Dos a?os de desencanto
Despu¨¦s de dos a?os de Gobierno, Petro no ha sido capaz de cumplir sus promesas. La incapacidad administrativa es proverbial. Ayer eran todo soluciones, hoy son todo excusas
Los primeros dos a?os del Gobierno de Gustavo Petro han dejado un balance con muy pocos resultados y muchos esc¨¢ndalos. Y es que durante esta primera mitad de su mandato la improvisaci¨®n ha sido una constante y se ha evidenciado una alarmante incapacidad administrativa, reflejada en una alt¨ªsima rotaci¨®n ministerial, una notoria falta de coordinaci¨®n entre altos funcionarios y una baj¨ªsima ejecuci¨®n. Pareciera que el presidente, tan dado a las alocuciones altisonantes y los discursos mesi¨¢nicos, se aburre hasta el hast¨ªo con las operaciones m¨¢s prosaicas del ejercicio del poder: armar y liderar equipos y aterrizar ideas en proyectos concretos para despu¨¦s hacerle seguimiento a su ejecuci¨®n. Extraviado en los espejismos de la ¨¦pica relega la administraci¨®n a un segundo plano y eso explica la enorme distancia entre su florida ret¨®rica y sus modest¨ªsimos logros. Un ejemplo de todo esto es que mientras el presidente exalta un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n la importancia del deporte, su Gobierno dej¨® a Barranquilla sin la posibilidad de organizar los Juegos Panamericanos de 2027 porque sus ministros fueron incapaces de coordinar el pago oportuno de ocho millones de d¨®lares a Panam Sports. Como se dice coloquialmente, este Gobierno habla mucho y hace muy poco.
A esto se suma el hecho de que no logra sacudirse de un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n cuando ya le ha estallado otro, tanto o m¨¢s grave que el anterior. Aunque en medio de su delirio de persecuci¨®n el presidente denuncia constantemente un inexistente ¡§golpe blando¡§ en su contra, lo cierto es que los golpes m¨¢s contundentes que ha recibido provienen de su c¨ªrculo m¨¢s cercano. Su hijo, su hermano, su mano derecha, su embajador ante la FAO y su exdirector de la Unidad Nacional de Gesti¨®n de Riesgos y Desastres, se han visto involucrados en turbios y escabrosos esc¨¢ndalos que le han arrebatado al primer mandatario una de sus principales banderas, la de la lucha contra la corrupci¨®n. El Petro senador palidecer¨ªa de verg¨¹enza y se llenar¨ªa de justa indignaci¨®n ante los obscenos episodios que salpican al Gobierno del Petro presidente y la forma implacable con que ayer combat¨ªa a sus contradictores hoy se vuelve en su contra. El caso m¨¢s reciente es que ex altos funcionarios -uno de ellos muy cercano al presidente- se han autoincriminado denunciando una operaci¨®n de desviaci¨®n de recursos para atender emergencias con el prop¨®sito de favorecer congresistas a cambio de la aprobaci¨®n de las iniciativas legislativas del Gobierno. Y mientras Petro trata de capotear una seguidilla de esc¨¢ndalos que parece no tener fin, el pa¨ªs se desencuaderna.
En materia de seguridad el panorama es inquietante. Como lo ha reconocido el propio Ministro de Defensa los grupos armados al margen de la ley han engrosado sus filas y aumentado su control territorial en medio de la err¨¢tica e improvisada agenda de paz del Gobierno. Y es que mientras el presidente habla de ¡°paz total¡±, los colombianos padecen los rigores de la violencia y se reproducen im¨¢genes que cre¨ªan haber dejado en el pasado. No hay que olvidar que en campa?a el presidente dijo que si ganaba en tres meses acabar¨ªa el conflicto con el ELN, pero despu¨¦s de dos a?os en el poder esa promesa se muestra esquiva, con un Gobierno con una posici¨®n d¨¦bil para negociar y una guerrilla fortalecida y sin voluntad real de paz. El voluntarismo y la falta de planeaci¨®n en materia de paz las est¨¢n pagando los colombianos y la cosa no tiene visos de mejorar porque la mayor parte de los grupos ilegales en conversaciones con el Gobierno ha dicho que aunque se llegue a un acuerdo no dejar¨¢n las armas y no se someter¨¢n a la justicia. La paz y la seguridad no tienen un norte claro.
