Sobornos del Grupo Aval y un narco cerca de la campa?a
El principal grupo econ¨®mico del pa¨ªs fue multado en Estados Unidos por actos de corrupci¨®n durante la misma semana en que se conocen nuevos hechos que siembran dudas sobre la pasada campa?a del presidente Petro
En Colombia es tal la avalancha de noticias, que con frecuencia no hay tiempo suficiente para digerirlas y poder entenderlas en contexto, como corresponde, porque a un esc¨¢ndalo lo sigue otro, mientras la violencia hace lo suyo de manera permanente como tel¨®n de fondo. Esta semana nos movemos entre la confirmaci¨®n de los sobornos pagados por el Grupo Aval en el caso Odebrecht y la denuncia de la cercan¨ªa de un narcotraficante a la campa?a de Gustavo Petro.
Son hechos diferentes, con distintas implicaciones y en diferente momento de investigaci¨®n, pero los pongo en esta columna juntos porque tienen que ver con la corrupci¨®n y con las mafias que est¨¢n presentes de muchas maneras en la contrataci¨®n p¨²blica y en la pol¨ªtica, y porque la justicia en Colombia suele generar dudas. Graves y delicados los dos episodios, aunque desde las orillas opuestas se intente minimizar uno y magnificar el otro para usarlos como munici¨®n en la batalla pol¨ªtica.
Vale destacar de primero, porque ya hay un pronunciamiento judicial en firme, el caso del acuerdo del Grupo Aval y la justicia de Estados Unidos para el pago de una multa, que se declar¨® originalmente en 80 millones de d¨®lares y quedar¨¢ finalmente en 60 por un cruce de pagos. El acuerdo establece que Aval, a trav¨¦s de Corficolombiana, pag¨® sobornos para quedarse con contratos de la Ruta del Sol 2. La aceptaci¨®n de estos hechos, que implica firmar el acuerdo, pone en evidencia un problema grande del que se habla en voz baja: la corrupci¨®n en el sector privado que sirve para hacerse a jugosos contratos. Se habla mucho de c¨®mo se corrompen los funcionarios al servicio del Estado, pero con menos vehemencia de los privados que pagan coimas para llegar a los dineros p¨²blicos.
Este es un caso sonado, pero no el ¨²nico porque en Colombia la contrataci¨®n tiene mucho de transacci¨®n corrupta para obtener contratos grandes o peque?os. Por eso es tan famosa la pregunta del ¡°CVY¡± (?C¨®mo voy yo?). Tal vez aqu¨ª lo llamativo es justamente el monto de lo transado, de lo pagado, de lo obtenido y el tama?o del conglomerado involucrado. La justicia colombiana debe a¨²n muchas respuestas en este caso. Y el Estado en su conjunto debe todav¨ªa encontrar el mecanismo para que los corruptos no puedan volver a contratar. Basta mencionar al llamado ¡°zar de la contrataci¨®n¡±, Emilio Tapia, para saber que luego de las condenas los corruptos siguen contratando.
Para evitar las tergiversaciones, que han sido muchas en este caso, recomiendo leer la decisi¨®n completa de la autoridad norteamericana, que en uno de sus apartes dice: ¡°Como agente del Grupo Aval, Corficolombiana viol¨® las disposiciones antisoborno de la Ley de Pr¨¢cticas Corruptas en el Extranjero (FCPA, por sus siglas en ingl¨¦s) y fue causa de las violaciones de Grupo Aval de las disposiciones sobre libros y registros y controles contables internos de la FCPA¡±. Tambi¨¦n conviene subrayar que la acci¨®n penal no termina a¨²n y queda algo as¨ª como en suspenso y condicionada al cumplimiento de un acuerdo de procesamiento diferido, como se le llama a esta figura en la justicia de Estados Unidos.
