La onomatopeya que dio comienzo al ¡®rock and roll¡¯
Se reedita en espa?ol ¡®Auambabuluba Balambamb¨²', el ensayo de 1969 que captur¨® la esencia de un nuevo estilo musical que supuso tambi¨¦n una revoluci¨®n sociocultural
Al igual que nadie ha podido superar el ¡°auambabuluba balambamb¨²¡± del explosivo Little Richard como definici¨®n perfecta del rock and ?roll, tampoco nadie ha podido explicar mejor que Nik Cohn su significado. Ese alarido, esa onomatopeya indescifrable que dice m¨¢s que 10 estrofas, que se cuela por los huesos y estalla como un cohete en el seso y en las entra?as, jam¨¢s hubiese necesitado de elucidaci¨®n si no hubiera aparecido en 1969 el libro de Cohn, que, bajo el mismo t¨ªtulo que el grito fant¨¢stico que la versi¨®n de Elvis Presley llev¨® hasta el infinito y m¨¢s all¨¢, se convirti¨® en un cl¨¢sico instant¨¢neo. El volumen logr¨® capturar la esencia de ese sonido que r¨¢pidamente empez¨® a llamarse pop y que, seg¨²n palabras del escritor brit¨¢nico, estaba formado por ¡°guitarras el¨¦ctricas toscas, poderosas, tremendamente ruidosas y que llegaron como monstruos musicales en la era del espacio e inmediatamente aniquilaron todos los convencionalismos habidos hasta entonces¡±.
Por su penetrante pensamiento y su estilo did¨¢ctico y entusiasta, el libro de Nik Cohn tambi¨¦n cambi¨® muchas vidas
Esas guitarras cambiaron las vidas de la generaci¨®n que creci¨® despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial, alumbrando un mundo de posibilidades. Por su penetrante pensamiento y su estilo did¨¢ctico y entusiasta, este libro tambi¨¦n cambi¨® muchas vidas. ¡°Nunca podr¨¢ ser tan maravillosamente sencillo¡±, sentencia Cohn al escribir del pop de los a?os cincuenta, el que se molde¨® con la primera escuela del rock and roll. La sentencia podr¨ªa ser tambi¨¦n la frase de una buena faja para su libro Auambabuluba Balambamb¨². La edad de oro del rock and roll, una obra maravillosamente sencilla que combina una lectura divertida, honesta y fresca desde un punto de vista muy personal y l¨²cido. La editorial La Felguera la recupera ahora con la pasi¨®n del esp¨ªritu subversivo con la que naci¨® en plena ola contracultural cuando el pop ya era mayor de edad y, en el caso de Espa?a, cuando este movimiento todav¨ªa era un destello en el horizonte de una sociedad que viv¨ªa en el ag¨®nico blanco y negro del franquismo.
Como se cuenta en la introducci¨®n de la reedici¨®n, fue editado en Espa?a en 1973 por el sello editorial Nostromo, gracias al impulso de Manuel Arroyo-Stephens, quien fund¨® la librer¨ªa Turner en Madrid, que vend¨ªa libros censurados por el franquismo y que acab¨® por convertirse en el traductor del original en ingl¨¦s. Con el paso del tiempo, el libro fue descatalogado y se convirti¨® en una pieza de coleccionista para mel¨®manos, como si fuera un single perdido de un pionero del rock and roll, hall¨¢ndose en tiendas de segunda mano a precios desorbitados. Es por eso que ahora se le imprime un car¨¢cter festivo a esta reedici¨®n y se le suma un agradecido pr¨®logo del escritor Kiko Amat, una de las firmas espa?olas que m¨¢s han hecho por difundir el valor de la cultura pop. ¡°Cohn lleg¨® a la m¨²sica popular y dijo, antes que nadie, esto es esto y sirve para esto. Se llama pop. Id y usadlo, humanos¡±, escribe Amat.
Nik Cohn es pop. Hijo del historiador Norman Cohn y adolescente que en los cincuenta gast¨® sus d¨ªas en una tienda de discos y en garitos de Londres y Newcastle mientras escrib¨ªa art¨ªculos en la revista musical Queen, ten¨ªa 22 a?os cuando public¨® Auambabuluba Balambamb¨². Y su libro, por tanto, traspira pop por los cuatro costados, de arriba abajo. Su m¨¦rito no est¨¢ solo en ense?ar las virtudes de ese movimiento musical underground, que trataba el sexo sin complejos y conect¨® con el furor de la delincuencia juvenil, sino en vivirlo en primera persona, contando an¨¦cdotas de sus encuentros con algunos m¨²sicos y, especialmente, llegando al misterio ¨²ltimo de esa explosi¨®n sociocultural. Cada p¨¢gina es a¨²n m¨¢s excitante que la anterior para analizar el fascinante poder de la cultura juvenil a trav¨¦s de la m¨²sica. ¡°Lo ¨²nico prohibido era el aburrimiento¡±, afirma.