En el plano econ¨®mico las cosas tampoco han sido f¨¢ciles. En su momento se le advirti¨® al Gobierno que la reforma tributaria que present¨® al Congreso en el a?o 22 desincentivar¨ªa la inversi¨®n y frenar¨ªa la econom¨ªa. Lamentablemente el presidente no hizo caso y los resultados saltan a la vista. El 2023 la econom¨ªa se estanc¨® con un casi nulo crecimiento del PIB de 0,6% -hubo dos trimestres con cifras negativas por lo que t¨¦cnicamente hubo recesi¨®n- y en el 2024 se registr¨® una cifra de 0,7% el primer trimestre y se ha desatado un descalabro fiscal sin precedentes, forzando al Ministro de Hacienda a hacer un recorte presupuestal de hasta $20 billones que muchos expertos consideran insuficiente. Y por si fuera poco esto empieza a reflejarse en las cifras de desempleo, que seg¨²n el ¨²ltimo reporte del Departamento Administrativo Nacional de Estad¨ªsticas pas¨® de 9,3% en junio de 2023 a 10,3% en junio de 2024. Por ¨²ltimo, hay que se?alar que a futuro el panorama no es muy halag¨¹e?o: el presidente ha anunciado una nueva reforma tributaria, ha propuesto reactivar la econom¨ªa a punta de inversiones forzosas y espanta la inversi¨®n con su cantinela de la Asamblea Nacional Constituyente. Con semejante incertidumbre es muy dif¨ªcil que los motores de la econom¨ªa colombiana puedan volver a prenderse en el corto plazo.
Por otro lado, el dogmatismo tambi¨¦n le pasa factura al presidente. En materia energ¨¦tica el pa¨ªs todav¨ªa no entiende por qu¨¦ debe dejar de suscribir nuevos contratos de exploraci¨®n y explotaci¨®n de hidrocarburos para importar gas y petr¨®leo de Venezuela a un mayor costo econ¨®mico y ambiental: con esta poco razonable decisi¨®n el mundo no estar¨¢ menos contaminado, pero los colombianos s¨ª seremos m¨¢s pobres. En salud, para ambientar su mal concebida y poco concertada reforma, Petro propici¨® lo que su exministra denomin¨® una ¡°crisis expl¨ªcita¡± por medio de la asfixia financiera del sistema. Darle prioridad a sus prejuicios ideol¨®gicos por encima del bienestar de los pacientes le puede salir muy caro al Gobierno: ya se est¨¢ viendo con los maestros, a quienes decidi¨® utilizar como conejillos de indias de su modelo, implementando a modo de ¡°piloto¡± un nuevo sistema de salud magisterial que ha sido un rotundo fracaso y tiene a varios profesores con riesgo de ver interrumpidos sus tratamientos.
Todo apunta a que despu¨¦s de dos a?os de Gobierno, Petro no ha sido capaz de cumplir sus promesas y que no ha estado a la altura de las expectativas que gener¨®. Sus diagn¨®sticos maniqueos en los que sobresimplificaba problemas complejos y los reduc¨ªa a falta de voluntad pol¨ªtica se han estrellado con la terca y dif¨ªcil realidad. La incapacidad administrativa es proverbial, la corrupci¨®n es omnipresente, la inseguridad arrecia, la econom¨ªa no despega y la esperanza que alg¨²n d¨ªa pudo inspirar el autodenominado Gobierno del ¡°cambio¡± se ha trocado en frustraci¨®n y desencanto. Ayer eran todo soluciones, hoy son todo excusas y eso se refleja en la casi totalidad de las encuestas, que con excepci¨®n de la que paga el Gobierno, muestran un significativo aumento de la desfavorabilidad del presidente y del pesimismo. Lamentablemente el ¡°cambio¡± fue para peor.
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