El necesario resurgimiento de Unasur

El encuentro convocado y liderado por el presidente Lula, que se lleva a cabo en Brasil, donde se re¨²nen los presidentes suramericanos, es un espacio inmejorable para recordar el alto precio que pagamos en Am¨¦rica Latina por congelar Unasur durante estos a?os.

Nunca antes hab¨ªamos necesitado tanto del di¨¢logo pol¨ªtico y la integraci¨®n como ahora. Debemos retomar sin mayores dilaciones la regionalizaci¨®n desde el Sur con el mismo esp¨ªritu y dinamismo que dio nacimiento al proceso m¨¢s complejo de integraci¨®n alcanzado en esta parte del mundo que fue y debe volver al bloque sudamericano.

Despu¨¦s de atravesar el desierto de la pandemia, sin integraci¨®n de Am¨¦rica Latina y el Caribe, la regi¨®n confirm¨® que no hay mejor camino para la superaci¨®n de sus crisis que el di¨¢logo plural, sostenido y apoyado por una institucionalidad multilateral alejada de los fundamentalismos ideol¨®gicos como la Uni¨®n de Naciones Suramericanas (Unasur).

El panorama es alentador: los Gobiernos progresistas est¨¢n enfocados en la construcci¨®n de regi¨®n a trav¨¦s de consensos de futuro, alejados de apuestas ideol¨®gicas, para enfrentar desaf¨ªos como el manejo de la pospandemia, el cambio clim¨¢tico y el impacto colateral de la guerra de Ucrania y Rusia. Por eso, evidenciamos hoy, en Brasil, la oportunidad real de relanzar la integraci¨®n de Am¨¦rica Latina y el Caribe d¨¢ndole vida a una nueva Unasur.

Am¨¦rica Latina necesita hoy el espacio colectivo de Unasur para acordar pol¨ªticas p¨²blicas inaplazables en materias como salud, educaci¨®n, defensa, infraestructura, cambio clim¨¢tico y ciudadan¨ªa dando alcance a resultados concretos obtenidos en distintos campos. Pero a¨²n m¨¢s, necesita meterle pueblo al proceso de integraci¨®n: hay que invitar a los campesinos, trabajadores, empresarios y acad¨¦micos: no puede seguir siendo un espacio de encuentro entre ¨¦lites desconectadas.

Unasur debe ser la respuesta a las necesidades del ciudadano suramericano, el sitio donde se generen pol¨ªticas sociales regionales a favor de las necesidades m¨¢s b¨¢sicas de las personas, como la movilidad humana con un enfoque de ciudadan¨ªa regional, un banco suramericano de precios de medicamentos para que sean menos costosos los tratamientos, o programas de vacunaci¨®n a escala regional, entre otros.

Por ejemplo, durante los a?os de pandemia, la regi¨®n pag¨® caro no disponer de un espacio institucional donde tuvieran asiento los 12 ministros de Salud que hubieran podido consolidar pedidos de vacunas y medicamentos para enfrentar el proteccionismo sanitario de los pa¨ªses productores. Esta tarea la hubiera cumplido muy bien y efectivamente el Consejo Suramericano de Salud y el Instituto Suramericano de Gobierno en Salud (ISAGS) a partir de su experiencia epidemiol¨®gica en las campa?as contra el virus del chikungunya y el papiloma humano.

Este renacer de Unasur debe llevarse en tres ejes gravitacionales: una nueva agenda para la integraci¨®n, la renovaci¨®n de su institucionalidad, una convergencia que acerque los esfuerzos que est¨¢ haciendo en varios frentes distintos organismos de integraci¨®n subregional.

La nueva agenda para la integraci¨®n

Es necesario actualizar agendas sectoriales existentes como la seguridad alimentaria, la transici¨®n ecol¨®gica y la migraci¨®n hacia energ¨ªas limpias, el desarrollo de la inteligencia artificial y la b¨²squeda de nuevas y m¨¢s efectivas formas de multilateralismo que nos alejen de las polarizaciones hegem¨®nicas que amenazan con destruir la convivencia planetaria.

