Colombia 2024, el prop¨®sito es avanzar hacia un acuerdo nacional
Este no fue un a?o f¨¢cil ni para el pa¨ªs ni para el mundo, pero el prop¨®sito para el pr¨®ximo deber¨ªa ser lograr un acuerdo nacional, y silenciar los mensajes de odio y las narrativas extremistas
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Termina 2023 en medio de un clima de crispaci¨®n pol¨ªtica interna, con un Gobierno en permanente crisis que anuncia nuevos cambios en su gabinete, reformas esenciales aplazadas, un Congreso que aprob¨® solo el 2% de las iniciativas presentadas y en deuda con la ciudadan¨ªa, una multiplicaci¨®n de partidos y organizaciones pol¨ªticas, unas negociaciones sin certezas con las estructuras armadas ilegales, una econom¨ªa marcada por la incertidumbre, una sociedad polarizada que no encuentra el camino de la unidad y nuevas autoridades territoriales pr¨®ximas a iniciar su mandato, algunas de ellas, desde ya, en franca oposici¨®n al Gobierno nacional.
No fue un a?o f¨¢cil en un mundo en ebullici¨®n sostenida que vio marchitarse la atenci¨®n global en la guerra de Ucrania, que en un momento amenaz¨® con convertirse en la semilla de la tercera guerra mundial, y luego presenci¨® la confrontaci¨®n de Israel contra Hamas, que ha significado el arrasamiento de la Franja de Gaza con un saldo a hoy, seg¨²n CNN, de m¨¢s de 20.000 civiles muertos y 55.000 heridos.
Las crueles im¨¢genes de Gaza alimentan el pesimismo y la desesperanza, y recuerdan que vivimos tiempos de profundas amenazas a la paz mundial, en los que Naciones Unidas pareciera invisible, inservible, inane, ante la gravedad de los problemas globales, como las hambrunas, el cambio clim¨¢tico y las migraciones masivas obligadas por las conflagraciones militares, la desigualdad, la depredaci¨®n ambiental, y el empoderamiento de discursos autoritarios y el populismo aislacionista.
La sombra del eventual regreso de Trump al poder en Estados Unidos es un canto celestial para una derecha que se deleita con el ascenso de Milei en Argentina y sus medidas autoritarias de desmonte del Estado, que conducir¨¢n a ese pa¨ªs a un estallido social y una profundizaci¨®n de su crisis social, pol¨ªtica y econ¨®mica. La foto de Milei abrazado a Trump y Netanyahu es esperada por muchos como s¨ªmbolo de una nueva era de derechizaci¨®n global.
En Colombia las cosas tampoco fueron f¨¢ciles. El a?o termina con el crecimiento de la derecha, el debilitamiento de la izquierda, la consolidaci¨®n del centro en Bogot¨¢ y Cali, esencialmente, y la m¨¢s baja popularidad del presidente Petro, que hoy llega apenas al 26% y con tendencia a la baja. El desvanecimiento interno de la imagen positiva del presidente que m¨¢s ha hecho por posicionar a Colombia en el escenario internacional est¨¢ ligado a la decepci¨®n por su estilo de gobierno, el estancamiento de su ambiciosa agenda legislativa, la debilidad de sus coequiperos, la incertidumbre que generan sus reformas y las negociaciones llenas de sobresaltos con las organizaciones alzadas en armas, grupos paramilitares y bandas criminales.
2023 termina, adem¨¢s, con el resquebrajamiento de la promesa presidencial de convertir a Colombia en potencia mundial de la vida, por las dram¨¢ticas cifras de masacres y asesinatos de l¨ªderes sociales que no cesan en el territorio ante la crueldad de las organizaciones armadas ilegales, la incapacidad del Estado para garantizar la seguridad de esta poblaci¨®n inerme y sus organizaciones, y la descoordinaci¨®n institucional en la respuesta a la problem¨¢tica. Una situaci¨®n que oblig¨® a la Corte Constitucional a declarar, a comienzos de diciembre pasado, el Estado de cosas inconstitucional por la vulneraci¨®n masiva de los derechos fundamentales de los l¨ªderes sociales, lo que obliga una respuesta estructural y coordinada del Estado, que a¨²n no aparece.
