Doce horas en la mina para extraer todo el oro posible: ascender a costa de la salud y el planeta
Con turnos intensos de hasta 15 d¨ªas seguidos y pagos inestables, cientos de trabajadores bolivianos se sacrifican a s¨ª mismos y el medioambiente para ser socios de las cooperativas mineras, seg¨²n revela en una investigaci¨®n

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Carlos Huanca, minero boliviano de casi 30 a?os, tiene ocupada su mente desde hace meses con una publicaci¨®n en el Marketplace de Facebook. ¡°En venta una acci¨®n minera aur¨ªfera (¡) 10.500 d¨®lares o permuto por movilidad de taxi¡±, dice el post. Huanca tiene m¨¢s de 10 a?os de experiencia en la extracci¨®n de oro y ha estado en tres cooperativas, pero su situaci¨®n no ha cambiado significativamente: extraer la mayor cantidad de oro posible durante turnos de hasta 12 horas para incrementar su paga diaria. Dinero que ahorra, como decenas de cientos de jornaleros iguales que ¨¦l, para dejar de ser mano de obra flotante y convertirse en socios accionarios de una de las varias empresas mineras establecidas en los Yungas. Pese a que esta zona tropical de la ciudad de La Paz ha sido hist¨®ricamente una regi¨®n destinada a la agricultura, ha sucumbido en las ¨²ltimas d¨¦cadas a la fiebre del oro.
¡°Cuando eres jornalero, est¨¢s obligado a trabajar dentro de la mina, en el interior del socav¨®n y los t¨²neles (¡) Tienes que trabajar todos los d¨ªas sin fallar; si no, te dicen: ¡®Te vas a ir¡¯. Pero cuando eres socio, est¨¢s mejor: cada uno asume su propia responsabilidad y se cuida tambi¨¦n de los accidentes¡±, comenta Huanca, un nombre ficticio que ha pedido que se le asigne por temor a represalias. Es uno de los testimonios que recupera el investigador Fernando Alcons en su art¨ªculo cient¨ªfico Extractivismo aur¨ªfero y organizaci¨®n del trabajo: din¨¢micas territoriales en la miner¨ªa aur¨ªfera cooperativizada en Los Yungas, Bolivia, publicado a finales de 2024. En ¨¦l, a trav¨¦s de entrevistas y trabajo de campo, describe c¨®mo los jornaleros ¡ªtrabajadores que reciben un salario por hora o d¨ªa, y el estrato m¨¢s bajo en la cadena de trabajo de la miner¨ªa¡ª explotan la mina hasta por 15 d¨ªas consecutivos con el objetivo de escalar en la jerarqu¨ªa laboral de la cooperativa. En el camino del sacrificio no solo queda el desgaste del entorno ambiental, sino tambi¨¦n el de la fuerza de trabajo.
Alcons se sorprendi¨® con lo que encontr¨® durante uno de sus viajes a la comunidad de Palca, en La Paz, ciudad donde se concentran el 75% de las cooperativas mineras del pa¨ªs, para su tesis de maestr¨ªa en Desarrollo Social. Los que antes hab¨ªan sido sembradores de papa, chu?o, c¨ªtricos y hoja de coca eran ahora en su mayor¨ªa mineros. ¡°Son la extensi¨®n del boom por el oro que ya est¨¢ penetrando en las din¨¢micas familiares campesinas¡±, cuenta el investigador por tel¨¦fono. El precio del mineral ha pasado de 250 d¨®lares por onza troy (poco m¨¢s de 31 gramos) a principios de siglo, a 1.800 en 2022. Ese a?o fue adem¨¢s el principal material de exportaci¨®n del pa¨ªs. El alza de su cotizaci¨®n no solo se refleja en Bolivia en las 2.300 cooperativas mineras y sus 130.000 socios, seg¨²n cifras del Viceministerio de Cooperativas Mineras, sino tambi¨¦n en la expansi¨®n de la actividad a zonas anteriormente inexploradas, interviniendo sus r¨ªos y laderas de los valles.
