Escribir como se habla: as¨ª es la nueva tendencia en la literatura espa?ola
Oralidad deliberada, anarqu¨ªa ortogr¨¢fica y biling¨¹ismo sin complejos. Del ¨¦xito de Andrea Abreu al debut de Greta Garc¨ªa, una nueva hornada de autores revienta el canon en sus ficciones
¡°En mi vida he ten¨ªo tres grandes aspiraciones: ser bailarina, matar a gente y tener un ano enorme donde met¨¦rmelo to¡±, piensa Pili, la protagonista de Solo quer¨ªa bailar (Tr¨¢nsito), el debut de Greta Garc¨ªa (Sevilla, 1992), desde su celda en Alcal¨¢ de Guada¨ªra. ¡°No hay mejor disfraz que una buena corbata, diu el meu pare, i com que jo ni pintallavis ni talons, potser se¡¯m veu el llaut¨® de tarada que xiscla, acarnissada, RAJOY, I HATE YOU MARIC?N¡±, reflexiona en la misma frase Alba, la ap¨¢tica hero¨ªna barcelonesa de Consum preferent (Anagrama), primera novela de Andrea Genovart (Barcelona, 1993), combinando castellano, catal¨¢n e ingl¨¦s.
A A¨ªda, la peque?a tinerfe?a sobre la que orbita la narraci¨®n en tercera persona de Leche condensada (Caballo de Troya) ¡ª¡±La ¨²nica ni?a que no chinga a los ni?os con lo ¨²ltimo de la Coca Cola que queda enjediondada¡±¡ª, le gustan los Pok¨¦mon tipo agua y sabe, porque se lo dijo la pediatra, que ¡°no se puede huir de la ansiedad, solo afrontarla¡±, como relata su autora, Aida Gonz¨¢lez Rossi (Santa Cruz de Tenerife, 1995). ¡°Puedo compartir todo contigo mi cuchilla mi desodorante mi dinero si lo necesitas (no hay prisa por devolverlo) pero s¨¦ con certeza que no he querido hablar de lo importante que no he querido resolver mis dudas por min¨²sculas que fueran te masturbar¨ªas conmigo mir¨¢ndote?¡±, escribe Luis D¨ªaz (Alcal¨¢ de Henares, 1994) en Los bloques naranjas (Caballo de Troya), descodificando las se?ales camufladas en la homosocializaci¨®n masculina de barrio.
Da la impresi¨®n de que escribimos como hablamos, pero todo es t¨¦cnica¡±Andrea Genovart
Los libros citados tienen muchos rasgos en com¨²n. No usan comas ni puntos ni may¨²sculas, adoptan la lengua oral como modelo y toman prestadas expresiones en otras lenguas, ya sean cooficiales o extranjeras, de manera desacomplejada. Todos est¨¢n firmados por debutantes que han asaltado las librer¨ªas con pocos meses de diferencia con una prosa fren¨¦tica, caleidosc¨®pica, an¨¢rquica y (estudiadamente) espont¨¢nea. Esta nueva hornada de autoras y autores sin aparente nexo com¨²n ha vomitado novelas que parecen escritas sin coger aire, con la voluntad de reventar el canon y una ortograf¨ªa disidente, situada al margen de las reglas de la RAE. No se trata, en realidad, de un fen¨®meno estrictamente nuevo. ¡°Respecto a las reglas, una vez aprendidas, procuro olvidarme¡±, escribi¨® Montserrat Roig contra la ¡°hipocres¨ªa ling¨¹¨ªstica¡± de un panorama que ¡°encerraba a las palabras sin dejarlas volar¡± unos pocos a?os antes de que todos estos autores nacieran. M¨¢s de tres d¨¦cadas despu¨¦s, los reci¨¦n llegados ya no temen alejarse de la pureza l¨¦xica en sus textos, de manera mucho m¨¢s t¨ªmida que sus predecesores.
