Compasi¨®n con el ciudadano
Se?ores diputados, dense un ba?o de sentido com¨²n y ev¨ªtennos el bochorno de unas nuevas elecciones
Manifiesto ¡®senectescente¡¯
La ¡°cosecha del 68¡± debe pedir la salvaguardia de un Estado de bienestar razonable
M¨¢s all¨¢ de la tormenta
?Es razonable en pleno siglo XXI, y en el contexto de las m¨¢s viejas democracias del mundo, argumentar en plan torero que lo que no puede ser no puede ser y adem¨¢s es imposible?
La inquietante dimisi¨®n del libre albedr¨ªo
Desenga?¨¦monos: ni Trump est¨¢ loco ni los republicanos son una reata de mostrencos. Saben perfectamente lo que hacen y por qu¨¦
?Progres del mundo, un¨ªos!
Es hora de promover pol¨ªticas de igualdad y apelar a la esperanza y el optimismo
Hablar sin tab¨²es
Hay que salir de las trincheras y abordar todo aquello que lastra nuestro desarrollo democr¨¢tico, empezando por el espinoso tema catal¨¢n
H¨¦roes y villanos de la retirada
Nuestra clase pol¨ªtica triunfa levantando muros. Del imperativo moral de la renuncia no siente nada
S¨ª, Majestat, ¨¦s recondu?ble
El problema catal¨¤ est¨¤ aferrissat per¨° no ¨¦s irresoluble. Ha arribat l'hora de l'alta pol¨ªtica
S¨ª, Majestad, es reconducible
El problema catal¨¢n est¨¢ enconado pero no es irresoluble. Ha llegado el tiempo de la alta pol¨ªtica
El discreto encanto de las imperfecciones
El ciudadano del siglo XXI parece anteponer la seguridad al disfrute
?Una pregunta bals¨¢mica?
Lo inteligente es o¨ªr la respuesta catalana a una cuesti¨®n clara sobre su futuro
?No ensuci¨¦is la pol¨ªtica!
Un hombre ya sin partido pero a¨²n dem¨®crata creyente ve el mundo con atribulada perplejidad
?cratas ling¨¹¨ªsticos
La epidemia de modalidades ling¨¹¨ªsticas pretende romper la unidad de la lengua catalana e imponer el predominio del castellano en las comunidades biling¨¹es
La feria de las etiquetas
En este pa¨ªs es imposible posicionarte en temas como la territorialidad, la Casa Real, o incluso Venezuela, sin que te cataloguen
Nostalgia de las bell¨ªsimas personas
Volver a identificar y desenmascarar al Mal es hoy tan crucial como cuadrar las cuentas p¨²blicas