Uruguay se estrella con sus recetas de seguridad y no logra reducir los homicidios
La intervenci¨®n policial, el incremento de las penas y el r¨¦cord de encarcelamientos no han revertido la tasa de asesinatos en el pa¨ªs sudamericano, que duplica el promedio mundial
Como ocurri¨® en 2019, el estado de la seguridad p¨²blica vuelve a ocupar el centro de la campa?a electoral de Uruguay, que el 30 de junio celebrar¨¢ sus primarias para definir qui¨¦nes competir¨¢n por la presidencia en octubre. Como entonces, la atenci¨®n est¨¢ puesta en los homicidios, que escalaron tras la pandemia y llegaron a ser 382 en 2023, una cifra dif¨ªcil de digerir para un pa¨ªs de apenas 3,4 millones de habitantes que en general exhibe altos niveles de desarrollo humano. Con una tasa de 11,2 homicidios cada 100.000 habitantes, la situaci¨®n de Uruguay no est¨¢ entre las m¨¢s cr¨ªticas de Am¨¦rica Latina, pero duplica el promedio mundial y se aleja de la tasa registrada por ejemplo en Chile ?¨D4,5 cada 100.000¨D, con el que a menudo se compara. La seguridad p¨²blica aparece como la principal preocupaci¨®n para el 49% de los uruguayos, seg¨²n revel¨® recientemente la consultora Factum.
¡°La Organizaci¨®n Mundial de la Salud establece el umbral de 10 homicidios cada 100.000 habitantes como una tasa a partir de la cual el fen¨®meno es epid¨¦mico. En Uruguay ya estamos por encima de eso, lo que implica el riesgo de que la situaci¨®n se descontrole y tengamos una evoluci¨®n negativa¡±, dice a EL PAIS Emiliano Rojido, soci¨®logo e investigador sobre violencia, criminalidad y pol¨ªticas p¨²blicas. La situaci¨®n no es nueva: un estudio basado en datos oficiales del que Rojido es coautor se?ala que la tasa de Uruguay aument¨® un 37% entre 2012 y 2022, al pasar de 7,8 a 10,7 homicidios por cada 100.000 habitantes, con oscilaciones significativas en ese intervalo. El pico se produjo en 2018 con 421 cr¨ªmenes, en 2021 ?¨Dpandemia mediante?¨D bajaron a 306, pero treparon a 383 en 2022 y al a?o siguiente se registr¨® uno menos.
El in crescendo de todos los delitos ¨Dhomicidios, hurtos, rapi?as¨D registrado a partir de 2012 coincide parad¨®jicamente con el repunte que experiment¨® la econom¨ªa uruguaya durante los gobiernos del izquierdista Frente Amplio (FA), seg¨²n analiza el polit¨®logo Diego Sanjurjo, actual coordinador de Estrategias de seguridad integrales y preventivas del Ministerio del Interior. ¡°Cuando mejora la econom¨ªa, baja la pobreza y aumenta la riqueza, crecen todos los mercados, tambi¨¦n los ilegales. Eso pas¨® en toda Am¨¦rica Latina¡±, se?ala el especialista a EL PAIS. Entre otros, creci¨® el mercado ilegal de estupefacientes y el narcotr¨¢fico, con lo que eso puede acarrear en t¨¦rminos de violencia. ¡°En pa¨ªses como Alemania, Francia, Espa?a, que crecieron mucho m¨¢s que los latinoamericanos, tuvieron la inteligencia y la capacidad de implementar una cantidad de pol¨ªticas que hicieron que la marginalidad disminuyera¡±, explica.
Montevideo concentr¨® el 55% de los homicidios registrados en 2023: 210 de un total de 382, que ocurrieron sobre todo en los barrios m¨¢s pobres del noreste de la capital; la mayor¨ªa de las v¨ªctimas ten¨ªa entre 18 y 37 a?os. Y de acuerdo con la clasificaci¨®n oficial, el ¡°ajuste de cuentas¡± y el ¡°conflicto entre criminales¡± motivaron el 50% de esas muertes. ¡°El crecimiento de la violencia homicida ha estado muy asociada a din¨¢micas del incremento de los mercados ilegales, particularmente el de drogas, aunque no solo¡±, sostiene Rafael Paternain, soci¨®logo y exdirector del Observatorio de Violencia y Criminalidad durante el primer gobierno del FA (2005-2010). ¡°La violencia en Uruguay se ha vuelto muy territorial¡±, contin¨²a el experto, ¡°ha tenido una especie de maduraci¨®n y enclave en lugares espec¨ªficos, generalmente espacios urbanos de alta precariedad socioecon¨®mica, pero tambi¨¦n se ha expandido a otras zonas del pa¨ªs¡±.
