Christian Montag, psic¨®logo: ¡°Tecnoestr¨¦s¡¯ es cuando piensas ¡®me gustar¨ªa destrozar el ordenador¡±
El investigador de los efectos de la digitalizaci¨®n analiza las consecuencias del teletrabajo, como la nueva gesti¨®n del tiempo, la tendencia a dejar el empleo o la automedicaci¨®n
Christian Montag, nacido en Colonia (Alemania) hace 45 a?os, es catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Molecular en la Universidad de Ulm y autor de obras e investigaciones sobre influencia de las tecnolog¨ªas en la mente humana. Su campo de investigaci¨®n m¨¢s amplio abarca la psicolog¨ªa de la personalidad, el estudio de las diferencias individuales que determinan las habilidades cognitivas, como la inteligencia, o por qu¨¦ somos m¨¢s cooperativos, extrovertidos o ansiosos. Y en este contexto surge la digitalizaci¨®n creciente de nuestras vidas, un fen¨®meno que, seg¨²n afirma, exige un enfoque multidisciplinar para comprender sus consecuencias, como la nueva gesti¨®n del tiempo o las tendencias a dejar el empleo y a automedicarse. Montag ha apoyado el desarrollo de un estudio (informe Bienestar y trabajo desde casa 2022) de NFON, proveedor europeo de comunicaciones empresariales integradas en la nube, a partir de una encuesta realizada por Statista Q, especialista en datos, an¨¢lisis e investigaci¨®n de mercados, sobre 8.000 personas de ocho pa¨ªses europeos.
Pregunta. ?Qu¨¦ es el tecnoestr¨¦s?
Respuesta. Es un t¨¦rmino que se ha introducido en la literatura cient¨ªfica hace un par de a?os y surgi¨® cuando la gente comenz¨® a lidiar con esas situaciones que todos enfrentamos y que se generan cuando la tecnolog¨ªa no funciona. Cuando piensas: ¡®me gustar¨ªa destrozar el ordenador¡¯, eso es tecnoestr¨¦s. Ha habido estudios que muestran c¨®mo las hormonas pueden desencadenar golpes a las m¨¢quinas. Todos nos enfrentamos a esto en nuestra vida cotidiana y, ahora, con las oficinas en casa tenemos muchos nuevos desaf¨ªos que generan tecnoestr¨¦s. Solo hay que pensar en la situaci¨®n creada por la pandemia, que oblig¨® a muchas personas a utilizar videoconferencias u otro tipo de programas por primera vez.
P. ?Pero eso pasa tambi¨¦n en los lugares de trabajo convencionales?
R. Cierto, pero, aun as¨ª, si comparamos la situaci¨®n al comienzo de la pandemia y la actual, vemos un cambio: mucha gente no estaba adecuadamente preparada desde un punto de vista tecnol¨®gico para tener una oficina en el hogar que funcione correctamente. La digitalizaci¨®n es un problema cuando la conexi¨®n a internet no funciona correctamente o es demasiado lenta o, simplemente, tienes en casa equipos muy viejos. Mucha gente ha tenido que renovar sus dispositivos por necesidad.
P. El 28% de los encuestados afirma que trabaja m¨¢s y, por el contrario, el 36% asegura tener m¨¢s tiempo para pasarlo con la familia.
R. Es la paradoja del trabajo en casa. Por un lado, sienten que trabajan m¨¢s, que se intensifica la carga de trabajo y pasamos m¨¢s horas frente al ordenador. Pero, por otro lado, afirman disponer de m¨¢s tiempo para la familia o el ocio. La clave para explicar esta paradoja es que la gente ya no necesita desplazarse, o, al menos, lo hace en menor medida. Por ejemplo, si dedicaban dos horas al d¨ªa al desplazamiento, ahora pueden trabajar media hora m¨¢s, pero disponen de hora y media extra. Tambi¨¦n ganan flexibilidad para ir al m¨¦dico o hacer compras, que antes hac¨ªan el fin de semana y les llevaba mucho tiempo. Ahora pueden hacer la compra los mi¨¦rcoles, cuando no hay tanta gente en el supermercado. Nos estamos volviendo m¨¢s flexibles en muchos sentidos.
