El impacto psicol¨®gico de la dana en los ni?os: ¡°Algunos se han sobreinformado en las redes y la tele y tienen un miedo atroz a salir de casa¡±
Los psic¨®logos recomiendan hacerles part¨ªcipes de las labores de limpieza y recuperaci¨®n, siempre adaptadas a su edad, y evitar el silencio, ya que el trauma hay que trabajarlo
Cuando la tromba de agua que hab¨ªa arrasado con media provincia lleg¨® hasta Castellar, uno de los ¨²ltimos pueblos inundados por la dana a un paseo de la orilla del mar y de la Albufera, algunos ni?os ya estaban durmiendo y se ahorraron el susto. Pero otros m¨¢s mayores pasaron la noche asomados al balc¨®n con sus padres temiendo que el agua les alcanzase y con sus hermanos dando gritos. Ese recuerdo se ha quedado anclado en la cabeza de algunos. Sandra, vecina de esa localidad, tiene tres hijos, dos de ellos son adolescentes. El mayor, de 17 a?os, se ha lanzado a la calle para ayudar a retirar el lodo, como casi todos los de su generaci¨®n, pero la peque?a, de 13, lo est¨¢ pasando mal. ¡°Le cuesta mucho dormir y cuando consigue conciliar el sue?o tiene pesadillas con el agua. Por el d¨ªa no quiere salir y est¨¢ todo el rato en casa, que es donde se siente segura. Alg¨²n d¨ªa ha bajado al taller a echar una mano y a limpiar, pero en cuanto acaba, me pregunta si ya se puede volver a casa. Para nosotros es fundamental que vuelvan al colegio¡±, cuenta la madre.
Mientras la Conselleria de Educaci¨®n se coordina con los ayuntamientos de las zonas afectadas para estudiar la reubicaci¨®n de ni?os en colegios de pueblos no afectados ¡ªeste domingo, 24 municipios valencianos comunicaron que esta semana sus centros educativos permanecer¨ªan cerrados por ¡°razones de fuerza mayor¡±, afectando a m¨¢s 40.000 ni?os de hasta 16 a?os¡ª, las ONG que trabajan sobre el terreno est¨¢n haciendo todo lo posible para atender a esos menores y ofrecerles apoyo psicol¨®gico. Tambi¨¦n, est¨¢n habilitando espacios seguros donde puedan socializar con otros ni?os de su edad y realizar actividades l¨²dicas.
Ver¨®nica Collado, de 36 a?os, es una de las psic¨®logas que la ONG Save the Children tiene desplegadas en la zona cero de la dana. Ella, que se est¨¢ moviendo sobre todo en el barrio valenciano de La Torre, cuenta que cada familia est¨¢ procesando la cat¨¢strofe en funci¨®n de sus recursos, y que hay situaciones muy preocupantes. ¡°Estamos viendo casos de familias que no han dejado a sus hijos asomarse a las ventanas, que no conocen lo que ha pasado. En el lado opuesto, hay menores que lo han vivido todo, que se han sobreinformado con las redes sociales o la tele y tienen un miedo atroz a salir de casa, est¨¢n en un estado de par¨¢lisis... esto es de lo m¨¢s duro¡±, relata. A eso se suman las pesadillas recurrentes y el temor a nuevos fen¨®menos atmosf¨¦ricos. Otros peque?os no quieren hablar de lo ocurrido, y otros tantos est¨¢n asumiendo un rol que no les corresponde, de cuidado de sus hermanos peque?os mientras sus padres est¨¢n saliendo a realizar trabajos de limpieza o gestiones necesarias para la recuperaci¨®n de sus casas.
¡°El paisaje es muy desalentador, el avance es muy lento y va a costar ver una recuperaci¨®n visual, eso afecta de lleno a los peque?os, que no disponen de las herramientas para construir un relato que implique una salida¡±, explica Collado, que reclama a las autoridades equipos de psic¨®logos especializados en emergencias, puesto que en su organizaci¨®n est¨¢n ¡°desbordados¡±. ¡°Una de las ni?as a las que he atendido, de siete a?os, empez¨® habl¨¢ndome de Doraemon (el dibujo animado), y acab¨® dici¨¦ndome que se estaba nublando y la vi temblar... tenemos que validar sus emociones y acompa?arles, ahora mismo este trabajo lo tenemos que hacer los profesionales¡±, destaca la trabajadora de la ONG.
