Por qu¨¦ no es una buena idea bloquear las redes sociales en una situaci¨®n de emergencia

Una sucesi¨®n de explosiones en iglesias cristianas y hoteles de lujo caus¨® el pasado domingo en Sri Lanka la muerte de al menos 106 personas y dej¨® m¨¢s de 500 heridos. Tras estos ataques, asumidos por el Estado Isl¨¢mico, el Gobierno del pa¨ªs asi¨¢tico bloque¨® Facebook, Facebook Messenger, WhatsApp, Instagram, YouTube, Viber y Snapchat para evitar la difusi¨®n de desinformaci¨®n y la incitaci¨®n a la violencia en estas plataformas. Las redes sociales, que han permanecido bloqueadas en Sri Lanka hasta este martes, se han convertido en un arma de doble filo: son especialmente ¨²tiles para ponerse en contacto con amigos y familiares tras una situaci¨®n de emergencia, pero tambi¨¦n pueden empeorar la situaci¨®n en momentos cr¨ªticos.

¡°Pese a que ahora nos llama mucho la atenci¨®n su flanco m¨¢s oscuro, las ventajas de las redes sociales superan con mucho a las desventajas¡±, asegura Myriam Redondo. Es periodista y formadora en verificaci¨®n digital y asegura que plataformas como Facebook o Youtube ¡°rebajan el umbral para comunicar con repercusi¨®n global, algo que antes solo pod¨ªan hacer los grandes medios¡±: ¡°Eso tiene un valor incalculable para la libertad de expresi¨®n y los derechos humanos¡±.

Las restricciones en Sri Lanka han tenido lugar tras los atentados ante la creciente frustraci¨®n de gobiernos de todo el mundo por la propagaci¨®n de desinformaci¨®n. El Gobierno del pa¨ªs asi¨¢tico explic¨® entonces que las plataformas seguir¨ªan bloqueadas hasta que terminara la investigaci¨®n sobre las explosiones. Este martes ha levantado el bloqueo ¡°tras evaluar la situaci¨®n¡±, tal y como ha contado a Efe el director general del Departamento de Informaci¨®n Estatal, Nalaka Kaluwewa.

Pero no es la primera vez que un pa¨ªs bloquea las redes sociales. E incluso el acceso de los ciudadanos a la web. De hecho, Sri Lanka ya impuso la misma prohibici¨®n durante una semana en marzo de 2018 porque las plataformas eran usadas para promover la violencia contra la poblaci¨®n musulmana.

¡°En pa¨ªses donde los ¨ªndices de libertad de expresi¨®n son muy bajos, como el caso de Sri Lanka, el bloqueo de las redes sociales, implica la limitaci¨®n total al acceso de informaci¨®n alternativa a la que ofrecen los gobiernos¡±, afirma S¨ªlvia Maj¨®-V¨¢zquez, investigadora en la Universidad de Oxford. Si a ello, se le suma la falta de periodistas y corresponsales de medios extranjeros en estos mismos pa¨ªses, ¡°la capacidad para conocer lo que pasa realmente dentro de ellos, es extremadamente limitada¡±.

De acuerdo con el ¨²ltimo informe sobre la salud de Internet 2019 hecho por la Fundaci¨®n Mozilla, en 2018 se detectaron 188 intentos de cerrar Internet. Es decir, m¨¢s del doble de los que se registraron en 2016. Algunos pa¨ªses optan por bloquear el acceso a todo Internet, solo a algunos contenidos, sitios web o aplicaciones o por la ralentizaci¨®n del servicio. La ONU condena los intentos gubernamentales de cerrar internet o de afectar la velocidad de las comunicaciones online. Y lo considera un acto contrario a los derechos humanos.

En ?frica ocurre bastante a menudo. En 2019 pa¨ªses como Camer¨²n, Chad, Sud¨¢n o Zimbabue han sufrido cortes de este tipo, seg¨²n el portal Quartz Africa. India, cuyas elecciones generales se celebran entre el 11 de abril y el 19 de mayo de este a?o, es un pa¨ªs especialmente afectado por estas acciones. La investigadora en la Universidad de Oxford cuenta que all¨ª las redes y especialmente las aplicaciones de mensajer¨ªa como Whatsapp est¨¢n sirviendo para la difusi¨®n de mensajes con informaci¨®n falsa que promueve la confrontaci¨®n entre las diferentes comunidades religiosas y tambi¨¦n la promoci¨®n de determinados partidos pol¨ªticos.

