El agridulce primer a?o del ¡°Congreso del cambio¡±
Tras un inicio con mayor¨ªas claras para el Gobierno y reformas consensuadas, el segundo semestre qued¨® marcado por el caos
¡°?Este ser¨¢ un Congreso que garantiza el cambio: haremos historia!¡±, dijo el 20 de julio de 2022 el senador que acababa de ser elegido como presidente del Congreso de Colombia por un a?o, Roy Barreras. La cabeza de las negociaciones para que el Gobierno de Gustavo Petro, el primer presidente de izquierda en la historia contempor¨¢nea del pa¨ªs, tuviera una amplia mayor¨ªa legislativa, marcaba as¨ª el gran tama?o de la ambici¨®n por lo que ven¨ªa. 11 meses despu¨¦s, terminada la legislatura para la que fue elegido, el balance es otro: Barreras perdi¨® su curul por una decisi¨®n judicial; el Gobierno se qued¨® sin mayor¨ªas, especialmente en el Senado; las grandes reformas sociales de Petro se hunden o avanzan a trancazos. El optimismo que desbordaba Barreras se reflej¨® en un primer semestre de pragmatismo y de logros legislativos, pero desapareci¨® en el segundo, el que concluye, que vio una renovada polarizaci¨®n dentro y fuera del Capitolio.
La propuesta inicial: el Frente Amplio
Cuando Gustavo Petro gan¨® la presidencia en la segunda vuelta de las elecciones, el Congreso ya estaba definido y su campa?a se hab¨ªa enfrentado a partidos que podr¨ªan armar una mayor¨ªa en su contra. Tres meses antes, en marzo de 2022, su movimiento hab¨ªa logrado la mayor votaci¨®n al Senado y a la C¨¢mara de Representantes. Pero ese Pacto Hist¨®rico estaba lejos de ser mayor¨ªa. Casi el 17% de los votos a la c¨¢mara alta le dieron 20 de las 108 curules, mientras los partidos que hicieron campa?a en su contra sumaban 67 curules. En la C¨¢mara, que tiene circunscripciones departamentales, el movimiento del presidente sumaba apenas 29 de los 187 esca?os.
Pese a esa baja cuota inicial, arm¨® una supermayor¨ªa. Lo logr¨® gracias al atractivo natural de todo nuevo presidente y a la capacidad de los aliados de Petro de sumar m¨¢s apoyos para quien hab¨ªa hecho una campa?a con un pragmatismo no conocido antes en su carrera, aceptando pol¨ªticos tradicionales como Barreras o Armando Benedetti en posiciones clave. As¨ª, cuando se instal¨® el Congreso el 20 de julio, apoyaban a Petro bancadas de los partidos tradicionales contra los que hizo carrera en la pol¨ªtica, e incluso tan caracterizados de derecha como el centenario Partido Conservador.
El optimismo era enorme. As¨ª iniciaba el discurso de posesi¨®n de Barreras: ¡°Nunca hubo en nuestra historia moderna un d¨ªa tan significativo que representara la independencia y la libertad como este d¨ªa, en el que, podemos y queremos decir ¡®ces¨® la horrible noche y en surcos de dolores el bien germina ya¡¯. Este Congreso, el m¨¢s diverso de su historia lleno de voces alternativas que por vez primera son mayor¨ªa, tienen voz, tienen voto¡±. El de Petro dec¨ªa algo similar: ¡°Hay muchas tareas y conf¨ªo plenamente en nuestros representantes de la sociedad colombiana en el Congreso. Nuevos y viejos¡±.
Y as¨ª fue el primer semestre, en el que el Petro adem¨¢s logr¨® acuerdos para que salieran adelante, especialmente, sus dos grandes proyectos. Una reforma tributaria ambiciosa, que sin transformar de ra¨ªz el sistema de impuestos s¨ª buscaba aumentar el recaudo entre las personas m¨¢s ricas, pas¨® con algunos ajustes pero su esencia intacta y un apoyo amplio en el Congreso. Tambi¨¦n fue tramitada con facilidad la ley llamada de paz total, que prorrogaba la autorizaci¨®n que han dado todos los congresos desde hace casi 30 a?os a los presidentes para negociar con grupos armados ilegales, pero esta vez adecuada a la ambiciosa idea de negociar, de una vez por todas y de forma simult¨¢nea, con todo tipo de grupos, desde la guerrilla del ELN hasta bandas criminales locales.
El primero de los dos semestres de la legislatura cerr¨® con alegr¨ªa. A diferencia de muchos casos anteriores, la reforma tributaria no exigi¨® sesiones extraordinarias con los congresistas cantando villancicos y definiendo descuentos tributarios a la vez. El Gobierno hab¨ªa logrado la plata para sus inversiones sociales y el marco legal para su gran apuesta. Pero faltaba lo m¨¢s grueso, seg¨²n dec¨ªa entonces a este diario el presidente de la C¨¢mara y congresista del Pacto Hist¨®rico, David Racero ¡°Este semestre decidimos hacer el debate p¨²blico en cuanto a lo econ¨®mico y a la paz. El pr¨®ximo semestre haremos el debate en torno a lo social. Y le soy sincero, el pa¨ªs nos va a recordar por las transformaciones sociales que hagamos el pr¨®ximo a?o. Ah¨ª miraremos si triunfamos o fracasamos¡±.
