Frances Haugen, ¡®garganta profunda¡¯ de Facebook, ante la Euroc¨¢mara: ¡°Me preocupa mucho el metaverso¡±
La exempleada de la red social denuncia en Bruselas un sistema que favorece ¡°la difusi¨®n de ideas extremas¡±
Frances Haugen recorre Europa como si fuera una estrella de rock and roll. Tras pasar por Londres, Berl¨ªn y Lisboa, ahora recala en Bruselas, antes de partir hacia Par¨ªs. Y en todas partes esta extrabajadora de Facebook cuyas revelaciones han colocado a la gran red social de nuestra era contra las cuerdas, repite un mensaje similar. ¡°Entr¨¦ en la compa?¨ªa porque pensaba que esta podr¨ªa sacar lo mejor que tenemos, pero estoy aqu¨ª porque creo que sus productos perjudican a los ni?os, atizan la divisi¨®n y debilitan la democracia¡±, ha reivindicado en el Parlamento Europeo, donde su comparecencia ha despertado una enorme expectaci¨®n y donde ha cargado contra el ¨²ltimo invento del fundador de la empresa, Mark Zuckerberg. ¡°Me preocupa mucho el metaverso¡±, ha asegurado en referencia al espacio virtual 3D, en donde los 2.500 millones de usuarios de Facebook podr¨ªan hacer miles de actividades digitales con otras personas. La visita de Haugen a Bruselas coincide con un momento clave en la Euroc¨¢mara, donde se negocian dos actos legislativos que buscan poner coto a lo que las grandes corporaciones tecnol¨®gicas y sus algoritmos pueden o no hacer en territorio comunitario.
¡°El sistema actual favorece la difusi¨®n de ideas extremas¡±, ha subrayado Haugen sobre la forma en que la corporaci¨®n con sede en California jerarquiza la informaci¨®n y la ofrece a sus usuarios, provocando ese diab¨®lico juego en el que se ¡°anula a la oposici¨®n¡± y uno acaba agitado en una especie de caja de resonancia estanca, metido ¡°en una espiral de ideas que se autoconfirman¡±, como lo ha denominado esta activista de la seguridad en internet.
La experta estadounidense en gesti¨®n de productos algor¨ªtmicos, de 37 a?os, se ha sometido al intenso interrogatorio de los europarlamentarios, tras una presentaci¨®n en la que ha denunciado c¨®mo la gran compa?¨ªa tecnol¨®gica ¡°coloca sus beneficios inmensos por delante de la gente¡± y prioriza ¡°rentabilidad ante seguridad¡±, lo cual tiene ¡°consecuencias graves¡±. Para resolver el conflicto, ha reclamado que las democracias cambien las leyes. ¡°Me alegro de que la Uni¨®n Europea se tome esto muy en serio¡±, ha dicho mirando cara a cara a los diputados que tendr¨¢n que negociar la nueva legislaci¨®n.
Las dos medidas que se debaten en estos momentos en diversas comisiones del hemiciclo comunitario regular¨¢n cuestiones como al alcance de los anuncios personalizados, la transparencia de las f¨®rmulas algor¨ªtmicas, los mecanismos de recomendaci¨®n de las plataformas digitales y la libre concurrencia en el mercado digital. Aunque no se espera un resultado tangible de la normativa hasta 2022, las palabras y la visi¨®n de la estadounidense, que ha sido invitada por la comisi¨®n de Mercado Interior de la Euroc¨¢mara, tendr¨¢n incidencia, sobre todo, en la regulaci¨®n sobre servicios digitales (la llamada Digital Service Act o DSA).
El inter¨¦s de los parlamentarios en la sesi¨®n ha sido m¨¢ximo, con continuas felicitaciones al camino emprendido por la ingeniera y un largo turno de preguntas y respuestas: ¡°?C¨®mo hacer que rindan cuentas?¡±, ha preguntado uno sobre los gigantes tecnol¨®gicos. ¡°Querr¨ªamos hacer [en la regulaci¨®n] que Facebook fuera quien tomara medidas para mitigar los riesgos de desinformaci¨®n. ?Cree que es buen camino?¡±, ha a?adido otra. ¡°?A qui¨¦n le dar¨ªa acceso a esos datos?¡±, ha insistido uno m¨¢s. ¡°?C¨®mo se usa su algoritmo en las injerencias extranjeras?¡±.
