¡®Liderazgo¡¯: la visi¨®n de Henry Kissinger sobre los grandes estadistas del siglo XX
El exsecretario de Estado estadounidense analiza la huella que dejaron Nixon, De Gaulle, Adenauer, Thatcher, Anuar el Sadat y Lee Kuan Yew en el devenir del orden internacional
¡°Cualquier sociedad, sea cual sea su sistema pol¨ªtico, est¨¢ en permanente tr¨¢nsito entre el pasado, creador de su memoria, y una visi¨®n del futuro que inspira su evoluci¨®n. A lo largo de esta ruta, el liderazgo es indispensable¡ Sin liderazgo, las instituciones van a la deriva, crece la irrelevancia de las naciones y, por ¨²ltimo, llega el desastre¡±. As¨ª comienza el m¨¢s reciente libro de Henry Kissinger, ...
¡°Cualquier sociedad, sea cual sea su sistema pol¨ªtico, est¨¢ en permanente tr¨¢nsito entre el pasado, creador de su memoria, y una visi¨®n del futuro que inspira su evoluci¨®n. A lo largo de esta ruta, el liderazgo es indispensable¡ Sin liderazgo, las instituciones van a la deriva, crece la irrelevancia de las naciones y, por ¨²ltimo, llega el desastre¡±. As¨ª comienza el m¨¢s reciente libro de Henry Kissinger, Liderazgo, una colecci¨®n de seis ensayos sobre grandes dirigentes internacionales que dejaron huella, cada uno a su modo, en el devenir del orden internacional.
Konrad Adenauer, Charles de Gaulle, Richard Nixon, Anuar el Sadat, Lee Kuan Yew y Margaret Thatcher son los protagonistas del relato. Todos ellos, por controvertidas que resultaran sus pol¨ªticas, y en ocasiones lo fueron mucho, marcaron etapas decisivas en la historia de nuestra civilizaci¨®n. Kissinger, que cumplir¨¢ 100 a?os el pr¨®ximo mes de mayo, sigue siendo el brillante escritor de cuya pluma han salido obras como Diplomacia u Orden mundial, libros de cabecera para cualquiera que aspire a comprender algo de la geopol¨ªtica del siglo XX y estas primeras d¨¦cadas del XXI.
En sus retratos demuestra una indudable admiraci¨®n por los personajes que describe, poseedores de un carisma y una indudable habilidad pol¨ªtica a la hora de enfrentar las recurrentes crisis que tuvieron que resolver
Sus retratos no son apolog¨ªas, pero en todos demuestra una indudable admiraci¨®n por los personajes que describe, poseedores de un carisma y una considerable habilidad pol¨ªtica a la hora de enfrentar las recurrentes crisis que tuvieron que resolver. Los primeros protagonistas son Adenauer y De Gaulle, que desem?pe?aron un importante papel en la reconstrucci¨®n de Europa tras la derrota del nazismo. Debemos se?alar los interesantes comentarios del autor sobre la Alemania de posguerra a la que ¨¦l, antiguo exiliado jud¨ªo que huy¨® de adolescente con su familia para evitar la persecuci¨®n nazi, lleg¨® como soldado americano en las postrimer¨ªas de la contienda mundial. Adenauer bas¨® la reconstrucci¨®n de su pa¨ªs, ocupado por los vencedores hasta 1955, en su adhesi¨®n a una necesaria alianza con Occidente frente al peligro sovi¨¦tico. Esa pol¨ªtica fue asumida por sus sucesores socialistas. Junto con De Gaulle, que dirigi¨® la resistencia francesa durante la guerra, transform¨® la Rep¨²blica y acab¨® con el conflicto de Argelia, ambos establecieron las bases de la actual Uni¨®n Europea, inicial fruto de la reconciliaci¨®n franco-alemana.
