Energ¨ªas renovadas para una regi¨®n soluci¨®n
La transici¨®n energ¨¦tica tambi¨¦n debe ser justa y aportar en el cierre de brechas de acceso y calidad de energ¨ªa que se mantienen en la regi¨®n
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A lo largo de la historia, la humanidad ha pasado por distintas transiciones energ¨¦ticas. De la biomasa al carb¨®n, del carb¨®n al petr¨®leo y otros combustibles, en una b¨²squeda impulsada por energ¨ªas cada vez m¨¢s eficientes y poderosas. Actualmente nos encontramos frente a un hito hist¨®rico. Por primera vez somos part¨ªcipes de una transici¨®n energ¨¦tica con un objetivo distinto: reducir emisiones de gases de efecto invernadero y frenar el cambio clim¨¢tico.
El sistema de desarrollo econ¨®mico actual no es sostenible. Entre los sectores contaminantes, el consumo de energi?a es el principal responsable de las emisiones y se calcula que, al ritmo actual, en 28 a?os la temperatura del planeta habr¨¢ superado los 2 grados sobre los niveles preindustriales, algo que tendr¨¢ consecuencias catastr¨®ficas (como la erosi¨®n de las costas y desastres naturales m¨¢s intensos y frecuentes). Si bien Am¨¦rica Latina y el Caribe contribuye con solo el 11% de estas emisiones, no hay duda de su alta vulnerabilidad clim¨¢tica.
La transicio?n energe?tica tiene una motivacio?n medioambiental, pero tambie?n econo?mica. En 2004 CAF -banco de desarrollo de Am¨¦rica Latina y el Caribe- public¨® su primer Reporte de Econom¨ªa y Desarrollo (RED) que buscaba responder la pregunta de c¨®mo podr¨ªa Am¨¦rica Latina y el Caribe superar la brecha de crecimiento. Hoy, 20 a?os despu¨¦s, nos seguimos haciendo la misma pregunta, pero con una notable diferencia: ?c¨®mo puede crecer nuestra regi¨®n sin generar m¨¢s emisiones?
El nuevo reporte RED de CAF nos lleva por el camino de las oportunidades para la regi¨®n, por ejemplo, para generar energi?a limpia y atraer inversio?n extranjera, en lo que t¨¦cnicamente se conoce como powershoring.
Las energ¨ªas renovables como la solar, la e¨®lica y la geotermia tienen un gran potencial en varios pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe. Se calcula que con el pipeline de proyectos actual, la capacidad e¨®lica y solar a gran escala de la regi¨®n puede aumentar en m¨¢s del 460% para 2030. Adem¨¢s, alrededor del 60% de la electricidad de la regi¨®n proviene de energ¨ªas renovables, el doble de la media mundial. Brasil, M¨¦xico, Chile y Argentina, por ejemplo, son grandes productores de energ¨ªa e¨®lica, y la regi¨®n tambi¨¦n est¨¢ bien posicionada para producir biocombustibles e hidr¨®geno verde.
La abundancia de minerales y fuentes de energ¨ªas alternativas es otra condicio?n favorable para posicionarnos a nivel global. Los minerales de transici¨®n como el litio, el n¨ªquel y el cobre (todos abundantes en la regi¨®n) son fundamentales para producir bater¨ªas, autos el¨¦ctricos, fuentes de generaci¨®n solar, e¨®lica, geotermal o hidroel¨¦ctrica.
Existe otro factor que puede convertir a la transici¨®n energ¨¦tica en un activo global de la regi¨®n. El sector energ¨¦tico tiene un mayor aporte al valor agregado en Am¨¦rica Latina y el Caribe (4,6%) que en la OCDE (2,5%). Estos n¨²meros esconden, sin embargo, una gran heterogeneidad: en Trinidad y Tobago, Bolivia y Venezuela, por ejemplo, los sectores energ¨¦ticos representan el 18%, 17% y 12% del valor agregado, respectivamente, mientras que en Hait¨ª o Rep¨²blica Dominicana, su contribuci¨®n es inferior al 1 %.
Cada pai?s experimentara? la transicio?n energe?tica a su propio ritmo en funcio?n de su realidad, y deber¨¢ elegir su velocidad, intensidad y estrategia de acuerdo con sus caracter¨ªsticas. Este proceso requerir¨¢ de los esfuerzos de los Gobiernos, de los organismos multilaterales y de las personas y empresas para adecuar sus h¨¢bitos a la nueva realidad. Ser¨¢ un camino retador que demandar¨¢ acciones audaces y un m¨²sculo financiero s¨®lido que respalde las acciones a desplegar. El sistema financiero y, en especial, la banca de desarrollo, debe ser un aliado fundamental para este prop¨®sito.
Am¨¦rica Latina y el Caribe debe aprovechar la transici¨®n energ¨¦tica para reducir las desigualdades. A pesar de algunos avances, seguimos siendo la regi¨®n m¨¢s desigual del mundo. La transici¨®n energ¨¦tica, por tanto, tambi¨¦n debe ser justa y aportar en el cierre de brechas de acceso y calidad de energ¨ªa que se mantienen en la regi¨®n. Este concepto implica justicia entre pa¨ªses (reconociendo las responsabilidades hist¨®ricas de cada uno en las emisiones acumuladas) y justicia entre ciudadanos de un mismo pa¨ªs, para que los costos de la transici¨®n energ¨¦tica no recaigan sobre las poblaciones m¨¢s vulnerables.
El amplio acceso a energ¨ªa limpia en Am¨¦rica Latina y el Caribe puede ser un factor determinante de la localizaci¨®n y producci¨®n de las empresas. Adem¨¢s, los empleos verdes pagan mayores salarios y demandan m¨¢s habilidades y una mayor intensidad de tareas abstractas. Pero para aprovechar estas oportunidades, deben existir alternativas para aliviar el costo para las personas que pierdan su empleo y favorezcan su reasignaci¨®n a nuevos trabajos.
Albert Einstein reconoc¨ªa que ¡°hay una fuerza motriz m¨¢s poderosa que el vapor, la electricidad y la energ¨ªa at¨®mica: la voluntad¡±. Am¨¦rica Latina y el Caribe es una regi¨®n con mucho potencial para aportar soluciones a los retos globales, pero si queremos tener una mayor incidencia global y generar mayor bienestar para nuestros ciudadanos, debemos impulsar todas las voluntades y tomarnos en serio el cambio de paradigma al que se encaminan las econom¨ªas modernas, sin olvidar de la reducci¨®n de la pobreza ni del aumento de la productividad, dos de nuestras tareas hist¨®ricas m¨¢s importantes.
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