En plena campa?a electoral, la coalici¨®n gobernante de centroderecha destaca que durante esta administraci¨®n bajaron sensiblemente las denuncias de rapi?as, hurtos y abigeato, con respecto a 2019. Disminuyeron un 27%, 19% y 50%, respectivamente, seg¨²n los datos difundidos. ¡°No hemos podido con los homicidios¡±, reconoc¨ªa recientemente el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, que asumi¨® el cargo en 2020 con el compromiso de revertir este flagelo que golpea especialmente a j¨®venes en una poblaci¨®n envejecida como la uruguaya. Para Sanjurjo, actual asesor del Gobierno, el pa¨ªs necesita que sus pol¨ªticas de seguridad se modernicen, aborden el delito como un fen¨®meno multicausal y den respuestas de manera interinstitucional. ¡°Eso est¨¢ en pa?ales¡±, acota.
En la ¨²ltimas dos d¨¦cadas, la poblaci¨®n carcelaria se ha triplicado en Uruguay: pas¨® de 5.000 reclusos a casi 15.000. El pa¨ªs tiene la tasa de encarcelamiento m¨¢s alta de Am¨¦rica del Sur y se ubica en el puesto 12 a escala mundial. La reincidencia, en tanto, alcanza el 70%. Para combatir el delito, el actual gobierno mantuvo grosso modo la f¨®rmula impulsada por los gobiernos de izquierda: control policial, aumento de penas y encarcelamiento, cuyos resultados ¨Den lo concerniente a homicidios¨D est¨¢n a la vista. ¡°Es exactamente lo mismo, pero en una versi¨®n empeorada¡±, opina Paternain, para quien en este periodo se retrocedi¨® en los intentos por modernizar a la polic¨ªa. Coincide con Sanjurjo en que ¡°pensar preventivamente¡± deber¨ªa ocupar el centro de la agenda: ¡°Una pol¨ªtica de seguridad es una pol¨ªtica de integraci¨®n social de reducci¨®n de las desigualdades, con un muy fuerte componente preventivo¡±.
El homicidio es un fen¨®meno complejo que se puede prevenir, insiste el soci¨®logo Rojido, coautor del informe Tipolog¨ªa de los homicidios en Uruguay. En ese sentido, hace hincapi¨¦ en la diferencia: no es lo mismo prevenir un caso que pueda ocurrir en el marco de la pareja, otro que pueda darse como desenlace de un robo a mano armada en la v¨ªa p¨²blica, uno causado por el conflicto entre grupos criminales u otro que se d¨¦ por disputas entre vecinos. ¡°Cada uno requiere aproximaciones y pol¨ªticas p¨²blicas espec¨ªficas para su reducci¨®n. Pero estamos lejos de que eso suceda¡±, remarca. Por otro lado, destaca que en Uruguay la calidad de los datos que refieren a la cantidad de homicidios es buena, no as¨ª el sistema de clasificaci¨®n. ¡°Resulta problem¨¢tico en muchos sentidos¡±, seg¨²n arroj¨® la investigaci¨®n que presentaron este a?o.
¡°Una de las consecuencias [de esa clasificaci¨®n problem¨¢tica] es que tend¨ªa a sobreestimar el impacto del crimen organizado sobre la violencia letal¡±, detalla el experto. Rojido sostiene que en Uruguay se instal¨® un relato ¡°reforzado por los medios de comunicaci¨®n¡± y por el discurso ¡°a veces oportunista de los pol¨ªticos¡±, de que la mayor parte del aumento de la violencia letal ¡°se deber¨ªa al conflicto entre grupos criminales vinculados al narcotr¨¢fico¡±. Sin embargo, el estudio pormenorizado de reclasificaci¨®n del que form¨® parte demostr¨® que los homicidios intergrupales, vinculados al crimen organizado, no superaron el 2% de todos los ocurridos en 2019, ¡°muy lejos del 50% que se lleg¨® a decir por parte de los pol¨ªticos¡±, se?ala. Actualmente el Ministerio del Interior lleva adelante una revisi¨®n de las categor¨ªas de clasificaci¨®n, seg¨²n le consta a Rojido, considerada clave para el trabajo de prevenci¨®n.
En ese ¨¢mbito, Interior ha comenzado a aplicar una Estrategia de seguridad integral y preventiva, con 15 propuestas que incluyen el programa ¡°Barrios sin violencia¡±, dirigido a la prevenci¨®n de los homicidios, y tambi¨¦n prev¨¦ la concreci¨®n de ¡°encuestas anuales de victimizaci¨®n¡±, que permitir¨¢n conocer la ocurrencia de delitos no denunciados. ¡°Gane quien gane, en el primer a?o de Gobierno se tendr¨ªan que sentar las bases de una pol¨ªtica criminal que no tenemos y crear una mesa de trabajo basada en la evidencia cient¨ªfica y con participaci¨®n social¡±, concluye Rojido.
Siga toda la informaci¨®n de El PA?S Am¨¦rica en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.