¡°Una semana antes del inicio de las elecciones en India, Facebook borr¨® 700 p¨¢ginas con contenido pol¨ªtico que mostraban patrones de comportamiento no humano, por lo tanto representaban acciones coordinadas para favorecer o atacar determinados candidatos o comunidades religiosas¡±, explica Maj¨®-V¨¢zquez, investigadora del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo. En algunos pa¨ªses Internet equivale a Facebook y estas acciones pueden ser una amenaza en contextos en los que el principal acceso a la informaci¨®n se realiza a trav¨¦s de redes sociales. En India, el 24% de la poblaci¨®n que habla ingl¨¦s accede a las noticias a trav¨¦s de redes sociales, seg¨²n el India Digital News Report del Instituto Reuters. ¡°Es un porcentaje muy similar al de EEUU y otros pa¨ªses europeos¡±, afirma la investigadora.

Situaciones de emergencia

Las redes pueden facilitar la organizaci¨®n de la acci¨®n colectiva en situaciones de emergencias. ¡°Si se sigue a los usuarios correctos, pueden informar, aclarar, tranquilizar, desmentir, guiar al ciudadano¡±, cuenta Redondo. Y subraya que una muestra de ello es que cada vez m¨¢s servicios de polic¨ªa, bomberos y trabajadores sanitarios le dan prioridad estos canales digitales. Los gobiernos tambi¨¦n pueden utilizarlos en momentos cr¨ªticos.

Incluso Facebook tiene herramientas para ayudar a las v¨ªctimas de atentados o desastres naturales. En un apartado llamado ¡°respuesta ante emergencias¡±, permite a los usuarios confirmar que est¨¢n bien, ofrecer o buscar ayuda e incluso recaudar dinero. En los ¨²ltimos meses, la compa?¨ªa de Mark Zuckerberg ha anunciado diferentes iniciativas para combatir la difusi¨®n de bulos o contenido da?ino. Pero los algoritmos que utiliza para detectar este tipo de informaci¨®n son m¨¢s m¨¢s efectivos en idiomas como el ingl¨¦s que en otras lenguas como el idioma nativo de Sri Lanka.

Al igual que la plataforma sirve para ayudar, tambi¨¦n puede empeorar la situaci¨®n con ¡°espirales de rumores, p¨¢nico o llamamientos a la venganza¡±. As¨ª lo explica Redondo: ¡°La informaci¨®n se distorsiona, a veces por agentes que lo hacen a prop¨®sito o a veces por el llamado ¡®buen samaritano¡¯. Es alguien que cree que ayuda pero confunde al tuitear por ejemplo que se necesita sangre en un lugar determinado sin darse cuenta de que el mensaje era del d¨ªa anterior¡±.

Pese a ello, asegura que bloquear las redes sociales no es una buena medida. ¡°En el caso de un atentado, de cualquier crisis o situaci¨®n extrema, lo que se necesita siempre es m¨¢s informaci¨®n, no menos. Incluso cuando se trata de pa¨ªses en los que el riesgo de violencia sectaria es elevado, la labor de los gobiernos y los medios de comunicaci¨®n confiables en las redes es m¨¢s necesaria que nunca¡±, explica.

Adem¨¢s, hay quienes consiguen saltarse el bloqueo y acceder a las diferentes plataformas mediante redes privadas que desv¨ªan el tr¨¢fico a otros servidores. Por ejemplo, la anterior prohibici¨®n de las redes sociales en Sri Lanka fue burlada por casi tres millones de usuarios, seg¨²n The New York Times. Esto implica que habr¨ªa personas que podr¨ªan saltarse el bloqueo f¨¢cilmente y continuar difundiendo bulos.

Una de las claves para frenar la propagaci¨®n de informaci¨®n err¨®nea, seg¨²n Maj¨®-V¨¢zquez, es su detecci¨®n temprana. La investigadora explica la importancia de que las redes sociales se?alen con marcadores visuales la informaci¨®n que no est¨¢ contrastada en el caso de una emergencia: ¡°Los ciudadanos comparten menos aquellas noticias que han sido identificadas como potencialmente falsas¡±.

Facebook asegura avisar a los usuarios de que van a compartir una noticia que los verificadores de informaci¨®n externos han calificado como falsa. Adem¨¢s, los medios de comunicaci¨®n en muchos pa¨ªses se han coordinado durante las campa?as electorales para hacer un fact-checking colaborativo de las noticias. Las elecciones presidenciales de Brasil en 2018 dieron pie a agresivas campa?as de desinformaci¨®n a trav¨¦s de WhatsApp. All¨ª, periodistas de 24 medios de comunicaci¨®n se unieron para crear Comprova, un proyecto para frenar la difusi¨®n de desinformaci¨®n. Han surgido iniciativas similares en M¨¦xico, Francia e incluso Espa?a.La labor de los medios es fundamental para ganar la batalla contra los bulos y la desinformaci¨®n. Pero, seg¨²n ambas expertas, parte de la responsabilidad recae en los ciudadanos, que deben acceder a los medios de comunicaci¨®n y canales oficiales para verificar la informaci¨®n que encuentran por las redes.