Si 2022 fue el a?o de la apoteosis de Petro, 2023 fue el de su decrecimiento y 2024 ser¨¢ el del inicio de la carrera por su sucesi¨®n, que, en todo caso, no se vislumbra sea impuesta por el Pacto Hist¨®rico, ni por cualquier otra coalici¨®n de izquierda. El p¨¦ndulo se mueve hacia la derecha, pero no es claro, tampoco, que la ultraderecha tenga con qui¨¦n regresar al poder. No se ven candidatos fuertes a la vista de la cantera uribista. La captura del senador Ciro Ram¨ªrez, por corrupci¨®n, es un golpe muy duro a ese sector. El antipetro a¨²n no aparece.
Con Uribe contra las cuerdas por sus l¨ªos legales y sin un l¨ªder capaz de ocupar su espacio, necesitar¨¢n conformar una coalici¨®n de derecha, que atrape en su red discursiva de seguridad y desmonte de la agenda petrista a m¨¢s de doce millones de personas. Colombia no parece hoy tierra abonada para Bukeles ni Mileis, entre otras cosas porque el populismo de extrema derecha ya lo vivimos con Uribe y sus ocho a?os de gobierno de seguridad democr¨¢tica y disminuci¨®n del Estado; y el populismo de izquierda lo estamos viviendo con Petro.
Por lo anterior, 2026 aparece, esta vez, como una gran oportunidad para el centro pol¨ªtico. Muchas de esas expectativas est¨¢n en los logros de los entrantes alcaldes de Bogot¨¢, Cali y las grandes capitales, donde la izquierda qued¨® aislada. La agenda pol¨ªtica, en 2024, se centrar¨¢ en la seguridad, el anhelo m¨¢s grande de los ciudadanos asfixiados por la delincuencia desbordada, el manejo de la econom¨ªa en tiempo de estancamiento mundial, la disminuci¨®n de la pobreza y el hambre, el impulso de las grandes reformas -salud, educaci¨®n, laboral, entre otras-, y los logros en las mesas de negociaci¨®n y los ceses al fuego.
Un tema que buscar¨¢ posicionarse desde varios sectores es la profundizaci¨®n de la descentralizaci¨®n, ante la asfixia que significa para las regiones el hipercentralismo, exacerbado en los ¨²ltimos d¨ªas por la decisi¨®n del Gobierno nacional de no prorrogarle a Antioquia la delegaci¨®n minera, lo que es considerado por el saliente gobernador de ese departamento, An¨ªbal Gaviria, como ¡°el florero de Llorente para profundizar el debate sobre descentralizaci¨®n, autonom¨ªa territorial y federalismo¡±. Poner al pa¨ªs a hablar de federalismo es un reto gigante. El mandatario entrante del Atl¨¢ntico, Eduardo Verano, es un abanderado, precisamente, de ese objetivo modernizador del Estado, que ha encontrado nuevos aliados en su camino, como el presidente del Senado, Iv¨¢n Name, y destacadas personalidades acad¨¦micas, jur¨ªdicas y pol¨ªticas.
La tarea m¨¢s urgente, sin embargo, es la consolidaci¨®n de las bases de un gran acuerdo nacional que permita sacar adelante las grandes reformas postergadas y consolidar la reconciliaci¨®n. La polarizaci¨®n creciente es el gran obst¨¢culo para lograrlo. Colombia es, para nuestra desgracia, una de las seis sociedades m¨¢s polarizadas del mundo, seg¨²n el ¨ªndice que elabora anualmente el bar¨®metro Edelman. La acompa?an Argentina, Estados Unidos, Sur¨¢frica, Espa?a y Suecia.
Por ello, el prop¨®sito nacional para 2024 deber¨ªa ser silenciar los mensajes de odio y las narrativas extremistas. Es tiempo de pensar colectivamente en c¨®mo fortalecer la democracia e impedir que el extremismo gane espacios para recortarla. La pregunta que surge es qui¨¦n o qu¨¦ instituci¨®n es capaz de liderar la construcci¨®n de ese gran acuerdo nacional, porque los reiterados llamados que hace el Gobierno no encuentran eco. Y mientras tanto, el r¨ªo del desencanto en la democracia sigue creciendo, abonando el terreno a la incertidumbre.
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