¡°Una figura como Rodolfo Hern¨¢ndez responde a una sociedad de hace un siglo¡±
Carolina Jim¨¦nez, polit¨®loga y directora del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Colombia, reflexiona junto a otras voces sobre la movilizaci¨®n del voto de las mujeres en las elecciones presidenciales
Rodolfo Hern¨¢ndez quiere ser presidente de Colombia, un pa¨ªs donde el 89,5% de las mujeres realizan al menos alguna actividad dom¨¦stica o de cuidados por la que no reciben pago y donde la tasa de desempleo de ellas es mayor a la de los hombres: 22,9% frente a 13,8%, seg¨²n la ONU. Hern¨¢ndez, de 77 a?os, no reconoce esas cifras cuando el espacio en el que concibe a las mujeres es, principalmente, una casa. Ignora que casi tres de cada 10 colombianas de 15 a?os y m¨¢s no cuentan con ingresos propios, a diferencia de 1 de cada 10 hombres colombianos. El exalcalde de Bucaramanga olvida que hay una brecha de g¨¦nero enorme que necesita atenci¨®n. Sobre todo la de alguien que aspira a gobernar.
Rodolfo Hern¨¢ndez le pone cuerpo a una forma de pensar de los colombianos que se resiste a cambiar, que no cuestiona que a la mujer se descalifique solo por ser mujer, o que no le ve nada de malo a un discurso violento, que f¨¢cilmente pasa de los insultos a los golpes. Carolina Jim¨¦nez, polit¨®loga y directora del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Colombia, dice que expresiones conservadoras, autoritarias, que siguen situando a la mujer ¨²nicamente en la casa y rezagan su papel exclusivamente al espacio privado, aunque alarmantes, siguen funcionando para ganar r¨¦ditos pol¨ªticos. ¡°No es posible explicar el fen¨®meno Rodolfo Hern¨¢ndez exclusivamente por la dimensi¨®n conservadora de esta sociedad, pero s¨ª es importante. Esos rasgos autoritarios que se mantienen en el pa¨ªs son producto del manejo de la guerra, de la que hasta ahora estamos saliendo, y sobre la que se construye una narrativa que cala¡±, dice Jim¨¦nez.
La acad¨¦mica, sin embargo, duda que haya una respuesta generalizada sobre ese tipo de discursos, gracias a la lucha feminista que ha permitido que el pa¨ªs avance en el reconocimiento de las desigualdades basadas en g¨¦nero. ¡°No es posible situar la Colombia de hoy a la de hace varias d¨¦cadas. Rodolfo es una figura que responde a una sociedad de hace un siglo, que no coincide con el anhelo de cambio¡±, opina. Lo preocupante -dice la polit¨®loga- es que el hombre que est¨¢ legitimando esa visi¨®n ¡°arcaica¡± sobre los roles de g¨¦nero sea alguien que quiere ser jefe de Estado. Pese a los se?alamientos que han despertado sus posturas, Hern¨¢ndez tiene la mayor¨ªa del voto femenino, seg¨²n una encuesta de RCN y realizada por la firma GAD3. Frente al l¨ªder de izquierdas Gustavo Petro alcanza el 55,7% de intenci¨®n de voto frente al 40,1% de su contrincante. Quienes m¨¢s lo votan, son amas de casa, que le dan tambi¨¦n la victoria al exalcalde de Bucaramanga, con un 63%.
Hern¨¢ndez tiene como rival a Petro, el candidato que tiene el respaldo del grueso del movimiento feminista, pero que tambi¨¦n ha patinado con opiniones machistas que le han costado cr¨ªticas. Hace apenas unos meses, en enero, varias renuncias de importantes mujeres de su coalici¨®n pol¨ªtica, el Pacto Hist¨®rico, y sus posiciones sobre asuntos como el aborto se mostraban como un flanco problem¨¢tico. ¡°El feminismo se ha quedado con la vieja izquierda tradicional en la esfera intelectual de la gran ciudad, sin vinculaci¨®n con la poblaci¨®n¡±, dec¨ªa a este diario en septiembre del a?o pasado. Unos meses antes, ?ngela Mar¨ªa Robledo, quien fue su f¨®rmula a la vicepresidencia en las elecciones de 2018, se hab¨ªa alejado de su movimiento porque consideraba que no le daban la voz que merec¨ªa. Petro; sin embargo, y a diferencia de Hern¨¢ndez, ha reconocido que se ha equivocado y ha intentado remediarlo. Nombrar a Francia M¨¢rquez como su f¨®rmula vicepresidencial, una mujer feminista, negra, madre soltera, ha sido uno de los pasos que ha dado para corregir sus errores. Tambi¨¦n lo ha hecho con hechos simb¨®licos, como cuando su hija mayor, Sof¨ªa, le regal¨® un libro, Feminismo para principiantes, y ¨¦l asegur¨® que lo leer¨ªa con gusto. Pero quiz¨¢ el m¨¢ximo hito en ese camino de desaprender lo que parece tan arraigado en la cultura colombiana ha sido su propuesta de crear un ministerio de la Igualdad. Es por las pol¨ªticas de Gobierno con las que los candidatos se miden frente a temas como el feminismo y la b¨²squeda por la igualdad.
