Las v¨ªctimas de ¡®falsos positivos¡¯ piden excluir de la justicia transicional al exjefe del Ej¨¦rcito de Colombia
EL PA?S accede a la transcripci¨®n del testimonio del general en retiro Mario Montoya ante la Jurisdicci¨®n Especial de Paz. Las v¨ªctimas cuestionan su aporte a la verdad
Mario Montoya fue comandante del Ej¨¦rcito en los a?os en que se produjeron la mayor¨ªa de los casos de falsos positivos, el eufemismo con que se conocen en Colombia las ejecuciones extrajudiciales de civiles por parte de las fuerzas militares. Por eso las expectativas por su comparecencia esta semana ante la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP), el tribunal encargado de juzgar los cr¨ªmenes m¨¢s graves del conflicto armado colombiano, era enorme. Sin embargo, las v¨ªctimas consideraron que su presentaci¨®n fue un golpe bajo a sus esperanzas de acceder a la verdad.
El general en retiro hab¨ªa sido mencionado por v¨ªctimas y algunos uniformados en hechos relacionados con el caso 03 ¨C¡°muertes ileg¨ªtimamente presentadas como bajas en combate por agentes del Estado¡±¨C y durante una audiencia reservada este mi¨¦rcoles y jueves debi¨® responder las preguntas de los magistrados que contrastan las versiones.
Sus respuestas, sin embargo, lejos de aliviar a las 47 v¨ªctimas que estuvieron presentes, les causaron rabia. Como aquel momento en que la magistrada le pregunta al general qu¨¦ hacer para que esos hechos no se repitan. ¡°Hemos hablado permanentemente de la profesionalizaci¨®n del Ej¨¦rcito y me duele decirlo, pero los muchachos que van al Ej¨¦rcito son los de abajo, los de estrato uno, no van los estratos dos, tres y cuatro. Nos toca ense?arles c¨®mo se utiliza el ba?o, c¨®mo se utilizan los cubiertos, entonces no es f¨¢cil, doctora¡±, responde Montoya, seg¨²n la transcripci¨®n de la audiencia, consultada por EL PA?S y corroborada con testigos presenciales.
Para Jaqueline Castillo, cuyo hermano fue una de las v¨ªctimas de ejecuciones extrajudiciales en Soacha, en la periferia de Bogot¨¢, es una respuesta indignante. ¡°En el momento que ellos planearon los falsos positivos para sacar beneficios, medallas o ascensos no les importaba que los soldados fueran lo peor. Pero ahora, para limpiarse las manos, s¨ª consideran que lo que hicieron los soldados, que seg¨²n dijo son personas que no se saben comportar, s¨ª fue algo sucio. Eso es ser miserable, ese se?or tiene que ir a la Corte Penal Internacional¡±, opin¨® visiblemente ofendida, como muchas otras v¨ªctimas que le solicitaron a la JEP que expulse al general de ese tribunal.
Los familiares de v¨ªctimas ven en sus palabras la clara estrategia de plantear que se trat¨® de unos soldados d¨ªscolos para diluir as¨ª la responsabilidad de la cadena de mando, que es uno de los temas m¨¢s sensibles que debe probar la JEP. ¡°Vivimos momentos de tensi¨®n y dolor. Por qu¨¦ tiene que estar menospreciando a las personas de clases bajas. Si as¨ª se refiere a los soldados qu¨¦ podemos esperar nosotras, las madres, si nos han tratado a nuestros hijos de delincuentes¡±, dijo a este diario Cecilia Arenas, cuyo hermano fue v¨ªctima de un falso positivo admitido por tres soldados.
Tras la firma del acuerdo de paz, que cre¨® el tribunal, 162 militares ¡ªentre soldados y generales¡ª han acudido voluntariamente a contar su versi¨®n sobre la participaci¨®n en este caso. Buscan beneficios jur¨ªdicos a cambio de entregar informaci¨®n y reparar. Montoya fue el comandante del Ej¨¦rcito entre 2006 y 2008, durante el Gobierno de ?lvaro Uribe (2002-2010). Entre 2002 y 2008, seg¨²n la Fiscal¨ªa, se cometieron 2.248 asesinatos probados de civiles inocentes.