Hay que trabajar sobre lo construido y Unasur ya tiene instancias como el Consejo Suramericano de Infraestructura y Planeamiento (Cosiplan) que hered¨® la Iniciativa para la Integraci¨®n de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA). En esta l¨®gica, deber¨ªa mantener el apoyo hist¨®rico del Banco de Desarrollo de Am¨¦rica Latina (CAF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para asumir el desaf¨ªo de mejorar la movilidad de personas, bienes y servicios en la regi¨®n a trav¨¦s de la construcci¨®n de carreteras, generadoras el¨¦ctricas, ferrocarriles, cuencas hidrogr¨¢ficas, cables de conectividad y puertos cuya necesidad y viabilidad est¨¢ fundamentada en estudios y portafolios.

Renovar la institucionalidad

El futuro y la viabilidad de Unasur dependen de una reforma de su tratado constitutivo para empoderar a la Secretar¨ªa General, flexibilizar las normas sobre mayor¨ªas y ampliar las posibilidades de acceso de otros pa¨ªses latinoamericanos.

Es necesario cambiar el m¨¦todo de toma de decisiones, el consenso ha paralizado la operaci¨®n de la Unasur, hay que incluir un nuevo sistema de reglas de mayor¨ªas simples para los temas operativos y mantener la unidad para decisiones terminales como la admisi¨®n o suspensi¨®n de miembros. Si se opta por el camino de la ampliaci¨®n de Unasur como forma para conseguir la reintegraci¨®n latinoamericana debe existir una flexibilizaci¨®n en los dos requisitos para que otros pa¨ªses de la regi¨®n puedan acceder a la organizaci¨®n como observadores permanentes y, m¨¢s adelante, como miembros.

El nuevo dise?o institucional deber¨ªa incluir una nueva arquitectura financiera que empezar¨ªa por dar cuerpo a la propuesta de Brasil, bastante factible, de crear una unidad de cuenta com¨²n (moneda regional) virtual y luego f¨ªsica. Esta Moneda del Sur ayudar¨ªa a reducir la dependencia de la regi¨®n de los flujos y ciclos de la dolarizaci¨®n global de la econom¨ªa.

La convergencia

El otro desaf¨ªo que tiene la nueva Unasur ser¨¢ crear unas din¨¢micas de convergencia regional entre los mecanismos latinoamericanos de integraci¨®n subregional como la Comunidad Andina, la Alianza del Pac¨ªfico, el Mercosur, el ALBA, el Pacto Amaz¨®nico, la Asociaci¨®n de Estados del Caribe, CARICOM, el Sistema de Integraci¨®n Centroamericana, la CELAC y la misma Unasur.

Se trata de abrir unos espacios de coordinaci¨®n a partir de la construcci¨®n de una matriz de buenas pr¨¢cticas sectoriales que ayuden a sumar esfuerzos, eliminar duplicidades y especializar ¨¢reas puntuales.

Desde hace alg¨²n tiempo, con el apoyo de la CAF, un grupo especializado de t¨¦cnicos en integraci¨®n en la Corporaci¨®n Escenarios de Colombia, que presido, comenz¨® a trabajar en el dise?o de una matriz de convergencia que, sin afectar la identidad de los mecanismos subregionales, permita una coordinaci¨®n m¨¢s eficiente de sus actividades.

?Para qu¨¦ tener, por ejemplo, cuatro o cinco conferencias de ministros de educaci¨®n donde asisten los mismos a hablar de temas ya discutidos? Este redise?o para la convergencia institucional de Unasur podr¨ªa llegar a delegar el manejo de los grandes temas multilaterales a la CELAC, que actuar¨ªa como una canciller¨ªa ad hoc de la regi¨®n para relacionarse, como lo viene haciendo, con otros espacios de integraci¨®n multilateral como China y la Uni¨®n Europea o el ?frica.

La nueva Unasur debe ocuparse de volver a cerrar las brechas sociales y las calamidades como la pobreza extrema, la informalidad, el desempleo y la precariedad laboral, as¨ª como la nueva brecha digital. Sus principales beneficiarios deben ser los ciudadanos de la regi¨®n quienes en ¨²ltimas inspiran y justifican todos los esfuerzos de la integraci¨®n.

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