No se trata de un grupo de activistas cuestionando cada paso que un hombre da, se trata de una preocupaci¨®n colectiva ante una visi¨®n que reproduce las violencias basadas en g¨¦nero. ¡°Y es ah¨ª donde hay que ver los l¨ªmites que tiene una figura como Rodolfo en la pol¨ªtica. No se trata de atacarlo a ¨¦l como persona, sino de ver qu¨¦ tanto sus ideas no coinciden con el reclamo de gran parte de la sociedad colombiana¡±, se?ala la docente.
Hern¨¢ndez se ha defendido ante cualquier se?alamiento con las cifras de su mandato en la alcald¨ªa de Bucaramanga, donde seg¨²n ¨¦l, el 70% de los cargos fueron ocupados por mujeres. Su f¨®rmula vicepresidencial, una mujer, Marelen Castillo, de 53 a?os, ha salido a su defensa y ha dicho que el candidato es ¡°muy respetuoso¡±. Pero sus posiciones frente a temas determinantes en materia de derechos humanos siembran dudas sobre c¨®mo ser¨ªa un eventual gobierno suyo Hern¨¢ndez ha asegurado en un video que estos d¨ªas se ha vuelto viral que la ley que castiga el feminicidio no sirve para nada y Castillo, que se define ¡°provida¡±, ha anunciado que, de llegar a la vicepresidencia, pedir¨ªa revisar el fallo que despenaliz¨® el aborto hasta la semana 24, desconociendo que legalmente no es posible hacerlo, e instalando un mensaje en contra un de un logro que trasciende a los movimientos feministas y que se enmarca en un tema de salud p¨²blica, como la misma Corte lo ha se?alado.
Ana Cristina Gonz¨¢lez, m¨¦dica y doctora en Bio¨¦tica, pionera del movimiento Causa Justa por el aborto, opina que un candidato como Hern¨¢ndez ¡°simboliza todas las cosas que podr¨ªan amenazar la garant¨ªa de los derechos para las mujeres, el progreso y reconocimiento como ciudadanas plenas. Es un hombre que considera que las mujeres en lo p¨²blico ¡®huelen mal¡¯ y que nuestro lugar es la casa. O sea, la mujer como reproductora de la especie y cuidadora. El hombre como el due?o de lo p¨²blico¡±. Para Gonz¨¢lez, la llegada al Ejecutivo de una persona con ideas retr¨®gradas, como las que ha mostrado en su discurso p¨²blico, son un ¡°cocktail que podr¨ªa erosionar los marcos legales conquistados, que le dar¨ªa licencia a cuanto hombre maltrata a las mujeres porque el presidente es un s¨ªmbolo, un s¨ªmbolo de poder y si ¨¦l nos desprecia, los dem¨¢s ?por qu¨¦ no? Podr¨ªamos retroceder en la conquista de nuestra autonom¨ªa en lo econ¨®mico, en lo pol¨ªtico y en lo reproductivo¡±.
Las mujeres son la mayor fuerza electoral en estos comicios. De cerca de 39 millones de personas habilitadas para votar, al menos 20 millones son mujeres. Por eso es dif¨ªcil comprender c¨®mo un aspirante que quiere ganar la presidencia no piense en este sector de la poblaci¨®n o no de la manera que exige el momento que atraviesa Colombia, con una anhelo de cambio.
Laura Quintana, fil¨®sofa y profesora de la Universidad de Los Andes, est¨¢ segura de que las mujeres pueden tener una voz decisiva en estos comicios y cree necesario entender por qu¨¦ siguen siendo atractivas figuras que responden a patrones culturales que legitiman esa idea del ¡°pap¨¢ que nos trata a veces bien, a veces mal, que nos da garrote y zanahoria, que es poco democr¨¢tico, que obedece a una l¨®gica de cacicazgo, de terrateniente¡±. Quintana opina que ese tipo de expresiones, que en el pasado hemos visto con personajes como ?lvaro Uribe, son ¡°tendencias que est¨¢n incorporadas en las personas, que se acoplan a ellas de manera poco consciente. Nuestros criterios de valoraci¨®n y orientaci¨®n pol¨ªtica responden a formas racistas, mis¨®ginas y patriarcales que est¨¢n arraigadas, tras una larga historia colonial¡±.
El reclamo ante figuras pol¨ªticas como Uribe o Hern¨¢ndez y otros tantos que han estado en el poder en Colombia no es para que respondan exclusivamente a las mujeres de movimientos feministas porque no todas las colombianas se enmarcan dentro de estos, es porque un plan de gobierno debe ofrecer oportunidades para ampliar derechos y no para restringirlos. ¡°Las mujeres tambi¨¦n han asumido el sistema patriarcal y existen feminidades que est¨¢n condicionadas por ello, pero es importante que en el discurso p¨²blico se reconozca que las mujeres somos diversidad y el deseo de libertad y de un proyecto de vida singular de muchas otras¡±, concluye la acad¨¦mica.
?ngel Beccassino, estratega de Hern¨¢ndez, dec¨ªa en una entrevista a este diario que las afirmaciones que tantas cr¨ªticas le han generado obedecen a ¡°una lectura del mundo hecha de manera tradicional¡± y que el 60% de este pa¨ªs era as¨ª, tradicional. Pon¨ªa a Chile como ejemplo de otro lugar igual de godo. Pero aunque una sociedad tenga enquistados los valores que sirvieron para conducirla tantos a?os, la necesidad de cambio puede superar incluso lo que parece parte de la cultura. Para eso Chile tambi¨¦n sirve de ejemplo. Este a?o lleg¨® a liderar su Gobierno un hombre joven, con ideas feministas y un gabinete liderado por mujeres.
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