Los tratamientos de g¨¦nero a los menores trans aterrizan en el Supremo de Estados Unidos
El alto tribunal estudia el caso de los padres de una adolescente que demandaron al Estado de Tennessee por prohibirle el acceso a terapias hormonales hasta los 18 a?os
Los tratamientos a los menores trans, uno de los asuntos m¨¢s controvertidos en la sociedad estadounidense actual, aterrizar¨¢n este mi¨¦rcoles en el Tribunal Supremo de Washington en el caso m¨¢s importante hasta la fecha sobre los derechos de las personas trans de este pa¨ªs. Los nueve magistrados estudiar¨¢n una demanda interpuesta por la agonizante Administraci¨®n de Joe Biden a Tennessee, Estado que, junto a otros 25, gobernados por el Partido Republicano, han prohibido desde 2021 la administraci¨®n de esos cuidados hasta los 18 a?os.
Es uno de los casos m¨¢s relevantes de un curso judicial a cuya mitad tomar¨¢ posesi¨®n como presidente Donald Trump, que design¨® durante su anterior estancia en la Casa Blanca a tres de los nueve jueces del alto tribunal. Aquella inflaci¨®n de nombramientos desequilibr¨® su composici¨®n para las pr¨®ximas d¨¦cadas, dado que los cargos son vitalicios: se trata de un Supremo con una supermayor¨ªa conservadora (6-3), in¨¦dita desde los a?os treinta.
Trump hizo de los ataques a la ¡°ideolog¨ªa de g¨¦nero¡± y a las personas trans, con especial atenci¨®n a los menores, a sus padres y a los m¨¦dicos que tratan a esas familias, uno de los puntales de su exitosa campa?a electoral. Se espera que su Administraci¨®n, que est¨¢ montando estas semanas, tome la senda del recorte de derechos. En un video difundido a los pocos d¨ªas de su triunfo, el presidente electo prometi¨® acabar con la ¡°locura del g¨¦nero¡± y defini¨® los tratamientos a menores como ¡°un acto de abuso infantil¡±. ¡°Es muy sencillo, mi plan es acabar con la mutilaci¨®n f¨ªsica, emocional y qu¨ªmica de la juventud¡±, a?adi¨®.
Ese plan tambi¨¦n pasa por prohibir el uso de los ba?os de mujeres a las mujeres trans, como pretende el presidente de la C¨¢mara de Representantes, Mike Johnson, con una decisi¨®n dirigida hace dos semanas a la primera congresista transg¨¦nero de la historia, Sarah McBride, que tomar¨¢ posesi¨®n de su esca?o en enero. Los republicanos tambi¨¦n han fijado en su agenda la ¡°protecci¨®n¡± del deporte femenino y la prohibici¨®n de competir en ciertas disciplinas a las atletas trans.
Estados Unidos contra Skrmetti enfrenta al Gobierno federal con Jonathan Skrmetti, fiscal general de Tennessee. La cuesti¨®n es si una ley del Estado sure?o contraviene la Decimocuarta Enmienda, en la parte que garantiza la igualdad de todos los ciudadanos. Esa ley proh¨ªbe todos los tratamientos m¨¦dicos destinados a permitir que, seg¨²n dice la norma, ¡°un menor se identifique con, o viva como, una supuesta identidad incompatible con su sexo¡± o para tratar ¡°la presunta incomodidad o angustia derivada de una discordancia entre el sexo del menor y la identidad declarada¡±. Los jueces no est¨¢n, por tanto, ante la disyuntiva de si son los padres los que deben decidir sobre la salud de sus hijos o si es el Gobierno, sino sobre si la norma en cuesti¨®n discrimina a esos menores.
El origen del caso est¨¢ en la demanda a Tennessee de tres familias, entre ellas, la de Brian Williams, padre de una menor trans que estaba en el momento de la promulgaci¨®n de la ley recibiendo ¡°cuidados de afirmaci¨®n de g¨¦nero¡±, un paraguas bajo el que caben desde la terapia psicol¨®gica a la llamada transici¨®n social (cambiar de nombre, el uso de los pronombres, la ropa¡), y de los bloqueadores de la pubertad a la administraci¨®n de estr¨®genos o de testosterona o la cirug¨ªa de cambio de sexo. ¡°Tras nueve meses de conversaciones y consultas a expertos, de tomar en consideraci¨®n los riesgos y las consecuencias a largo plazo, L. W. comenz¨® a tomar medicamentos inhibidores de la pubertad a los 13 a?os y, casi un a?o despu¨¦s empez¨® con terapia hormonal¡±, explic¨® Williams este lunes en un encuentro virtual con periodistas. ¡°Hoy es una joven feliz de 16 a?os que piensa en su futuro, un futuro que mi hija merece y que la prohibici¨®n de Tennessee amenaza seriamente¡±, razon¨®. La ley proh¨ªbe esos tratamientos.