En los ¨²ltimos a?os, autores de otras generaciones ya han experimentado con la palabra hablada en sus libros. Por ejemplo, Fernando Aramburu con los verbos conjugados a la donostiarra en Patria o la reciente Hijos de la f¨¢bula, Carlos Zan¨®n con las expresiones barcelonesas en ?Taxi y, de una manera distinta, Cristina Morales al deconstruir los usos orales del lenguaje pol¨ªticamente correcto en Lectura f¨¢cil. Pero estos debutantes van m¨¢s all¨¢ y derrocan barreras invisibles a sus ojos.
Est¨¢n las que, como Greta Garc¨ªa, afirman ¡°no haber tenido apuro ninguno¡± al abrazarse al ?ttand? Pal Andal?h (EPA), la ortograf¨ªa no oficial del castellano creada en 2018 por el colectivo del mismo nombre para adaptarse a los dialectos andaluces, un estilo al que se acogen otros artistas como Alberto Cort¨¦s en sus textos para el teatro. Garc¨ªa empez¨® aplicando la EPA ¨²nicamente a los di¨¢logos, pero decidi¨® ampliar su uso a todo el texto de Solo quer¨ªa bailar. Su idea consist¨ªa en ¡°aportar m¨¢s teatralidad, cadencia y un palabrer¨ªo sevillano¡± a esta tragicomedia de una bailarina con la sensaci¨®n de ser la m¨¢s mediocre y de haberse tragado ¡°to¨ªta la mierda como una buena garganta profunda¡± al verse condenada a 30 a?os de prisi¨®n por atentar contra una oficina de Hacienda.
La sevillana confiesa estar leyendo en estos momentos Leche condensada, el debut en novela de la tambi¨¦n poeta Aida Gonz¨¢lez Rossi. En el libro, la escritora retuerce el dialecto tinerfe?o ¡°porque el lenguaje es tan rico y manejable como un bote de plastilina¡±. Y defiende haberse grabado a fuego la norma de Elena Ferrante sobre el hecho de tener una estructura clara del texto para despu¨¦s embarullarlo. ¡°Lo m¨ªo es darme una habitaci¨®n propia para proceder a destrozarla¡±, cuenta al otro lado del tel¨¦fono.
Orgullosa de que se la compare con Panza de burro ¡ªla novela de Andrea Abreu sobre la cultura canaria quinqui de los dos mil que se convirti¨® en un fen¨®meno editorial, se tradujo a m¨²ltiples idiomas y descubri¨® a los peninsulares qu¨¦ significaba ¡°estregarse¡± o tener una ¡°amiga jarrapa¡±¡ª, la de Garc¨ªa Rossi es la primera novela de la etapa de Sabina Urraca como editora invitada del sello Caballo de Troya. En su programaci¨®n para este a?o, Urraca tambi¨¦n ha seleccionado el texto sin comas ni puntos de Luis D¨ªaz y otro repleto de la¨ªsmos y le¨ªsmos que narra Mar¨ªa Jos¨¦ Hasta (Huesca, 1989) en Se te oscurece el pelo, que saldr¨¢ a la venta en mayo. Y que se lee, como defiende su autora, ¡°como si escucharas una tonadilla y afinaras el o¨ªdo para entender la letra¡±.
Los fascistas del lenguaje est¨¢n alrededor, pero tambi¨¦n en nosotras mismas¡±Sabina Urraca
Para Urraca, limitarse a las reglas que dicta el canon da m¨¢s asfixia que alivio. Todav¨ªa recuerda cu¨¢nto llor¨® al ver su primer texto impreso a sus 25 a?os, cuando una revista literaria public¨® un cuento suyo que simulaba un chat de personas que hablaban sobre mascotas y que estaba escrito respetando la jerga del canal, con expresiones diversas y faltas de ortograf¨ªa. ¡°Me lo corrigieron todo. Me lo tradujeron al espa?ol de la RAE. A veces siento que con mi labor editorial de buscar y editar a personas que escriben libremente, que usan el lenguaje como juego y disfrute, y no como c¨¢rcel a la que adaptarse, estoy vengando esa faena horrible que me hicieron hace a?os¡±, reconoce.
