¡°Me convert¨ª en asesino¡±: militares colombianos reconocen ejecuciones extrajudiciales en Dabeiba
Antiguos uniformados reconocieron ser los m¨¢ximos responsables de 49 ¡®falsos positivos¡¯, y esconder los cuerpos en un cementerio para que los familiares de los asesinados no pudieran encontrarlos
Hace unos 20 a?os ellos estaban vestidos con uniforme camuflado cometiendo cr¨ªmenes de Estado. Hoy se visten de pantal¨®n y camisa blanca para ofrecer transparencia, para confesar c¨®mo asesinaron y desaparecieron a 49 ciudadanos y c¨®mo escondieron sus cuerpos en un cementerio para que sus familiares no pudieran encontrarlos. Un grupo de ocho militares reconocieron p¨²blicamente, este martes, ser los m¨¢ximos responsables de esos asesinatos. Lo hicieron ante los familiares de las 49 v¨ªctimas, que llevan dos d¨¦cadas buscando esclarecer al pasado.
La confesi¨®n ocurri¨® ante el tribunal especial de la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP), que juzga a los m¨¢ximos responsables de la fuerza p¨²blica y de la extinta guerrilla de las FARC desde que se firm¨® un acuerdo de paz entre esos dos bandos en 2016¡ªy otorga beneficios judiciales a quienes reconocen su responsabilidad en cr¨ªmenes de guerra¨D. La audiencia es parte del macrocaso de falsos positivos, como se conoce a los m¨¢s de 6.000 asesinatos de civiles cometidos por militares que los hicieron pasar como guerrilleros muertos en combate. Varios generales han negado su responsabilidad en estos, pero varios soldados y coroneles la han admitido. As¨ª ocurre en Dabeiba, un caso emblem¨¢tico porque en el cementerio de este municipio de Antioquia fueron ocultados los cuerpos de ciudadanos asesinados por los militares. Un campo santo se convirti¨® en fosa com¨²n.
¡°Todo el que se vistiera de negro, era guerrillero¡±, cont¨® el mayor retirado Ya¨ªr Leandro Rodr¨ªguez Giraldo cuando habl¨® de uno de los asesinados: Edison Alexander Lezcano Hurtado. El crimen ocurri¨® el 18 de mayo del 2002 en la zona rural del municipio, en una ¨¦poca en la que el ej¨¦rcito combat¨ªa contra la guerrilla en la zona, que controla la salida por tierra hacia el Golfo del Urab¨¢, sobre el mar Caribe. Rodr¨ªguez tom¨® aire antes de contar c¨®mo lo mataron: todo el que estuviera en una zona cerca a donde ocurr¨ªan los combates, cualquier campesino, pod¨ªa ser una v¨ªctima. ¡°No pens¨¦ en el da?o que yo pod¨ªa causar, ten¨ªamos a todo el mundo estigmatizado¡±, confes¨®. Llam¨® al comandante del batall¨®n, quien le dijo que s¨ª, que matara al hombre que viv¨ªa en esa casa rural.
¡°Me convert¨ª en un asesino¡±, dijo ante la esposa y madre del campesino. ¡°Lamento ser el causante de la muerte de Edison Alexander Lezcano Hurtado, que ya no le pueda cantar los vallenatos en la ma?ana a su familia¡±, a?adi¨®. La esposa arranc¨® a llorar al escuchar esa ¨²ltima frase, y un silencio denso se tom¨® la audiencia por unos segundos. El mayor retirado no pudo hablar m¨¢s, conmovido, y su intervenci¨®n, conocida en la JEP como contribuci¨®n, termin¨® con esa disculpa.
Adem¨¢s de los ocho m¨¢ximos responsables, varios soldados que ejecutaron ¨®rdenes tambi¨¦n hablaron este martes ante las familias. Dieron m¨¢s detalles macabros: buscaban a personas vulnerables en ciudades como Turbo, o a habitantes de la calle adictos a las drogas, para llevarlos enga?ados a Dabeiba, asesinarlos, y camuflar sus identidades. ?C¨®mo? A algunos les dispararon varias veces en la cara para que no los pudieran reconocer. A otros les quemaron sus c¨¦dulas de ciudadan¨ªa para que ning¨²n organismo judicial pudiera rastrearlos. Y sab¨ªan que, si consideraban confesar esos delitos ante la justicia, pod¨ªan matarles.