Afecciones ambientales y humanas
El impacto medioambiental, que ya detalla el autor en una publicaci¨®n anterior, se traduce en la degradaci¨®n del h¨¢bitat alrededor de los r¨ªos donde se extrae el oro, en la conocida como miner¨ªa aluvial. Las aguas de los caudales se enturbian despu¨¦s de que los obreros remueven grandes cantidades de tierra y barro para obtener el mineral, adem¨¢s de la deforestaci¨®n de los bosques, que se cuenta en miles de hect¨¢reas. Sin embargo, en esta investigaci¨®n, Alcons ha querido concentrar sus estudios en el desgaste f¨ªsico de los mismos actores involucrados en la extracci¨®n de recursos naturales. ¡°En las cooperativas m¨¢s consolidadas a veces no se llega ni a las ocho horas, pero cuando el campamento inicia las operaciones o cuando el jornalero quiere demostrar que desea quedarse en la cooperativa, se autoexige mucho m¨¢s de ocho horas. Se quedan 15 d¨ªas en la mina y, en algunos casos, en condiciones precarias, llev¨¢ndose latas de comida¡±.

Las cooperativas de la regi¨®n usan un sistema de pago para los jornaleros fluctuante e incierto, lo que les a?ade presi¨®n. La remuneraci¨®n es muy variable de acuerdo con la estabilidad y proyecci¨®n de la empresa, pero oscila entre los 400 y 700 bolivianos (entre 58 y 100 d¨®lares aproximadamente) por d¨ªa ¡°en una buena racha¡±, como explica el investigador. Sin embargo, existen temporadas en las que la extracci¨®n del mineral es m¨ªnima y el desgaste f¨ªsico es el mismo. ¡°Cuando el pago es por porcentaje, hay veces que el d¨ªa [la extracci¨®n de oro] es un fracaso; hay otras veces que s¨ª hay. Cuando hay poco, poco te dan [pagan]¡±, cuenta uno de los mineros entrevistados para la pesquisa, Ramiro Huayta, de 27 a?os.
El ansia de ser socio
La exigencia laboral autoimpuesta por los jornaleros no solo tiene que ver con asegurar un ingreso, sino tambi¨¦n con quedar bien con los socios de la cooperativa para ser considerados en nuevas convocatorias o ser bien recibidos como potenciales accionistas. Escalar a ese rango les permitir¨ªa un ingreso monetario fijo por mes y acceder a puestos que conlleven menor riesgo para su integridad f¨ªsica, como las ¨²ltimas etapas de extracci¨®n y purificaci¨®n del mineral. En las empresas m¨¢s consolidadas, el n¨²mero de socios puede ascender hasta 50, mientras que los jornaleros llegan a ser 125.
La proliferaci¨®n de la miner¨ªa artesanal y a peque?a escala, concentrada en el Sur Global, ha sido acompa?ada por una legislaci¨®n estatal boliviana que la fomenta y promueve. ¡°La ley les da ciertas facilidades porque la miner¨ªa aur¨ªfera se sustenta en el cooperativismo y hay mucha normativa que fomenta la autoorganizaci¨®n, la autodeterminaci¨®n de personas que, por motivos socioecon¨®micos, se agrupan y realizan actividades econ¨®micas¡±, cuenta Alcons. El discurso del actual Gobierno de Bolivia de empoderar a las poblaciones de bajos recursos y del entorno rural se alinea con el sistema minero aur¨ªfero, que, adem¨¢s de contribuir a la econom¨ªa regional a trav¨¦s del pago de patentes y regal¨ªas, ofrece empleo a quienes carecen de otras opciones y necesitan trabajar para subsistir.
El problema surge cuando los representantes de las cooperativas se aprovechan de este lazo con el Gobierno para reproducir la actividad minera en ¨¢reas protegidas. Asociaciones como la Federaci¨®n Regional de Cooperativas Mineras Aur¨ªferas del Norte de La Paz presionan al Estado para conseguir permisos para explorar parques naturales. ¡°En agosto del a?o pasado varios dirigentes presionaron a autoridades para que se aprobaran licencias. Es solo la punta del iceberg de una serie de negociaciones que tienen con altos cargos pol¨ªticos, de las que han salido modificaciones en los planes de protecci¨®n de las reservas del Madidi o Cotapata¡±, asegura Alcons.
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Comunarios del Parque Nacional Madidi y la naci¨®n Tacana ya denunciaron que algunas cooperativas no esperaron a que se aprobaran estas normas y operan en sus zonas. ¡°Ya est¨¢n operando, con enfrentamientos en ocasiones¡±, reconoce el investigador. ¡°Los actores locales lo est¨¢n denunciando, pero no tienen la visibilidad necesaria para que se haga p¨²blico¡±.
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