La editora asegura que estamos rodeados de ¡°fascistas del lenguaje¡± y que su influjo nos ha llegado a envenenar el cuerpo. ¡°Hay que tener cuidado, porque est¨¢ alrededor, pero tambi¨¦n en nosotras mismas: est¨¢ en la creencia, m¨¢s arraigada de lo que pueda pensarse, de que el espa?ol de Espa?a ¡ªque yo me pregunto cu¨¢l es ese espa?ol, habiendo como hay tantas variantes del lenguaje en Espa?a, una por cada persona¡ª es la verdad suprema, el kil¨®metro cero de las lenguas¡±, denuncia Urraca.
Sus protegidos no tienen miedo al sistema. ¡°Somos una generaci¨®n socializada por internet. Aunque nos haya podido influir en la forma de escribir, en mi caso necesitaba sacar el barullo de la ciudad como espacio: escribir con la sensaci¨®n de que sale todo de golpe, como si abrieras un grifo y no pudieras cerrarlo¡±, apunta Luis D¨ªaz, que reescribi¨® Los bloques naranjas ¡°hasta la extenuaci¨®n¡±, pese a la aparente despreocupaci¨®n que puede desprender el hecho de no haber incluido signos de puntuaci¨®n.
Andrea Genovart coincide con D¨ªaz en la voluntad de trasladar la vor¨¢gine de toda gran urbe a sus p¨¢ginas gracias al ritmo en la escritura. La catalana llega a dedicar 16 l¨ªneas a repetir la palabra ¡°subnoRRRmals¡± sin descanso en Consum preferent, ganadora de los 12.000 euros del Premio Llibres Anagrama de Novel¡¤la, que se traducir¨¢ en oto?o al castellano. Genovart asegura que su novela, inspirada por Georges Perec por sus experimentos formales y tambi¨¦n por su mirada como espectador de la ciudad moderna, es obsesiva con un estilo que parece ca¨®tico, pero es met¨®dica hasta la obsesi¨®n. ¡°La espontaneidad se trabaja. Tuve claro el estilo antes que la trama: este no pod¨ªa ser un relato ¨²nico, convencional y no interferido. Hoy en d¨ªa, tenemos que atender a m¨²ltiples realidades (personales y externas, digitales y anal¨®gicas) que nos aturden con est¨ªmulos contradictorios con los que intentamos conciliar. Por eso da esa impresi¨®n de que est¨¢ escrito tal como se habla, pero en realidad todo obedece a una t¨¦cnica de escritura y reescritura continua¡±, asegura Genovart.
No todo el mundo es capaz de entenderlo as¨ª. Horas despu¨¦s de hacer estas declaraciones, Genovart fue tan acosada por su estilo inhabitual y su mezcla de lenguas que decidi¨® borrar su cuenta en Twitter en plena semana de Sant Jordi. Otro tanto para los puristas de la lengua, esos que defienden, seg¨²n Urraca, que se ponga en cursiva toda palabra ¡°no escrita en el absurdo canon de la correcci¨®n¡±. ¡°Esa cursiva debilita esa palabra, est¨¢ indicando que es menos importante e incluso la carga de un humor no consentido¡±, se?ala la editora. Ella piensa seguir alerta contra quienes creen que el andaluz es gracioso; el canario, sexi, y el murciano, feo. ¡°El fascismo del lenguaje est¨¢ en re¨ªrse de cualquier acento de Latinoam¨¦rica o estereotipar el acento. Y, si me apuras, tambi¨¦n hay fascismo del lenguaje en saber mucho ingl¨¦s, pero ni una palabra en catal¨¢n, gallego, euskera o portugu¨¦s. No es cuesti¨®n de estudiar. Es curiosidad, inter¨¦s por el mundo y por la vida. No me digas que te encanta viajar si, cuando escuchas hablar en catal¨¢n, te cierras en banda¡±. Pero sabe que no est¨¢ sola: tiene a toda una nueva generaci¨®n literaria dispuesta a secundarla.
Solo quer¨ªa bailar?
Tr¨¢nsito, 2023
200 p¨¢ginas, 18 euros
Leche condensada
Caballo de Troya, 2023
176 p¨¢ginas, 15,90 euros
Los bloques naranjas
?Caballo de Troya, 2023
120 p¨¢ginas, 15,90 euros
Consum preferent
Anagrama, 2023 (en catal¨¢n)
192 p¨¢ginas, 17,90 euros
Se te oscurece el pelo?
