Campos peque?os en mal estado y gradas medio vac¨ªas: el legado manchado de la Copa Am¨¦rica 2024
A pesar del apoyo masivo a algunas selecciones, las quejas de diversos equipos y ciertos partidos con muy poco p¨²blico afectan la imagen de un torneo anunciado como abrebocas del Mundial 2026
El 20 de junio lleg¨® la fiesta sudamericana del bal¨®n a Estados Unidos. En Atlanta (Georgia), Argentina, el actual campe¨®n del mundo y de la Copa Am¨¦rica, estrenaba la nueva edici¨®n de la competici¨®n de f¨²tbol internacional m¨¢s antigua del planeta enfrent¨¢ndose a Canad¨¢. Hecho peculiar por partida doble. Este torneo enfrenta desde hace m¨¢s de cien a?os a los seleccionados de Sudam¨¦rica, que hacen parte de la Conmebol, y, por tanto, se celebra en alg¨²n pa¨ªs de esa regi¨®n. Esta edici¨®n, sin embargo, era solo la segunda vez, despu¨¦s de la centenaria de 2016, que se organizaba fuera de Am¨¦rica del Sur. Adem¨¢s, si bien ha habido una tradici¨®n de invitar a selecciones de otras confederaciones para completar los cuadros ¡ªorganizar un torneo con 10 equipos, los que est¨¢n en la Conmebol, no es f¨¢cil¡ª, en esta ocasi¨®n se incluyeron seis equipos de la Concacaf, la confederaci¨®n de Norteam¨¦rica y el Caribe. Era una Copa Am¨¦rica como ninguna otra. Y la ha sido. Pero con todos los partidos jugados excepto la final, la excepcionalidad de este torneo en particular, anunciado tambi¨¦n como un abrebocas de lo que ser¨¢ el Mundial de 2026 que se disputara en M¨¦xico, Estados Unidos y Canad¨¢, ser¨¢ recordado tal vez m¨¢s por sus sombras que por sus destellos.
Claro que ha habido buen f¨²tbol, principalmente ofrecido por una selecci¨®n colombiana que lleva 28 partidos invicta y gan¨® todos sus partidos, excepto un empate con Brasil en el ¨²ltimo duelo de la fase de grupos. Tambi¨¦n quedar¨¢n las im¨¢genes de estadios te?idos de vino tinto, verde, amarillo o celeste y blanco, pues el apoyo a las selecciones de Venezuela, M¨¦xico, Colombia y Argentina fue masiva cada vez que jugaron. Hubo fiesta, goles, alegr¨ªa y tensi¨®n. Pero en el balance global, las reiteradas quejas sobre los campos peque?os y en mal estado, gradas medio vac¨ªas en bastantes encuentros de menor perfil y dudas sobre el arbitraje han manchado el legado de la Copa Am¨¦rica de 2024.
Marcelo Bielsa, el entrenador de Uruguay, fue el m¨¢s vocal con sus se?alamientos en contra de los organizadores en la rueda de prensa tras los altercados entre sus jugadores y aficionados despu¨¦s del pitido final de la semifinal del mi¨¦rcoles contra Colombia, pero no ha sido el ¨²nico. Despu¨¦s del primer partido del torneo, cuando vencieron al seleccionado canadiense, el entrenador y el portero de Argentina, Lionel Scaloni y Emiliano Mart¨ªnez respectivamente, se despacharon contra el estado de las canchas.
¡°Menos mal que ganamos porque, si no, hubiese parecido una excusa barata. Hace siete meses que sabemos que vamos a jugar ac¨¢ y cambiaron el c¨¦sped hace dos d¨ªas. El estadio es hermoso y con el c¨¦sped sint¨¦tico debe de ser espectacular, pero con el c¨¦sped de hoy no est¨¢ apta para este tipo de jugadores... Hace dos d¨ªas era sint¨¦tico, no pueden poner cien metros de c¨¦sped tan r¨¢pido, lo tienen que hacer de a poco. Van emparchando, emparchando y hay cortes continuos. Est¨¢ pintada para que no se note. Desde arriba tal vez parece todo lindo¡±, dijo Scaloni. Y Mart¨ªnez se hizo eco: ¡°Es muy dif¨ªcil as¨ª. Primer partido y la cancha es un desastre. Pusieron panes de c¨¦sped arriba de un sint¨¦tico y parec¨ªa un trampol¨ªn cada vez que recib¨ªamos la pelota¡±.