Kissinger dio el salto de la Universidad de Harvard a la pol¨ªtica activa como asesor de seguridad nacional de Nixon primero y m¨¢s tarde como su secretario de Estado. Desde entonces, no ha dejado de influir en la pol¨ªtica internacional. Ha sido y es uno de los intelectuales m¨¢s respetados en ese terreno, aunque la izquierda latinoamericana y europea no han dejado de reprocharle su apoyo al golpe de Estado de Pinochet en Chile. En su retrato de Nixon, de quien fue el m¨¢s estrecho colaborador, pone de relieve que acab¨® con la pesadilla de Vietnam y abri¨® las puertas a las relaciones del Occidente pol¨ªtico con la China comunista. Su presidencia se vio oscurecida, no obstante, por el bombardeo de Camboya y el apoyo a Pakist¨¢n en la guerra de Banglad¨¦s, que acab¨® siendo un aut¨¦ntico genocidio. Pakist¨¢n fue un importante mediador de Washing?ton en el establecimiento de relaciones con la China de Mao. La pol¨ªtica de ¡°equilibrio¡± en el escenario internacional estuvo basada en la ambig¨¹edad de los discursos y en la preocupaci¨®n por que los conflictos locales, por dolorosos que fueran en p¨¦rdidas de vidas humanas y destrucci¨®n sin cuento, no devinieran en contiendas globales. De modo que al final del mandato de Nixon, este so?aba con poder inaugurar una nueva etapa en la pol¨ªtica exterior que implicara no solo la adecuaci¨®n a una nueva estrategia, sino un aut¨¦ntico cambio de mentalidad.
A su vez, constitu¨ªa ¡°una incomparable oportunidad en las manos de Am¨¦rica¡±, no solo como un logro dom¨¦stico, sino para cumplir con su misi¨®n en el mundo. Dos semanas despu¨¦s de que hiciera esta aseveraci¨®n estall¨® el Watergate, recuerda Kissinger.
Uno de los descubrimientos del libro es la descripci¨®n de la personalidad de Lee Kuan Yew, creador de la moderna Singapur. Tres a?os despu¨¦s de que su pa¨ªs obtuviera la independencia, visit¨® como primer ministro la Universidad de Harvard. Fue invitado a un debate por los profesores de lo que hoy es el Kennedy Center. El selecto auditorio conoc¨ªa poco sobre el hu¨¦sped, pero lo recibi¨® calurosamente, como representante que era de un partido m¨¢s o menos de izquierda y de un Estado poscolonial. Lee les pregunt¨® por la guerra de Vietnam, y Kissinger recuerda que el auditorio se dividi¨® entre los que cre¨ªan que Lyn?don B. Johnson, el presidente americano que dirigi¨® la escalada b¨¦lica, era un criminal de guerra y los que solo le motejaron de psic¨®pata. La sonrisa de Lee tras escucharles fue interpretada como aprobaci¨®n de esas tesis, pero, para su sorpresa, procedi¨® a explicar que ¡°Singapur, un peque?o pa¨ªs en una tumultuosa zona del mundo, depend¨ªa para su supervivencia de una Am¨¦rica confiable¡± lo bastante poderosa para combatir a las guerrillas comunistas de los pa¨ªses del sudeste asi¨¢tico. Kissinger piensa que los aut¨¦nticos l¨ªderes mundiales pueden ser estadistas o profetas, y en ocasiones, las dos cosas a la vez. La lecci¨®n de Lee es que el futuro de las sociedades no depende tanto de su riqueza material o de las medidas convencionales que el poder suele tomar como de la calidad de su pueblo y la visi¨®n de sus dirigentes. De otra forma, seg¨²n ¨¦l, a fuerza de realismo acabas siendo alguien ¡°pedestre, plebeyo y fracasar¨¢s. Es preciso sobreponerse a la realidad y decir: ¡°Tambi¨¦n esto es posible¡±.
El autor se muestra pesimista ante la escasa calidad de los actuales l¨ªderes para evitar la escalada en el conflicto de Rusia
El libro se cierra con un ep¨ªlogo escrito despu¨¦s de la invasi¨®n rusa de Ucrania en donde el autor repite sus conocidas tesis sobre la necesidad de llegar a un acuerdo antes de que ¡°la ideologizaci¨®n de la pol¨ªtica exterior, en la que cada lado est¨¢ convencido de la malevolencia del otro¡±, acabe por generar un cataclismo de sospechas mutuas como el que dio lugar a la I Guerra Mundial. Pero no deja de mostrarse esc¨¦ptico, y aun pesimista, debido a la escasa calidad de los actuales l¨ªderes mundiales, ni realistas ni profetas. Por lo que sigue vigente la pregunta que Konrad Adenauer le hizo en su ¨²ltima entrevista en 1967: ¡°?Es posible todav¨ªa un verdadero liderazgo en los tiempos que corren?¡±. Personalmente creo que s¨ª, pero para ello antes habr¨¢ que echar de sus poltronas a los mediocres.
Liderazgo
Autor: Henry Kissinger.
Traducci¨®n: Ram¨®n Gonz¨¢lez F¨¦rriz.
Editorial: Debate, 2023. Se publica el 9 de marzo
Formato: tapa blanda (648 p¨¢ginas. 27,90 euros) y e-book (12,34 euros).
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