Las ruinas del TLCAN en el viejo basti¨®n progresista del Cintur¨®n de ?xido, clave en las elecciones
El autor y periodista Dan Kaufman, originario de Wisconsin, se ha especializado en documentar los estragos de la desindustrializaci¨®n y los cambios pol¨ªticos de su regi¨®n
Wisconsin fue testigo en 2011 de una de las mayores movilizaciones de trabajadores en Estados Unidos en d¨¦cadas. M¨¢s de 100.000 personas se congregaron a las puertas del capitolio estatal, en Madison ¡ªuna ciudad con una poblaci¨®n de unas 270.000¡ª para pronunciarse en contra de una medida del entonces gobernador del Estado, Scott Walker, que debilitar¨ªa los derechos de organizaci¨®n y negociaci¨®n de los trabajadores p¨²blicos. El movimiento resultar¨ªa derrotado a pesar de forzar la destituci¨®n del gobernador, que volvi¨® a ganar en las elecciones rel¨¢mpago que siguieron. Pero el episodio inspir¨® al periodista y escritor Dan Kaufman, originario de Wisconsin, a posar el ojo sobre lo que suced¨ªa, especialmente en el aparente debilitamiento del movimiento obrero en una de sus cunas en Estados Unidos.
Su inter¨¦s result¨® visionario. En 2016, Donald Trump gan¨® las elecciones, llev¨¢ndose Wisconsin y gran parte del resto de los Estados que componen el Cintur¨®n de ?xido, como se conoce a la zona alrededor de los grandes lagos que sol¨ªa ser el motor industrial del pa¨ªs. El cambio de color de estos territorios, hist¨®ricamente fieles a los dem¨®cratas, pero desencantados por el declive econ¨®mico de las ¨²ltimas d¨¦cadas, fue identificado ampliamente como el hecho crucial para la sorpresiva victoria de Trump.
Kaufman, informado de primera mano por su extensiva investigaci¨®n sobre el terreno, determin¨® un momento clave que desencaden¨® la transformaci¨®n: la implementaci¨®n del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLCAN) en 1994. En las elecciones de este a?o, el Cintur¨®n de ?xido vuelve a ser decisivo y las consecuencias del auge y ca¨ªda del consenso neoliberal del comercio libre son el poco mencionado trasfondo de la batalla.
¡°Wisconsin tiene una historia socialdem¨®crata ¨²nica. Asentada por inmigrantes escandinavos principalmente, desarroll¨® una inusualmente cantidad de infraestructura p¨²blica. Milwaukee, la ciudad m¨¢s grande, fue gobernada por alcaldes socialistas entre 1910 hasta 1960. [En Wisconsin] se introdujo el primer seguro de desempleo y programas de compensaci¨®n de trabajadores¡±, relata con orgullo local Kaufman. Pero la tradici¨®n de organizaci¨®n laboral, especialmente en la zona altamente industrializada del sureste del Estado, estaba debilitada y bajo asedio.
Mientras que en el pico de afiliaci¨®n, a mediados de los a?os 50, un tercio de los americanos eran parte de un sindicato, ahora el n¨²mero oscila apenas el 10% en total y el 6% en el sector privado. La trayectoria del Cintur¨®n de ?xido, que aportaba desproporcionadamente a la estad¨ªstica, tiene mucho que ver. En Wisconsin y el resto de la regi¨®n, asegura Kaufman, esto se debe a que desde los noventa, cuando se consolid¨® la hegemon¨ªa del comercio libre con el TLCAN y la formaci¨®n de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC), se dio una fuerte aceleraci¨®n en el traslado de los trabajos de manufactura fuera del pa¨ªs.
La medida se pas¨®, asegura Kaufman, por encima de las preocupaciones de la poblaci¨®n, que preve¨ªan que las implicaciones para ellos iban a ser amplias y devastadoras. El tiempo les ha dado la raz¨®n. ¡°El impacto del TLCAN va mucho m¨¢s all¨¢ del traslado de trabajos y f¨¢bricas, y afecta tambi¨¦n la agricultura y la migraci¨®n. Ha permitido a grandes firmas agrarias inundar el mercado con ma¨ªz transg¨¦nico barato, afectando a agricultores peque?os mexicanos y contribuyendo a la migraci¨®n. Las consecuencias m¨¢s amplias tambi¨¦n incluyen el declive en la esperanza de vida en la clase trabajadora, relacionado con la p¨¦rdida de trabajos e inestabilidad econ¨®mica. De hecho, hay estudios que muestran un aumento dram¨¢tico de muertes por opioides en ¨¢reas afectadas por cierres de plantas¡±, expone Kaufman.
