El 80% de la violaciones que se denuncian en Espa?a nunca llega a juicio
Ocho de cada diez agresiones sexuales se archivan sin llegar a juicio y solo una acaba en condena, seg¨²n el cruce de los datos policiales y el rastreo de casos de varias investigaciones acad¨¦micas
Ocurr¨ªa m¨¢s de 100 veces al a?o, una vez cada tres d¨ªas. Una mujer era atendida por violaci¨®n en Urgencias de un hospital de la ciudad de Barcelona. Alertado el juzgado de guardia, un m¨¦dico forense se desplazaba al centro para reconocer a la v¨ªctima e intentar tomar muestras biol¨®gicas del delito. En 2017, un equipo de profesionales del Instituto de Medicina Legal de Catalu?a quiso saber qu¨¦ pasaba despu¨¦s con esos casos, as¨ª que revis¨® los procedimientos judiciales de dos a?os: de las 200 causas que se hab¨ªan abierto en 2011 y 2012, solo 22 se cerraron con una sentencia; y solo 11, con una condena. El estudio cuantific¨® por primera vez en Espa?a una realidad tan poco conocida como crucial en muchos debates actuales: la mayor¨ªa de las violaciones que se denuncian naufraga judicialmente.
As¨ª ocurre tambi¨¦n, y a nivel nacional, cuando el proceso arranca en comisar¨ªas y cuarteles: ocho de cada diez denuncias no llegan a juicio, seg¨²n el c¨¢lculo de EL PA?S con los datos del Ministerio del Interior y un rastreo de sentencias por violaci¨®n desarrollado por una investigadora en Derecho de la Universidad de Salamanca, Isabel Garc¨ªa Dom¨ªnguez. Y no porque un acuerdo culmine el proceso, sino porque se archivan antes sin auto de procesamiento. Solo una de cada diez acaba en condena. Las tasas de enjuiciamiento y de condena de las violaciones frente a las denuncias est¨¢n muy por debajo de las de otros delitos contra las personas y no muy por encima de los que afectan al patrimonio, que son los m¨¢s numerosos y, en proporci¨®n, los menos castigados.
¡°En el fondo, lo que tienes es que agredir sexualmente sale gratis¡±, afirma la soci¨®loga de la Universidad Complutense Esmeralda Ballesteros, autora uno de los pocos estudios sobre el desgaste procesal ¡ªla diferencia entre los casos que se inician y los que llegan al final del proceso¡ª de los delitos de violaci¨®n publicados en Espa?a, dentro de La violencia sexual contra las mujeres desde las ciencias sociales (Tecnos, 2021). ¡°La mayor¨ªa, de largo, de casos denunciados no llega a juicio. Es un dato que se ha encontrado en la mayor¨ªa de los pa¨ªses¡±, afirma Josep Mar¨ªa Tamarit, catedr¨¢tico de Derecho Penal de la Universitat Oberta de Catalunya y autor de varios estudios sobre el fen¨®meno, aunque en delitos sexuales en general, no solo de violaci¨®n, y contra menores.
Seg¨²n el estudio de Ballesteros, centrado en la Audiencia Provincial de Madrid durante 2018, los procesos duraron dos a?os y dos meses de media. Para calcular la tasa de enjuiciamientos y la de condenas, este diario ha contado con esos dos a?os de decalaje entre la denuncia y la sentencia y ha cruzado los datos recopilados por la crimin¨®loga y profesora de Derecho penal Garc¨ªa Dom¨ªnguez para el periodo 2015-2021 con las denuncias registradas en el ¨²ltimo Informe de Violencia Sexual, del Ministerio del Interior. El c¨¢lculo arroja un 19,3% de tasa de enjuiciamiento (2.851 sentencias frente a 14.726 denuncias). La tasa de condena se ha calculado con las condenas de adultos y una estimaci¨®n de las dictadas con menores (a partir del porcentaje conocido que representan en el total de denuncias y en el de juicios). La estimaci¨®n total arroja 1.432 condenas (un 9,7% de las 14.726 denuncias).
Despu¨¦s de la cifra oculta, esto es, las violaciones que ni siquiera se denuncian, el archivo de las investigaciones es el otro gran factor que ensombrece el conocimiento de la violencia sexual. ¡°Creo que los jueces, las fiscal¨ªas y las polic¨ªas ni siquiera son conscientes de que la violencia sexual queda impune¡±, afirma la soci¨®loga Ballesteros. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el Ministerio del Interior y la Fiscal¨ªa no disponen de an¨¢lisis sobre el fen¨®meno. La Fiscal de Sala contra la Violencia sobre la Mujer, Teresa Peramato, ha declinado comentar estos datos porque, seg¨²n su portavoz, la violencia sexual no est¨¢ entre sus competencias, que son solo la violencia de g¨¦nero: la ejercida por parejas o exparejas. Sin embargo, la ley dispone que sean los juzgados de violencia de g¨¦nero los que asuman la violencia sexual a partir de ahora.
