China se mantiene adicta al tabaco: m¨¢s de 300 millones de fumadores y ventas al alza
El pa¨ªs asi¨¢tico, que no tiene una ley nacional para abordar el problema, es el mayor consumidor y productor de cigarrillos del mundo frente a la tendencia global de erradicaci¨®n
Fu baila con un par de amigos en un popular pub de Pek¨ªn, de esos a los que se llega para rematar la noche tras haber pasado por otros tantos. Su colega le ofrece un cigarrillo, lo enciende sin miramientos, y procede a fum¨¢rselo. Est¨¢n justo delante del cartel que especifica que esa acci¨®n est¨¢ prohibida y que detalla un n¨²mero de tel¨¦fono para denunciarlo. No importa. El humo pega como una bofetada nada m¨¢s abrir la puerta del local y una neblina envuelve el ambiente. Al igual que este grupo, varios hacen exactamente lo mismo. China a¨²n no cuenta con una ley nacional antitabaco capaz de restringir la que es una enorme adicci¨®n en el pa¨ªs. Y, aunque la urbe capitalina fue en 2015 pionera en imponer limitaciones a nivel local, la normativa no se cumple a rajatabla. El gigante asi¨¢tico es el mayor productor y consumidor de tabaco del planeta, con m¨¢s de 300 millones de fumadores, el 26,6% de todos los del mundo, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS).
A pesar de la notable transformaci¨®n econ¨®mica de la naci¨®n en los ¨²ltimos 40 a?os, la cultura del tabaco sigue profundamente arraigada. De hecho, mientras el consumo global de cigarrillos ha mostrado una tendencia a la baja, en China sus ventas han experimentado un aumento sostenido en el ¨²ltimo lustro, seg¨²n datos de la empresa de estudios de mercado Euromonitor International. En 2023, se vendi¨® en este territorio el 46% de todos los pitillos del planeta, 2,44 billones de unidades, una cifra que alcanzar¨¢ los 2,48 billones en 2028, seg¨²n las proyecciones. A principios de la d¨¦cada de los 2000, China registraba un tercio de las ventas mundiales.
De acuerdo con la revista especializada TobaccoChina, el 20% de esas compras corresponde a cigarrillos de bajo contenido en alquitr¨¢n, una opci¨®n que, err¨®neamente, se considera menos nociva, alertan los expertos sanitarios. La comercializaci¨®n de este producto como una alternativa ¡°m¨¢s sana¡± fue una parte fundamental del modelo de negocio de las tabacaleras estadounidenses en la segunda mitad del siglo XX, con el objetivo de disuadir a los fumadores de dejar por completo su h¨¢bito. Y, aunque para el a?o 2010 m¨¢s de medio centenar de naciones prohibi¨® publicitar sus cigarrillos como bajos en alquitr¨¢n o light (ligeros), sus ventas en China se han multiplicado m¨¢s de un 50% con respecto a 2016, recoge TobaccoChina.
¡°Solo fumo cuando salgo de fiesta¡±, asegura Fu, alzando el tono para hacerse o¨ªr por encima de la m¨²sica. ¡°Es una buena forma de socializar, aunque el sabor no me gusta¡±, concede este treinta?ero. Por eso, dice preferir las marcas con toques afrutados. China prohibi¨® en 2022 el uso de cigarrillos electr¨®nicos de sabores, excepto los de aroma a tabaco, una decisi¨®n que, para analistas de la industria, podr¨ªa motivar a los m¨¢s j¨®venes a probar el tabaco convencional.
Jiang Yuan, subdirector del instituto de pensamiento Research Center for Health Development, cree que el resto del mundo est¨¢ comprando menos cigarrillos precisamente porque los vapeadores se han popularizado mucho m¨¢s en otros pa¨ªses, cita la revista china Sixth Tone. Desde su centro de investigaci¨®n apuntaban en un informe de agosto que, aunque la tasa nacional de tabaquismo ha disminuido de forma leve en China (del 26,5% en 2018 al 24,1% en 2022, seg¨²n datos oficiales), los cambios en los patrones de consumo han provocado el aumento del volumen de ventas. Uno de los motores de este crecimiento es la popularidad de los cigarrillos ¡°finos¡±, por sus dise?os a la moda, o los ¡°m¨¢s cortos¡±, que se terminan en un par de caladas, explica Jiang.
Detr¨¢s de la promoci¨®n de esas tendencias est¨¢ la Corporaci¨®n Nacional de Tabaco de China, m¨¢s conocida como China Tobacco. Desde julio del a?o pasado, sus subsidiarias han solicitado al menos 24 patentes relacionadas con productos bajos en alquitr¨¢n, como nuevos dise?os de filtros o aditivos destinados a mejorar el sabor y el aroma, seg¨²n revela una investigaci¨®n reciente de The Examination, un medio centrado en reportajes sobre salud en el mundo. Este planteamiento, sin embargo, burla el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, que China ratific¨® en 2005.