Otra de las historias con las que se encontr¨® este martes es la de un padre que se top¨® con la riada y, con un metro de agua, sac¨® a sus dos hijos del coche, se coloc¨® a uno de ellos sobre los hombros y al otro al brazo y lleg¨® c¨®mo pudo hasta el portal de su casa. ¡°Cuando habl¨¦ con el ni?o, estaba emocionado. Me dec¨ªa: ¡®Ver¨®nica, yo guie a mi padre hasta casa con la linterna del m¨®vil... Claramente es una excepci¨®n, en este caso el padre consigui¨® que lo viviesen como una aventura, y el impacto es diferente¡±, explica.
Desde la ONG alertan de la importancia de no ocultarles la realidad, de explic¨¢rsela con un lenguaje adaptado a su edad, e insisten en la precauci¨®n de no sobreinformarles. Ver¨®nica, por ejemplo, aconseja a las familias que, mientras siguen esperando a que sus hijos vuelvan a la escuela, la televisi¨®n permanezca apagada para no consumir noticias en bucle, ya que las im¨¢genes y la informaci¨®n repetitiva pueden aumentar la ansiedad de los peque?os. ¡°Hoy he pedido que por favor me traigan juegos de mesa, necesito que los ni?os tomen aliento, que desconecten de lo que hay fuera¡±, apunta.
¡°Es muy importante que vuelvan al colegio, que socialicen con otros ni?os de su edad y que los equipos de orientaci¨®n puedan observarles y garantizar una atenci¨®n psicol¨®gica en los casos necesarios... mientras tanto son las familias las que est¨¢n cargando con todo, y no todas tienen recursos para abordar esta situaci¨®n sin que queden secuelas¡±, indica Collado, que adem¨¢s considera primordial que las familias permanezcan unidas, que no se separe a los hermanos, y que solo se apueste por desplazar a los hijos con otros familiares en localidades menos afectadas en caso de que no se puede garantizar el bienestar del menor.
Es el caso de Amparo Torrijos, que en la ma?ana de este jueves habla desde la calle con su exsuegra a trav¨¦s de la reja del portal de su casa. Le ha tra¨ªdo unas botas para que la mujer pueda caminar mejor. As¨ª es la vida ahora en los pueblos del sur de Valencia. Gente ayudando a gente. El d¨ªa fat¨ªdico, el de la inundaci¨®n, su hijo de 13 a?os, Jaume Belenguer, estaba con su padre. Llevan tiempo divorciados y esa semana le tocaba a ¨¦l encargarse de su hijo. Los dos viven con la abuela, la de las botas, en una planta baja que acab¨® completamente anegada. Los tres se refugiaron en la parte de arriba. Al d¨ªa siguiente, el ni?o se fue con su madre, que vive en un tercer piso. ¡°Y aqu¨ª seguimos los dos. Los tres primeros d¨ªas estuvimos sin luz ni agua y cuando se hac¨ªa de noche encend¨ªamos una vela, pero a las ocho, cuando ya estaba a punto de consumirse, le dec¨ªa: ¡®V¨¢monos a dormir, que esto es un aburrimiento¡¯. Algunas amigas se ofrecieron a qued¨¢rselo, pero yo creo que aqu¨ª est¨¢ seguro¡±.
Lo que m¨¢s lamenta esta madre de mediana edad que va caminando por Benet¨²sser, uno de los pueblos donde ya va desapareciendo el barro y hasta han abierto los bares, es que hay una generaci¨®n a la que la vida no para de ponerle zancadillas. ¡°Es una pena. Mi hijo pr¨¢cticamente perdi¨® un curso en la pandemia y ahora me temo que se va a perder otro por la inundaci¨®n. Luego dicen que van un poco lentos, pero es que no pueden pillar el ritmo¡±.
Contar con los adolescentes
Para Jos¨¦ Antonio Luengo, decano-presidente del Colegio Oficial de la Psicolog¨ªa de Madrid, es muy recomendable involucrar a los adolescentes en las tareas de limpieza y recuperaci¨®n, tanto de los hogares, como de las calles, siempre que no conlleven riesgos ni peligrosidad, y est¨¦n adaptadas a la edad. ¡°Eso hace que se sientan ¨²tiles, y que conversen con los voluntarios llegados de otras localidades, tienen el sufrimiento delante, pero el hecho de ver que la gente se est¨¢ volcando construye un relato mental que les permite ver que est¨¢n en mitad de un proceso que va a ir a mejor¡±. Luengo tambi¨¦n coincide en que la exposici¨®n a las noticias es mejor evitarla, ya que ¡°podr¨ªan llevar a sus mentes inmaduras a un bucle del que no ven la salida¡±.
