Las memorias de Angela Merkel: las tripas del poder alem¨¢n en primera persona
La todopoderosa canciller publica sus recuerdos sobre las primeras d¨¦cadas de su vida en la Alemania oriental y reconstruye con minuciosidad la historia reciente de Europa
En el segundo p¨¢rrafo de la primera p¨¢gina de su libro, Angela Merkel entra de lleno donde m¨¢s le duele. Confiesa que nunca se hubiera imaginado escribir un libro de memorias hasta que pas¨® lo que pas¨® la noche del 4 de septiembre de 2015. Aquella noche, miles de refugiados marchaban con lo puesto hacia Alemania desde Hungr¨ªa. Merkel se enfrentaba a un dilema may¨²sculo: impedirles el paso por la fuerza o dejarles entrar en Alemania. Opt¨® por lo segundo alegando motivos legales y humanitarios. Aquella decisi¨®n cambi¨® su pa¨ªs y Europa para siempre. La UE se fisur¨® y su partido, el centro derecha alem¨¢n, se tambale¨®. La llegada de refugiados dio adem¨¢s alas a una extrema derecha, que no dej¨® de crecer hasta entrar por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial en el Parlamento alem¨¢n. Merkel no se arrepiente.
Este es uno de los episodios clave para entender la historia reciente de Europa que Merkel disecciona en sus memorias tituladas Libertad. Memorias 1954-2021 (RBA), que escribe a cuatro manos con su estrecha colaboradora Beate Baumann. La autobiograf¨ªa es Merkel en estado puro: literal, minuciosa y sin miedo a aburrir. Son casi 800 p¨¢ginas de datos, nombres y cifras que le sirven para apuntalar su versi¨®n de una realidad que model¨® durante los 16 a?os que estuvo al frente de Alemania. Tres lustros en los que nada se mov¨ªa en su Ejecutivo ni en Bruselas sin el visto bueno de la canciller. Por eso, sus memorias constituyen un documento hist¨®rico de primer orden, por el que desfilan entre much¨ªsimos otros Vlad¨ªmir Putin ¡ª¡°infantil¡±¡ª, Barack Obama ¡ª¡°excepcional¡±¡ª, y Trump ¡ª¡°emocional¡±¡ª.
La libertad, ¡°pero no individual, sino v¨¢lida para todos y en el marco de una democracia que hay que defender¡±, es el hilo conductor del libro y de su vida. Es una de las obsesiones de la pol¨ªtica que durante 35 a?os de su vida creci¨® y vivi¨® en la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA), el r¨¦gimen comunista que dejaba un raqu¨ªtico margen de libertad a sus ciudadanos.
¡°La vida de la RDA era una vida de equilibrios constantes¡±, recuerda. Supo navegar entre ellos y aprendi¨® a moverse dentro de los l¨ªmites de lo posible. Se amold¨® sin combatir el sistema y supo sobrevivir de la mejor manera posible. El repaso a sus primeras d¨¦cadas de existencia en Templin, en el coraz¨®n del Este alem¨¢n, es probablemente la parte m¨¢s atractiva del libro. Su ¡°infancia feliz¡± en la casa del cura, su padre, instalada junto a un centro para personas con discapacidad intelectual, con las que comparti¨® su infancia. Su juventud universitaria en Leipzig, donde estudi¨® f¨ªsica en la Universidad Karl Marx. De aquella ¨¦poca recuerda detalles tan fascinantes como absurdos de la discoteca, donde pod¨ªan escuchar m¨²sica occidental, pero solo en una proporci¨®n de 40%-60% a favor de la socialista. Y luego su primer trabajo ya en Berl¨ªn, en la Academia de Ciencias de la RDA, donde escribi¨® su tesis en f¨ªsica cu¨¢ntica.
Su relato constituye una ventana valios¨ªsima a ese mundo, que ol¨ªa a ¡°cera para el suelo y aguarr¨¢s¡± y en el que la joven Merkel echaba de menos los colores vivos. Confiesa que, tal vez por eso, lleva ahora sus famosas americanas coloridas. Otro detalle curioso es que al se?or Merkel apenas le menciona de pasada. Aquel fue un matrimonio ultraef¨ªmero del que la pol¨ªtica alemana conserva solo el nombre. El marido al que se refiere todo el tiempo es el segundo, Joachim Sauer, cient¨ªfico como ella y con el que ha compartido su vida.
El libro transmite un sentido de la responsabilidad pol¨ªtica admirable, m¨¢s all¨¢ de los errores que, sobre todo ahora, a toro pasado, se le atribuyen. Merkel concede unos cuantos, pero de alguna manera los considera menores. No explica por qu¨¦ no consensu¨® con la UE su decisi¨®n de abrir las puertas a los refugiados, ni asume su responsabilidad por las pol¨ªticas de austeridad de sus Gobiernos, que estuvieron a punto de hacer saltar por los aires la moneda ¨²nica, adem¨¢s de laminar su pa¨ªs y media Europa. En este cap¨ªtulo, reconoce que durante la crisis del euro ¡°en Alemania, la voluntad de ayudar a Grecia era m¨ªnima¡±. Tampoco entona Merkel un verdadero mea culpa por haber sometido a Alemania a una dependencia energ¨¦tica de Rusia insostenible en el plano geopol¨ªtico. De hecho, frente a quienes la acusan de haber tratado a Putin con guante de seda y haber abonado el terreno para la invasi¨®n de Ucrania, Merkel deja entrever que ejerci¨® de dique frente a Putin y que acab¨® por desbordarse en cuanto ella dej¨® de ser canciller.
