?Ultim¨¢tum?
Estamos viviendo el fen¨®meno contrario en el cual los p¨¢jaros le tiran a las escopetas: guerrilleros y narcotraficantes, secuestradores y extorsionistas, ponen las condiciones en las mesas de negociaci¨®n
Se entiende que, en los di¨¢logos con los criminales que participan en procesos de paz o de sometimiento a la justicia, los ultim¨¢tum los ponga el Estado y no los insubordinados. Ahora todo ha cambiado y estamos viviendo el fen¨®meno contrario en el cual los p¨¢jaros le tiran a las escopetas: guerrilleros y narcotraficantes, secuestradores y extorsionistas, ponen las condiciones en las mesas de negociaci¨®n. Los medios de comunicaci¨®n han informado que, vencido el t¨¦rmino del cese bilateral con el ELN, la negociaci¨®n llega a una fecha determinante del inmediato futuro. El plazo que la guerrilla le dio (sic) al presidente Gustavo Petro para que emita un decreto que los retire de la lista de grupos armados organizados ya venci¨® y no se sabe qu¨¦ viene ahora en la mesa de negociaci¨®n, aunque lo obvio es que el Gobierno los mande al carajo. Bastante fue que les haya dado, en la resoluci¨®n 194 de 2023, el car¨¢cter de organizaci¨®n armada rebelde con la cual el di¨¢logo sostenido hasta ahora a punta de co?azos haya sido posible. Eso es lo que hace viable que, si la fuerza p¨²blica lo considera necesario, tal y como lo advirti¨® el comandante de las Fuerzas Militares, proceda a bombardearlos.
El otro frente de batalla es el que se deriva del enfrentamiento b¨¦lico entre Iv¨¢n Mordisco y Calarc¨¢, que no es una lucha libre en un coliseo deportivo, sino una guerra protagonizada entre las disidencias de las FARC que se hacen llamar Estado Mayor Central (EMC) ¡°visto por la fuerza p¨²blica como la mayor organizaci¨®n disidente del pa¨ªs que suma 30 estructuras a nivel nacional y est¨¢ presente en 160 municipios de 16 departamentos y tiene entre sus filas a unas 4.500 personas armadas¡±, explica El Tiempo.
Mordisco acusa a Calarc¨¢ de haber dividido al EMC para aliarse con el ELN, los M¨¢rquez, los paramilitares, las bandas de narcotraficantes y las Fuerzas Militares y de Polic¨ªa. De ah¨ª surge la guerra entre esos dos grupos, ambos narcotraficantes y extorsionistas, que luchan por el territorio y el lavado de activos. Esta guerra afecta a los departamentos de Meta, Guaviare, Caquet¨¢, Putumayo y parte de Antioquia. Los expertos consideran que ninguno de los dos grupos est¨¢ interesado en un proceso de verdad. La verdadera pel¨ªcula que divide a los criminales es que movimientos disidentes tanto del ELN como del EMC tengan asiento en las mesas de negociaci¨®n de la paz total.
Lo ex¨®tico de la situaci¨®n de crisis internas de las bandas criminales de Colombia es que el jefe de la delegaci¨®n del Gobierno en la mesa con el EMC, el exministro Camilo Gonz¨¢lez, sea el amable componedor entre las fracciones de la divisi¨®n de Mordisco y Calarc¨¢ para pedir una tregua a los grupos en pugna armada y hacerles saber que los paganinis de esa guerra son las comunidades, como si a ellos les preocupara la suerte del pueblo. Gonz¨¢lez les pidi¨® una tregua a trav¨¦s de un cese de hostilidades. ?No ser¨¢, m¨¢s bien, que el Estado es incapaz de enfrentar la guerra de los criminales?
Venezuela es el otro factor desestabilizador del orden p¨²blico en Colombia. Cualquiera que sea el desarrollo de la crisis en el vecino pa¨ªs, afectar¨¢ de manera grave a la situaci¨®n migratoria y de seguridad en nuestro pa¨ªs. El nuevo ministro venezolano de Relaciones Interiores, Justicia y Paz y Vicepresidente Sectorial de Soberan¨ªa Pol¨ªtica, Diosdado Cabello, es una muestra clara de una pol¨ªtica m¨¢s dura de represi¨®n.
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