Estos impactos no son inmediatamente trazados por los pol¨ªticos, ni antes ni ahora, que han construido sus discursos alrededor de la desindustrializaci¨®n de diferentes maneras, seg¨²n el momento y las siglas. Mientras que hasta la crisis de 2008 el libre comercio fue parte de la ortodoxia de ambos partidos, y los efectos en los antiguos centros industriales del pa¨ªs eran combatidos con un paulatino debilitamiento de los derechos laborales, en aras de hacer estos lugares m¨¢s competitivos ¡ªejemplificado por las medidas del gobernador Walker de Wisconsin¡ª, la campa?a de 2016 cambi¨® el panorama. ¡°Entender este contexto es crucial para comprender la situaci¨®n pol¨ªtica actual¡±.
¡°Incluso en 2008, Barack Obama hizo campa?a contra el TLCAN [aunque una vez en la presidencia se rode¨® de asesores neoliberales ortodoxos]... Pero en 2016 el foco se intensific¨®. La victoria de Trump, que logr¨® conectar con el descontento de la desindustrializaci¨®n, combinada con la campa?a de Sanders, que siempre se opuso al libre comercio, empuj¨® al establishment del Partido Dem¨®crata a alejarse del TLCAN. Sin embargo, no est¨¢ claro el grado de compromiso de ninguno de los dos partidos para romper totalmente con ¨¦l. El sistema global est¨¢ muy integrado. Trump prob¨® con los aranceles, pero fueron desordenados e ineficaces porque alienaron a los aliados europeos. El TLCAN 2.0 introdujo algunas mejoras para los trabajadores mexicanos, pero muchos consideran estos cambios modestos en el mejor de los casos y no suficientes para detener la externalizaci¨®n de puestos de trabajo¡±, ahonda Kaufman.
Ahora, si bien ambos partidos se han distanciado de los tratados de libre comercio en general, lo han hecho de forma casi opuesta. Del lado republicano, la ret¨®rica se ha movido a ¡°un nacionalismo econ¨®mico con un m¨ªnimo apoyo al movimiento obrero¡±, habiendo nombrado a personas con experiencia atacando sindicatos como Eugene Scalia o Peter Robb.
Joe Biden, por su parte, ha aumentado aranceles a algunos productos espec¨ªficos, como los veh¨ªculos el¨¦ctricos, y ha buscado mejorar las condiciones laborales, ¡°particularmente a trav¨¦s de inversi¨®n p¨²blica y la creaci¨®n de empleos en la construcci¨®n y otros gremios sindicalizados¡±. El contraste lleg¨® a su cl¨ªmax simb¨®lico cuando el presidente Biden acompa?¨® una huelga de United Auto Workers (UAW) el a?o pasado, el primero en la historia en hacerlo. ¡°Pero sigue habiendo problemas estructurales, como la continuada disminuci¨®n del poder de los sindicatos y las amenazas de desplazamiento del capital. La diferencia con las administraciones anteriores es notable, pero el alcance del cambio y si ser¨¢ suficiente sigue siendo un interrogante abierto¡±.
En las elecciones que se celebrar¨¢n en menos de dos meses, estas cuestiones est¨¢n entre las que m¨¢s preocupan a los votantes. Pero los discursos, seg¨²n ve Kaufman, no se est¨¢n dirigiendo directamente a los electores del decisivo Cintur¨®n de ?xido. ¡°[En el debate] hubo una falta de atenci¨®n a las cuestiones econ¨®micas, y Trump parece haber perdido parte de su atractivo econ¨®mico populista, con comentarios recientes que sugieren recortes fiscales para los m¨¢s ricos. El mensaje econ¨®mico central [de 2016] parece haber desaparecido de su campa?a ahora¡ En mi opini¨®n, quien presente un argumento econ¨®mico populista convincente tendr¨¢ ventaja en estos Estados¡±.
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