La ruptura por la salud
La reforma a la salud que present¨® el Gobierno de Gustavo Petro al Congreso el 13 de febrero de este a?o fue el principio del fin de su coalici¨®n legislativa. A pesar de que la idea misma de reforzar la funci¨®n del Estado en el sistema creaba grandes resistencias, incluso en su Gabinete, el presidente la prioriz¨® frente a las otras dos propuestas de ajustar lo social, con reformas a las pensiones y al sistema laboral. Liderada por la ahora exministra Carolina Corcho, la puja llev¨® a que Petro sintiera que ten¨ªa ministros desalineados con su Gobierno. Eso llev¨® primero a la salida del ministro de Educaci¨®n, Alejandro Gaviria, opositor ac¨¦rrimo del proyecto y quien hab¨ªa sido rival de Petro en las presidenciales, y despu¨¦s a la del de Hacienda, Jos¨¦ Antonio Ocampo, y a la de Agricultura, Cecilia L¨®pez, que hab¨ªan apoyado a Gaviria en los cuestionamientos y que con ¨¦l conformaban el sector centro del Gabinete. Tambi¨¦n sali¨®, por desgaste, la propia Corcho.
En retrospectiva, esa disputa fue el origen de muchos problemas de gobernabilidad de Petro que esta semana se vieron reflejados en el hundimiento de dos de sus proyectos bandera: la reforma laboral y la legalizaci¨®n de la compraventa del cannabis. Adem¨¢s de la crisis en el Gabinete, la reforma a la salud desat¨® diferencias con Barreras, quien era fundamental como puente con los congresistas de partidos como el Conservador, el Liberal y el que hab¨ªa sido el suyo, la U.
Barreras, que unas semanas despu¨¦s fue destituido por el Consejo de Estado por doble militancia, expres¨® p¨²blicamente sus reparos a la reforma. Lo mismo hicieron la directora de La U, Dilian Francisca Toro, el expresidente y cabeza del partido Liberal, C¨¦sar Gaviria, y muchos conservadores. En medio de esas discusiones, a fines de marzo la comisi¨®n primera del Senado hundi¨® la reforma pol¨ªtica que el Gobierno hab¨ªa presentado. Fue la primera gran derrota del presidente, y un antecedente de lo que vendr¨ªa.
Un mes despu¨¦s, Petro tom¨® la decisi¨®n unilateral de romper con la coalici¨®n legislativa. Lo hizo por medio de su cuenta de Twitter: ¡°La coalici¨®n pol¨ªtica pactada como mayor¨ªa ha terminado en el d¨ªa de hoy por decisi¨®n de unos presidentes de partido. Alguno de los cuales amenazan a la mayor¨ªa de su propia bancada¡±. Al d¨ªa siguiente despidi¨® a siete de sus ministros, incluyendo a Corcho, Ocampo y L¨®pez. La U y el Partido Conservador, dos de las bancadas m¨¢s grandes y poderosas del Congreso, respondieron sali¨¦ndose oficialmente de la coalici¨®n y declar¨¢ndose en independencia.
Muchos congresistas liberales tambi¨¦n comenzaron a distanciarse. Esto hizo que las iniciativas legislativas no pudieran avanzar con rapidez, como se esperaba. Una de las ¨²ltimas victorias de Petro en el Congreso fue la aprobaci¨®n del Plan Nacional de Desarrollo, cuando el trabajo juicioso de Planeaci¨®n Nacional y el Ministerio de Hacienda lograron las mayor¨ªas, en parte porque la Constituci¨®n establece que si el Congreso no lo aprueba, el presidente debe emitir su proyecto inicial por decreto.
Con la coalici¨®n ya rota llegaron los esc¨¢ndalos que debilitaron la estabilidad del presidente. Primero fue la exesposa de su hijo Nicol¨¢s Petro, diputado en el Atl¨¢ntico por el Pacto Hist¨®rico, que denunci¨® que su antigua pareja supuestamente hab¨ªa recibido grandes sumas de dinero de criminales durante la campa?a. Despu¨¦s se acus¨® al hermano del presidente de tener reuniones, hacer pactos y recibir plata de narcos y clanes a cambio de beneficios. La m¨¢s reciente, y m¨¢s fuerte denuncia, comenz¨® con un robo supuestamente cometido por la ni?era de Laura Sarabia, la destituida mano derecha de Petro; sigui¨® con unos audios en los que Armando Benedetti, entonces embajador en Venezuela, amenazaba con contar la supuesta financiaci¨®n ilegal de la campa?a; y que van en el suicidio de uno de los polic¨ªas encargado de la seguridad del presidente.
Estas denuncias fueron minando la gobernabilidad en el Congreso, al tiempo que ca¨ªa su imagen, mientras se acercan las elecciones regionales de octubre. El Gobierno logr¨® aprobar dos reformas constitucionales importantes en las ¨²ltimas semanas: la jurisdicci¨®n agraria y el reconocimiento del campesinado como sujeto de derechos. Sin embargo, las tres reformas sociales no tuvieron la misma suerte. La laboral se hundi¨®; y las de pensiones y de salud a duras penas sobrevivieron y seguir¨¢n su curso en el pr¨®ximo semestre, pero les falta pasar por el Senado, m¨¢s distante de Petro que la C¨¢mara. Y la reforma a la salud se estanc¨® hace casi un mes en la plenaria de la C¨¢mara, donde el Gobierno ha intentado comenzar a discutir los art¨ªculos sin ¨¦xito. Incluso representantes del Partido Verde, que hace parte de la coalici¨®n, pidieron a Petro que la reitre.
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