Las latinas se ponen el casco
En andamios, con arneses y herramientas, las mujeres ampl¨ªan su presencia en el sector de la construcci¨®n
![Marlyn Zambrano en un sitio de construcci¨®n de viviendas asequibles en Brooklyn, Nueva York, el pasado 14 de enero.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/EJAVHQFV4NEDHGZ5SCLDCCYZKE.jpg?auth=b4fafb16b0d42d67ed9a7c4725ac0db720a2b27249bdbe04fc589f669494c778&width=414)
Con el casco ajustado a la cabeza y el celular con la c¨¢mara abierta para dar fe de que se siguen los protocolos de seguridad, Marlyn Zambrano recorre la primera planta del edificio en obra. Cuando llama la atenci¨®n a uno de los trabajadores que se afana en la carpinter¨ªa de la entrada de un nuevo edificio en Bushwick (Brooklyn) en construcci¨®n, se le escucha. A sus 28 a?os, esta ecuatoriana es la ¡°persona competente de OSHA¡±, es decir, quien tiene la responsabilidad y autoridad de identificar, verificar, corregir y eliminar los riesgos en un trabajo de construcci¨®n. No es la ¨²nica mujer en la obra. En su recorrido por los pasillos y apartamentos en construcci¨®n en un fr¨ªo d¨ªa de enero se encuentra, por ejemplo, con Brenda que trabaja en la lechada de los baldosines de la cocina de uno de los apartamentos, con Jennifer que completa su labor como electricista en otro y con Haylis que en el tercer piso pinta las paredes de otro de los apartamentos.
Son algunas de las m¨¢s de 50 obreras que han trabajado para subcontratas en las obras de un edificio residencial construido por la organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro, RiseBoro, y al que se le dan los ¨²ltimos toques. Una construcci¨®n pasiva, es decir, energ¨¦ticamente eficiente, de dise?o moderno y destinado a personas de bajos ingresos y relojamientos de refugios. Es un edificio dise?ado por una mujer, la arquitecta de Suzanna Tharian, directora de la firma Stat Architecture, y la tambi¨¦n arquitecta Yolanda do Campo es la directora de RiseBoro que gestiona el dise?o y la construcci¨®n de los edificios que promueve esta organizaci¨®n.
Es frecuente ver a mujeres como flaggers, encargadas de banderas que gestionan el tr¨¢fico en entrada y salida de obra, pero algunas de las que empezaron as¨ª est¨¢n ahora mucho m¨¢s implicadas en el trabajo de la construcci¨®n. Zambrano, que lleva ya cinco a?os en el sector, empez¨® con las banderas, limpieza y la gesti¨®n del elevador. Ahora desempe?a un papel fundamental de seguridad en la obra. ¡°Este es un trabajo muy serio y cuento con mucho apoyo. Siempre hay alguien que pone algo de dificultad y he tenido que lidiar con falta de respeto en alg¨²n momento, pero yo me pongo seria, hago mi trabajo¡±, explica.
Los trabajos de construcci¨®n han sido tradicionalmente desempe?ados por hombres, en buena parte latinos, pero es algo que empez¨® a cambiar hace cinco a?os, seg¨²n los encargados de la contrata general y subcontratistas de esta obra. Cada vez hay m¨¢s latinas. Isaac Shmaya, que trabaja para el contratista Better Built Builders, tiene una larga experiencia en construcci¨®n comercial y residencial y dice que a partir de 2019 empez¨® a ver cada vez m¨¢s mujeres. ¡°Me sorprendi¨® porque este es un trabajo en el que hay mucho polvo, es duro, es sucio, pero tambi¨¦n me qued¨¦ impresionado¡±.
![Brenda distribuye mezcla en las juntas de los baldosines de la cocina de una construcci¨®n en Brooklyn.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/RVN3GPQJJBGF7O34KZIWMQRS6Y.jpg?auth=971a73914a39283ce95ab809516e2cd22b5e8eaf716427b4ee39d34330413ef7&width=414)
Shmaya explica que en el edificio de Bushwick el equipo encargado de las tareas de enyesar estaba compuesto de ocho mujeres: ¡°Hicieron un trabajo r¨¢pido, muy pendientes de finalizar bien, con atenci¨®n a los detalles. Dedicaron el tiempo al trabajo sin pensar simplemente en hacerlo cuanto antes y pasar a otra cosa, sino en hacerlo bien¡±. Este project manager enfatiza que hay una mayor atenci¨®n por parte de las mujeres a la perfecci¨®n, al mayor cuidado.
