A Very Spanish Scandal
La tele espa?ola es demasiado cobarde para tratar con distancia y temple las cat¨¢strofes que alimentan los programas de chismorreo. Yo me esperar¨ªa a la serie para entender lo de ??igo Errej¨®n
Un esc¨¢ndalo muy real (A Very Royal Scandal) es el ¨²ltimo producto de la factor¨ªa de ficciones escandalosas que empez¨® con A Very English Scandal y sigui¨® con A Very British Scandal. Son miniseries soberbias que narran escandaleras de tabloide en las que los personajes p¨²blicos arden como ninots de falla, ante la fascinada vista del p¨²blico. Su virtud es transformar las cenizas de ese incendio en una peque?a obra de arte. Los guionistas trabajan con material de derribo, a¨²n pringoso de escupitajos y heces, y cuentan una historia compleja que alumbra el milagro de las buenas narraciones: permite comprender qu¨¦ pas¨®. Unos buenos contadores de historias se toman en serio lo que durante unas semanas fue ruido y basura, y lo explican a fondo en un acto ejemplar de servicio c¨ªvico a trav¨¦s del arte.
Nos vendr¨ªa muy bien una tradici¨®n as¨ª en la tele espa?ola, demasiado cobarde para tratar con distancia y temple las cat¨¢strofes que alimentan los programas de chismorreo. Si hubiese artistas y productores as¨ª en Espa?a, yo me esperar¨ªa a la serie para entender lo de Errej¨®n. Me saltar¨ªa en una elipsis los d¨ªas previos y los por venir, o los pasar¨ªa a doble velocidad, y me sentar¨ªa a ver, dentro de cinco o 10 a?os, la ficci¨®n en la que se ordena el caos, porque todo este ruido necesita un buen equipo de guionistas. Como eso no va a suceder, me quedo pasmado ¡ªintuyo que como muchos¡ª ante el baile de las llamas de esta enorme pira que consume todo lo que Yolanda D¨ªaz llamaba ¡°el espacio pol¨ªtico¡±, que no va a sobrevivir al fuego.
Confieso que entiendo poco y mal lo que est¨¢ pasando, y creo que las teles y los medios est¨¢n teniendo muchos problemas para contarlo, porque tampoco lo entienden muy bien y las redes sociales van muy deprisa. No entiendo la espantada esot¨¦rica y cobarde de Errej¨®n, que parece que asume las acusaciones y a la vez se siente v¨ªctima de ellas, como un gato pol¨ªtico de Schr?dinger. No entiendo la reacci¨®n no menos esot¨¦rica y un poco c¨ªnica de Sumar. No entiendo a todos los periodistas que presumen ahora de conocer un secreto a voces que, vaya usted a saber por qu¨¦, nunca consideraron noticioso. Entiendo mejor a la v¨ªctima denunciante, aunque corresponder¨¢ al juez entenderla bien, y quiz¨¢ sea esto lo ¨²nico que se entienda cuando las brasas empiecen a enfriarse. O lo ¨²nico que deber¨ªa entenderse, si al final nos empe?¨¢semos en entenderlo todo.
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