El malabarista de Estado
Marco Rubio tiene la capacidad para ser un buen secretario de Estado, pero tiene demasiados cocineros en la cocina y demasiadas ollas de presi¨®n que, si no las maneja bien, le terminar¨¢n chamuscando sus aspiraciones presidenciales
La llegada de Marco Rubio a la secretar¨ªa de Estado marca un interesante cambio en la direcci¨®n de esa entidad, desde diferentes puntos de vista: una primera es el perfil del secretario. El de Joe Biden, Antony Blinken, un veterano diplom¨¢tico y asesor de seguridad nacional, no ha tenido una carrera electoral como la de Rubio, para quien la secretar¨ªa de Estado podr¨ªa ser un paso m¨¢s hacia la nominaci¨®n republicana a la presidencia en 2028.
Los secretarios de Estado de Trump en su primera Administraci¨®n ¡ªRex Tillerson, un millonario ejecutivo petrolero sin mayor experiencia diplom¨¢tica, despedido y reiteradamente insultado por el entonces presidente, y Mike Pompeo, un rico empresario de la industria aeroespacial, quien ven¨ªa de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) con experiencia militar y parlamentaria como representante a la C¨¢mara¡ª no buscaban candidaturas presidenciales.
Y si no fuera por los malabares que va a tener que hacer para una gesti¨®n exitosa que adem¨¢s no afecte sus posibilidades electorales, el nombramiento de Rubio deber¨ªa dar m¨¢s tranquilidad: es respetuoso de las instituciones, tiene experiencia en la arena internacional, no tiene esc¨¢ndalos y conoce Am¨¦rica Latina. Su ideolog¨ªa pol¨ªtica conservadora ser¨¢ compartida por unos y no por otros, pero no es probable que haga ¡°locuras¡± en su nueva posici¨®n. No es amigo y de hecho ha sido competidor de Trump; su confirmaci¨®n por el Senado deber¨ªa pasar sin dificultades, a diferencia de otros m¨¢s afines al presidente como Matt Gaetz, acusado de pagar regularmente por sexo, incluyendo a una menor de edad, y adquirir y consumir drogas siendo miembro de la C¨¢mara de Representantes, lo que lo llev¨® a declinar su nominaci¨®n a fiscal general. O Peter Hegseth, el controversial nominado secretario de Defensa, un comentarista de Fox News, exmayor del Ej¨¦rcito, sin experiencia en pol¨ªticas de seguridad pero graduado de Harvard y Princeton y combatiente condecorado en Irak y Afganist¨¢n. Hegseth fue acusado por abuso sexual en 2017 (lo que ¨¦l niega), por su consumo excesivo de alcohol en el trabajo y algunos cuestionan su oposici¨®n a las mujeres en combate y a los programas de diversidad, equidad e inclusi¨®n (DEI, por sus siglas en ingl¨¦s) que considera han debilitado a las fuerzas militares; Hegseth propone m¨¢s bien concentrase en la ¡°letalidad¡± de las mismas.
Miremos solo algunos de los temas de fondo para Rubio en Am¨¦rica Latina. La regi¨®n, salvo M¨¦xico por ser vecino y Brasil por su tama?o, es en general ¡ªnos guste o no¡ª irrelevante para Estados Unidos. Sin embargo, el origen de Rubio y su paso por el Senado hacen prever que tendremos mayor visibilidad. Haber sido vicepresidente del Comit¨¦ de Inteligencia, miembro del Comit¨¦ de Relaciones Exteriores, presidente del Comit¨¦ de Peque?os Negocios y Emprendimiento y del Comit¨¦ de Apropiaciones (Presupuesto), le da una comprensi¨®n amplia de los temas y de la mec¨¢nica legislativa, lo cual es crucial para ser efectivo.
La pol¨ªtica exterior estadounidense pasa por el Capitolio. No basta con convencer a la rama ejecutiva; siempre hay que hacerlo tambi¨¦n con el Congreso. Las prioridades en pol¨ªtica exterior en Estados Unidos se conocen al ver el tama?o de los fondos que se les asignan cuando la causa ¡°vende¡± o el pa¨ªs es amigo, o el de las retaliaciones, si no lo es. ?Cu¨¢l de las dos ser¨¢ para cada quien en esta nueva fase en que la presencia de China, Rusia e Ir¨¢n en Latinoam¨¦rica se han convertido en motivo de preocupaci¨®n, especialmente con las dictaduras como Venezuela, Cuba y Nicaragua? ?Qu¨¦ hacer con ellos? ?Y con los socios y amigos de las dictaduras en la regi¨®n?