P. Otro resultado sorprendente es que para algunos (el 8,7%) es estresante comer en casa.
R. Obviamente hay diferentes culturas de alimentaci¨®n, pero la raz¨®n principal tiene que ver con la conveniencia. No todos sabemos cocinar adecuadamente y tenemos que aprender. Adem¨¢s, incluso un plato simple supone preparaci¨®n o ir a comprar y algunas personas no estaban acostumbradas.
El trabajo es intrusivo en la vida cotidiana y es realmente dif¨ªcil desvincular ambas cosas, por lo que esto puede ser estresante
P. Tambi¨¦n ha aumentado la automedicaci¨®n. El 34% de los encuestados dice haber recurrido a ella para mejorar su bienestar. ?Est¨¢ relacionada con el tecnoestr¨¦s?
R. Si el ser humano experimenta emociones negativas, como la ira, el miedo y la tristeza, tiende a intentar deshacerse de ellas porque le sientan mal. Por lo tanto, la pretensi¨®n de evitarlas representa una respuesta natural. Para algunas personas, una de las formas de lograr esa disminuci¨®n del efecto negativo es la automedicaci¨®n. La covid ha sido un gran factor estresante, a lo que se ha sumado la situaci¨®n en la que estamos trabajando desde casa, afrontando el tecnoestr¨¦s. Adem¨¢s, algunas personas tambi¨¦n estaban estresadas porque se sent¨ªan solas al no tener una persona con la que interactuar en los momentos de distanciamiento f¨ªsico. Igualmente, en la encuesta hemos detectado que la gente tiene problemas para decir: ¡®vale, aqu¨ª se detiene la vida laboral y comienza mi vida privada¡¯. El trabajo es intrusivo en la vida cotidiana y es realmente dif¨ªcil desvincular ambas cosas, por lo que esto puede ser estresante. A esto se suma gente que se siente mal y que trata de encontrar una soluci¨®n f¨¢cil. Estudios recientes, m¨¢s all¨¢ de nuestro trabajo, tambi¨¦n sugieren que mientras algunas personas redujeron el consumo de alcohol durante la pandemia, otras empezaron a beber mucho m¨¢s. Al final, muchos factores, incluyendo la propia vulnerabilidad y el factor de resiliencia, juegan un papel para entender el comportamiento humano.
P. Y tambi¨¦n se duerme peor. Hasta el 72,1% de los encuestados dice haber tomado melatonina para descansar mejor.
R. No es sorprendente despu¨¦s de la pandemia. Si las personas temen o viven situaciones inciertas, comienzan a rumiar, a pensar en cosas que les preocupan, lo que impide obtener la cantidad adecuada de sue?o de calidad.
El dinero, en ¨²ltima instancia, no es el impulsor m¨¢s importante para elegir un trabajo. Llega un punto en el que un complemento en el salario no te hace m¨¢s feliz
P. Seg¨²n el estudio, el 21,7% de los encuestados europeos (25,6% en Espa?a) afirma que tiene previsto dimitir por su experiencia trabajando desde casa y el 9,9% ya ha dejado su trabajo. ?Por qu¨¦?
R. Ya hemos hablado de varios retos derivados de la nueva situaci¨®n de la oficina en casa y tambi¨¦n de los problemas derivados de la pandemia que, desde mi punto de vista, explican en parte por qu¨¦ la gente decide dejar su trabajo. Una variable crucial que no se menciona en el contexto de dimitir es que muchos de los encuestados del estudio no ve¨ªan la forma de desarrollar su propio potencial. Por otro lado, tenemos m¨¢s tiempo. Debemos manejarlo y encontrar la manera de ser m¨¢s felices. Adem¨¢s, la pandemia ha sido tambi¨¦n una oportunidad para reflexionar sobre la vida. Hasta ese momento, muchas vidas eran autom¨¢ticas: levantarse, trabajar, cuidar a los ni?os, tareas dom¨¦sticas y dormir. Ni siquiera hab¨ªa tiempo para pensar en la miseria. Ahora hemos tenido m¨¢s tiempo para reflexionar y pensar. Al salir de ese automatismo, dejamos que nuestros cerebros corran libres por un momento, para la divagaci¨®n mental, y la divagaci¨®n conduce a la creatividad y a la autorreflexi¨®n. En este contexto, vimos en nuestro estudio que algunas personas han llegado a la conclusi¨®n de que no quieren la vida de antes, porque la energ¨ªa vital no es infinita. Todos nos esforzamos por tener una buena vida y no una mala ?verdad?