Rafael Guerrero, doctor en Educaci¨®n y autor de Trauma. Ni?os traumatizados, adultos con problemas (2024), cree que en el momento en que dejamos a los menores en otra localidad y se separan de los padres, pueden interpretar que no est¨¢n contando con ellos. ¡°El mensaje impl¨ªcito que les mandamos es t¨² no puedes ver esto, no vas a ser capaz... en cambio, cuando contamos con ellos se sienten part¨ªcipes, importantes para nosotros. Eso s¨ª, que cada familia tome la decisi¨®n que considere m¨¢s oportuna¡±.
En caso de que las carencias materiales puedan afectar al bienestar del menor, estos expertos s¨ª consideran m¨¢s justificado que pase unos d¨ªas con los abuelos u otros familiares en otra localidad. Un factor determinante puede ser la edad. ¡°Los ni?os m¨¢s peque?os tienen que dormir a su hora, no deben alimentarse de bocadillos, adem¨¢s hay que evitar posibles infecciones y, por otro lado, es importante dejar que los adultos puedan restaurar sus agujeros¡±, considera Luego.
Una de las cosas que m¨¢s le puede preocupar a un ni?o ante una situaci¨®n traum¨¢tica es no saber cu¨¢nto va a durar el proceso, por eso Luengo cree hay que contarle la verdad (matizada en funci¨®n de su edad), admitir que no se sabe, pero siempre acompa?ada de un mensaje esperanzador. ¡°El ni?o puede ver que pese al barro y las l¨¢grimas, la gente se organiza para venir y ayudar, hay que transmitirle que hay una hoja de ruta, y sobre todo, responder a sus preguntas, ya que le destrozar¨ªa que no le escuchemos¡±.
Algunas organizaciones como Cruz Roja han instalado en municipios como Torrent albergues en polideportivos para alojar a familias que han perdido su casa y para prestar apoyo a la poblaci¨®n general. En esas instalaciones, se reserva un espacio para atender a los ni?os, donde adem¨¢s de recibir atenci¨®n psicol¨®gica, se les ofrecen actividades l¨²dicas. ¡°El primer d¨ªa atendimos a unos 80 ni?os desde seis meses hasta 14 a?os, a los que prestamos apoyo emocional y juegos y din¨¢micas para ayudarles a evadirse... estos ¨²ltimos d¨ªas notamos que est¨¢n deseando correr, saltar, necesitan desfogarse... y para las familias es un desahogo poder dejarles aqu¨ª un par de horas al d¨ªa para seguir con las labores de limpieza o simplemente descansar o poder desahogarse¡±, cuenta ?lvaro Zome?o, t¨¦cnico del equipo de Cruz Roja Juventud, que gestiona estos espacios.
Otra iniciativa es el espacio Dana Kids que varios profesores de la Universitat Polit¨¨cnica de Val¨¨ncia, junto a otras organizaciones, han montado en el espacio cultural Rambleta del barrio de San Marcelino de Valencia, el m¨¢s pr¨®ximo a la pasarela que cruza por encima del r¨ªo Turia hacia los pueblos del sur afectados, para los peque?os que no tienen disponible un centro educativo. Adem¨¢s de actividades recreativas y educativas, persigue ofrecer ¡°un respiro¡± a las familias mientras trabajan en la recuperaci¨®n de sus hogares. El espacio acoge de de 9.00 a 14.00 horas a 150 ni?os de 3 a 12 a?os, donde adem¨¢s reciben apoyo emocional. En pocos d¨ªas, tal y como explican los organizadores en una nota, la iniciativa ha conseguido sumar 2.700 voluntarios formados en el ¨¢mbito infantil, con experiencia y certificados en protecci¨®n de menores, y ya se ha atendido a m¨¢s de 40 ni?os de La Torre, Horno de Alcedo, Alfafar y Paiporta.
La Plataforma de Infancia repartir¨¢ a partir de este viernes en las zonas afectadas material adaptado e impreso sobre lo que est¨¢ pasando con la dana para ayudarles a entender la situaci¨®n, para que puedan reflexionar sobre lo que est¨¢n sintiendo y para que conozcan cu¨¢les son sus derechos. ¡°Queremos dirigirnos directamente a los m¨¢s peque?os, que lean nuestra publicaci¨®n ¡ªes una hoja con texto e ilustraciones¡ª y asegurarnos as¨ª de que aquellos que no pueden contar con la atenci¨®n que necesitan, al menos dispongan de algo de informaci¨®n y apoyo¡±, cuenta Mabel Taravilla, responsable de programas de participaci¨®n de la plataforma. En la publicaci¨®n se puede leer: ¡°Ha llovido tanto que han crecido los r¨ªos y se han desbordado, se ha llenado todo de barro y huele mal, hay casas, tiendas y colegios rotos... esto es algo que no siempre va a pasar¡±.
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