Dec¨ªa Rubio en un debate en el Congreso el a?o pasado: ¡°No hay nadie en el Senado que pueda darme una lecci¨®n sobre inmigraci¨®n (...) 3.3 millones de personas (¡) en el pa¨ªs, de 5.000 a 10.000 personas al d¨ªa llegando ilegalmente al pa¨ªs, eso no es inmigraci¨®n. La inmigraci¨®n es algo bueno. La migraci¨®n masiva es algo malo¡±. La posici¨®n de Rubio en este tema no ha sido est¨¢tica. Desde las pol¨ªticas m¨¢s amplias como cuando present¨® en el Senado con el grupo bipartidista llamado la ¡°Banda de los Ocho¡± el proyecto de reforma al sistema migratorio llamado Ley de Seguridad Fronteriza, Oportunidad Econ¨®mica y Modernizaci¨®n de la Inmigraci¨®n de 2013, que no fue aprobado finalmente, hasta propuestas m¨¢s r¨ªgidas como las que tendr¨¢ que defender para mantener su posici¨®n de ¡°Am¨¦rica Primero¡±. A la vez tendr¨¢ que enfrentar la presi¨®n de los halcones de inmigraci¨®n, como Tom Homan, el ¡°zar de la frontera¡±, Stephen Miller, el subjefe de gabinete para pol¨ªticas de la Casa Blanca y Kristi Noem, la secretaria de Seguridad Nacional, que buscar¨¢n lograr las deportaciones masivas que Trump ha propuesto. Rubio tendr¨¢ que encontrar la medida exacta que responda suficientemente a las medidas que quiere su jefe-presidente, sin convertirse en el due?o de esas y otras medidas dr¨¢sticas que se podr¨ªan implementar.
Otra inquietud de la Administraci¨®n Trump es la presencia de China en Am¨¦rica Latina. Dec¨ªa Rubio en 2022 ante el Comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado que ¡°desafortunadamente, muchos de estos nuevos l¨ªderes en la regi¨®n han expresado admiraci¨®n por el modelo del Partido Comunista de China, incluso mientras hacen la vista gorda y, en muchos casos, apoyan a los reg¨ªmenes que est¨¢n causando un sufrimiento tremendo en Cuba, Venezuela y Nicaragua¡±. Esto va en l¨ªnea con la preocupaci¨®n de Trump por la presencia de China en Panam¨¢ y su influencia sobre el canal y en la regi¨®n en general. Si bien es comprensible que a Washington le preocupe la injerencia de su archienemigo global en una v¨ªa tan importante como el canal, la diplomacia y no la agresi¨®n deber¨ªan ser caminos m¨¢s recomendables. ?C¨®mo manejar¨¢ Rubio el tema?
Donald Trump y sus aliados m¨¢s leales parecen creer que la influencia de Estados Unidos en el mundo se va a dar a punta de imposiciones y amenazas, pero es dudoso que, mientras China avanza su agenda global con bolsillos repletos de dinero y cooperaci¨®n, los dem¨¢s pa¨ªses la ignoren, especialmente si Washington les hace la vida m¨¢s dif¨ªcil.
?Qu¨¦ hacer con Venezuela? La posibilidad de acciones militares contra ese pa¨ªs parec¨ªan alejadas de la realidad, al menos en principio. Sin embargo, cada vez hay m¨¢s voces, en Am¨¦rica Latina y Estados Unidos, que apoyan esta alternativa. Las invasiones son de muchos grados, desde la ocupaci¨®n total del pa¨ªs hasta el simple bloqueo militar, que obligue a la salida del dictador. Salvo a algunos de sus aliados en la regi¨®n, a nadie le cabe duda que el r¨¦gimen venezolano es de facto y que la presidencia de Maduro se concret¨® al margen de la ley. No hay dudas sobre los resultados electorales y sobre que Maduro se tom¨® el poder para seguir gobernando a la fuerza. ?Se deber¨ªa responder a un r¨¦gimen de facto con medidas de facto? Justificar una invasi¨®n por decisi¨®n ejecutiva ser¨ªa viable si encuadra ¡ªpor ejemplo¡ª dentro de los presupuestos de la Autorizaci¨®n para el Uso de Fuerza Militar (AUMF, 2001) contra pa¨ªses que apoyen el terrorismo u otras medidas. Ya Maduro y sus aliados tienen acusaciones por narcotr¨¢fico y narco-terrorismo y hasta recompensa por sus cabezas, de manera que la l¨ªnea es muy delgada. Como dice el analista Bret Stephens, por la diplomacia coercitiva si es posible, o por la fuerza si es necesario. ?Cu¨¢l ser¨ªa la posici¨®n de pa¨ªses con los que Maduro se ha ocupado de fortalecer lazos, como China, Rusia e Ir¨¢n? ?Cu¨¢l salida apoyar¨¢ Rubio?
Sin embargo, la complejidad intr¨ªnseca de todos los temas que tiene Marco Rubio en su plato es solo el principio, incluyendo frente a su pa¨ªs de origen, Cuba. Los verdaderos malabares los tendr¨¢ que hacer para resolver los entuertos diplom¨¢ticos que le crear¨¢n por todo el mundo el propio presidente, su nuevo mejor amigo Elon Musk a trav¨¦s de X, Mauricio Claver Carone (el nuevo enviado especial de Trump para Am¨¦rica Latina), Stephen Miller, Tom Homan y Kristi Noem, y eso solo en lo que se refiere a Latinoam¨¦rica.
La apuesta de Rubio no es menor. Tiene la capacidad y experiencia para ser un buen secretario de Estado, pero tiene demasiados cocineros en la cocina y demasiadas ollas de presi¨®n que, si no las maneja muy bien, le terminar¨¢n chamuscando sus aspiraciones presidenciales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.