?Miedo a volar? El cambio clim¨¢tico tambi¨¦n intensifica las turbulencias en el aire
Un estudio demuestra que la duraci¨®n anual total de turbulencias severas aument¨® en un 55% en lo ¨²ltimos 40 a?os y que podr¨ªa triplicarse a finales del siglo
Colocar la mochila debajo de los asientos, abrocharse los cinturones de seguridad y poner el tel¨¦fono en modo avi¨®n. As¨ª es como empiezan muchas vacaciones de verano. El avi¨®n despega entre pasajeros que se han quedado dormidos al segundo de haberse sentado y otros que se agarran con fuerza a los reposabrazos para calmar los nervios y, despu¨¦s de unos minutos, todo parece ir bien. La gente se levanta y los auxiliares de vuelo empiezan a vender todo tipo de comida y objetos para intentar que el viaje se haga menos largo. Hasta que el piloto vuelve a encender la se?al de los cinturones de seguridad y pide que todos vuelvan a sus sitios porque el avi¨®n est¨¢ atravesando una turbulencia. Estos episodios ¡ªque a pesar de poder resultar molestos, dif¨ªcilmente representan un peligro para la seguridad de los pasajeros¡ª se han intensificado en las ¨²ltimas d¨¦cadas. ?La causa? Una vez m¨¢s, se trata del cambio clim¨¢tico.
¡°Lo estamos notando mucho desde que volvimos a volar despu¨¦s de la pandemia. En pleno verano es muy com¨²n tener turbulencias severas a partir de las tres de la tarde, cuando se registran las temperaturas m¨¢s altas¡±, reconoce Rub¨¦n Gonz¨¢lez, piloto profesional e instructor de vuelo en el Aeroclub Barcelona Sabadell. Seg¨²n un an¨¢lisis de la Universidad de Reading en el Reino Unido, las turbulencias en aire claro, que se producen con mayor frecuencia a gran altitud, podr¨ªan triplicarse a finales del siglo. Tras analizar el tr¨¢fico a¨¦reo sobre el Atl¨¢ntico Norte, una de las rutas m¨¢s transitadas del mundo, el estudio demuestra que la duraci¨®n anual total de turbulencias severas ¡ªel tercer tipo m¨¢s fuerte, en una escala cuyos grados son ligera, moderada, severa y extrema¡ª, aument¨® en un 55% en lo ¨²ltimos 40 a?os, pasando de 17,7 horas en 1979 a 24,7 en 2020.
La investigaci¨®n sugiere que en los pr¨®ximos a?os podr¨ªa aumentar el n¨²mero de vuelos accidentados, lo que conlleva m¨¢s lesiones de pasajeros y tripulaci¨®n que, si no est¨¢n sentados cuando el avi¨®n se encuentra atrapado una turbulencia imprevista y no llevan puesto el cintur¨®n, se pueden golpear hacia el techo. Esto no quiere decir que los accidentes mortales ¡ªuna rareza en el caso de los viajes en avi¨®n¡ª vayan a aumentar. ¡°Los aviones est¨¢n dise?ados para soportar condiciones severas, los m¨¢rgenes de seguridad son bastante amplios. Sigue siendo poco com¨²n que sufran da?os estructurales a causa de las turbulencias¡±, asegura Gonz¨¢lez, que lleva una d¨¦cada sobrevolando los cielos.
Sin embargo, el aumento de las turbulencias conlleva tambi¨¦n un coste econ¨®mico para las aerol¨ªneas. ¡°El aumento de las turbulencias le cuesta a la industria entre 150 y 500 millones de d¨®lares [130 y 450 millones de euros] al a?o solo en Estados Unidos. Cada minuto que se pasa viajando a trav¨¦s de turbulencias aumenta el desgaste de la aeronave, as¨ª como el riesgo de lesiones para quien est¨¢ en su interior¡±, alerta el investigador Mark Prosser, cient¨ªfico atmosf¨¦rico y coautor del estudio, que reconoce que las turbulencias se har¨¢n siempre m¨¢s frecuentes a medida que las temperaturas del planeta sigan aumentando.
Una consecuencia del incremento de las temperaturas
Para entender el papel del cambio clim¨¢tico, es necesario primero explicar cu¨¢ndo y por qu¨¦ se verifican estos episodios. La turbulencia es un movimiento inestable del aire provocado por cambios en la direcci¨®n y en la velocidad del viento, como pasa con las tormentas o los frentes meteorol¨®gicos fr¨ªos o c¨¢lidos. Sin embargo, las turbulencias no siempre est¨¢n condicionadas por el mal tiempo, sino que tambi¨¦n pueden producirse cuando el cielo se ve tranquilo y sin nubes, como es el caso de las turbulencias en aire claro. ¡°Son las que experimentan los aviones cuando est¨¢n en fase de crucero en mitad del Atl¨¢ntico. Son invisibles para el ojo humano, pero tambi¨¦n escapan a los radares¡±, explica el meteor¨®logo aeron¨¢utico Benito Fuentes.
Durante estos tipos de rutas, los pilotos aprovechan las corrientes en chorro ¡ªflujos de aire fuerte e intenso situados en la frontera que hay entre la troposfera y la estratosfera¡ª para viajar m¨¢s r¨¢pidamente y disminuir el consumo de carburante. Esto permite, por ejemplo, que los vuelos transoce¨¢nicos sean m¨¢s cortos al volar de Am¨¦rica a Europa. Sin embargo, es justamente en la proximidad de estas corrientes cuando se produce un fuerte cambio en la direcci¨®n del viento, que pasa de fluir en vertical a hacerlo en horizontal, y esto hace que se experimenten las turbulencias.
c ¡°La atm¨®sfera funciona como una olla llena de agua. Si no tienes prisa y la pones a calentar despacio, se calentar¨¢ sin crear ning¨²n problema. Pero si la pones a m¨¢xima potencia, empieza a burbujear y a saltar fuera. Como la olla, la atm¨®sfera tambi¨¦n se calienta desde abajo, y a mayores temperaturas, mayores ser¨¢n los cambios en las corrientes y las probabilidades de sufrir una turbulencia¡±, detalla C¨¦sar M?sso, profesor de ingenier¨ªa ambiental de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a.
Temblores y vuelos m¨¢s agitados no son las ¨²nicas desventajas derivadas por el cambio clim¨¢tico a la hora de volar. Las altas temperaturas tambi¨¦n pueden influir sobre las dos fases m¨¢s delicadas en cada vuelo: el despegue y el aterrizaje. Cuanto m¨¢s calor hace, menor es la densidad del aire, y cuando el aire es menos denso, los aviones necesitan m¨¢s tiempo para despegar. Dicho de otra forma, significa que necesitan una pista m¨¢s larga ¡ªy no todos los aeropuertos cumplen con estos requisitos¡ª y mayor carburante, lo que a su vez implica mayor contaminaci¨®n.
El problema no parece tener una soluci¨®n de momento. Los vuelos comerciales, que son responsables de una buena parte de las emisiones de CO? se han vuelto m¨¢s peligrosos a causa del calentamiento global. Pero, para poder seguir cumpliendo con la demanda, tendr¨ªan que aumentar su huella contaminante para hacer frente a las complicaciones derivadas por el incremento de las temperaturas, sobre todo durante el verano. ¡°Si en el futuro las turbulencias se vuelven demasiado accidentadas, los aviones podr¨ªan volar m¨¢s lejos de la corriente en chorro, pero esto aumentar¨ªa el tiempo de viaje, el uso de combustible y las emisiones que calientan el clima. B¨¢sicamente, es la pescadilla que se muerde la cola¡±, concluye Prosser.
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