Mientras apenas vamos entendiendo lo que significa la noticia del Grupo Aval y el pago de sobornos con su socio Odebrecht, aparece la denuncia que hizo Ricardo Calder¨®n, periodista investigativo de Noticias Caracol, sobre el respaldo que habr¨ªa dado la campa?a de Gustavo Petro de parte de Juan Carlos L¨®pez Mac¨ªas, alias Sobrino, un narco que ya hab¨ªa sido extraditado y luego regres¨® al pa¨ªs. Su esposa Sandra Navarro aparece muy activa en un evento que ser¨ªa el cierre de campa?a en Casanare y tambi¨¦n en documentos de Colombia Humana, como parte de ese grupo pol¨ªtico. En el evento que se registra no hay presencia del entonces candidato. Se menciona con insistencia en el informe a Fabio Vargas, quien ha sido vocero del movimiento pol¨ªtico en Casanare, como cercano al narco y a su pareja. La investigaci¨®n muestra indicios de la cercan¨ªa de un narcotraficante y su esposa con la campa?a. No prueba el ingreso de dineros il¨ªcitos, pero plantea v¨¢lidos interrogantes sobre c¨®mo se financiaron los eventos que se hicieron en la casa del narco y si estuvieron reportados en las cuentas oficiales. En el informe no hay versi¨®n de la campa?a sobre los hechos.
El presidente Gustavo Petro respondi¨® a la denuncia con varios trinos en su cuenta de Twitter en los cuales dijo que la noticia es falsa y pidi¨® rectificaci¨®n. Noticias Caracol respondi¨® al presidente y se ratific¨® en sus denuncias. El tema es muy complejo, lleno de detalles. En su desmentido, el presidente habla de elementos que no se incluyen en el reporte period¨ªstico, con lo cual todo se confunde m¨¢s. Tambi¨¦n recomiendo ver la nota completa y los varios trinos del presidente para tratar de armar el rompecabezas, que apenas comienza a ponerse sobre la mesa. A esto le falta camino.
Lo cierto es que la denuncia es delicada, mucho m¨¢s en medio de la investigaci¨®n que se adelanta por lo que ha dicho Nicol¨¢s Petro sobre el ingreso de dineros il¨ªcitos a la campa?a presidencial. Se debe investigar con claridad y rigor para saber si ingresaron dineros ilegales y, si es as¨ª, cu¨¢les ser¨ªan las responsabilidades pol¨ªticas y eventualmente penales.
Mientras se responden las inquietudes, es evidente que las mafias del narcotr¨¢fico intentan meterse a las campa?as pol¨ªticas de una u otra manera. No es la primera vez que pasa y no ser¨¢ la ¨²ltima. El presidente y la campa?a han dicho que se usaron m¨²ltiples controles y se dieron instrucciones para evitar ingresos de dineros il¨ªcitos. Que hayan establecido controles es una cosa y que estos hayan logrado tapar todas las rendijas es otra. Es lo que se debe probar en las investigaciones.
C¨®mo nos vendr¨ªa bien en estos momentos una justicia transparente en la cual se pudiera confiar plenamente para tener la certeza de llegar a la verdad. En el caso de Odebrecht y el Grupo Aval, la justicia colombiana no vio muchas cosas que s¨ª vieron en Estados Unidos. En las denuncias que se conocen sobre financiaci¨®n de la campa?a del presidente Gustavo Petro, la justicia tiene la lupa puesta y act¨²a con una sorpresiva velocidad. Es importante que se investigue a fondo y haya garant¨ªas para que el actuar de la justicia se base en hechos y evidencias y no en motivaciones pol¨ªticas. Como sociedad nos queda confiar en las instituciones, a pesar de los pecados de quienes las encarnan y hacer esfuerzos para encontrar herramientas eficaces contra la corrupci¨®n y para cerrarle puertas a las platas de la mafia, que est¨¢n metidas en la pol¨ªtica desde hace d¨¦cadas cuando se les llamaba ¡°dineros calientes¡±.
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