Epsy Campbell y la idea de una tribu feminista para salvar el planeta
La ex vicepresidenta de Costa Rica cree que las soluciones a la crisis actuales pasan por un concepto de liderazgo m¨¢s femenino que ponga el bien com¨²n por encima de la competencia
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Epsy Campbell (San Jos¨¦, 59 a?os) se niega a pensar que el ser humano tenga metido el chip de la autodestrucci¨®n. Es consciente de los males de un mundo fuertemente polarizado, que sufre los efectos de la pandemia y la guerra en la econom¨ªa y que se enfrenta a una crisis clim¨¢tica sin precedentes. Pero ella mantiene el optimismo y compara la situaci¨®n actual a lo que sienten las mujeres al parir: un dolor intenso, casi insoportable, pero necesario para alumbrar una nueva vida, en este caso una nueva generaci¨®n m¨¢s consciente y en mayor armon¨ªa con el medio ambiente.
Para la ex vicepresidenta de Costa Rica (2018-2022), la soluci¨®n a los problemas actuales pasa por una nueva organizaci¨®n social con un liderazgo feminista que, sin excluir a los hombres, ponga el bien com¨²n por encima de la competencia: ¡°La idea es entender que somos parte de un colectivo y que, o nos salvamos todos, o no se salva nadie. Que realmente tenemos diferentes roles en diferentes momentos, pero desde una l¨®gica de colaboraci¨®n¡±, sostiene. Se lo imagina como una tribu global en la que las mujeres tienen un papel preponderante en la b¨²squeda de soluciones.
¡°Ese liderazgo en clave mujer es el ¨²nico que puede salvar el planeta¡±, dice en una entrevista con Am¨¦rica Futura tras participar en el evento ¡®Muchas Voces, una regi¨®n: Am¨¦rica Latina y el Caribe trabajando en agenda 2030 para el desarrollo sostenible¡¯, organizado por CAF- banco de desarrollo de Am¨¦rica Latina esta semana en Nueva York. Campbell entona sus teor¨ªas en un panel sobre liderazgo como quien cuenta un cuento y recibe elogios especiales de otra de las participantes, la diputada brasile?a ?urea Carolina: ¡°T¨² eres un referente muy especial para nosotras en Brasil, para los movimientos de mujeres negras y la gente que cree que la pol¨ªtica puede tener otra manera de existir y la fotograf¨ªa del poder puede cambiar¡±, le dijo.
La que fuera la primera vicepresidenta negra de Am¨¦rica Latina cree que que mujeres como ella lleguen a posiciones de poder o tengan m¨¢s visibilidad en espacios p¨²blicos ¡ªcomo sucedi¨® recientemente con la elecci¨®n de una actriz negra para interpretar el cl¨¢sico de Disney La Sirenita¡ª ayuda a cambiar el imaginario colectivo, algo especialmente relevante para ni?as pertenecientes a minor¨ªas que pueden so?ar con llegar un d¨ªa ah¨ª tambi¨¦n. ¡°Cuando una construye imaginarios, no s¨®lo es para los excluidos y las excluidas, es para una sociedad que tiene que convencerse que la diversidad es una caracter¨ªstica, que la exclusi¨®n es inaceptable aunque tengamos explicaciones hist¨®ricas y que es posible darle una vida de dignidad a todo el que nace¡±. Por eso, celebra especialmente la llegada de Francia M¨¢rquez a la vicepresidencia de Colombia: ¡°Su triunfo es mi triunfo, como es el triunfo de un mont¨®n de otras mujeres¡±, apunta.
Pregunta. ?Qu¨¦ enfoque diferente pueden aportar las mujeres l¨ªderes?
Respuesta. Venimos de una forma de liderazgo que es competitiva, individualista, depredadora, violenta por definici¨®n y que tiene una l¨®gica de s¨¢lvese quien pueda. Eso se hace en las familias, en las comunidades y en los pa¨ªses. Eso es una forma de poder masculina. Esa forma del ejercicio del poder que parte de que niega el bien com¨²n como el objetivo del poder es masculino y tenemos que superarla si queremos preservarnos como especie y garantizar que el planeta sobreviva con nosotros. Creo que la l¨®gica es transitar a una matriz femenina de poder m¨¢s colaborativa, que tiene que ver con la preservaci¨®n colectiva, que adem¨¢s es m¨¢s compasiva.
Entonces, en tanto que muchas mujeres tuvimos y tuvieron que ir aprendiendo de esa forma fea del poder destructiva, nosotras ahora tenemos algo que ense?ar. Y esa es la l¨®gica de utilizar esta visi¨®n que la entienden muy bien las mam¨¢s. Todas las mam¨¢s tienen como idea la preservaci¨®n de la tribu, de su tribu peque?a. Eso que se despreciaba, eso es lo que tenemos que utilizar como modelo para esa nueva humanidad.