Pero tambi¨¦n hacen tareas m¨¢s duras. Shmaya dice que la cuadrilla que hizo el trabajo de stucco de la fachada era de unos tres hombres y m¨¢s de veinte mujeres. ¡°Estaban en los andamios y con los arneses, muy buenas. En otro proyecto que tuvimos, el equipo que hizo todo el trabajo de alicatado con baldosines era enteramente de mujeres¡±.
Shlomy, otro de los project managers que gestionan las subcontrataciones y lleva 14 a?os en el sector, dice que lo normal es que haya mujeres en todos los equipos que llegan al trabajo. Con 14 a?os de experiencia en una labor que dice que es duro, demanda esfuerzo f¨ªsico, precisi¨®n y colaboraci¨®n, est¨¢ viendo a diario como en todas las subcontratas de la obra hay mujeres. ¡°Entre el 25% y la mitad de los obreros son mujeres. Veo cada vez m¨¢s y en distintos trabajos, incluso en cimentaci¨®n. No hay nada que las pare y no deber¨ªa haberlo, es una mejora para la construcci¨®n¡±.
¡°Las mujeres en las obras de construcci¨®n de RiseBoro no solo est¨¢n construyendo hogares, est¨¢n construyendo un futuro mejor para ellas y sus comunidades¡±, dice Kieran Harrington, consejero delegado de RiseBoro Community Partnership. ¡°Su presencia y liderazgo demuestra que las mujeres pueden ser agentes de cambio en una industria hist¨®ricamente dominada por hombres¡±.
Harrington explica que casi el 10,8% de la fuerza laboral en el sector son mujeres y que la organizaci¨®n que dirige est¨¢ orgullosa de redefinir lo que es posible en este campo. En unos momentos en los que las pol¨ªticas de equidad est¨¢n siendo abandonadas por algunas grandes empresas y el Gobierno de Donald Trump, otras organizaciones, algunas tan grandes como Costco o Apple, han reiterado su compromiso en ese sentido. Desde RiseBoro, su primer ejecutivo explica que ¡°lo que nos inspira es c¨®mo estas mujeres est¨¢n haciendo a sus comunidades m¨¢s fuertes con su labor¡±.
![Hayles y Natalie en una obra de construcci¨®n de viviendas asequibles.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6ONJ3XVHDJDRVLH5B3TPYT432I.jpg?auth=fb3b34352f2d203e54141d6d53033525a8708330522b7a42a4fc3415644b498d&width=414)
Se bucan m¨¢s mujeres en el sector
La ecuatoriana Brenda, de 24 a?os, es una de las mujeres en la obra. Habla con EL PA?S mientras distribuye el mortero de juntas en los baldosines grises de la cocina. Su atenci¨®n est¨¢ en ello mientras cuenta que su hija mayor est¨¢ en la escuela y su beb¨¦ con una ni?era mientras trabaja. Fue su propio hermano quien le dijo que podr¨ªa interesarle el trabajo que hace ahora y su primo quien le ense?¨® a hacerlo. Con el contratista ha adquirido experiencia. ¡°El dinero es bueno, no es tan duro trabajar y el ambiente es bueno¡±.
De acuerdo con ZipRecruiter, la media de salario a la hora para un obrero de la construcci¨®n en Brooklyn es 22 d¨®lares, aunque tambi¨¦n hay salarios que se quedan a pocos centavos de los 31 d¨®lares la hora. Es una cantidad que contrasta con el salario m¨ªnimo en Nueva York, que es 16.50 d¨®lares o 15.50 la hora desde el 1 de enero de este a?o dependiendo de la zona del Estado.
Cuando Brenda dijo a su familia que iba a dedicarse a la construcci¨®n, la respuesta fue positiva porque se percibe como un buen trabajo en un momento en el que es dif¨ªcil encontrar otras cosas y mucho menos con los sueldos que hay en este sector. ¡°Deber¨ªa haber m¨¢s oportunidad de aprender¡±, explica Brenda. Esta joven espera trabajar unos a?os m¨¢s en la construcci¨®n.
Muchas de las mujeres llegan de familias tambi¨¦n dedicadas a la construcci¨®n que se ocupan de prepararlas y orientarlas antes de conseguir m¨¢s formaci¨®n en el trabajo; no obstante, hay oportunidades de formaci¨®n y aprendizaje. Nontraditional Employment for Women (NEW), por ejemplo, prepara a mujeres para oficios y carreras que no son caminos tradicionales para ellas, en construcci¨®n, servicios p¨²blicos, transporte, trabajos en energ¨ªas renovables y operaciones industriales, todas ellas ocupaciones que abren oportunidades a trabajos bien remunerados.