En principio, Montoya dijo que guardar¨ªa silencio. Pero lo recordaron su obligaci¨®n de aportar verdad y que el incumplimiento de esos compromisos tiene como consecuencia la p¨¦rdida de los beneficios especiales que otorga este tribunal. El general en retiro respondi¨®, entonces, cada una de las preguntas de los magistrados e insisti¨® en diferenciar entre subordinados y subalternos. Sobre estos ¨²ltimos dijo ¡°si bien son integrantes de la Fuerza, no ten¨ªan comunicaci¨®n ni ¨®rdenes directas del comandante del Ej¨¦rcito, recib¨ªan ¨®rdenes y comunicaciones de sus respectivos comandantes¡±.
Sin embargo, otros uniformados que han rendido versiones voluntarias ante la justicia han mencionado que eran presionados por ¡°bajas¡±, como se conoce a las muertes en el argot de la guerra. Sobre eso, una vez m¨¢s, recurri¨® a la figura de subordinados. ¡°Conocido el contenido de las versiones voluntarias observo con extra?eza que a los comparecientes de manera insistente y reiterada se les ha preguntado por mi desempe?o como comandante del Ej¨¦rcito, a pesar de que ninguno tuvo funciones como mi subordinado¡±.
Tambi¨¦n le indagaron por un top 10 de operaciones, seg¨²n el cual se clasificaba las unidades militares que m¨¢s resultados tuvieran, y le cuestionaron de nuevo la presi¨®n de su parte. ¡°Yo exig¨ª resultados operacionales, exig¨ª operaciones, no bajas. Nadie puede decir que el general Montoya mand¨® a matar¡±, respondi¨®. Ese fue otro de los puntos pol¨¦micos, como denunci¨® en Twitter Jos¨¦ Miguel Vivanco, de la ONG Human Rights Watch, quien record¨® que s¨ª existe un documento en el que Montoya habla de bajas. ¡°El factor m¨¢s importante para evaluar el rendimiento de los comandantes era el n¨²mero de muertos en combate que reportaban sus tropas. As¨ª lo comprueba un documento militar de abril de 2006, llamado Pol¨ªticas del se?or mayor general Mario Montoya. El texto se?ala que ¡®los comandantes se eval¨²an por sus resultados¡¯. Adem¨¢s, el general aclara con una franqueza brutal: ¡®las bajas no es lo m¨¢s importante, es lo ¨²nico¡¯¡±.
Molestas por las declaraciones del general, las v¨ªctimas se abstuvieron de preguntar y pidieron que su caso sea enviado a la Unidad de Investigaci¨®n y Acusaci¨®n de la JEP o que lo excluyan de la jurisdicci¨®n. ¡°A juicio de las v¨ªctimas el compareciente no aport¨® a la verdad y hay un proceso de desgaste de la justicia transicional. Dicha solicitud ser¨¢ estudiada por los magistrados de la Sala de Reconocimiento¡±, inform¨® el tribunal de paz que seguir¨¢ en su labor de contrastar versiones. Excluir a Montoya puede alejar a¨²n m¨¢s a las v¨ªctimas de la verdad, y ellas lo saben. ¡°Sabemos que afectar¨ªa much¨ªsimo, pero que ¨¦l no est¨¢ aportando a la verdad¡±, dice Arenas, que resume los d¨ªas de la audiencia como una enorme decepci¨®n.
Hasta el momento el tribunal ha escuchado 215 versiones de militares. Montoya no ha sido el ¨²nico general, aunque s¨ª el del mayor cargo. Otros tres han hablado ante los magistrados y el tribunal llamar¨¢ a rendir versi¨®n a otros cuatro generales para desentra?ar las ejecuciones extrajudiciales que se han convertido en uno de los mayores esc¨¢ndalos del Ej¨¦rcito de Colombia.
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