Haugen ha expuesto algunos mecanismos que podr¨ªan contribuir a regular la actual jungla de internet, como f¨®rmulas ¡°neutrales¡± para jerarquizar la informaci¨®n, una mayor responsabilidad de la compa?¨ªa ante el ¡°contenido negativo¡± que propague o permitir un mayor acceso del regulador a ¡°datos esenciales de la compa?¨ªa¡±. ¡°Ahora no hay ni siquiera posibilidad de evaluar si un producto es da?ino¡±, ha denunciado, pidiendo mayor transparencia.
Tambi¨¦n ha recordado el paralelismo de su actual cruzada con la guerra emprendida hace d¨¦cadas contra las empresas de tabaco, cuando estas aseguraban que el producto que vend¨ªan no ten¨ªa riesgos para las personas. Pero finalmente se pudo demostrar que era una amenaza para la salud. ¡°Lo que hice es necesario para el bien com¨²n¡±, ha afirmado. ¡°Pero s¨¦ que Facebook tiene muchos recursos para destruirme¡±.
El lobby tecnol¨®gico es en la actualidad el m¨¢s poderoso de Bruselas, con un gasto que ronda los 100 millones de euros en generar influencia en su favor, seg¨²n un reciente informe de Corporate Europe Observatory (CEO). Facebook, con 5,5 millones en gastos de presi¨®n ante las instituciones comunitarias, es la segunda compa?¨ªa que m¨¢s dinero dedica a velar por sus intereses en la capital europea, por detr¨¢s de Google (5,8 millones) y por delante de Microsoft (5,3 millones). Un d¨ªa cualquiera no es raro ver a los lobistas acreditados revoloteando alrededor de la sede de la Euroc¨¢mara, exponiendo a los eurodiputados su visi¨®n sobre la regulaci¨®n que est¨¢ por venir. ¡°Los enormes presupuestos de los grupos de presi¨®n de las grandes empresas tecnol¨®gicas tienen un impacto significativo en los responsables pol¨ªticos de la UE, que encuentran a estos grupos llamando a su puerta con regularidad¡±, recoge el estudio de CEO.
Aunque la compa?¨ªa niega en rotundo las acusaciones de Haugen, la cruzada de su exempleada reconvertida en garganta profunda ha llevado a Facebook a colocarse frente a un espejo inc¨®modo. La situaci¨®n recuerda al esc¨¢ndalo de Cambridge Analytica, cuando se descubri¨® que la compa?¨ªa dej¨® escapar los datos de miles de usuarios, los cuales fueron explotados de forma intencionada a favor de Donald Trump en la campa?a de 2016, que lo encumbr¨® a la presidencia de Estados Unidos. Aquellos hechos llevaron a Zuckerberg, a entonar el mea culpa en 2018 ante el Congreso de su pa¨ªs. Pero en esta ocasi¨®n la reacci¨®n ha sido otra. La semana pasada, Zuckerberg contraatac¨® con una presentaci¨®n similar a una pel¨ªcula futurista en la que plasmas sus ideas para el Facebook del futuro: una especie de mundo paralelo en el que uno puede hacer casi de todo de forma virtual, un lanzamiento que la compa?¨ªa ha aprovechado para rebautizarse como Meta en un momento de popularidad en horas bajas.
Sobre el metaverso Haugen ha recordado que estamos ante una empresa capaz de poner en marcha a una legi¨®n de ingenieros para desarrollar videojuegos, pero no para hacer frente a los problemas de seguridad. Para acceder a ese nuevo lugar virtual el usuario ¡°se tiene que exponer mucho¡±, ha a?adido. Y ha alertado de los riesgos de ¡°llenar las casas y oficinas con sensores de una empresa que no es transparente¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.