En un escrito presentado ante el Supremo, Skrmetti, defiende que la norma impugnada ¡°no incluye ninguna clasificaci¨®n por sexo¡± y que por tanto no puede ser discriminatoria. La l¨ªnea trazada por el texto legal, considera el fiscal general de Tennessee, distingue entre los menores que ¡°quieren usar esos medicamentos para la la transici¨®n de g¨¦nero y los que los usan para otros fines m¨¦dicos¡±. ¡°Tanto los ni?os como las ni?as se encuentran a ambos lados¡±, a?ade. Quienes defienden que se proh¨ªban esos cuidados antes de los 18 a?os recuerdan los casos de quienes los han recibido y se arrepienten tiempo despu¨¦s, plantean dudas sobre los efectos secundarios de los medicamentos y consideran que no existen suficiente pruebas cient¨ªficas para justificar esos tratamientos.
Las principales organizaciones m¨¦dicas del pa¨ªs, incluidas la Asociaci¨®n M¨¦dica Estadounidense y la Academia Estadounidense de Pediatr¨ªa, se oponen a prohibir la atenci¨®n de g¨¦nero para los menores ¨Dsiempre que se dispense de manera adecuada y con supervisi¨®n psicol¨®gica¨D y alertan del riesgo de depresi¨®n o incluso de suicidio si no la reciben. En pa¨ªses como el Reino Unido, Suecia o Finlandia, la sanidad p¨²blica ha dejado de prescribir bloqueadores de la pubertad por las dudas sobre su idoneidad para tratar la disforia de g¨¦nero.
El argumento de la discriminaci¨®n
Los argumentos de los Williams ¨Dque perdieron en las instancias inferiores antes de que llevara al asunto ante el Supremo la Administraci¨®n de Biden (que de momento, hasta la llegada de Trump sigue siendo el ¡°Estados Unidos¡± del caso)¨D los defender¨¢ Chase Strangio, el primer letrado trans en hacerlo ante la m¨¢s alta instancia judicial estadounidense. En la citada llamada con la prensa, Strangio conf¨ªo en que el alto tribunal respete los precedentes en los que sus magistrados han sostenido a lo largo de los a?os que la discriminaci¨®n sexual viola la Constituci¨®n, como cuando estudiaron en 2020 un caso sobre el trato a las personas LGTBQI+ en el lugar de trabajo o cuando consideraron que ¡°todas las distinciones basadas en el g¨¦nero¡± son inconstitucionales (as¨ª lo concluyeron el caso Estados Unidos contra Virginia, de 1996).
La sesi¨®n del mi¨¦rcoles servir¨¢ para intuir por d¨®nde ir¨¢ el fallo y si la mayor¨ªa actual considera que ese ¡°todas las clasificaciones¡± incluye a las personas trans. La sentencia no se conocer¨¢ hasta el t¨¦rmino del curso judicial, a finales de junio.
Seg¨²n el Instituto Williams, de la Facultad de Derecho de la Universidad de California en Los ?ngeles (UCLA), en Estados Unidos hay unas 300.000 personas de entre 13 y 17 a?os y 1,3 millones de adultos que se identifican como transg¨¦nero. Pese a que son n¨²meros muy peque?os si se comparan con la poblaci¨®n del pa¨ªs (unos 330 millones de habitantes), la discusi¨®n sobre sus derechos ha ocupado durante la presidencia de Biden un espacio mucho mayor del que proporcionalmente les corresponder¨ªa en el debate p¨²blico. Tambi¨¦n ha ayudado a Trump a ganar, seg¨²n los an¨¢lisis electorales practicados post mortem. Uno de los esl¨®ganes republicanos que m¨¢s fortuna hizo entre los votantes dec¨ªa: ¡°Kamala est¨¢ por elles (they/them). El presidente Trump est¨¢ por ti¡±. The Washington Post cifr¨® en m¨¢s de 250 millones de d¨®lares el dinero gastado por la campa?a en anuncios que apuntaban a ese colectivo.
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