Luc¨ªa, Norma, F¨¢tima y Susana son ni?as, no madres
Las cuatro comparten una historia de violencia e infancias truncadas, en pa¨ªses que les fallaron y donde les obligaron a ser madres con menos de 14 a?os
El calvario de Luc¨ªa comenz¨® a los 13 a?os, cuando el sacerdote de la parroquia de la que era parte del coro, empez¨® a abusar sexualmente de ella. Luego vino el embarazo ¡ªresultado de las violaciones repetidas¡ª seguido de la negativa al deseo de Luc¨ªa de interrumpir el proceso, en uno de los pa¨ªses de la regi¨®n con prohibici¨®n total al aborto: Nicaragua. La historia no termin¨® en esa maternidad forzada. Un mal procedimiento durante el parto dej¨® a Luc¨ªa con secuelas f¨ªsicas de por vida. Despu¨¦s, fue se?alada en su comunidad por haber culpado a un ¡°hombre de fe¡± cuando interpuso una denuncia formal contra su agresor.
Luc¨ªa no comparte con Norma, de Ecuador; F¨¢tima, de Guatemala, y Susana, tambi¨¦n de Nicaragua, su serie animada favorita, un juego predilecto o el sabor preferido del helado. No. Las cuatro comparten una historia de violencia sexual e infancias truncadas, en pa¨ªses que les fallaron, pues no solo no condenaron a sus agresores, sino que tambi¨¦n les negaron cualquier opci¨®n: desde el acompa?amiento psicosocial, hasta el acceso a servicios de salud reproductiva, que les permitieran recuperar el control de sus vidas, despu¨¦s de haber sobrevivido al infierno de la violaci¨®n.
La historia de estas cuatro sobrevivientes, adem¨¢s de ser reflejo de una realidad que nos convoca urgentemente a la acci¨®n en Am¨¦rica Latina y el Caribe ¡ª pues tenemos la segunda tasa m¨¢s alta de embarazos y partos en ni?as menores de 14 a?os (UNFPA, 2017)¡ª es tambi¨¦n el relato de la valent¨ªa de una generaci¨®n de ni?as que alza su voz para demandar justicia, reparaci¨®n y para que ninguna otra ni?a deba vivir lo que ellas vivieron.
En la v¨ªspera de este 11 de octubre, D¨ªa internacional de las ni?as, las organizaciones del movimiento Son Ni?as, No Madres, representantes legales de estas valientes ni?as convertidas ahora en j¨®venes mujeres, que a¨²n esperan justicia, vemos con esperanza el futuro a corto plazo y esperamos que el Comit¨¦ de Derechos Humanos de Naciones Unidas, emita decisiones sin precedentes y ejemplarizantes sobre sus casos. La decisi¨®n de Naciones Unidas podr¨ªa obligar en las pr¨®ximas semanas a estos tres Estados y a los m¨¢s de 170 pa¨ªses que forman parte del Pacto de Derechos C¨ªvicos y Pol¨ªticos a regular la interrupci¨®n voluntaria del embarazo a trav¨¦s del sistema de salud y no del sistema penal, tal y como lo establece la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, en primer lugar.
Desde este espacio buscamos escuchar a las ni?as, sus decisiones y garantizar que el personal de salud no enfrente ning¨²n tipo de sanci¨®n por asegurarles sus derechos, ofrecer Educaci¨®n Sexual integral en las escuelas, y adoptar medidas para erradicar los estereotipos de g¨¦nero y la violencia obst¨¦trica en el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva. El atropello a los derechos de las ni?as, su derecho fundamental a crecer libres de violencias y desarrollar su potencial no puede seguir siendo tolerado.
La violencia sexual contra ni?as y adolescentes, as¨ª como el trauma que enfrentan al verse obligadas a llevar a t¨¦rmino un embarazo no deseado y para el cual no est¨¢n listas, es un drama que podr¨ªa evitarse. Esta violencia no es casual, es el resultado directo de estereotipos machistas, decisiones negligentes y omisiones en la aplicaci¨®n de leyes y pol¨ªticas p¨²blicas que reflejan un menosprecio por la ni?ez y espec¨ªficamente por las ni?as. Estos prejuicios, agravados por factores como la edad, etnia, raza, ingresos u origen, refuerzan la desigualdad y dejan a las ni?as y adolescentes en una situaci¨®n de vulnerabilidad extrema, rob¨¢ndoles para siempre su infancia y exponi¨¦ndolas a un sufrimiento evitable.
El mundo que merecen nuestras ni?as, en donde se les respete, empodere, resuene su voz, no pueden construirlo ellas solas. Necesitan personas aliadas que en distintos escenarios, desde el jur¨ªdico hasta el hogare?o, las escuchen y satisfagan sus necesidades. Hoy m¨¢s que nunca, tanto en una fecha marcada en el calendario, como en el d¨ªa a d¨ªa, seguiremos elevando las voces de Luc¨ªa, F¨¢tima, Norma y Susana, esas voces que al un¨ªsono han hecho resonar la consigna que debe convertirse en una realidad: Son Ni?as, No Madres.
* Marianny S¨¢nchez es directora de Comunicaciones para Am¨¦rica Latina de Planned Parenthood Global. (Una de las organizaciones fundadoras del movimiento regional Son Ni?as, No Madres)
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