Tres licores adulterados dejan 16 muertos en menos de un mes en Bogot¨¢
La Secretaria de Salud confirma que, adem¨¢s de los fallecidos, hay 28 personas intoxicadas por el consumo de tres bebidas: Rey de Reyes, Caba?ita y Old John
El consumo de bebidas adulteradas en Bogot¨¢ y la vecina Soacha ha ocasionado la muerte de 16 personas por intoxicaci¨®n con metanol. La Secretaria de Salud de la capital de Colombia ha confirmado la presencia de la sustancia t¨®xica en muestras de tres marcas de bebidas alcoh¨®licas: Rey de Reyes, Caba?ita, y Old John. Con el aumento del consumo de alcohol durante las celebraciones decembrinas, el uso de productos de destilaci¨®n artesanal y de bajo costo ha causado adem¨¢s la hospitalizaci¨®n de 28 personas entre 40 y 60 a?os de edad.
El metanol es un tipo de alcohol que no es apto para el consumo humano. Se usa como disolvente de pinturas, en plaguicidas, pl¨¢sticos y ciertos tipos de combustible. Su consumo por humanos puede causar p¨¦rdida de la visi¨®n, da?os en el sistema nervioso central y dificultades respiratorias, hasta caer en estado de coma. Eso si es que no terminan en la muerte.
¡°Es un alcohol supremamente t¨®xico¡±, resume el secretario de salud de Bogot¨¢, el m¨¦dico Alejandro G¨®mez L¨®pez. Por eso, en caso de que una persona reconozca sus s¨ªntomas y sospeche que se consumi¨®, la alcaldesa Claudia L¨®pez recomienda llamar a la l¨ªnea 123 o dirigirse al hospital m¨¢s cercano. El Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA), encargado de avalar los alimentos y medicamentos que se pueden vender en el pa¨ªs, tambi¨¦n ha alertado sobre las consecuencias del consumo de las tres marcas de alcohol y ha hecho un llamado para evitar la compra de este en lugares no autorizados.
El problema de salud por la ingesta de alcohol adulterado no es nuevo en Colombia, y se repite especialmente en ¨¦pocas festivas como la temporada navide?a. El Estado tiene un monopolio sobre la producci¨®n y venta de licor, un mecanismo heredado de tiempos coloniales que tiene finalidades fiscales y de salud p¨²blica. Eso hace ilegal la producci¨®n de bebidas alcoh¨®licas por fuera de este marco, y crea un espacio para un mercado negro de materias primas y bebidas. En ¨¦l se usan con alguna frecuencia alcoholes que no son aptos para el consumo humano, especialmente el metanol.
Por eso, al igual que en pa¨ªses m¨¢s lejanos como Rusia, o de la regi¨®n como El Salvador, M¨¦xico o Costa Rica, las intoxicaciones con licores adulterados con metanol ocurren con cierta frecuencia. En 2017, el Instituto Nacional de Salud reportaba que ¡°entre el 2008 y el 2015 se presentaron 32 muertes debido a una intoxicaci¨®n por metanol¡±. Y en junio 2020 el Instituto Nacional de Medicina Legal prend¨ªa alertas porque las intoxicaciones con metanol ya sumaban 26 muertes en todo el pa¨ªs.
Esas cifras muestran que las 16 muertes en menos de un mes en Bogot¨¢ y Soacha son un pico sin precedentes en los a?os recientes. Por eso, entre el 24 de noviembre y el 7 de diciembre el Distrito ha realizado 131 operativos de inspecci¨®n a establecimientos que venden los productos adulterados; 28 de ellos han terminado cerrados. Para tratar de frenar el mercado, la Secretar¨ªa de Seguridad ha reiterado que vender licor adulterado puede resultar en hasta 11 a?os de c¨¢rcel, una multa de 1.500 salarios m¨ªnimos (1.500 millones de pesos) y el cierre definitivo del establecimiento.
EL PA?S busc¨® las empresas que producen Caba?itas, Rey de Reyes y Old John. Solo respondieron de la tercera. Lo hizo John Jairo Cruz Barrero, quien cre¨® la marca de whisky con el fin de llevar esa bebida, tradicionalmente costosa y consumida por las personas m¨¢s ricas, a sectores populares.
Cruz explica a EL PA?S que su marca usa materias primas de calidad y que cualquier intoxicaci¨®n se debe a que sus productos pudieron ser pirateados. Explica que produce con lotes controlados y debidamente numerados como forma de asegurar la calidad de sus bebidas. Asegura que se han hecho incautaciones de botellas con la etiqueta Old John y que en esos casos sus funcionarios revisan si las botellas pertenecen a su empresa. ¡°Los n¨²meros no coinciden, lo que comprueba que son botellas que nunca han pertenecido a nuestra producci¨®n¡±, dice Cruz. Agrega, como las autoridades, que no se debe confiar en que el contenido de una botella es de calidad, producido por su empresa, solo porque tenga su etiqueta.
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