El asesinato de un l¨ªder ind¨ªgena aviva el debate sobre la miner¨ªa en zonas protegidas de Bolivia

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La ambici¨®n por la nueva fiebre del oro es desmedida en Bolivia. El cuerpo desfigurado del l¨ªder ind¨ªgena y defensor medioambiental Francisco Marupa, de 66 a?os, fue encontrado el pasado viernes en el ¨¢rea protegida Madidi, al norte de la ciudad de La Paz. Los representantes de la naci¨®n nativa leco, a la que pertenec¨ªa el fallecido, y varias organizaciones ind¨ªgenas coinciden en se?alar como responsables a los operadores de la miner¨ªa ilegal, en su intento de ingresar a explotar zonas prohibidas. Mientras el Estado asegura que el homicidio fue por ¡°un altercado personal¡±, los jefes originarios insisten en que no es un caso aislado, sino un episodio m¨¢s que se suma a amedrentamientos, quema de sus casas y avasallamiento de terrenos que sufren desde al menos seis a?os.

¡°Es un s¨ªntoma de un mal mucho m¨¢s grande. El otro d¨ªa hac¨ªamos el recorrido habitual del r¨ªo con otras mancomunidades y no pudimos terminarlo porque los mineros trancaron el paso. No nos dejaron pasar, lo que quiere decir que no se puede transitar libremente en Bolivia porque los mineros han tomado ciertas ¨¢reas. Hemos perdido la soberan¨ªa de nuestra propia tierra¡±, cuenta la ind¨ªgena uchupiamona Ruth Alipaz, tambi¨¦n vocera de la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Ind¨ªgenas Originarios Campesinos y ?reas Protegidas (Contiocap). Alipaz recuerda especialmente la toma agresiva con ¡°dinamita, armas de fuego y retroexcavadoras¡± en 2022 de la comunidad Chushuara, en el municipio de Apolo, el mismo donde fue asesinado Marupa. ¡°Nos dec¨ªan: aqu¨ª nadie puede venir, ni el presidente¡±.

Mauricio Terrazas, miembro del pueblo takana y de la Coordinadora Central de Pueblos Ind¨ªgenas de La Paz (Cpilap), asegura que, por denunciar actividad minera ilegal en el r¨ªo Tequeje, fue amenazado de muerte y le quemaron su platanal el 2024. ¡°Esto est¨¢ pasando desde hace muchos a?os (¡­) Desde Cpilap insistimos en que existe un autor intelectual en la muerte del compa?ero Marupa. Descartamos la versi¨®n del Gobierno de que sean problemas personales, porque su asesino solo fue un enviado¡±, sostiene quien ayud¨® en el levantamiento del cad¨¢ver del dirigente leco. Son todas acusaciones concentradas en la zona tropical de La Paz, donde en los ¨²ltimos 10 a?os se han multiplicado los asentamientos mineros a causa de su riqueza aur¨ªfera. El oro se ha vuelto un mineral muy codiciado. Su precio ha subido de 250 d¨®lares por onza troy (poco m¨¢s de 31 gramos) a principios de siglo, a 1.800 en 2022; adem¨¢s, ese a?o fue el principal material de exportaci¨®n del pa¨ªs.

Extractivismo en parques naturales

A pesar de que existe un ¨®rgano p¨²blico encargado de administrar y conceder permisos para la explotaci¨®n minera, la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera, hay zonas, como los parques naturales, donde su actividad est¨¢ prohibida. Sin embargo, las presiones de las cooperativas mineras, con gran poder de influencia en el Gobierno, son cada vez mayores para habilitar nuevas regiones donde se permite la extracci¨®n. El guardaparques Hugo Santa Cruz dijo haber sido amenazado de muerte por denunciar p¨²blicamente esta pr¨¢ctica en el Madidi, en un caso que lleg¨® hasta los tribunales.

Con o sin autorizaci¨®n, tanto Terrazas como Alipaz aseguran que ya existe explotaci¨®n aur¨ªfera en el Madidi, un parque natural de cerca de 19.000 kil¨®metros cuadrados y poseedor de la mayor diversidad de anfibios de Am¨¦rica. ¡°Cuando llevamos el cuerpo hasta la Polic¨ªa, nos encontramos a tres personas lavando oro de manera artesanal¡±, cuenta Terrazas. A Marupa se lo recuerda como un longevo protector de este colosal parque natural. ¡°No solo mataron a un ind¨ªgena leco, tambi¨¦n mataron a un defensor de la naturaleza, de nuestra madre tierra¡±, aclara el capit¨¢n grande de la Central Ind¨ªgena del Pueblo Leco de Apolo (Cipla).