El encapuchado y la v¨ªctima perfecta
Ninguno de estos estudios analiza por qu¨¦ se archivan tantos casos de violaci¨®n, lo cual exige una investigaci¨®n en s¨ª mismo. M¨¢s all¨¢ del alcance de esos estudios, a menudo la instrucci¨®n judicial describe versiones contradictorias irreductibles entre la denunciante y el denunciado para el archivo, seg¨²n muchos autos publicados por el Centro de Documentaci¨®n Judicial (Cendoj), pero no siempre las contrasta con rigor. La jueza en el caso de Paula, que denunci¨® a una expareja, archiv¨® la instrucci¨®n en diez d¨ªas copiando y pegando el auto de otro caso: el nombre del denunciado aparec¨ªa en el auto con asteriscos, por dos veces, y el de la denunciante era el de otra mujer. Paula es un pseud¨®nimo porque ella y sus padres ¡°quieren pasar p¨¢gina¡±, seg¨²n su abogado.
Las circunstancias materiales y legales del delito, y la sombra de los prejuicios que acompa?a a sus v¨ªctimas emborrona los casos archivados y sus causas.¡°Si la v¨ªctima ha ingerido alcohol, muchas veces se archivan sin ni siquiera tomar declaraci¨®n¡±, se?ala Sonia Ricondo, abogada que ejerce la acusaci¨®n particular en violencia sexual en Barcelona. Un tercio de las v¨ªctimas del estudio de los m¨¦dicos forenses hab¨ªa tomado alcohol, lo que dificulta el recuerdo de los hechos y facilita el archivo; y no siempre la denuncia se presenta inmediatamente, lo que entorpece la recogida de pruebas. Legalmente, tanto si los procedimientos se abren de urgencia por la llamada de un hospital, como si se inician con una denuncia policial, las v¨ªctimas tienen que personarse en el proceso judicial para que la fiscal¨ªa pueda acusar.
A veces ¡°la v¨ªctima o bien no puede colaborar (por una intoxicaci¨®n con alcohol de por medio, por ejemplo), o bien porque se ha repetido tan machaconamente que ir a juicio por una violaci¨®n es casi una tortura, hay v¨ªctimas que prefieren olvidar¡±, explica Daniel Varona, catedr¨¢tico de Derecho Penal de la Universidad de Girona y magistrado suplente en esa Audiencia Provincial. ¡°Es que lo es, es una tortura¡±, se?ala Ana Guti¨¦rrez Salegui, psic¨®loga forense que particip¨® en el juicio a La Manada en Pozoblanco (C¨®rdoba).
Los dos mitos principales que habr¨ªa que desterrar en la investigaci¨®n de estos delitos, a juicio de Salegui, son los del ¡°violador encapuchado¡± y ¡°la v¨ªctima perfecta¡±. La mayor¨ªa de los hechos denunciados son obra de conocidos, muchos exparejas o con alg¨²n tipo de relaci¨®n con las v¨ªctimas, lo que supone tambi¨¦n una barrera casi inconsciente para la investigaci¨®n. Es como si el consentimiento, al menos hasta la reforma de la ley en 2022, se diera de entrada por hecho.
¡°Eso es uno de los automatismos, sin duda. En el ¨¢mbito de la pareja se presupone que la mujer tiene que estar siempre disponible; y que no puede no haber consentimiento¡±, explica la abogada Ricondo. Un sesgo que se proyecta sobre las condenas: ¡°Las parejas o exparejas de las v¨ªctimas tienen menos probabilidades de ser condenados¡±, seg¨²n un an¨¢lisis cuantitativo de casi 1.000 sentencias liderado por Tamarit y publicado en 2023. Otro de los estudios dirigidos por este catedr¨¢tico, sobre violencia sexual contra menores en la provincia de Lleida en 2010 y 2011, hall¨® que el 15% de las denuncias se archivaban sin que la Fiscal¨ªa hubiera pedido ninguna diligencia de investigaci¨®n. ¡°Yo creo que la actuaci¨®n de la Fiscal¨ªa al menos en algunos lugares est¨¢ mejorando¡±, se?ala Tamarit.
La v¨ªctima perfecta debe actuar y responder sin sombra de duda sobre nada. Oponerse a la agresi¨®n, denunciar de inmediato, mantener la coherencia e idealmente, aportar pruebas. Sin embargo, para el magistrado Varona, la dificultad de la prueba y la dependencia casi exclusiva del relato de la v¨ªctima no son tanto las causas, como las consecuencias de una mala investigaci¨®n. ¡°Por mi experiencia, en instrucci¨®n muchos casos se caen porque al final no se ha tenido celo y cuidado en recabar las pruebas suficientes para apoyar el relato de la v¨ªctima¡±, explica. ¡°Aunque hay jueces y polic¨ªas que ya han captado que no todo es una cuesti¨®n de credibilidad y que para que la declaraci¨®n pase de ser cre¨ªble a estar corroborada, hay que reunir elementos [de prueba]¡±.