Sorprende el an¨¢lisis visionario de Nik Cohn cuando concluye que el pop acabar¨¢ ¡°sin gritos ni pataleos¡±, con ¡°gente aplaudiendo educadamente en grandes teatros¡± y con ¡°m¨²sica creando formas pl¨¢sticas y obras maestras¡±
El libro va desde la irrupci¨®n brutal de Elvis Presley ¡ª¡±el s¨ªmbolo que necesitaba el pop y la propiedad exclusiva de los teenagers¡±¡ª y toda esa legi¨®n de pioneros hasta 1969, a?o de Woodstock y del comienzo del fin con la defunci¨®n de The Beatles y el sue?o hippy. En esa fecha, Cohn se encierra en una caba?a de Irlanda para escribir el libro y entregarlo en tiempo r¨¦cord con una conclusi¨®n: el pop no solo se ha vuelto aburrido, sino que es ¡°un producto prefabricado¡± dirigido a una ¡°¨¦lite sofisticada¡±. Y sorprende su an¨¢lisis visionario cuando concluye que el pop acabar¨¢ ¡°sin gritos ni pataleos¡±, con ¡°gente aplaudiendo educadamente en grandes teatros¡± y con ¡°m¨²sica creando formas pl¨¢sticas y obras maestras¡±. ¡°Nada de esto me interesa¡±, sentencia. ¡°Porque yo me inclino por la imagen, por lo heroico¡ y por un sonido que tiene que ser r¨¢pido, divertido, sexy, obsesivo, un poco ¨¦pico¡±. Cohn debi¨® pensar en suicidarse con la irrupci¨®n del indie y el pospunk.
El mejor arte siempre guarda una paradoja. Si Elvis fue el revolucionario de todo sin ninguna pretensi¨®n de serlo, Cohn fue el anticr¨ªtico musical que se erigi¨® en la gran firma musical de su tiempo y de los venideros. Lo ¨²ltimo que quer¨ªa era darle gravedad intelectual a la m¨²sica popular y acab¨® por ofrecer una filosof¨ªa de c¨®mo entenderla, de c¨®mo pertenecer a ella. Su pensamiento todav¨ªa ilumina por su humor, pero tambi¨¦n por su actitud militante. Escribe como si fuera el genio detr¨¢s de una canci¨®n. Con el mismo arrojo, con la misma punter¨ªa y tambi¨¦n ¡ªy es algo importante¡ª con los mismos prejuicios de lo que no le gusta. Es lo que Amat llama su ¡°sistema m¨¦trico propio¡±. El credo de Cohn necesita mostrar sus fobias para darle m¨¢s valor a sus pasiones. As¨ª rechaza sin medias tintas el twist ¡ª¡±el mayor hype de todos los tiempos¡±¡ª, a Bob Dylan ¡ª¡±me aburre terriblemente, me deprime¡±¡ª, al Brian Wilson de Pet Sounds ¡ª¡±se puso muy esnob y quiso correr con tanto preciosismo que perdi¨® el sombrero¡±¡ª, a la Motown o a la escena de Laurel Canyon. Es incorruptible en su militancia pop y se ve siempre al hombre que hay detr¨¢s del libro, algo que, aunque no se comparta o escandalice por opiniones tan tajantes, es de agradecer, m¨¢s a¨²n en estos d¨ªas tan pol¨ªticamente correctos.
Ning¨²n libro ha sido tan importante para apreciar la mejor era de la m¨²sica popular. En los ¨²ltimos tiempos, lo m¨¢s parecido, sin ser del todo igual, es la visi¨®n panor¨¢mica de Bob Stanley en Yeah! Yeah! Yeah!, una historia del pop desde Bill Haley hasta Beyonc¨¦. Adem¨¢s, cr¨ªticos como Greil Marcus, Simon Reynolds o Jon Savage han ofrecido grandes ensayos socioculturales de reflexi¨®n; music¨®logos como Charlie Gillett, Peter Guralnick o Peter Doggett han dejado obras acad¨¦micas de profundidad hist¨®rica, y m¨²sicos como David Byrne han dado pensamientos valiosos sobre el arte musical. Pero nadie ha llegado adonde lleg¨® Nik Cohn: al coraz¨®n mismo del pop. Fue el primero y quiz¨¢s el ¨²nico.
Auambabuluba Balambamb¨². La edad de oro del rock and roll
Autor: Nik Cohn.
Traducci¨®n: Manuel Arroyo-Stephens y Silvia Palacios.
Editorial: La Felguera, 2022.
Formato: tapa blanda (404 p¨¢ginas, 23 euros).
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