Pero China Tobacco tiene las herramientas para hacerlo. La compa?¨ªa estatal no solo controla el 96% de la cuota del mercado de cigarrillos m¨¢s grande del planeta (y el 46% global), sino que es, adem¨¢s, el principal regulador de la industria nacional y un poderoso actor a la hora de establecer pol¨ªticas sanitarias relacionadas con el tabaquismo. Seg¨²n otras indagaciones de The Examination, la corporaci¨®n lleva a?os implementando una campa?a muy eficaz para sortear los acuerdos internacionales, y tambi¨¦n ha torpedeado los intentos de algunos gobiernos locales para implementar regulaciones antitabaco m¨¢s estrictas.
Su influencia reside en su poder¨ªo financiero: en 2023, contribuy¨® con alrededor de 204.000 millones de euros en impuestos, lo que represent¨® un 7% de los ingresos totales de las arcas del Estado, seg¨²n datos de la agencia estatal de noticias Xinhua. Muchos expertos afirman que la importancia de estas tasas para los ingresos p¨²blicos, as¨ª como las presiones que se ejercen desde las tabaqueras y la hosteler¨ªa, han frenado la promulgaci¨®n de una ley nacional.
La legislaci¨®n depende actualmente de regulaciones regionales, que se asemejan m¨¢s a una gu¨ªa para residentes que a una normativa que acarrea multas severas. En teor¨ªa, en Pek¨ªn est¨¢ prohibido fumar en espacios cerrados, pero es com¨²n encontrar al personal fumando en ba?os de oficinas, centros comerciales o restaurantes. Sorprende que los ayuntamientos se est¨¦n volviendo m¨¢s laxos: en 2020, Chongqing flexibiliz¨® las reglas existentes, permitiendo fumar en zonas designadas de hoteles, restaurantes y lugares de ocio. Otras ciudades, como Chengdu y Dalian, han seguido ese mismo patr¨®n.
¡°No creo que sea adicto a la nicotina¡±, opina Jian Tian, camar¨®grafo de 34 a?os. ¡°Es solo que, cuando me re¨²no con gente que fuma, no puedo evitar hacerlo¡±, manifiesta. Jian reconoce haber sido fumador habitual desde que estudiaba bachillerato, pero quiere dejarlo porque su mujer est¨¢ embarazada. Le resulta dif¨ªcil: ¡°Es una distracci¨®n a la que me cuesta renunciar¡±. ¡°Me ayuda a evadirme en el trabajo. Fumo en los descansos ocasionalmente, para relajarme¡±, comparte. Tambi¨¦n contribuye su precio: un paquete cuesta, de media, 18,69 yuanes (2,44 euros), seg¨²n datos de octubre. En Espa?a, el precio medio es 4,5 euros.
M¨¢s de un mill¨®n de personas mueren anualmente en China por enfermedades relacionadas con el tabaquismo, advert¨ªa un informe del Gobierno de 2020. Las autoridades tienen el objetivo de reducir la tasa de fumadores al 20% para 2030, porcentaje que seguir¨ªa por encima de la media mundial de 2021, situada en 17%. ¡°Alguna vez intent¨¦ dejarlo¡±, dice Kai Meng, de 42 a?os. ¡°Pero entre compa?eros se ofrece como cortes¨ªa. Si no aceptas, eres irrespetuoso¡±, asevera. ¡°En celebraciones importantes o en reuniones con directivos, no se puede decir que no: regalar cigarrillos de alta calidad es, adem¨¢s, un buen regalo para los chinos¡±, enfatiza este empresario. Tambi¨¦n constituye una cuesti¨®n de g¨¦nero: m¨¢s de la mitad de los hombres adultos fumaba en el pa¨ªs en 2018, pero el dato se desplomaba al 2% en el caso de las mujeres.
Kai cree que hay m¨¢s concienciaci¨®n, sobre todo con respecto a los ni?os. Los menores tienen prohibido fumar desde 2020, a?o en el que tambi¨¦n se legisl¨® contra la venta de tabaco cerca de escuelas. Kai, quien viaja con frecuencia al extranjero por trabajo, considera que su pa¨ªs deber¨ªa a?adir m¨¢s advertencias expl¨ªcitas en el etiquetado. ¡°Las im¨¢genes de los paquetes en Espa?a son horripilantes¡±, valora. ¡°Me parecer¨ªa bien que en China se hagan campa?as m¨¢s duras. Ahora mismo, no hay nada de nada¡±.
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