¡°Las barreras que impiden seguir judicialmente estos casos son excesivas y hay un margen para mejorar y para intentar conseguir que se refuercen las pruebas y se proteja a las v¨ªctimas¡±, afirma el catedr¨¢tico Tamarit. ¡°Estas tasas [de archivo] se puedan reducir y que m¨¢s casos puedan llegar a ser enjuiciados¡±, a?ade.
Para Varona, la condena en primera instancia al futbolista Dani Alves es ¡°un caso paradigm¨¢tico¡±, aunque en sentido contrario. Si la discoteca donde ocurrieron los hechos no hubiera activado el protocolo contra las agresiones sexuales inmediatamente y los Mossos no hubieran reaccionado con la diligencia con la que lo hicieron ¨Dllevaban c¨¢maras para grabar la escena, el estado de la v¨ªctima, precintaron los ba?os para tomar huellas¨D, se?ala Varona, es muy probable que hubiera acabado como otro caso archivado. Otro m¨¢s.
Abandono y colapso
Las dimensiones del fen¨®meno sit¨²an a Espa?a entre los pa¨ªses de nuestro entorno con menor tasa de condena por delitos sexuales, pero apenas existen estudios al respecto. ¡°Nos llam¨® la atenci¨®n que en la literatura de otros pa¨ªses se hablaba mucho de la atrici¨®n [el desfase entre denuncias y sentencias], pero no fuimos capaces de hallar datos en Espa?a de este asunto¡±, explica el subdirector del Instituto de Medicina Legal de Catalu?a (IMLC), Alexandre Xifr¨®, coautor del estudio de 2017, Taxa de condemna en delictes d¡¯agressi¨® sexual. ¡°No es que lo que est¨¦ pasando en Espa?a sea una absoluta anomal¨ªa internacional, pero s¨ª hay pa¨ªses en los que la persecuci¨®n de estos casos es un poco m¨¢s exitosa. Hay margen de mejora¡±, seg¨²n Tamarit.
El rastreo de Garc¨ªa Dom¨ªnguez sobre la base de datos del (Cendoj), que publica ¡°todas las sentencias¡± por violaci¨®n, seg¨²n fuentes del CGPJ, revela tambi¨¦n un punto ciego en las estad¨ªsticas oficiales que dificulta ver el problema. La memoria anual de la Fiscal¨ªa General del Estado es especialmente significativa, porque olvida al menos dos tercios de las sentencias al procesar los datos. Por otro lado, las estad¨ªsticas policiales resumen y presumen como ¡°hecho esclarecido¡± el 87% de las denuncias, para lo cual basta con que conste el nombre del presunto autor, con independencia de que luego la investigaci¨®n conduzca o no a su procesamiento y mucho menos, al juicio.
El cruce de los datos de Interior y la Fiscal¨ªa es el ¨²nico que puede hacerse con datos oficiales y es el que ha realizado otra investigadora en Derecho, Irene de Lamo, en De la denuncia a la sentencia, un art¨ªculo publicado en diciembre en la Revista de Estudios Jur¨ªdicos y Criminol¨®gicos de la Universidad de C¨¢diz. El inter¨¦s principal de ese cruce, sin ser el m¨¢s preciso, es comparar ¡°los delitos de violaci¨®n con los delitos contra las personas en general¡±.
La comparaci¨®n ¡°evidencia¡± la distancia: ¡°los delitos contra las personas superan la fase de instrucci¨®n en el 58,25% de los casos¡±, seg¨²n dicho art¨ªculo. Tres veces m¨¢s que los de violaci¨®n. Las tasas de enjuiciamiento y condena por violaci¨®n est¨¢n m¨¢s cerca de la de delitos contra el patrimonio (menos del 5% de los cientos de miles de denuncias al a?o). M¨¢s del 90% de los homocidios, por ejemplo, ¡°se esclarecen¡±, seg¨²n el primer informe nacional sobre homicidios que el miniterio del Interior public¨® en 2018. En ese caso, ¡°esclarecer¡± significaba de verdad resolver.
Durante m¨¢s de dos d¨¦cadas, la lucha contra la violencia sexual ha estado conceptual y judicialmente separada de la lucha contra la violencia machista. A partir de ahora, los juzgados de violencia de g¨¦nero asumir¨¢n la instrucci¨®n de todas las violaciones. Si de la violencia de g¨¦nero, la lecci¨®n principal es que la apuesta pol¨ªtica y la inversi¨®n en medios judiciales mejora la eficacia de la acci¨®n penal (a finales de los noventa, m¨¢s del 90% de las casi 100 asesinadas por sus parejas o exparejas hab¨ªan denunciado previamente, seg¨²n el primer informe del Defensor del Pueblo sobre el asunto; hoy son asesinadas la mitad y solo un 25% de ellas han denunciado previamente), la absorci¨®n de la violencia sexual por los juzgados de violencia de g¨¦nero est¨¢ llamada a provocar, seg¨²n todas las voces consultadas, un colapso judicial que empeorar¨¢ la calidad de las investigaciones. Y de sus resultados.
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