La ciudad de Nueva York demanda a varias redes sociales por ¡°alimentar la crisis de salud mental juvenil¡±
La denuncia, presentada este mi¨¦rcoles en California, sostiene que las tecnol¨®gicas manipulan y crean adicci¨®n intencionadamente a los usuarios m¨¢s j¨®venes
Los ¨ªmprobos esfuerzos de la ciudad de Nueva York por atajar la epidemia de sucesos protagonizados por personas con trastornos mentales -en el metro, en las calles, en los hogares; una oleada imparable despu¨¦s de la pandemia- han hallado una nueva v¨ªa para manifestarse. La Gran Manzana ha presentado este mi¨¦rcoles una denuncia contra TikTok, Meta, Snap y YouTube, de Google, ¡°por alimentar la crisis nacional de salud mental juvenil¡±, ha anunciado el alcalde, Eric Adams.
La demanda, presentada en el Tribunal Superior de California por la ciudad de Nueva York, el Departamento de Educaci¨®n y la Corporaci¨®n de Salud y Hospitales de la Ciudad de Nueva York -de quien dependen los extenuados servicios de salud mental-, alega que estas compa?¨ªas manipulan y crean adicci¨®n intencionadamente a los usuarios m¨¢s j¨®venes, manteni¨¦ndolos atentos a sus plataformas y provocando en sus comportamientos efectos no deseables y a la postre nocivos para el desarrollo de la personalidad y la propia convivencia con su entorno.
La acusaci¨®n se basa en tres cargos, seg¨²n las leyes del Estado de Nueva York: negligencia, negligencia grave y alteraci¨®n del orden p¨²blico. Los demandantes solicitan un juicio con jurado, cambios en la pol¨ªtica de las empresas y una reparaci¨®n econ¨®mica. Seg¨²n la demanda, los trastornos de conducta supuestamente provocados por la adicci¨®n a las citadas plataformas han generado una carga financiera y una crisis adicional para la ciudad, con repercusi¨®n en escuelas, hospitales y otras comunidades. En una rueda de prensa, el dem¨®crata Adams describi¨® a los adolescentes neoyorquinos como criaturas constantemente desesperadas por la ansiedad; pegadas a sus tel¨¦fonos y con mal rendimiento escolar, adem¨¢s de perder habilidades sociales y pautas para la convivencia como resultado de la adicci¨®n a las pantallas.
Atajar la crisis de salud mental de la ciudad ha supuesto para el alcalde Adams un quebradero de cabeza desde el minuto cero de su mandato. Lo ha intentado de todas las maneras posibles, con un refuerzo de patrullas policiales en el metro -un epicentro del fen¨®meno, al servir de amparo a muchos indigentes, especialmente afectados- o incluso con el internamiento forzoso en instituciones de las personas con s¨ªntomas claros de desequilibrio, una medida muy criticada por ONG, especialistas y grupos de familiares de afectados. Pero situar en la diana a las tecnol¨®gicas supone una novedad, sobre todo en una ciudad construida ¡°sobre la innovaci¨®n y la tecnolog¨ªa¡±, ha dicho Adams mediante un comunicado. No obstante, se?ala el regidor, ¡°muchas plataformas de medios sociales terminan poniendo en peligro la salud mental de nuestros hijos, promoviendo la adicci¨®n y fomentando comportamientos inseguros¡±.
¡°Estamos tomando medidas audaces en nombre de millones de neoyorquinos para responsabilizar a estas empresas por su papel en esta crisis, y trabajando para hacer frente a este peligro para la salud p¨²blica¡±, una realidad especialmente maltrecha por los estragos de la pandemia. ¡°Esta demanda y el plan de acci¨®n son parte de un ajuste m¨¢s amplio que dar¨¢ forma a las vidas de nuestros j¨®venes, nuestra ciudad y nuestra sociedad en los pr¨®ximos a?os.¡±
Nueva York no es sin embargo la avanzadilla de la inquietud tecnol¨®gica. A falta de nuevas leyes federales que protejan a los ni?os en Internet, o al menos de normas que se adapten al ritmo vertiginoso de las innovaciones, cada vez son m¨¢s frecuentes en todo el pa¨ªs las demandas para exigir responsabilidades a las empresas, interpuestas por distritos escolares (la red de escuelas p¨²blicas de Seattle y un par de condados de California, entre otros, lo hicieron hace tiempo), grupos de padres que afirman que sus hijos se han visto perjudicados por las redes sociales e incluso algunos fiscales, como los de 41 Estados que en octubre denunciaron de manera conjunta a Meta. Uno de los argumentos en los que se basan esas demandas es la intencionalidad expresa de las tecnol¨®gicas, para crear adicci¨®n a prop¨®sito como en su d¨ªa hiciera la industria del tabaco con la incorporaci¨®n de aditivos.
¡°Queremos que los adolescentes tengan experiencias seguras y adecuadas a su edad en Internet, y tenemos m¨¢s de 30 herramientas y funciones para ayudarles a ellos y a sus padres. Llevamos una d¨¦cada trabajando en estos temas y contratando a personas que han dedicado sus carreras a mantener a los j¨®venes seguros y amparados en Internet¡±, ha dicho Andy Stone, portavoz de Meta, en respuesta a la demanda, cuyos t¨¦rminos considera infundados. ¡°En colaboraci¨®n con expertos en juventud, salud mental y crianza, hemos creado servicios y pol¨ªticas para ofrecer a los j¨®venes experiencias apropiadas para su edad y a los padres, controles s¨®lidos¡±.
¡°TikTok tiene salvaguardas l¨ªderes en la industria para apoyar el bienestar de los adolescentes, incluyendo caracter¨ªsticas restringidas por edad, controles parentales, un l¨ªmite de tiempo autom¨¢tico de 60 minutos para usuarios menores de 18 a?os, y otras protecciones¡±, declar¨® un portavoz de la compa?¨ªa, citado por el portal Axios.
La reciente comparecencia en el Capitolio de los responsables de las tecnol¨®gicas Meta, TikTok, X, Snap y Discord, la ¨²ltima de una larga lista, es el precedente m¨¢s inmediato de la demanda de Nueva York, pero no el ¨²nico. En la audiencia, los miembros del Congreso interrogaron durante cuatro horas a los ejecutivos sobre la seguridad de los ni?os en Internet, pero los nuevos proyectos de ley siguen languideciendo, mientras que las demandas suponen una amenaza creciente y tangible para los modelos de negocio de las empresas. Lejos parece quedar el clamor social generado por una investigaci¨®n que en su d¨ªa hall¨® responsable a Instagram, la red social de Meta, de perjudicar la salud mental de los adolescentes por proponerles modelos de belleza imposibles. Desde entonces, la apuesta por la inteligencia artificial -un tema que curiosamente no se abord¨® en la audiencia del Congreso del pasado 31 de enero, pues ya se le hab¨ªa dedicado una sesi¨®n espec¨ªfica- se ha multiplicado de tal manera que su propia din¨¢mica puede arrollar cualquier intento de regular la oferta de las plataformas para menores y adolescentes.
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