Ante estas quejas, que seg¨²n algunos reportes otros seleccionados repitieron a puerta cerrada, la Conmebol reaccion¨® a la defensiva. Frederico Nantes, director de competiciones y operaciones, afirm¨®: ¡°La cuesti¨®n est¨¦tica puede haber dado una percepci¨®n equivocada de que hab¨ªa alg¨²n problema con el campo, lo que realmente no era verdad en t¨¦rminos de rendimiento¡±.
Los campos tambi¨¦n fueron foco de cr¨ªticas por sus dimensiones. Al ser los estadios en su mayor¨ªa recintos para f¨²tbol americano, las canchas no tienen exactamente las mismas medidas que el est¨¢ndar del f¨²tbol profesional internacional, por lo que el torneo se jug¨® con el tama?o m¨¢s peque?o permitido para partidos internacionales: 100 metros por 64 metros (109 por 70 yardas). Puede parecer un detalle menor pero, por ponerlo en perspectiva, ese tama?o de cancha es el que se suele usar en las categor¨ªas sub-13, y el espacio perdido comparado con el est¨¢ndar de 105 por 68 metros (114 por 74) a lo largo y ancho es equivalente a un ¨¢rea de penalti.
Los c¨®rners de este lado no los puede tirar un zurdo en Chile vs Per¨² #CopaAm¨¦rica pic.twitter.com/lL4qoqTlr5
— Manoel de Tezanos Pinto (@ManuelDTP) June 21, 2024
Cuanto m¨¢s estrecha es la cancha, m¨¢s se congestiona el juego. Esto significa que fluyen menos y se vuelven m¨¢s f¨ªsicos. Sencillamente, hay m¨¢s jugadores en menos espacio. Ya que el tama?o de las ¨¢reas no se puede cambiar, los equipos no pueden atacar tanto por las bandas y el bal¨®n se embuda hacia el centro de la cancha.
No hay ninguna forma de comprobar con absoluta certeza que esta es la raz¨®n por la que el promedio de goles de esta edici¨®n ha sido menor, por poco, a anteriores, ni tampoco de que los partidos hayan sido menos fluidos. Sin embargo, la hip¨®tesis es fuerte y ha sido repetida por jugadores, seleccionadores y analistas.
Unos estadios llenos, otros vac¨ªos
El torneo tambi¨¦n ser¨¢ definido por las im¨¢genes de las gradas. Estadios enteros, decenas de miles de personas, uniformadas con los colores de su selecci¨®n. Las di¨¢sporas m¨¢s grandes fueron las que llenaron los recintos de la copa. Los tres partidos de M¨¦xico fueron sell-outs, al igual que los de Colombia y los de Venezuela. A pesar de los precios altos ¡ªen promedio, las entradas a los partidos del torneo val¨ªan 200 d¨®lares¡ª los seguidores de estas selecciones, y tambi¨¦n los de Argentina y Brasil, las que llaman m¨¢s la atenci¨®n por sus superestrellas, desembolsaron para ver a sus equipos.
Para los organizadores, los n¨²meros del p¨²blico suponen un ¨¦xito. Ocho d¨ªas antes del comienzo del torneo ya se hab¨ªan vendido un mill¨®n de entradas, y parece que se superar¨¢ la cifra del mill¨®n y medio de asistentes a la copa de 2016, tambi¨¦n celebrada en suelo estadounidense.
Sin embargo, en muchos partidos, de menor perfil o que figuraban selecciones de pa¨ªses con menos migraci¨®n hist¨®rica a Estados Unidos, muchos tiquetes se quedaron sin vender y las gradas quedaron vac¨ªas. Esto puede que no sea un problema para la Conmebol, que igual vendi¨® las entradas que se hab¨ªa propuesto, pero afecta al ambiente en los partidos y desvirt¨²a lo que debe ser un torneo internacional muy competitivo. Tal vez fueron los precios altos que imposibilitaron a muchos hinchas poder ir a los estadios, o simplemente el hecho de que no hay suficiente inter¨¦s en el deporte en Estados Unidos como para hacer de un Per¨²-Canad¨¢ un vendido total. En cualquier caso, con una final estelar entre Argentina y Colombia, con un show de medio-tiempo de Shakira, el torneo acabar¨¢ por todo lo alto y con unas luces despampanantes, con la esperanza de que estas ayuden a olvidar las sombras.
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