobiernos, pero tambi¨¦n la sociedad en su conjunto, debemos condenar inequ¨ªvocamente todas las violaciones y abusos contra civiles, especialmente ni?as y ni?os. Urge la adopci¨®n de medidas inmediatas para poner fin a la violencia sexual y de g¨¦nero en las guerras. Instamos a fomentar di¨¢logos para la paz, en los que participe la juventud y especialmente las mujeres j¨®venes.

Diana, una joven de 20 a?os de Cauca, en Colombia, lo resume as¨ª: ¡°Construimos la paz nosotros mismos, desde donde estamos, en nuestras propias comunidades. Paz es una palabra que solo tiene unas pocas letras, pero tiene un significado muy grande¡±.