¡®Pop Gear¡¯: los Beatles, los Animals y un s¨¢tiro al fondo

Como viaje en el tiempo, era irresistible pinchar la sugerencia. El tiempo del Swinging London, el del despegue de la nueva cultura popular a mediados de los a?os sesenta en el Reino Unido. Pop Gear (en Netflix) es una pel¨ªcula de 1965 que recoge dos docenas de actuaciones en la televisi¨®n brit¨¢nica de una generaci¨®n irrepetible de bandas. Entre ellas los Beatles, tambi¨¦n un buen pu?ado de grupos que quer¨ªan parecerse a los Beatles, al menos en la est¨¦tica, pero otros con mucha personalidad propia. No solo Londres ebull¨ªa: se hab¨ªa desatado la Invasi¨®n Brit¨¢nica, el desembarco en EE UU que cambi¨® las reglas del mundo del espect¨¢culo. Esa invasi¨®n usaba las armas del invadido, porque aquellos artistas ingleses se inspiraban en la gran m¨²sica norteamericana anterior, con gran huella de la comunidad negra, unos sonidos que llegaban en los barcos a Inglaterra y saltaban a las radios. Y a los que los brit¨¢nicos le hab¨ªan dado una vuelta, un toque propio, hasta convertirse en un fen¨®meno de masas que arroll¨® a los verdaderos pioneros del rock and roll.

El viaje tambi¨¦n sirve para entender c¨®mo funcionaba entonces un negocio emergente. En su d¨ªa, esta pel¨ªcula ten¨ªa la gracia de mostrar las actuaciones de las bandas a todo color, para lo que hab¨ªa que ir a las salas de cine, porque la BBC no pas¨® del blanco y negro hasta 1969. De entrada, se presenta como una recopilaci¨®n de los grandes ¨¦xitos de 1964. El presentador, Jimmy Savile (?de qu¨¦ me sonar¨¢ ese nombre?), introduce escuetamente a los artistas uno a uno y deja paso a su canci¨®n m¨¢s conocida. Despu¨¦s repetir¨¢n las mismas bandas con otro tema, pero ahora ya del tir¨®n y sin comentarios.

Los Beatles aparecen al principio y al final, pero hay trampa: las dos canciones (She Loves You y Twist and Shout) proceden de un concierto en M¨¢nchester de 1963, parte de otra pel¨ªcula titulada The Beatles Come To Town, una de las escasas grabaciones en color de los Fab Four reci¨¦n lanzados al estrellato. Al estrenarse Pop Gear dos a?os despu¨¦s, la banda ya hab¨ªa evolucionado y trabajaba en discos m¨¢s maduros como Help! y Rubber Soul. Todo lo dem¨¢s en la pel¨ªcula es un honesto playback de estudio: ni hay micr¨®fonos ni las guitarras de los m¨²sicos est¨¢n enchufadas; no hab¨ªa ning¨²n intento de disimular. Y adem¨¢s hay escenas, muy sixties, de baile.

De estas actuaciones en el estudio, destacan y mucho The Animals, la banda de Eric Burdon, una de las que mejor explot¨® en las islas el blues que ven¨ªa de Am¨¦rica. Otro gran nombre de similares influencias es el de The Spencer Davis Group, con el tremendo teclado de Steve Winwood. La banda instrumental Sounds Incorporated es de las m¨¢s distintas, apoyada en dos poderosos saxos. La cantante Susan Maughan es la ¨²nica presencia femenina (junto a Honey Lantree, solvente baterista de The Honeycombs, y sin contar a las bailarinas), y deja alto el nivel. Otros que desfilan tuvieron su momento de gloria, y dejaron canciones interesantes, pero no son tan recordados. Sus nombres son The Four Pennies, The Nashville Teens, Tommy Quickly and the Remo Four, Matt Monro, Herman¡¯s Hermits, Billy J. Kramer and the Dakotas y Peter and Gordon.

De qu¨¦ me sonar¨¢ ese nombre, Jimmy Savile. Aqu¨ª aparece envuelto en distintos atuendos, fumando un puro o haciendo gestos c¨®micos, en intervenciones muy breves. Document¨¦monos: era una estrella de la radio y la tele, y uno de los primeros DJ del pa¨ªs; presentaba Top of the Pops en la BBC, programa que hizo mucho por llevar el pop a audiencias masivas. Cuando sabes qu¨¦ pas¨® con Savile, viene el baj¨®n: gran comunicador e impulsor de obras ben¨¦ficas, ten¨ªa el t¨ªtulo de sir tras ser condecorado y muri¨® como un h¨¦roe nacional en 2011. Pero despu¨¦s se supo que hab¨ªa sido un monstruo, un depredador sexual que, seg¨²n la polic¨ªa, cometi¨® m¨¢s de 200 agresiones contra al menos 70 mujeres y ni?as, eso como m¨ªnimo, porque se reunieron medio millar de testimonios contra ¨¦l. Sabiendo eso, ay, se indigesta la pel¨ªcula. Ni la mejor m¨²sica tapa ese horror.

El fantasma de Savile no acaba de marcharse. La BBC acaba de apartar a un presentador por comprar v¨ªdeos sexuales de un adolescente al que pag¨®, a lo largo de tres a?os, unos 40.000 euros, que el chico se gast¨® en crack. La cadena tard¨® semanas en reaccionar a la denuncia de su madre, y ocult¨® la identidad del sospechoso. Eso puso a todo el personal de la cadena bajo sospecha. Hasta que ha trascendido, por voluntad de su esposa, qui¨¦n era el s¨¢tiro esta vez: nada menos que Huw Edwards, el rostro que cont¨® a los brit¨¢nicos la muerte de Isabel II. Las mejores casas ocultan cosas horribles.

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