P. ?A usted qui¨¦n le inspir¨®?
R. Yo soy como una activista desde la casa. Yo vengo de una familia de cinco mujeres y dos hombres. Pero hay una l¨ªder del proceso de liberaci¨®n de la esclavizaci¨®n de los Estados Unidos, Harriet Tubman, que a m¨ª me impresionaba much¨ªsimo que lo que ella hac¨ªa para el resto era imposible. Hizo una ruta para salvar gente en un momento donde la ley era que las personas negras y sus descendientes eran esclavas y ella no pens¨® nunca que eso era imposible y fue generando algo que es la l¨®gica de la tribu. Fue siempre en el camino encontrando gentes que apoyaran su misi¨®n de sacar de condiciones de esclavitud a cientos de personas. Y esa ruta no fue solamente con gente negra. Fue con otros que tambi¨¦n estaban en contra de aquella situaci¨®n de injusticia y fueron facilit¨¢ndole ese t¨²nel para la libertad. Personas como ella le dan la idea de que no hay nada imposible hasta que usted no lo intente.
Yo me conecto en esa clave de que es posible transformar el liderazgo. Las mujeres tenemos que creernos el cuento que de verdad la transformaci¨®n pasa por volver a estar en el centro de la organizaci¨®n de la sobrevivencia humana. Yo reconozco que vivimos tiempos muy dif¨ªciles. Pero la ¨²nica respuesta a eso es hacer. Es aprender de las otras. Es buscar a quienes est¨¢n en la sinton¨ªa de uno. Es no buscar los pretextos. Una mirada feminista de construcci¨®n de la nueva humanidad parte por el hecho de que entendamos las alianzas. Y adem¨¢s, el liderazgo de las mujeres, por definici¨®n, nunca va a ser excluyente del de los hombres. Porque nosotras s¨ª reconocemos sin tanto empacho que tenemos hermanos, t¨ªos, parejas, primos... Los hombres quer¨ªan concentrar esta cosa as¨ª y que nadie se meta. La mirada colectiva la tenemos nosotras.
P. Francia M¨¢rquez ha dicho que no cree en lo de romper techos de cristal, que eso es m¨¢s para mujeres como Hillary Clinton, asociando ese concepto a un feminismo blanco. Pero ver a mujeres como ustedes en posiciones de poder inspira a muchas. ?Qu¨¦ siente usted al ver que otras llegan, que cada vez son m¨¢s?
R. Bueno, se siente de lo m¨¢s bien. Cuando gan¨® Francia, que es una mujer con la que yo ya ten¨ªa relaci¨®n de intercambio, dec¨ªa: ¡°Yo quiero estar ah¨ª¡±. Su triunfo es mi triunfo, como es el triunfo de un mont¨®n de otras mujeres. Hay una parte que es el cambio de imaginarios. ?Por qu¨¦ las mujeres nos sent¨ªamos tan lejanas del poder? Todav¨ªa hoy usted ve las reuniones de la Uni¨®n Europea y ve a los l¨ªderes y hasta da pereza a estas alturas del partido que las mujeres sigan siendo una excepci¨®n. Quiere decir que estamos todav¨ªa atr¨¢s. Pero conforme usted vaya viendo im¨¢genes de mujeres, las criaturas m¨¢s peque?as ven que no era tan imposible. Porque antes de llegar a cualquier cosa, una se lo imagina. Pero hay millones de criaturas que no han tenido la posibilidad de tener esa idea porque el colectivo les dice: ¡°Ustedes no pueden llegar ah¨ª¡±.
Hemos ido interrumpiendo esos imaginarios de la exclusi¨®n, pero tiene que convertirse en com¨²n, no en extraordinario. Cada vez que hay una m¨¢s, estamos acerc¨¢ndonos a que sea una cosa super com¨²n en el futuro, espero que no muy lejano. Y que si usted es una ni?a negra, pueda decir: yo quiero ser presidenta o artista, cient¨ªfica o quiero ir a la Luna, lo que me d¨¦ la gana. Francia seguir¨¢ inspirando a much¨ªsima gente y nosotras tenemos que acompa?arla en todo su proceso porque ya no se vale ser la excepci¨®n, no se vale que usted inspire, queremos que muchas inspiren. La l¨®gica es cambiar esa fotograf¨ªa para convertirla en una que se parezca a la humanidad. Al igual que procuramos preservar la biodiversidad, ?c¨®mo es que no hacemos todo para darle un lugar a esa diversidad humana en condiciones de dignidad para todos?