El deceso de Marupa caus¨® conmoci¨®n en el pa¨ªs, llevando al presidente Luis Arce a pronunciarse. La Uni¨®n Europea tambi¨¦n conden¨® el caso en un comunicado que expresaba que ¡°la violencia, el despojo de tierras y la expansi¨®n de actividades ilegales en parques nacionales atentan contra la vida, la seguridad y los derechos de las personas¡±.

El cuerpo de Marupa fue encontrado a unos 200 metros de su parcela, a orillas del r¨ªo Hondo, un caudal con riqueza aur¨ªfera. Los resultados de la autopsia, a la que tuvo acceso este medio, concluyen que la causa de muerte fue ¡°traumatismo craneoencef¨¢lico¡±, luego de varios golpes en la cabeza con un objeto contundente. ¡°Su muerte tiene que ver netamente con aquellos que quieren despojarnos de nuestro territorio y aprovecharse de nuestros recursos. Es lo siguiente en la escalada de violencia que estamos sufriendo: han estado pegando a los hermanos, les cierran el paso a sus chacos, les queman sus casas y les roban sus herramientas¡±, advierte Guti¨¦rrez.

Cabos sueltos con el acusado

Los comunarios de Apolo encontraron el cuerpo de Marupa el viernes, despu¨¦s de estar desaparecido tres d¨ªas. Pocas horas despu¨¦s, ellos mismos hallaron r¨ªo arriba al presunto autor, una persona de la etnia chiman¨¦ de 20 a?os, que est¨¢ en detenci¨®n preventiva desde el martes. ¡°Me enviaron a matarlo¡±, justific¨® el hombre, seg¨²n recoge la Agencia de Noticias Fides. No obstante, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, sustenta otra versi¨®n: ¡°Reconoci¨® ser el autor del asesinato porque ten¨ªa problemas personales con la v¨ªctima, por lo que se descarta muerte por ajuste de cuentas, temas territoriales o miner¨ªa ilegal, como se especul¨®¡±, public¨® en su cuenta de Facebook el domingo. El comandante departamental de la Polic¨ªa de La Paz, Gunther Agudo, respald¨® esta interpretaci¨®n el martes en conferencia de prensa.

Las declaraciones resultaron ofensivas para las asociaciones ind¨ªgenas, quienes insisten en que los responsables reales son los peticionarios de concesiones de las mineras y que el aprehendido es solo un enviado. Para el capit¨¢n grande leco, las palabras del ministro son ¡°una pu?alada sobre la herida abierta¡±. ¡°Son declaraciones aberrantes y falsas, sostuvo. ¡°Pedimos p¨²blicamente que el se?or ministro pida disculpas al pueblo leco por los familiares de la v¨ªctima que est¨¢n sufriendo y rectifique esa manifestaci¨®n¡±. Desde la Cpilap tambi¨¦n descartan la versi¨®n del Estado.

Para la uchupiamona Alipaz, hay muchos cabos sueltos detr¨¢s de la detenci¨®n del presunto asesino. Defiende que sea un sospechoso, pero al mismo tiempo cree que no recibi¨® un proceso justo porque ¡°apenas habla espa?ol¡± y no declar¨® con la presencia de su abogado defensor. ¡°No hay garant¨ªas de que sus declaraciones se hayan desarrollado sin presi¨®n. Estos avasallamientos violentos de la miner¨ªa tienen en com¨²n el mismo prop¨®sito: enfrentarnos a los pueblos y comunidades entre s¨ª para que despu¨¦s haya este tipo de violencia e incriminarnos¡±, opina la vocera.

En 2022, el ind¨ªgena takana Miguel Supa fue detenido como supuesto responsable de la toma violenta de Chushuara, a pesar de ser un jornalero (la escala m¨¢s baja en la producci¨®n minera, que recibe pago por d¨ªa o jornada) y no tener acceso a una defensa legal. Fue liberado despu¨¦s de pasar seis meses en la c¨¢rcel y que se demostrara su inocencia. Para que no se repita un suceso similar con el caso Marupa, la comunidad internacional que apoya las luchas ind¨ªgenas tiene puesta su mirada en el caso. Mientras se esclarece si su muerte tiene que ver o no con la miner¨ªa ilegal, Terrazas, quien vivi¨® de cerca la consternaci¨®n de los lecos por la muerte de uno de sus l¨ªderes, tiene claro lo que est¨¢ haciendo la fiebre de oro en su entorno: ¡°La gente est¨¢ cambiando, el modo de vida en la selva se est¨¢ transformando, la forma de relacionarnos¡±.