¡°Deb¨ªa haber denunciado¡±, dijo arrepentido el coronel retirado Efra¨ªn Enrique Prada Correa, quien reconoci¨® ser responsable de ocultar la identidad de varias de las v¨ªctimas. ¡°Pero si lo hubiera hecho, hoy no estuviera de este lado, estar¨ªa del lado de ustedes¡±. Es decir, no del lado de los victimarios, sino de las v¨ªctimas. As¨ª le ocurri¨® al subteniente Jes¨²s Javier Su¨¢rez Caro, un militar asesinado despu¨¦s de que se opusiera a cometer falsos positivos, seg¨²n record¨® Prada Correa. ¡°Si usted quiere que le pase lo mismo que le pas¨® al teniente Su¨¢rez, o le pase a sus hijos...¡±, le dec¨ªan otros, como el tambi¨¦n coronel Jorge Amor P¨¢ez, quien no ha admitido ante la JEP ser responsable de estos cr¨ªmenes. ¡°En ese momento comprend¨ª¡±, dijo Prada.
El caso de Dabeiba tambi¨¦n es particular porque al menos 12 personas han recibido amenazas durante la investigaci¨®n que adelanta la JEP desde hace varios a?os. ¡°Les decimos a aquellos que han querido cubrir con impunidad y violencia estos cr¨ªmenes internacionales, sus despreciables m¨¦todos no van a amedrentar a la justicia colombiana¡±, dijo en la audiencia el magistrado Alejandro Ramelli, quien ha sido amenazado por el grupo paramilitar llamado Clan del Golfo. Otro de los que ha recibido amenazas es el soldado retirado Levis Contreras, quien ha admitido ser responsable de m¨¢s de 40 asesinatos en Dabeiba y sus alrededores. Cuando Ramelli le pregunt¨® si sabe qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de esas amenazas, Contreras respondi¨® que no sab¨ªa, ¡°pero son personas que no quieren que este macabro hecho, que sucedi¨® aqu¨ª en esta regi¨®n, que salga a la luz¡±.
La JEP ha recibido el respaldo del gobierno de Gustavo Petro. En la audiencia estaban presentes los ministros de Justicia, N¨¦stor Osuna, y de Defensa, Iv¨¢n Vel¨¢squez, as¨ª como el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda. Este ¨²ltimo reconoci¨® la valent¨ªa de las v¨ªctimas presentes, no solo por buscar la verdad durante dos d¨¦cadas, sino por seguirlo haciendo hoy, cuando en la zona hacen presencia grupos criminales que pueden amenazar sus vidas. ¡°A quienes controlan ilegalmente este territorio, les estamos invitando a parar la violencia¡±, dijo Rueda, vocero de la pol¨ªtica de paz total. Frente al miedo de que la fuerza p¨²blica intente entorpecer el proceso de investigaci¨®n, el ministro de Defensa asegur¨® que ¡°no generaremos ninguna restricci¨®n¡± para que un militar pueda aportar toda la verdad. ¡°Estamos reconstruyendo la dignidad colectiva¡±, a?adi¨®.
Ausentes estuvieron los altos mandos se?alados por sus antiguos colegas, que no han admitido ninguna responsabilidad en los cr¨ªmenes. Entre ellos est¨¢n los coroneles Jorge Alberto Amor y David Herley Guzm¨¢n Ram¨ªrez, cuyos casos pasar¨¢n a un juicio, sin los beneficios que ofrece la JEP a quienes admiten cr¨ªmenes de guerra ¡ªy el tribunal parece no tener dudas de que ambos fueron parte responsable de estos asesinatos¨D.
Pero el mayor ausente es el general Mario Montoya, quien era la mayor autoridad en la zona hace dos d¨¦cadas y quien ha sido se?alado en m¨²ltiples testimonios como uno de los m¨¢ximos responsables a nivel nacional, algo que ¨¦l siempre ha negado. Al final de la audiencia en Dabeiba habl¨® el sargento retirado Fidel Ochoa, quien record¨® a Montoya. ¡°Esta pr¨¢ctica se volvi¨® sistem¨¢tica con la llegada del general Mario Montoya a la S¨¦ptima Divisi¨®n y luego a la comandancia del Ej¨¦rcito¡±, dijo sobre los falsos positivos. Ochoa record¨® que el general Montoya dec¨ªa, en programas radiales, con cada comandante de pelot¨®n: ¡°Yo no necesito litros de sangre, yo necesito carro-tanques de sangre¡±. Sangre que fue regada sobre los cementerios.
El proceso de aporte de verdad de los responsables que han admitido su culpa ante la JEP ya ha permitido identificar los restos a 11 de las v¨ªctimas en el cementerio Las Mercedes. Pero faltan por lo menos 38 m¨¢s. ¡°Estamos ante la punta del iceberg con el cementerio de Dabeiba¡±, dijo el magistrado Ramelli. La idea de la JEP es ver a todo el iceberg, transparente y completo.
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