P. Pese a todos los problemas, la siento optimista. ?Tiene esperanza de un cambio de mentalidad en la nueva generaci¨®n?
R. Yo llamo a esa generaci¨®n la generaci¨®n de la luz. Porque yo estoy cada vez m¨¢s convencida de que tienen posibilidad de mirar el pasado y aquilatar cosas buenas del pasado. Pero es una generaci¨®n m¨¢s compasiva. Hace 20 a?os, ninguno de ustedes me hubiera hecho esta entrevista que usted me est¨¢ haciendo. Esto forma parte de un nuevo momento de la humanidad, y yo creo que eso es un movimiento de crecimiento. Igual, como nos dicen, est¨¢ creciendo el conservadurismo. Yo digo que otras partes tambi¨¦n est¨¢n creciendo. M¨¢s gente diferente de la que pudo celebrar conmigo cuando gan¨¦ la elecci¨®n, celebr¨® cuando lleg¨® Francia. No hab¨ªa que ser negra para celebrar. Eso quiere decir que hay algo m¨¢s.
Para m¨ª, el asesinato de George Floyd fue un viraje de la humanidad. Black Lives Matter era un movimiento de gente gritando por la vida de la gente negra, pero que no se inici¨® en 2015. Usted escucha los discursos de Malcolm X de los 60 o de Marcus Garvey en 1920 hablando de la brutalidad policial. Pero era siempre la gente negra hablando de eso. Cuando yo empec¨¦ a ver las manifestaciones a nivel global de gente que le import¨® un ser humano y dijo: ¡®Basta ya¡¯, tambi¨¦n era una manifestaci¨®n de que estamos en otro tiempo. No solo Bolsonaro es una manifestaci¨®n de que el conservadurismo vive. En mi pa¨ªs, el presidente invit¨® a los presidentes de los supremos poderes para firmar un manifiesto contra el asesinato de George Floyd. Incluso nosotros, que tenemos una relaci¨®n con Estados Unidos tan dependiente en Am¨¦rica Latina, condenamos el asesinato en manos de la polic¨ªa. El presidente en ese entonces ten¨ªa 40 a?os. Representaba otra generaci¨®n.
Yo miro cada vez a m¨¢s mujeres, por ejemplo, preocupadas por los temas del racismo sist¨¦mico, preocupadas por los temas de la homofobia, la transfobia, de la discriminaci¨®n por razones de orientaci¨®n sexual. Y no tiene que ser uno de ese grupo. Yo veo cada vez m¨¢s hombres j¨®venes preocupados por los derechos de las mujeres. No es un invento m¨ªo. Hay evidencia emp¨ªrica de que eso que est¨¢ sucediendo. Yo pienso que ese es el germen de la transformaci¨®n.
P. No puedo dejar de preguntarle por la situaci¨®n dif¨ªcil de su regi¨®n, Centroam¨¦rica: la crisis de Nicaragua, el autoritarismo creciente en El Salvador...
R. No¡ Centroam¨¦rica...
P. Y Guatemala, con ataques a la independencia judicial, periodistas...
R. La situaci¨®n de Centroam¨¦rica a m¨ª me da dolor. Yo creo que ni la d¨¦cada de los 80 estuvo m¨¢s mal que ahora. La exclusi¨®n sistem¨¢tica pas¨® de una guerra a otra guerra. Y lo peor es que al mundo parece que no le importa Centroam¨¦rica. Los niveles de impotencia que una puede sentir cuando mira lo que pasa en El Salvador, en Nicaragua, la cantidad de gente salvadore?a que se va a Costa Rica ahora. Los que eran activistas porque no pueden estar ah¨ª, porque hoy no hay derecho a tener opini¨®n diferente. En Honduras, la situaci¨®n es tremenda para la mayor¨ªa de personas. S¨ª, estamos en una crisis de verdad y yo espero que podamos un grupo de mujeres centroamericanas pensar en colectivo qu¨¦ es lo que se puede hacer en Centroam¨¦rica, porque es muy desesperanzador, es mucho dolor. La situaci¨®n requiere de un acto de emergencia total.
No s¨¦ cu¨¢l es la salida, pero s¨ª pienso que tenemos que pensarlo en clave m¨¢s mujer, porque la l¨®gica de los acuerdos de paz no funciona. Es el gran desaf¨ªo que tenemos hoy, porque es un desaf¨ªo de exclusi¨®n econ¨®mica, democr¨¢tica, de sobrevivencia humana y de dignidad. Realmente tenemos que meterle cabeza y energ¨ªa a Centroam¨¦rica porque la situaci¨®n es dram¨¢tica.