No hay en el libro grandes errores, pero tampoco una excesiva exhibici¨®n de m¨¦ritos. El libro es como es ella, comedido. Merkel no hace especiales esfuerzos por agradar ni trata de impresionar al lector. Embellece, pero lo justo, constatando as¨ª su proverbial falta de ego, que sigue siendo una rareza en tiempos de pol¨ªticos mercuriales y testoster¨®nicos.
Las memorias de Merkel son, en definitiva, las tripas del poder alem¨¢n, pausadas y cargadas de una racionalidad en la que muy de vez en cuando asoman ciertos destellos de humanidad. Y son tambi¨¦n un retrato de un mundo multilateral, que avanzaba a golpe de consensos fundamentados en hechos y argumentos razonados. Ese mundo merkeliano parece ahora una reliquia. En el universo de los ¡°hechos alternativos¡± y las redes sociales como gran herramienta disruptora, el llamado m¨¦todo Merkel, el de los pasos peque?os y meditados resulta tremendamente ex¨®tico. Ante el avance de la extrema derecha oportunista, la antigua canciller ofrece una receta interesante para los partidos tradicionales: ¡°Si discuten todo el tiempo sus temas y creen que pueden imponerse sin ofrecer soluciones reales a los problemas, se equivocan¡±.
Resulta especialmente interesante tambi¨¦n el cap¨ªtulo dedicado al feminismo, en el que el lector puede sentir las contorsiones de la pol¨ªtica entre lo aprendido y lo vivido. La primera mujer elegida para gobernar Alemania ahora dice que s¨ª, que se considera feminista. Cuenta c¨®mo pens¨® que la libertad en el oeste implicaba la igualdad y que se resisti¨® a defender las cuotas. Ahora reconoce que la realidad le demostr¨® que se equivocaba, que la igualdad no llegar¨¢ sin medidas concretas tanto en el ¨¢mbito privado como en el p¨²blico. No se explaya en el machismo que ha sufrido durante toda si carrera, pero el libro est¨¢ plagado de referencias m¨¢s o menos directas a los clubs de hombres que le explicaban las cosas y hasta c¨®mo tiene que vestirse.
El libro est¨¢ plagado de detalles y an¨¦cdotas interesantes, pero quien busque grandes revelaciones no las va a encontrar. Un episodio en el que, sin embargo, se explaya de forma inusual es en el que habla de los temblores que comenz¨® a sufrir durante un acto p¨²blico y que le obligaron a comparecer desde entonces sentada. En aquella ocasi¨®n, el mundo tembl¨® con ella. Era lo m¨¢s humano que se hab¨ªa visto de ella nunca. El episodio dio pie a todo tipo de especulaciones y ahora cuenta que fue como si su cuerpo se hubiera emancipado de ella, que las revisiones neurol¨®gicas dec¨ªan que todo estaba en orden y que fue un oste¨®pata el que le explic¨® que, en realidad, estaba liberando tensiones acumuladas.
El gran lamento de Merkel es no haber hecho m¨¢s por la emergencia clim¨¢tica. Ley¨¦ndola, parece a menudo m¨¢s una pol¨ªtica del partido de Los Verdes que del conservador. En pol¨ªtica clim¨¢tica y en casi todo lo dem¨¢s. De hecho, una constante en el libro es comprobar c¨®mo su mayor enemigo ha sido su propio partido y c¨®mo pele¨® por vencer la incomprensi¨®n, cuando no el rechazo, de los suyos. De Merkel se dice que socialdemocratiz¨® la CDU y las memorias dan fe de las tensiones que provoc¨® ese proceso en el partido conservador alem¨¢n. Acaparar la centralidad fue, sin embargo, lo que le permiti¨® permanecer cuatro mandatos consecutivos al frente de Alemania.
Merkel se ape¨® del poder en 2021 por su propio pie. Sin perder unas elecciones, ni v¨ªctima de ning¨²n esc¨¢ndalo pol¨ªtico y con las encuestas a favor. Otra rareza propia de una pol¨ªtica muy singular, que ha dejado un vac¨ªo en la pol¨ªtica europea que, de momento, ning¨²n l¨ªder ha sido capaz de ocupar. Sus memorias son el relato de c¨®mo se gest¨® y c¨®mo ejerci¨® ese poder casi omn¨ªmodo. Siendo mujer.
Libertad
Traducci¨®n de Rebeca Bouvier Ballester yChristian Mart?-Menzel
RBA, 2024
816 p¨¢ginas. 28 euros
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