Yidi, el manager de la subcontrata encargada del alicatado, explica que hay lugar para m¨¢s mujeres si est¨¢n dispuestas a trabajar. Su experiencia es que las obreras se inclinan por tareas de detalle pero no las m¨¢s duras como cortar los baldosines. ¡°Les ofrecemos todo tipo de trabajos pero los que son algo m¨¢s duros no los quieren. Estoy seguro de que pueden hacerlo y hay espacio para m¨¢s mujeres¡±.
Tener familiares que hayan trabajado en obras tambi¨¦n le abri¨® camino a Jennifer para llegar a este sector hace tres a?os y formarse como electricista en la empresa para la que trabaja. El sue?o de esta mujer, originaria de Ecuador, era estudiar Derecho en la universidad pero no ten¨ªa ni el dinero ni el tiempo, ya que tiene una ni?a peque?a. Reconoce que es un trabajo duro porque ¡°se pasa mucho fr¨ªo o mucho calor¡± en la obra pero tambi¨¦n admite que ¡°se gana bien¡±, lo que le permite el prop¨®sito de ahorrar para ¡°comprar carro y casa¡±.
![Los jefes de obra coinciden que el n¨²mero de mujeres en la construcci¨®n continuar¨¢ aumentando con el tiempo.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/U75KID36RNAIXET2WLSBWC6QIE.jpg?auth=f0742e21894a9977446fcd86fbbd18199a266d24c361ced94f1e102b8bf93505&width=414)
A Haylis tampoco le gusta el fr¨ªo. Brocha en mano, esta ecuatoriana dice que fue una amiga la que le ayud¨® a conseguir el trabajo. Se siente acompa?ada en una empresa que se dedica a la pintura y en la que hay 25 mujeres en distintas obras. ¡°Mi familia me dijo que aprendiera y que tuviera cuidado. En el futuro no creo que pueda hacer otro trabajo mejor. A veces me toca subir latas grandes de pintura que son pesadas pero me da satisfacci¨®n hacer un buen trabajo¡±, dice. Mientras termina de rematar el marco de un armario explica que ha logrado que algunas amigas encuentren trabajo en la construcci¨®n.
Aunque a Jennifer inicialmente le sorprendi¨® la cantidad de mujeres que optan por este empleo, ve que en muchos momentos en distintas fases de la obra hay la misma cantidad de mujeres ¡ª sobre todo latinas¡ª que de hombres. Con todo, cree que los hombres tienen m¨¢s facilidades en el trabajo.
Los managers coinciden en que va a haber m¨¢s obreras con el tiempo y que cuando hayan pasado los cinco o siete a?os de experiencia que necesitan para empezar a solicitar licencias, m¨¢s lo har¨¢n. ¡°Aprenden muy r¨¢pido y son muy precisas¡±, explica Shlomy, quien afirma que muchas mujeres ¡°no saben que el sector est¨¢ abierto para ellas, pero deben saberlo, y no deben desestimar la posibilidad de este trabajo¡±.
Un ba?o lo cambia todo
De forma casual en la conversaci¨®n sobre la incorporaci¨®n de las mujeres a la construcci¨®n del edificio, uno de los managers del contratista general, Shmaya, dice que hay instalado un ba?o designado para mujeres en la obra. ¡°Est¨¢ siempre m¨¢s limpio que el otro¡±, concede.
Es algo relevante. La periodista Emily McCrary-Ru¨ªz Esparza explicaba recientemente en un art¨ªculo en Jstor la importancia de estos lugares para la inclusi¨®n social y cita al historiador Peter Baldwin que afirmaba que los primeros ba?os p¨²blicos segregados por g¨¦nero ¡°brindaban a las mujeres privacidad, seguridad y autonom¨ªa, siempre que fueran blancas y acomodadas¡±. No tenerlos era una herramienta de segregaci¨®n. ¡°La historia de los ba?os femeninos en Estados Unidos es, en esencia, la historia de qui¨¦n puede y qui¨¦n no puede pertenecer a la vida p¨²blica¡±, explica esta periodista.
![Un ba?o estacionario para mujeres instalada en el exterior de una obra de construcci¨®n en Brooklyn, el 14 de enero de 2025.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/UTKMK3MOGNH4BOWCEC66TVGZ4Q.jpg?auth=a10c7751744421ce2c64727f82f56661f2e196449bac41618457b215da4a2479&width=414)
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