Caballo de Troya, 2023
184 p¨¢ginas, 15,90 euros.
Se publica el 4 de mayo
Las pel¨ªculas y series hablan idiomas
Las imágenes también se vuelven bilingües. Igual que la literatura se acerca a la oralidad usando el registro coloquial y la mezcla de idiomas, el cine y las series han emprendido un camino similar para acentuar su naturalismo. En los últimos Goya, tres de las cinco nominadas a mejor película alternaban distintas lenguas: As bestas (castellano y gallego, además de francés), Cinco lobitos (castellano y euskera) y, en menor medida, Alcarràs (catalán y castellano). Reflejaban un fenómeno de fondo en el audiovisual español: un distanciamiento respecto a un monolingüismo que suena impostado cuando una ficción transcurre en Barcelona, Bilbao o Vigo.
La llegada a los cines de 20.000 especies de abejas, que sucede en la zona fronteriza entre Bizkaia y la ciudad vascofrancesa de Bayona, confirma esta tendencia. La directora Estibaliz Urresola decidió mezclar castellano, euskera y francés. “Hacer una película en una sola lengua en este entorno no hubiera tenido sentido. La realidad que describo transita de forma natural de un idioma al otro, incluso dentro de la misma familia, sin que haya problemas de convivencia”, dice Urresola. Además, el uso del vasco era importante en la trama: la gramática del euskera, en la que no se declina el género, se adecuaba a la identidad de su personaje principal, una niña trans a la que muchos siguen tratando como un niño. En castellano, esa ambigüedad desaparecía. “En un mundo cada vez más globalizado, esos detalles aportan valor a las películas y series frente a las narraciones y los discursos hegemónicos”, opina.
Guillem Clua, dramaturgo y director catalán, es del mismo parecer. Cuando Netflix le encargó adaptar su exitosa obra teatral Smiley, sobre la accidentada historia de amor entre dos gais barceloneses, decidió mezclar castellano y catalán, pese a que la obra original, estrenada en 2012, estuviera escrita solo en la segunda lengua. “Una ficción que tenga lugar en la Barcelona actual tiene que ser bilingüe por fuerza. Las obras que usan solo una de las dos lenguas son legítimas, pero también artificiosas”, dice Clua. Para el director, las plataformas han supuesto “un cambio de paradigma”, por la normalización de los subtítulos y por el gran número de contenidos producidos. “La oferta es tan abundante y está tan segmentada que permite que haya proyectos que no hubieran existido en un modelo enfocado al público generalista, en el que daba miedo cambiar las fórmulas de siempre. Antes se creía que usar las lenguas cooficiales restaba público. Ese cliché está superado”. Recuerda que, en sus comienzos como dialoguista de la serie El cor de la ciutat en TV3, allá por 2005, un personaje castellanoparlante despertó críticas. Pero abrió camino a otras series producidas por la televisión pública, desde Merlí y su continuación, Sapere aude — donde el personaje de María Pujalte hablaba en castellano—, hasta Drama, en las que ambas lenguas se alternan con naturalidad. Lo mismo sucedía en películas como Los días que vendrán, de Carlos Marqués-Marcet, o la reciente Suro, de Mikel Gurrea.
Dos nuevas series producidas por Filmin apuestan por un modelo parecido. En Autodefensa, un diálogo en castellano es interrumpido por una chica cantando el Virolai, himno dedicado a la Virgen de Montserrat celebérrimo en “la catalana terra”. Y en Selftape, las hermanas Joana y Mireia Vilapuig combinan las dos lenguas sin reparos. “A diferencia de una autonómica, no tenemos ninguna obligación legislativa, ningún mandato político para maximizar el uso de la lengua minoritaria. Eso nos da más libertad para plantear obras en una mezcla de los idiomas que se hablan en España”, señala su director editorial, Jaume Ripoll. “Cuando recibimos un proyecto, nos da igual que sea en gallego, en euskera, en catalán o en castellano. Lo que nos importa es que cada personaje hable en la lengua que le corresponda”.
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.