Algunas personas han llegado a la conclusi¨®n de que no quieren la vida de antes
P. ?Aunque se pierda poder adquisitivo?
R. A partir de mi experiencia personal y de la de otras personas, creo que el dinero, en ¨²ltima instancia, no es el impulsor m¨¢s importante para elegir un trabajo. El psic¨®logo Daniel Kahneman investig¨®, a?os antes de la pandemia, las asociaciones entre la satisfacci¨®n de la vida, el bienestar, y el salario. Llega un punto en el que un complemento en el salario no te hace m¨¢s feliz; quiz¨¢s te hace un poco m¨¢s satisfecho con la vida, que es m¨¢s el aspecto cognitivo, pero realmente no te hace m¨¢s feliz. Si investigara la felicidad, te preguntar¨ªa cu¨¢nto has bailado, disfrutado en las ¨²ltimas semanas y cu¨¢nto has llorado de tristeza. Si preguntas sobre las emociones, llega un punto en que el salario no es tan importante (seg¨²n la obra de Kahnemann, el umbral es unos 75.000 d¨®lares al a?o). A partir de ese momento, la felicidad no aumenta con m¨¢s dinero y esto es, creo, lo que mucha gente, intuitivamente, sabe y acepta que tiene un salario decente y que lo que realmente le importa es la familia, que quiere m¨¢s tiempo para aquello que es bueno. Ser¨¢ realmente interesante ver si estas percepciones perduran cuando nos enfrentemos nuevamente a los automatismos de la vida cotidiana, cuando caigamos en las trampas y patrones.
Hablamos mucho sobre las desventajas, pero obviamente el trabajo desde casa ha dado a mucha gente muchos m¨¢s grados de libertad para lidiar con las molestias de la vida cotidiana y tambi¨¦n para pasar m¨¢s tiempo con la familia, pero cumpliendo con el trabajo
P. ?Qu¨¦ deben hacer las empresas y los trabajadores ante la nueva realidad?
R. Hablamos mucho sobre las desventajas, pero obviamente el trabajo desde casa ha dado a mucha gente muchos m¨¢s grados de libertad para lidiar con las molestias de la vida cotidiana y tambi¨¦n para pasar m¨¢s tiempo con la familia, pero cumpliendo con el trabajo. Necesitamos combinar lo mejor de los dos mundos. El trabajo desde casa va a quedarse. Pero tambi¨¦n nuestro estudio refleja un profundo anhelo de reunirse y ver a los colegas, de tener interacciones sociales reales m¨¢s all¨¢ los encuentros virtuales. Hay un trabajo que analiza la fatiga por las videoconferencias, asociada con el agotamiento y esta forma de interactuar. Actualmente, se discute que la fatiga por videoconferencia pueda desencadenarse debido a la ansiedad por ser constantemente monitoreado y por mostrarse frente a las pantallas (ansiedad de espejo o estar insatisfecho con la propia experiencia facial). Adem¨¢s, la interacci¨®n con los dem¨¢s se limita al marco de las pantallas. Esto no es saludable. Eso fatiga, a lo que se suma que es realmente dif¨ªcil detectar emociones en nuestros interlocutores a trav¨¦s de las pantallas. Necesitamos, de vez en cuando, volver a vernos en persona y tambi¨¦n pasar un buen rato. Es el nexo que une a las personas y es importante para desarrollar la confianza entre ellas. Combinar elementos de ambos mundos ser¨¢ una soluci¨®n para que las empresas y el resto de la sociedad elaboren un plan adecuado sobre c¨®mo ser¨¢ nuestra vida laboral en un futuro cercano.
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